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584. Se reúne el Consejo Nacional de Cultura de Paz en Monterrey, Nuevo León


Monterrey, Nuevo León. Los días 17 y 18 de diciembre de 2012 se llevó a cabo la V Reunión del Consejo Nacional de Organizaciones de Cultura de Paz en el Centro Cultural Loyola, en la Ciudad de Monterrey, Nuevo León. Al evento asistieron representantes de diversos organismos de la sociedad civil entre las que se encuentran Enlazando Esfuerzos Conjuntos A.C., CreeSer y la Universidad Albert Einstein, entre otras.
Durante el evento se dio el posicionamiento del Consejo Nacional de Cultura de Paz el cual pretende impulsar un México que tenga la disposición de buscar y encontrar soluciones pacíficas a los conflictos, donde el país sea una nación que construya la paz a través de valores que generen cohesión entre la sociedad.
También se propuso que la cultura de paz en México se viva entre todos los actores sociales, desde el individuo hasta lo colectivo, buscando lograr una armonía que sea incluyente y que garantice el desarrollo pleno de las personas. Lo anterior se puede lograr estrechando lazos entre organismos, así como también a través de la formación de educadores para la paz.
Por lo anterior, el Consejo Nacional pretende que se adhiera a la Reforma Educativa impulsada por el Gobierno Federal la Educación para la Paz, con un enfoque especial, mismo que señala la UNESCO, que permita disminuir la violencia que se vive en el país. Entre otras propuestas, se incluye que la SEP declare el 2013 como el Año de la Educación para la Paz y que otorgue su apoyo al Primer Congreso Nacional de Educación para la Paz.
“Nuestro llamado es principalmente hacia la Educación. Creemos que todos estos esfuerzos van a poderse garantizar en el mediano plazo si es que fortalecemos las estructuras educativas de nuestro país”, afirmó Álvaro Guerra, vicerrector de la Universidad Albert Einstein y miembro del Consejo Nacional de Cultura de Paz. Así también hizo un llamado a confiar en el nuevo gobierno.
La paz debe entenderse como un proceso permanente donde se va a llegar a un momento donde se pueda afirmar que nos encontramos en paz. Por el contrario, es una lucha constante que comienza “desde el individuo para que después se pueda traducir en lo colectivo”, declaró Fabiola Nahas, de CreeSer.
Por su parte, Mariela Manzano de Enlazando Esfuerzos Conjuntos A.C., destacó la importancia de los medios de comunicación y el papel fundamental que juegan para la construcción de una Cultura de Paz, a partir de la adopción de un lenguaje que esté enfocado a la creación de la misma.
Los derechos son fundamentales para la construcción de una sociedad, pero es muy importante considerar que como ciudadanos que integramos un país tenemos la responsabilidad de estar al pendiente de cómo se van desarrollando las cosas en nuestro entorno, desde la familia, la escuela y el trabajo, teniendo así un impacto en cómo se solucionan las diferencias en las estructuras macro sociales.
El cambio inicia desde el individuo.
Alejandro Garza. Revista B3N.com. 24/12/12

583. De Dictadura a Democracia por la vía No Violenta


"De la Dictadura a la Democracia" de Gene Sharp y su influencia en la primavera árabe
Madrid, España. Gene Sharp es profesor de ciencias políticas, catedrático y fundador de le Institución Albert Einstein, conocida especialmente por su trabajo en favor de la lucha pacífica para derrocar a las dictaduras. Su libro "De la Dictadura a la Democracia" se ha convertido en un manual de referencia durante la primavera árabe. Pero no solo las revueltas árabes, el propio Hugo Chávez, presidente de Venezuela, acusó a esta institución de estar detrás de las conocidas revoluciones que lograron la caída Slobodan Milosevic en Serbia y Viktor Yanukovych en Ucrania.
Este pequeño ensayo, que te puedes descargar gratuitamente en castellano, “ofrece una guía para asistir en el pensamiento y planificación para producir movimientos de liberación”.
El programa Documentos TV de RTVE ha emitido recientemente el premiado documental titulado: “Cómo empezar una revolución” en el que nos muestran el trabajo de Sharp y la influencia de este material en las revueltas árabes. Ruaridh Arrow, director del documental, nos cuenta como este manual se convirtió en una estrategia fundamental para el derrocamiento del gobierno egipcio, entre otros, o cómo acampó en la plaza Tahrir junto a los manifestantes que leían su trabajo con antorchas y a escondidas.
Sharp proporciona en sus libros una lista de 198 “armas no violentas”, que van desde el uso de símbolos, o colores a la organización de boicots según Ruaridh Arrow:
Tras el levantamiento verde en Irán en 2009, muchos de los manifestantes fueron acusados ​​en sus juicios de utilizar más de 100 de los 198 métodos de Sharp.
Entre los muchos testimonio que nos acerca Arrow en este trabajo destacamos especialmente dos por adentrarse en el papel de las redes sociales en las revueltas árabes. Ahmed Maher, activista egipcio, arquitecto de profesión y fundador del Movimiento 6 de abril en Facebook, ha sido calificado como “el activista que usó las redes sociales para encender Egipto”. En este documental Maher destaca el papel fundamental que jugaron las nuevas tecnologías en el triunfo de la revolución egipcia.
La tecnología jugó un papel vital a la hora de comunicar y extender nuestro mensaje, jugo un papel fundamental en nuestra estructura interna, gracias a ella pudimos contactar con la gente que vive en las provincias, a mucho kilómetros de distancia, pudimos mantener reuniones a través de un grupo secreto en una página de Facebook y también usamos Skype para estar en contacto continuo y planear nuestra estrategia. Todos estos avances tecnológicos ayudaron mucho a la divulgación de nuestras ideas.
Wired ha destacado su papel como asesor del movimiento Occupy Wall Street.
Además de Maher este documental recoge el testimonio de Ausama Monajed, consultor y activista quien destaca cómo las técnicas de Sharp se están aplicando en las calles de Siria ahora. Monajed cuenta cómo a través de su página en Facebook difundieron estas teorías para coordinar acciones conjuntas. Además apunta como usan las nuevas tecnologías para denunciar los atentados contra los civiles vividos en las calles de Siria:
El libro, traducido a más de treinta idiomas, destaca como “la población ha sido frecuentemente atomizada (convertida en una masa de individuos aislados) incapaces de trabajar juntos para obtener su libertad”. Su mensaje central señala que “el poder de las dictaduras proviene de la obediencia voluntaria de las personas que gobiernan – y que si la gente puede desarrollar técnicas para retener este consentimiento, un régimen se desmoronará.”
Paula Gonzalo. Periodismo Ciudadano.com. 02/02/12

http://www.periodismociudadano.com/2012/02/02/de-la-dictadura-a-la-democracia-de-gene-sharp-y-su-influencia-en-la-primavera-arabe/


“De Dictadura a Democracia” por la vía No Violenta

Madrid, España. Desde su casa en Boston, donde está la sede del Albert Einstein Institution, Gene Sharp sigue día a día las revueltas en el arco que va del Magreb a Persia. A sus 83 años no piensa en desplazarse para vivirlo en directo, como sí hizo durante la revuelta fracasada en la plaza de Tiananmen, en China, en 1989. Pero se siente vindicado.
"Es bastante impresionante. Bastante impresionante", decía tras la caída, el 11 de febrero, de Hosni Mubarak tras apenas tres semanas de protestas pacíficas.
Por teléfono, su voz sonaba tan tenue como sólidas son sus convicciones. Poco conocido para el gran público, marginal en su país, Estados Unidos, Gene Sharp es uno de los teóricos más influyentes de la noviolencia. Sus textos, desde 198 métodos de acción no violenta hasta De la dictadura a la democracia, han inspirado a activistas en regímenes autoritarios de cuatro continentes, de Irán a Venezuela, pasando por Serbia, Birmania y Rusia.
También en Egipto. Los manuales de Sharp llevaban meses circulando entre los miembros del Movimiento 6 de Abril, uno de los grupos que iniciaron las protestas en la plaza Tahrir de El Cairo que desembocaron en la marcha de Mubarak después de tres décadas en el poder.
A la velocidad que avanza la ola revolucionaria en el mundo árabe y musulmán, hoy Egipto ya queda lejos. No está claro que la resistencia pacífica sea la norma en todas las revueltas.
La nebulosa en la que se encuentra Libia, con un tirano desquiciado como Muamar el Gadafi al frente, complica los paralelismos. Es posible que la noviolencia resulte estéril ante los regímenes más feroces. Y no hay que sobrevalorar la influencia de Gene Sharp en unas revueltas con causas autóctonas.
"Son los egipcios los que tienen que hacerlo. Yo soy un extranjero que no conoce la sociedad. No ha sufrido el régimen", responde el sabio estadounidense a la pregunta de si le habría gustado estar en la plaza Tahrir.
En todo caso, la caída de dictadores en Túnez y Egipto ha otorgado una vigencia renovada a la doctrina que preconiza el cambio sin disparar un tiro.
El día que Mubarak dimitió, el presidente de EE.UU., Barack Obama, dijo que "en Egipto ha sido la fuerza moral de la noviolencia, no el terrorismo ni el asesinato indiscriminado, sino la noviolencia, lo que ha doblado el arco de la historia hacia la justicia".
La década pasada fue la del 11-S, los atentados de Madrid, Londres y Bombay, la de las guerras de Iraq y Afganistán. Una década violenta.
La nueva década ha empezado con revueltas noviolentas, con ecos de la última revolución pacífica, en 1989, cuando se derrumbó el muro de Berlín. Ahora estas revueltas suceden en países donde predomina el islam, religión que desde el 11-S quedó ligada a las bombas en la mente de muchos occidentales.
"La resistencia noviolenta ha sido muy importante en la historia. Y suele obviarse y rebajarse su importancia", dice Gene Sharp. "Esto -añade, en alusión a Túnez y Egipto- deshace algunos mitos según los cuales la noviolencia no puede ser usada por árabes o por musulmanes".
La teoría de Sharp "es simple", como escribe él mismo en De la dictadura a la democracia, publicado en 1993 y disponible gratis en internet en 24 idiomas.
"Los dictadores necesitan la ayuda de la gente a la que gobierna, sin la cual no pueden garantizarse ni mantener las fuentes de su poder político", sostiene. "Con el tiempo, la retirada de las fuentes del poder puede producir la parálisis y la impotencia del régimen y, en casos severos, su desintegración. Los poderes del dictador morirán, despacio o rápido, de inanición política".
Sharp no apoya la resistencia pacífica por idealismo, sino por motivos prácticos. La resistencia violenta, en su opinión, provoca más violencia. Y en el terreno de la violencia el régimen autoritario siempre ganará. "Es verdad que resistir ante un régimen muy represivo y brutal no es fácil. Es difícil por muchas razones. Pero puede hacerse. Y ya ha ocurrido. Los egipcios encarcelados y torturados no dirán que fue un caso fácil", dice.
"El régimen depende tanto de la violencia que no debes usar como de la violencia al resistir. Si lo haces, te ves limitado a luchar con las armas de tu enemigo", prosigue. Y añade: "Si se usa la violencia, las fuerzas militares del régimen dispararán. Y el régimen tiene mucha mayor capacidad para la violencia. La represión sería extrema. Moriría mucha gente y habría miedo a resistir. Los egipcios fueron sabios. Lograron que el ejército no les disparase".
Ahmed Maher, uno de los cabecillas del Movimiento 6 de Abril en Egipto, ha explicado al diario The Daily Beast cómo descubrió los escritos de Sharp. Fue a través de Otpor, el movimiento anti Milosevic en Serbia. Otpor, a su vez, lo descubrió a través de un activista estadounidense que difundía los métodos de Sharp por los Balcanes
Hace unos años, discípulos de Gene Sharp organizaron un taller en El Cairo, según The New York Times. Algunos activistas tradujeron al árabe fragmentos de sus obras.
Gene Sharp, en la conversación y en sus libros, multiplica los ejemplos históricos de resistencia noviolenta. Desde los plebeyos romanos en el 494 a. C. hasta la caída del imperio soviético. Pero los ejemplos contrarios -revoluciones o cambios de régimen que habrían sido imposibles sin violencia- también abundan. Los últimos intentos de revolución pacífica en Irán han fracasado.
En el último número de la revista The New York Review of Books, Brian Urquhart, ex subsecretario general de la ONU, expone algunos de los límites de la noviolencia. Primero, la resistencia pacífica pocas veces actúa sola.
Citando a Adam Roberts, editor con Timothy Garton Ash de la antología Resistencia civil y política de poder, publicada en inglés, Urquhart escribe: "Hay una red rica en conexiones entre la resistencia civil y otras formas de poder". Estas incluyen a veces la fuerza y la violencia, o la amenaza de usarlas.
Puede parecer paradójico, pero para que una revuelta noviolenta triunfe también suele ser imprescindible el concurso del régimen opresor.
Gandhi triunfó ante un imperio británico en declive. La lucha pacífica por los derechos civiles de Martin Luther King fue éxito porque la democracia estadounidense -la mayoría de la clase política y de la sociedad- ya no toleraba el anacronismo de la segregación y disponía de los mecanismos de corrección adecuados.
Así fue, también, hace veinte años, en Europa. "Fue la aceptación por parte de Gorbachov de la necesidad de cambio y reforma y su rechazo a utilizar la fuerza militar soviética contra los manifestantes en los satélites de Europa Oriental lo que hizo posibles los cambios espectacular de 1989", constata Urquhart.
Y así ha sido en Egipto. Sin la retirada de Mubarak, y si las fuerzas armadas egipcias no hubiesen acompañado la revuelta, esta no habría triunfado en 18 días.
"La voluntad de los líderes para retirarse -Gorbachov, F. W. de Klerk en Sudáfrica o, hace menos tiempo y de manera más sorprendente, Milosevic en Serbia- es crucial en el éxito de los movimientos de resistencia civil", apunta Urquhart.
Ni con Hitler ni con Stalin la resistencia pacífica sirvió.
Radical.es.
 
Cómo empezar una revolución – Documental

582. Reconocen labor de CreeSer ABP


Monterrey, Nuevo León. El 11 de diciembre, la Comisión Estatal de Derechos Humanos reconoció a los promotores y organizaciones civiles que durante el año destacaron por implementar acciones para vigilar y promover los derechos humanos en los diversos escenarios en los que se extiende la red de voluntarios.
En el marco de la Semana Estatal de Derechos Humanos, la CEDH, el Gobierno Estatal y el Congreso del Estado entregaron reconocimientos especiales a los ciudadanos, representantes universitarios y de organizaciones civiles que trabajaron en coordinación con el organismo durante el 2012.
Recibieron el reconociendo por el Día Estatal del Promotor Voluntario 12 organizaciones civiles, entre ellas CreeSer, ABP, enfocadas a la atención de mujeres, menores de edad y personas con situación de adicción o discapacidad; así como también cuatro representantes universitarios y 12 ciudadanos de Monterrey.
Minerva Martínez Garza, Presidenta de la CEDH, explicó que la selección de las organizaciones y promotores para esta premiación se realizó de acuerdo al cumplimiento de resultados que se evaluaron a través del reporte hecho por las propias asociaciones civiles, los promotores comunitarios y de las universidades a la CEDH.
"Fue un escrutinio del resultado de las actividades, se evaluó la cantidad de programas que reprodujeron y el seguimiento que dieron en coordinación con la CEDH a las personas que acudieron con ellos por motivo de alguna queja de derechos humanos" explicó.
Con información de Diana Martínez Gálvez.

581. “Las guerras son muy racionales”

Entrevista a Joan Esteban. Investigador y Secretario General de la International Economic Association.
Barcelona, España. Desde 1960 la humanidad ha padecido 280 guerras civiles y, en cambio, sólo 23 guerras internacionales. Un tercio de todos los países de la tierra han sufrido conflictos internos sangrientos y la mayoría han sido por motivos étnicos.
¿Las guerras entre Estados son peores?
Las guerras civiles han causado tres veces más víctimas que las interestatales. Y son más onerosas. El Banco Mundial advierte que algunas regiones siguen estancadas en la miseria por su conflictividad interna.
¿Por qué hay tantas guerras civiles?
Empecemos por descartar que se traten de mera locura momentánea de los pueblos que llegaría al paroxismo en el genocidio.
Hannah Arendt describe la "banalidad del mal" que inhibe la culpa y frivoliza el genocidio hasta el exterminio de bebés.
Esa banalidad criminal en todo caso surgiría tras un cálculo racional de intereses. El genocida puede abandonarse a la locura al asesinar, pero sabe bien por qué asesina.
En La lista de Schindler el nazi dispara al azar sobre judíos para distraerse.
La guerra es demencial en los actos, pero la decisión de hacerla surge de un cálculo de coste-oportunidad por el que las élites la instigan tras calibrar incentivos y desincentivos.
Así dicho suena peor que la locura.
Es la historia. Después de un expolio, como el de los judíos por los nazis, el incentivo para el genocidio era que con él los nazis se evitaban reclamaciones posteriores.
Primero les robas y luego les asesinas para que no te vuelvan a molestar.
Son actos criminales, pero racionales. Trabajamos con Laia Balcells de la Universidad de Duke en cálculos similares para la guerra civil española.
Pues manténgame informado.
Nosotros no somos moralistas, sino economistas: hemos creado un modelo teórico inédito en Teoría de Juegos que demuestra que las guerras responden a un cálculo y, por tanto, siguen unas pautas predecibles.
¿Las guerras sólo se empiezan para obtener un beneficio?
Sin incentivos no hay guerra.
¿Por qué se llega a matar?
Aquello que determina si inicias o no un conflicto es lo que esperas sacar de él. Si no hay expectativa de beneficios, no hay conflicto. Y siempre existen dos ejes de conflictividad: el intergrupal (interétnico, interreligioso, intercultural, intralingüístico)...
... El choque de civilizaciones.
Y el social: descrito por Marx como lucha de clases: las diferencias grupales de renta.
¿Cuál es más decisivo?
Sufrimos muchas más guerras por conflictos interétnicos que por lucha de clases.
¿Por qué?
Porque a las élites no les interesa la lucha de clases. Por eso, desvían la tensión que generan las desigualdades en la distribución de la renta hacia el conflicto interétnico o patriótico. Y nuestro modelo lo demuestra.
Veamos.
En cada sociedad analizamos dos índices cuantificables matemáticamente: el de conflictividad o fraccionalización (probabilidad de que si escoges dos individuos al azar sean de grupos diferentes)...
Que existan muchas tribus diversas.
Y el de polarización, que mide el grado en que esos grupos con intereses opuestos tienen un tamaño y poder similar.
Y, por tanto, les permite iniciar la guerra con posibilidades de ganar.
La polarización es relevante cuando la disputa se inicia para que toda una etnia o nación logre bienes intangibles colectivos, como implantar la charia o rehabilitar su cultura marginada por otra etnia.
¿Y si la lucha es por el petróleo?
Entonces es la fraccionalización la que decide si hay guerra. Porque cuando está en juego la riqueza de un país, cuantas más etnias se la disputen, más conflictividad hay.
Porque es más probable que la que se lleve el botín no sea la tuya y guerrees.

Otro escenario prebélico sería: mucho poder en juego -represión de un grupo por otro- y gran polarización étnica, porque, para guerrear, los oprimidos deben tener un tamaño y poder similar al de sus opresores.
¿Y si hay grandes divisiones de clase dentro de una misma etnia?
Imaginemos un país de ricos y pobres, pero en el que hubiera blancos pobres y blancos ricos; y negros pobres y negros ricos...
¿Qué es más decisivo para hacer estallar una guerra? ¿Quién pelea con quién?
Las élites siempre tienden a evitar el enfrentamiento entre clases y lo enmascaran o sustituyen por el interétnico, así que los blancos -ricos y pobres- acabarían en ese caso enfrentándose a los negros -ricos o pobres.
¿Por qué?
Porque la estrategia ganadora para las élites es cohesionar a ricos y pobres de su etnia para enfrentarlos a la otra. Por eso hay tantas guerras civiles en apariencia por motivos culturales o tribales y tan pocas por desigualdades de renta entre clases.
Unas enmascaran a las otras.
Y por eso el choque de civilizaciones de Huntington ha sustituido desde los años sesenta a la lucha de clases de Marx.
Ciencia por la paz
Las guerras son demenciales, pero surgen del cálculo racional de intereses de las élites que las financian y se hacen con la hegemonía cultural -el control de los media- para mutar la tensión por la desigualdad de rentas en conflictos de patria o interétnicos. Así, la lucha de clases de antaño es sustituida por el actual choque de culturas. Más allá de la retórica, el equipo de Joan Esteban, Debraj Ray y Laura Mayoral, financiados por AXA Research Fund, ilustra este proceso con un innovador modelo matemático que resulta de gran utilidad para quien quiera evitar -comprometámonos nosotros- las guerras y, en especial, las peores, las inciviles...
La Vanguardia.com. 28/12/12

580. Carta de Amnistía Internacional al Presidente de México Enrique Peña Nieto

México: El nuevo Presidente debe romper con el legado de violaciones de derechos humanos
Nota: El presente comunicado acompaña una carta abierta que puede ser descargada aquí
El presidente de México Enrique Peña Nieto debe tomar medidas concretas e inmediatas para abordar algunos de los temas más urgentes del país en materia de derechos humanos, incluyendo los abusos en el contexto de la crisis de seguridad pública, manifestó Amnistía Internacional hoy en una carta abierta al presidente.
Según las investigaciones de Amnistía Internacional, las violaciones de derechos humanos como las desapariciones forzadas, la tortura, las detenciones arbitrarias y la falta de acceso a la justicia se volvieron rutinarias durante la anterior administración.
“El discurso positivo hacia los derechos humanos de Peña Nieto, incluyendo el compromiso de impulsar la Ley General de Víctimas y reformar las leyes para perseguir las desapariciones forzadas son bienvenidos, pero no dejan de ser promesas y las buenas intenciones no son suficientes para erradicar y prevenir las violaciones de derecho humanos,” declaró Javier Zúñiga, Consejero Especial de Amnistía Internacional.
“Como comandante en jefe de las fuerzas armadas, un muy buen primer paso del presidente Peña Nieto podría tomar es instruirlas para respetar los derechos humanos o asumir las consecuencias de no hacerlo".
Durante las elecciones, Enrique Peña Nieto respondió a una carta que Amnistía Internacional envió a la y los candidatos a la Presidencia de la República realizando una serie de compromisos políticos en caso de ser elegido.
"Queremos recordar al nuevo presidente sus promesas de campaña y ver acciones concretas, incluyendo el desarrollo de un programa de derechos humanos elaborado conjuntamente con todos los actores relevantes de la sociedad, incluyendo el poder judicial, las autoridades locales y quienes defienden derechos humanos; un plan que incluya propuestas concretas para abordar la crisis de derechos humanos de México,” añadió Javier Zúñiga.
"El tiempo se acaba para México. El presidente Peña Nieto no debe malgastar otros seis años con políticas de derechos humanos fallidas que añadan más víctimas a las dejadas por el presidente Calderón.”
La carta de Amnistía Internacional detalla varios asuntos prioritarios que el nuevo presidente debe abordar inmediatamente para reforzar el respeto y protección a los derechos humanos en México, incluyendo:
Seguridad Pública: Durante los últimos años, los abusos de derechos humanos cometidos por las fuerzas de seguridad y policiales en el contexto de operaciones para luchar contra el crimen organizado se han vuelto sistemáticos, como también la falta de investigaciones efectivas sobre los abusos. La decisión de Peña Nieto de apoyar la Ley General de Víctimas es un importante reconocimiento a los derechos de miles de víctimas de la violencia, pero es esencial que todas las iniciativas de seguridad pública protejan los derechos humanos y la justicia en la práctica y no sólo de forma retórica.
Justicia militar: El despliegue de más de 50,000 soldados y marinos en tareas de cumplimiento de la ley ha significado un fuerte aumento en las denuncias de violaciones de derechos humanos. Estas denuncias han sido tratadas por el sistema de justicia militar, lo cual ha significado una sistemática negación de justicia para las víctimas. Las recientes sentencias de la Suprema Corte de Justicia de la Nación que excluyen los casos de violaciones de derechos humanos del fuero militar son un paso positivo. Sin embargo, el Código de Justicia Militar debe ser reformado para garantizar que todas las denuncias de abusos sean investigadas, perseguidas y juzgadas por el sistema de justicia civil.
Personas defensoras de derechos humanos: El presidente debe clarificar el compromiso del gobierno de financiar y apoyar plenamente el nuevo mecanismo de protección establecido mediante consultas con organizaciones de periodistas y defensores de derechos humanos. La nueva administración debe asegurar también investigaciones efectivas sobre los ataques y actos de hostigamiento contra personas defensoras de derechos humanos y periodistas, incluyendo los casos en los que haya funcionarios públicos implicados.
Migrantes: Peña Nieto debe especificar medidas nuevas y efectivas para hacer frente a la ola de asesinatos, desapariciones, violaciones y otros abusos de derechos humanos cometidos por grupos criminales, a menudo actuando en colusión con funcionarios públicos, contra los migrantes en México
Tortura: La tortura y los malos tratos se han convertido en prácticas sistemáticas durante la administración de Calderón. La información obtenida bajo tortura todavía es aceptada por los tribunales de justicia y de todas las quejas presentadas sólo unas pocas dan lugar a investigaciones completas. La propuesta de reformar el marco legal para combatir la tortura a nivel federal y estatal es positiva pero sólo mediante la implementación de una serie de políticas y acciones concretas se podrá comenzar a erradicar la tortura.
Desapariciones: El nivel de secuestros y desapariciones en México es estremecedor, como también lo es la falta de investigación en la mayoría de los casos. La propuesta para reformar el marco legal para combatir las desapariciones forzadas es un paso positivo. Esta propuesta debe cumplir con los estándares internacionales de derechos humanos y el gobierno debe asegurar una mejoría radical en las medidas para investigar exhaustivamente todas las denuncias de desaparición, incluyendo establecer una base de datos nacional que ayude a identificar y localizar a las víctimas.
Sistema de Justicia: Más del 98% de los crímenes, incluyendo los abusos de derechos humanos terminan en la impunidad. Las autoridades deben asegurar las reformas en curso en el sistema de justicia mejoren la capacidad y fiabilidad de las medidas judiciales para hacer rendir cuentas a los responsables al tiempo que se garanticen los derechos de víctimas y acusados.
Violencia contra las mujeres: Los recientes avances legislativos no han significado una reducción de los casos de violencia contra las mujeres. El presidente prometió a Amnistía Internacional actuar sobre este asunto de gran importancia pero es preocupante que el Pacto por México no propone ninguna medida concreta para ello. El gobierno debe tomar un papel de liderazgo para reforzar la prevención, investigación y castigo de la violencia contra las mujeres y el respeto a los derechos de las mujeres.
Pueblos Indígenas: El compromiso del Presidente Peña Nieto de combatir la discriminación contra uno de los grupos más marginalizados de la sociedad es positivo, pero cualquier política que se adopte debe asegurar que las comunidades indígenas estén en el centro de las decisiones sobre su propio desarrollo y sus derechos sean respetados.
Corte Interamericana de Derechos Humanos: El gobierno de Peña Nieto debe cumplir con todas las sentencias vinculantes de la Corte Interamericana de Derechos Humanos que condenaron a México durante la última administración.
Amnistía Internacional. 18/12/12

579. Paz en una nación armada

Paz en una nación armada
Michael Moore
Amigos:
Luego de presenciar la deschavetada y mentirosa conferencia de prensa de la Asociación Nacional del Rifle (NRA, por sus siglas en inglés), el viernes pasado, me quedó claro que la profecía maya se ha cumplido. Excepto que el único mundo que ha terminado es el de la NRA. El poder fanfarrón que le ha permitido dictar la política sobre armas de este país se ha acabado. A la nación le repugna la masacre en Connecticut, y los signos están en todas partes: un entrenador de basquetbol en una conferencia de prensa después de un partido; el republicano Joe Scarborough; el dueño de una casa de empeños en Florida; un programa de recompra de armas en Nueva Jersey; y el juez conservador y dueño de armas que condenó a Jared Loughner.
Aquí está, pues, mi brindis decembrino para ustedes:
Estas masacres con armas de fuego no terminarán pronto.
Siento decir esto, pero muy en el fondo todos sabemos que es cierto. No significa que no debamos seguir presionando: después de todo, el impulso está de nuestra parte. Sé que a todos nosotros, yo incluido, nos gustaría que el presidente y el Congreso promulgaran leyes más estrictas sobre armas. Necesitamos que se prohíban las armas automáticas y semiautomáticas y los magacines que contienen más de siete balas. Necesitamos mejores revisiones de antecedentes y más servicios de salud mental. Necesitamos regular las municiones también.
Pero, amigos, me gustaría proponer que si bien todo lo anterior reducirá las muertes por armas de fuego (pregúntenle al alcalde Bloomberg: es prácticamente imposible comprar una arma en Nueva York y el resultado es que el número de homicidios por año se ha reducido de 2 mil 200 a menos de 400), en realidad no pondrá fin a estos asesinatos en masa ni atacará el problema esencial que tenemos. Connecticut tenía una de las leyes más severas sobre armas en el país, y no sirvió de nada para prevenir la matanza de 20 niños el 14 de diciembre.
De hecho, seamos claros sobre Newtown: el asesino no tenía antecedentes penales, así que jamás habría aparecido en una revisión en archivos policiales. Todas las armas que empleó fueron adquiridas legalmente; ninguna encajaba en la definición legal de arma de "asalto". El asesino parecía tener problemas mentales y su madre lo hizo buscar ayuda, pero fue inútil. En cuanto a medidas de seguridad, la escuela Sandy Hook fue cerrada con candados antes de que el homicida se presentara esa mañana. Se habían realizado simulacros precisamente contra ese tipo de eventos. De mucho que sirvió.
Y he aquí el hecho sucio que ninguno de nosotros los liberales quiere discutir: el asesino sólo se detuvo cuando vio que los policías llegaban en tropel a la escuela, es decir, hombres armados. Cuando vio llegar las armas, detuvo el baño de sangre y se mató. Las armas de los policías impidieron que ocurrieran otras 20, 40 o 100 muertes. A veces las armas funcionan. (Sin embargo, hubo un alguacil armado en la escuela preparatoria de Columbine el día de la matanza y no pudo o no quiso detenerla.)
Lamento ofrecer esta verificación de realidades en nuestra muy necesaria marcha hacia un montón de cambios bienintencionados y necesarios –pero a la larga, cosméticos en su mayoría– en nuestras leyes sobre armas. Los hechos tristes son estos: otros países donde abundan las armas (como Canadá, donde hay 7 millones de armas en sus 12 millones de hogares, la mayoría de caza) tienen una tasa de homicidios más baja. Los chicos de Japón ven las mismas películas violentas, y los de Australia practican los mismos juegos violentos de video (El Gran Robo de Autos fue creado por una firma británica; el Reino Unido tuvo 58 asesinatos por arma de fuego en una nación de 63 millones de habitantes). Esta es la pregunta que deberíamos explorar en lo que prohibimos y restringimos las armas: ¿quiénes somos?
Trataré de contestar esta pregunta.
Somos un país cuyos líderes oficialmente aprueban y cometen actos de violencia como medio para lograr un fin a menudo inmoral. Invadimos países que no nos atacaron. Ahora usamos drones en media docena de países, y con frecuencia matan civiles.
Puede que esto no sea sorpresa para nosotros, siendo una nación fundada en el genocidio y construida sobre las espaldas de esclavos. Nos causamos 600 mil muertes en una guerra civil. "Conquistamos el Salvaje Oeste con una revólver de seis tiros" y violamos, golpeamos y matamos a nuestras mujeres sin piedad y a un ritmo asombroso: cada tres horas se comete el asesinato de una mujer en Estados Unidos (la mitad de las veces por su pareja actual o su ex); cada tres minutos hay una violación, y cada 15 minutos alguna mujer recibe una golpiza.
Pertenecemos a un grupo ilustre de naciones que aún aplican la pena de muerte (Corea del Norte, Arabia Saudita, China, Irán). No nos causa mayor conflicto que decenas de miles de nuestros ciudadanos perezcan cada año porque carecen de seguridad social y por tanto no ven a un médico hasta que es demasiado tarde.
¿Por qué hacemos esto? Una teoría es que es simplemente "porque podemos". Existe un nivel de arrogancia en el espíritu estadunidense, amistoso por lo demás, que nos persuade de creer que poseemos algo excepcional que nos separa de todos esos "otros" países (sí tenemos muchas cosas buenas; lo mismo puede decirse de Bélgica, Nueva Zelanda, Francia, Alemania, etcétera). Creemos ser número uno en todo, cuando la verdad es que nuestros estudiantes están en el lugar 17 en ciencias y el 25 en matemáticas, y ocupamos el lugar 35 en expectativa de vida. Creemos tener la democracia más grandiosa, pero nuestra participación en urnas es la menor de cualquier democracia occidental.
Somos lo más grande y lo mejor en todo, y exigimos y tomamos lo que queremos. Y a veces tenemos que ser unos violentos hijos de puta para obtenerlo. Pero si uno de nosotros no capta el mensaje y muestra la naturaleza sicótica y los brutales resultados de la violencia en Newtown, en Aurora o en el Tec de Virginia, entonces todos nos ponemos "tristes", "nuestros corazones están con los familiares" y los presidentes prometen adoptar "medidas significativas". Bueno, tal vez en esta ocasión este presidente lo diga en serio. Será mejor que así sea. Una enfurecida multitud de millones no va a dejar caer el tema.
Mientras discutimos y demandamos lo que se debe hacer, me permito pedir que nos detengamos a echar una ojeada a los que creo que son los tres factores extenuantes que podrían responder a la pregunta de por qué los estadunidenses tenemos más violencia que casi nadie más:
1. Pobreza. Si hay algo que nos separa del resto del mundo desarrollado, es esto: 50 millones de nuestros compatriotas viven en pobreza. Uno de cada cinco estadunidenses tiene hambre en algún momento del año. La mayoría de quienes no son pobres viven al día. No hay duda de que esto crea más crimen. Los empleos en la clase media previenen el crimen y la violencia. (Si no lo creen, háganse esta pregunta: si su vecino tiene empleo y gana 50 mil dólares al año, ¿qué probabilidades hay de que se meta en su casa, les meta un tiro en la cabeza y se lleve el televisor? Ninguna.)
2. Miedo/racismo. Somos un país terriblemente miedoso, si se considera que, a diferencia de la mayoría de las otras naciones, jamás hemos sido invadidos. (No, 1812 no fue una invasión: nosotros la empezamos.) ¿Para qué diablos necesitamos 300 millones de armas en nuestros hogares? Entiendo que los rusos estén un poco amoscados (más de 20 millones de ellos murieron en la Segunda Guerra Mundial). Pero, ¿cuál es nuestro pretexto? ¿Nos preocupa que los indios del casino nos hagan la guerra? ¿Que los canadienses parezcan estar amasando demasiadas tiendas de donas Tim Horton a ambos lados de la frontera?
No. Es porque muchas personas blancas tienen miedo de las personas negras. La gran mayoría de las armas en Estados Unidos se venden a personas blancas que viven en suburbios o en el campo. Cuando fantaseamos con ser asaltados o con que nuestra casa sea invadida, ¿qué imagen nos formamos del perpetrador en nuestra mente? ¿Es el chico pecoso que vive en nuestra calle, o alguien que es, si no negro, al menos pobre?
Creo que valdría la pena: a) esforzarnos por erradicar la pobreza y recrear la clase media que teníamos, y b) dejar de promover la imagen del hombre negro como el coco que va a hacernos daño. Cálmense, personas blancas, y desháganse de sus armas.
3. La sociedad del "yo". Creo que la norma del "cada quien para su santo" de este país es lo que nos ha puesto en el hoyo en que nos encontramos, y ha sido nuestra perdición. ¡Ráscate con tus uñas! ¡No eres mi problema! ¡Esto es mío!
Sin duda, ya no cuidamos de nuestros hermanos y hermanas. ¿Está usted enfermo y no puede costear la operación? No es mi problema. ¿El banco le embargó su casa? No es mi problema. ¿No tiene dinero para ir a la universidad? No es mi problema.
Y sin embargo, tarde o temprano se convierte en nuestro problema, ¿o no? Si quitamos demasiadas redes de seguridad, todos comenzamos a sentir el impacto. ¿Quieren vivir en una sociedad así, en la cual sí tendrán una razón legítima para sentir miedo? Yo no.
No digo que en otros lados sea perfecto, pero en mis viajes he notado que otros países civilizados ven un beneficio nacional en cuidar unos de otros. Cuidado médico gratuito, universidades gratuitas o de bajo costo, atención a la salud mental. Y me pregunto, ¿por qué no podemos hacer esto? Creo que es porque en muchos otros países las personas no se ven como separadas o solas, sino juntas en la senda de la vida, en la que cada una existe como parte integrante de un todo. Y uno ayuda a otros cuando tienen necesidad, no los castiga porque han tenido una desgracia o una mala racha. Tengo que creer que una de las razones por las que los asesinatos con armas de fuego son tan raros en otros países es porque hay menos mentalidad de lobo solitario entre sus ciudadanos. La mayoría son educados con un sentido de conexión, si no de abierta solidaridad. Y eso hace más difícil matarse unos a otros.
Bueno, pues he ahí algo en qué pensar mientras disfrutamos de las festividades. No se olviden de darle mis saludos a su cuñado conservador. Hasta él les dirá que si no pueden acertarle a un ciervo en tres disparos –y afirman necesitar un cargador de 30 tiros– es que no son cazadores, y no tienen nada que hacer con un arma en la mano.
¡Disfruten las fiestas!
Su amigo,
Michael Moore
Michael Moore. Cineasta documentalista y escritor estadounidense conocido por su postura progresista y su visión crítica hacia la globalización, las grandes corporaciones, la violencia armada, la invasión de Irak y de otros países y las políticas del gobierno de George W. Bush y sus antecesores.
La Jornada.com.mx. 28/12/12

578. Estados Unidos: ¡armas fuera!

 

La Fuerza de la Palabra

Estados Unidos: ¡armas fuera!

Federico Mayor Zaragoza
Se acabó el larguísimo tiempo de disculpas, de argumentos rebuscados, de tradiciones sobre la seguridad personal. Cada dos por tres, asesinatos colectivos. De forma recurrente, niños y mayores sacrificados sin que, como sucede con las drogas, nadie se atreva a modificar la inercia de lo establecido.
El negocio inmenso que se oculta tras estos hábitos que pertenecen, además, a la competencia de cada Estado, no puede seguir manteniéndose a base de nuevos sacrificios en el altar de estos “derechos constitucionales adquiridos”. Los Estados Unidos no pueden seguir dando malísimos ejemplos de esta naturaleza –al igual que sucede con la pena capital- por no ser materia de ámbito federal.
¡Armas fuera! Siempre habrá, en grandes colectivos, personas que pierden el juicio, pero corresponde al Estado asegurar, en toda la medida de lo posible, la seguridad ciudadana.
Espero que la horrenda matanza del Colegio de Newtown, en Connecticut, haga reflexionar a las autoridades y representantes de un gran pueblo que, por intereses inconfesables, se somete a anacrónicas “costumbres”. Unos, sometidos a la presión de la Asociación del Rifle, incapaces de reaccionar, ni ante los niños muertos, por los inmensos intereses que se obtienen. Los otros, incapaces de oponerse, azorados en el funambulismo de arcos parlamentarios muy ajustados. Lo que es cierto es que los Estados Unidos no pueden seguir presentando al mundo, del que deberían ser líder, frecuentes ejemplos de esta índole.
El asesino“siguió el horrible patrón de otras masacres similares”, se dice en la prensa. “Tenía cuatro armas de fuego y vestía un chaleco antibalas”.
“En lo que va de año, el sistema nacional que contabiliza el comercio de armas –informa “El País”- ha detectado 16.300.000 ventas” (pero en cada “venta” puede figurar un número ilimitado de piezas). El año pasado, de los 14.000 asesinatos que tuvieron lugar en los Estados Unidos, 10.000 lo fueron por armas de fuego. En 2009 hubo casi 600 muertos en accidentes causados por armas y unos 19.000 suicidios con el mismo método.
El Presidente Obama, “con la mirada de un padre” y lágrimas en los ojos, hizo un llamamiento para adoptar “acciones significativas”. Tómelas, señor Presidente, sin contemplaciones para los que sólo observan estos sucesos con ojos llenos de dólares y siguen defendiendo lo indefendible, lo inadmisible. Enmiende la Segunda Enmienda en la que se escudan los cómplices de este dislate.
Y dirija después su mirada, con determinación y firmeza, hacia los niños y niñas que mueren todos los días en el desamparo y el anonimato, en el olvido mueren de hambre miles de niños todos los días… mientras la sociedad saciada mira hacia otro lado.
Aproveche esta tristísima ocasión para hacer frente a esta ignominia, a esta vergüenza colectiva.
Federico Mayor Zaragoza. Doctor en Farmacia por la Universidad Complutense de Madrid. Ex Catedrático de Bioquímica de la Facultad de Farmacia de la Universidad de Granada y ex Rector de esta institución. Ex catedrático de su especialidad en la Universidad Autónoma de Madrid. Cofundador del Centro de Biología Molecular Severo Ochoa de la Universidad Autónoma de Madrid y del Consejo Superior de Investigaciones Científicas. Subsecretario de Educación y Ciencia del Gobierno español (1974-75), Diputado al Parlamento Español (1977-78), Consejero del Presidente del Gobierno (1977-78), Ministro de Educación y Ciencia (1981-82) y Diputado al Parlamento Europeo (1987). Ex Director General Adjunto de la UNESCO y en 1987, fue elegido Director General de dicha Organización. Presidente de la Fundación para una Cultura de Paz. Federico Mayor Zaragoza. 17/12/12

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