"De la Dictadura a la Democracia" de Gene Sharp y su influencia en la primavera árabe
Madrid, España. Gene Sharp es profesor de ciencias políticas, catedrático y fundador de le Institución Albert Einstein, conocida especialmente por su trabajo en favor de la lucha pacífica para derrocar a las dictaduras. Su libro "De la Dictadura a la Democracia" se ha convertido en un manual de referencia durante la primavera árabe. Pero no solo las revueltas árabes, el propio Hugo Chávez, presidente de Venezuela, acusó a esta institución de estar detrás de las conocidas revoluciones que lograron la caída Slobodan Milosevic en Serbia y Viktor Yanukovych en Ucrania.
Este pequeño ensayo, que te
puedes descargar gratuitamente en castellano,
“ofrece una guía para asistir en el pensamiento y planificación para producir
movimientos de liberación”.
El programa
Documentos TV de RTVE ha emitido recientemente el premiado
documental titulado: “Cómo
empezar una revolución” en el que nos muestran el trabajo de Sharp
y la influencia de este material en las revueltas árabes. Ruaridh Arrow,
director del documental, nos cuenta como este manual se convirtió en una
estrategia fundamental para el derrocamiento del gobierno egipcio, entre otros,
o cómo acampó
en la plaza Tahrir junto a los manifestantes que leían su
trabajo con antorchas y a escondidas.
Sharp proporciona en sus libros una lista
de 198 “armas no violentas”, que van desde el uso de símbolos, o colores a la
organización de boicots según Ruaridh
Arrow:
Tras el
levantamiento verde en Irán en 2009, muchos de los manifestantes fueron
acusados en sus juicios de utilizar más de 100 de los 198 métodos de Sharp.
Entre los muchos testimonio que nos acerca Arrow
en este trabajo destacamos especialmente dos por
adentrarse en el papel de las redes sociales en las revueltas árabes. Ahmed
Maher, activista
egipcio, arquitecto de profesión y fundador del Movimiento 6 de abril en Facebook, ha sido calificado como “el
activista que usó las redes sociales para encender Egipto”. En
este documental Maher destaca el papel fundamental que jugaron las nuevas
tecnologías en el triunfo de la revolución egipcia.
La tecnología jugó un papel vital a la hora de comunicar y extender nuestro
mensaje, jugo un papel fundamental en nuestra estructura interna, gracias a
ella pudimos contactar con la gente que vive en las provincias, a mucho
kilómetros de distancia, pudimos mantener reuniones a través de un grupo
secreto en una página de Facebook y también usamos Skype para estar en contacto
continuo y planear nuestra estrategia. Todos estos avances tecnológicos
ayudaron mucho a la divulgación de nuestras ideas.
Wired
ha destacado su papel como asesor del movimiento Occupy
Wall Street.
Además de Maher este documental recoge el
testimonio de Ausama Monajed, consultor y activista quien destaca cómo las técnicas de Sharp se están
aplicando en las calles de Siria ahora. Monajed cuenta cómo a través de su página en Facebook difundieron estas teorías
para coordinar acciones conjuntas. Además apunta como usan las nuevas tecnologías
para denunciar los atentados contra los civiles vividos en las calles de Siria:
El libro, traducido a más de treinta
idiomas, destaca como “la población ha sido frecuentemente atomizada
(convertida en una masa de individuos aislados) incapaces de trabajar juntos
para obtener su libertad”. Su mensaje central señala que “el poder de las
dictaduras proviene de la obediencia voluntaria de las personas que gobiernan –
y que si la gente puede desarrollar técnicas para retener este consentimiento,
un régimen se desmoronará.”
Paula Gonzalo. Periodismo Ciudadano.com. 02/02/12
“De Dictadura a Democracia” por la vía No Violenta
Madrid, España. Desde su casa en Boston, donde está la sede del Albert Einstein
Institution, Gene Sharp sigue día a día las revueltas en el arco que va del
Magreb a Persia. A sus 83 años no piensa en desplazarse para vivirlo en directo,
como sí hizo durante la revuelta fracasada en la plaza de Tiananmen, en China,
en 1989. Pero se siente vindicado.
"Es bastante impresionante. Bastante impresionante",
decía tras la caída, el 11 de febrero, de Hosni Mubarak tras apenas tres
semanas de protestas pacíficas.
Por teléfono, su voz sonaba tan tenue como sólidas son sus convicciones. Poco
conocido para el gran público, marginal en su país, Estados Unidos, Gene Sharp
es uno de los teóricos más influyentes de la noviolencia. Sus textos, desde 198 métodos de acción no violenta hasta De la dictadura a la democracia,
han inspirado a activistas en regímenes autoritarios de cuatro continentes, de
Irán a Venezuela, pasando por Serbia, Birmania y Rusia.
También en Egipto. Los manuales de Sharp llevaban meses
circulando entre los miembros del Movimiento 6 de Abril, uno de los grupos que
iniciaron las protestas en la plaza Tahrir de El Cairo que desembocaron en la
marcha de Mubarak después de tres décadas en el poder.
A la velocidad que avanza la ola revolucionaria en el mundo
árabe y musulmán, hoy Egipto ya queda lejos. No está claro que la resistencia
pacífica sea la norma en todas las revueltas.
La nebulosa en la que se encuentra Libia, con un tirano
desquiciado como Muamar el Gadafi al frente, complica los paralelismos. Es
posible que la noviolencia resulte estéril ante los regímenes más feroces. Y no
hay que sobrevalorar la influencia de Gene Sharp en unas revueltas con causas
autóctonas.
"Son los egipcios los que tienen que hacerlo. Yo soy un
extranjero que no conoce la sociedad. No ha sufrido el régimen", responde
el sabio estadounidense a la pregunta de si le habría gustado estar en la plaza
Tahrir.
En todo caso, la caída de dictadores en Túnez y Egipto ha
otorgado una vigencia renovada a la doctrina que preconiza el cambio sin
disparar un tiro.
El día que Mubarak dimitió, el presidente de EE.UU., Barack
Obama, dijo que "en Egipto ha sido la fuerza moral de la noviolencia, no
el terrorismo ni el asesinato indiscriminado, sino la noviolencia, lo que ha
doblado el arco de la historia hacia la justicia".
La década pasada fue la del 11-S, los atentados de Madrid,
Londres y Bombay, la de las guerras de Iraq y Afganistán. Una década violenta.
La nueva década ha empezado con revueltas noviolentas, con ecos
de la última revolución pacífica, en 1989, cuando se derrumbó el muro de
Berlín. Ahora estas revueltas suceden en países donde predomina el islam,
religión que desde el 11-S quedó ligada a las bombas en la mente de muchos
occidentales.
"La resistencia noviolenta ha sido muy importante en la
historia. Y suele obviarse y rebajarse su importancia", dice Gene Sharp.
"Esto -añade, en alusión a Túnez y Egipto- deshace algunos mitos según los
cuales la noviolencia no puede ser usada por árabes o por musulmanes".
La teoría de Sharp "es simple", como escribe él mismo
en De la dictadura a la democracia,
publicado en 1993 y disponible gratis en internet en 24 idiomas.
"Los dictadores necesitan la ayuda de la gente a la que
gobierna, sin la cual no pueden garantizarse ni mantener las fuentes de su
poder político", sostiene. "Con el tiempo, la retirada de las fuentes
del poder puede producir la parálisis y la impotencia del régimen y, en casos
severos, su desintegración. Los poderes del dictador morirán, despacio o
rápido, de inanición política".
Sharp no apoya la resistencia pacífica por idealismo, sino por
motivos prácticos. La resistencia violenta, en su opinión, provoca más
violencia. Y en el terreno de la violencia el régimen autoritario siempre
ganará. "Es verdad que resistir ante un régimen muy represivo y brutal no
es fácil. Es difícil por muchas razones. Pero puede hacerse. Y ya ha ocurrido.
Los egipcios encarcelados y torturados no dirán que fue un caso fácil",
dice.
"El régimen depende tanto de la violencia que no debes usar
como de la violencia al resistir. Si lo haces, te ves limitado a luchar con las
armas de tu enemigo", prosigue. Y añade: "Si se usa la violencia, las
fuerzas militares del régimen dispararán. Y el régimen tiene mucha mayor
capacidad para la violencia. La represión sería extrema. Moriría mucha gente y
habría miedo a resistir. Los egipcios fueron sabios. Lograron que el ejército
no les disparase".
Ahmed Maher, uno de los cabecillas del Movimiento 6 de Abril en
Egipto, ha explicado al diario The Daily Beast cómo descubrió los escritos de
Sharp. Fue a través de Otpor, el movimiento anti Milosevic en Serbia. Otpor, a
su vez, lo descubrió a través de un activista estadounidense que difundía los
métodos de Sharp por los Balcanes
Hace unos años, discípulos de Gene Sharp organizaron un taller
en El Cairo, según The New York Times. Algunos activistas tradujeron al árabe
fragmentos de sus obras.
Gene Sharp, en la conversación y en sus libros, multiplica los
ejemplos históricos de resistencia noviolenta. Desde los plebeyos romanos en el
494 a. C. hasta la caída del imperio soviético. Pero los ejemplos contrarios
-revoluciones o cambios de régimen que habrían sido imposibles sin violencia-
también abundan. Los últimos intentos de revolución pacífica en Irán han fracasado.
En el último número de la revista The New York Review of Books,
Brian Urquhart, ex subsecretario general de la ONU, expone algunos de los
límites de la noviolencia. Primero, la resistencia pacífica pocas veces actúa
sola.
Citando a Adam Roberts, editor con Timothy Garton Ash de la
antología Resistencia civil y política de poder, publicada en inglés, Urquhart
escribe: "Hay una red rica en conexiones entre la resistencia civil y
otras formas de poder". Estas incluyen a veces la fuerza y la violencia, o
la amenaza de usarlas.
Puede parecer paradójico, pero para que una revuelta noviolenta
triunfe también suele ser imprescindible el concurso del régimen opresor.
Gandhi
triunfó ante un imperio británico en declive. La lucha pacífica por los
derechos civiles de Martin Luther King fue éxito porque la
democracia estadounidense -la mayoría de la clase política y de la sociedad- ya
no toleraba el anacronismo de la segregación y disponía de los mecanismos de
corrección adecuados.
Así fue, también, hace veinte años, en Europa. "Fue la
aceptación por parte de Gorbachov de la necesidad de cambio y reforma y su
rechazo a utilizar la fuerza militar soviética contra los manifestantes en los
satélites de Europa Oriental lo que hizo posibles los cambios espectacular de
1989", constata Urquhart.
Y así ha sido en Egipto. Sin la retirada de Mubarak, y si las
fuerzas armadas egipcias no hubiesen acompañado la revuelta, esta no habría
triunfado en 18 días.
"La voluntad de los líderes para retirarse -Gorbachov, F. W.
de Klerk en Sudáfrica o, hace menos tiempo y de manera más sorprendente,
Milosevic en Serbia- es crucial en el éxito de los movimientos de resistencia
civil", apunta Urquhart.
Ni con Hitler ni con Stalin la resistencia pacífica sirvió.
Radical.es.
Cómo
empezar una revolución – Documental