"Facundo Cabral, de niño rebelde a mensajero de la paz".
Buenos Aires, Argentina. El cantautor argentino Facundo Cabral, quien fue asesinado en Guatemala, forjó una carrera musical que lo llevó a recorrer escenarios de más de 150 países con canciones de protesta, compromiso social y reflexión espiritual.
Cabral nació el 22 de mayo de 1937 en la ciudad bonaerense de La Plata y su primera infancia estuvo marcada por el abandono por parte de su padre, Rodolfo; su madre, Sara, quedó a cargo de varios hijos y decidió mudarse a Tierra del Fuego, en el extremo sur de Argentina.
A los ocho años, su familia se mudó a la ciudad bonaerense de Tandil, donde trabajó en tareas rurales y se acercó a la música folclórica.
Debido a su comportamiento rebelde, fue internado en un reformatorio, del que escapó. En varias ocasiones contó que en aquella época conoció a Simón, un vagabundo que le hizo descubrir a Dios al recitarle el Sermón de la Montaña. Aquella experiencia lo llevó a componer su primera canción Vuele bajo.
Con su guitarra al hombro, pocos años después se mudó a la turística ciudad bonaerense de Mar del Plata, donde el dueño de un hotel le dio la oportunidad de cantar en público por primera vez.
Grabó sus primeros disco con el nombre de El Indio Gasparino, aunque este material no tuvo repercusión.
En 1970 grabó "No soy de aquí, ni soy de allá", uno de sus mayores éxitos musicales, mismo que lo llevó a compartir escenarios y estudios de grabación con artistas como Alberto Cortez, Julio Iglesias, Pedro Vargas y Neil Diamond.
Su obra se caracterizó por su mensaje espiritual y su tono de crítica social y protesta. En 1976 se exilió en medio de la dictadura militar que gobernó Argentina hasta 1983, y siguió con su carrera musical en México.
En 1984 regresó a Argentina, donde su música fue un gran éxito y donde logró llenos totales en sus conciertos.
A mediados de la década de los 90 se unió a Alberto Cortez para el espectáculo Lo Cortez no quita lo Cabral, donde combinaron humor y poesía con los temas que dieron fama a ambos artistas.
En 1996, la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco ) declaró a Cabral Mensajero Mundial de la Paz por su constante llamado a la paz y al amor.
Entre su discografía se encuentra No estás deprimido, estás distraído, Cantar sólo cantar y Cortezías y Cabralidades.
También escribió varios libros, entre ellos Borges y yo, en el que repasa sus diálogos con el célebre escritor argentino.
Uno de los hechos que marcó su vida fue la pérdida de su esposa y su hija en un accidente de avión, al cual él no alcanzó a subir. Los últimos años de su vida padeció cáncer.
Facundo le atribuía a la música y al cantar el haber dejado atrás el rencor acumulado en su vida y el haberse convertido en una pesona libre.
CNN.com. 9/7/2011
"Facundo Cabral: Un mensajero mundial de la paz".
Portland, Oregon. Si alguien puede darse el lujo de ser un amante de la paz, ese es Facundo Cabral.
Si alguien puede poner en duda que todavía existe gente que ama la paz, hay que mirar, leer y escuchar lo que hace Facundo Cabral.
Si alguien alguna vez tuvo duda que hay mucha gente andando por el mundo, gritando a voz en cuello, que el mundo necesita la paz, no hay otro ser humano que lo encarne mejor que el argentino Facundo Cabral.
Pero como sucede con demasiada frecuencia, esas son las voces que injusta e inmerecidamente se apagan por la acción de un gatillo, de una bala, de la contratación de un asesino a sueldo, que no sabe el valor que tiene la vida, que cumple con un cometido, para desgracia de la humanidad.
Eso fue exactamente lo que le ocurrió el sábado 9 de julio de 2011, cuando todavía el sol no despuntaba en Ciudad de Guatemala, a Facundo Cabral, quien a sus 74 años de edad, se encaminaba rumbo al aeropuerto de la capital del país centroamericano para tomar un vuelo que lo llevaría, a otro sitio de América Latina, a seguir cantándole a la vida, al amor, a la paz, a divertir con una elocuencia que hinchaba el corazón de sus seguidores, con la versión de sus canciones, que más parecían poemas, que letras de melodías que llegan al alma de todos, evidenciándose en las mismas, el verdadero valor que hay a través del amor en la búsqueda de la paz.
No hay explicación
No se sabe exactamente que pasó en esa madrugada del sábado 9 de julio a pocos kilómetros del aeropuerto de Ciudad de Guatemala. La acción asesina no tiene explicación alguna. Que se sepa, Facundo Cabral no tiene enemigos en su patria, mucho menos, en tierras en donde no tiene por qué tenerlos, pero la tragedia de la muerte la encontró en un abrir y cerrar de ojos, sin que se pueda definir los motivos que causaron la acción criminal en esa latitud de América Latina.
Terminó su trabajo artístico con dos presentaciones en Guatemala, con llenos a reventar en los respectivos escenarios; y salía para Nicaragua, en donde tenía contratos similares, este cantautor que deja huella entre la multitud de seguidores que tiene en todas partes del mundo, cuya vocación trovadora la ejercía desde su niñez.
Dolor, pena, vergüenza, repudio, desazón, tristeza, es lo que siente el pueblo guatemalteco por esa criminal acción que le segó la vida a Facundo Cabral, un hombre que no tenía más armas que su voz, su guitarra, sus canciones y un público al que hacía vibrar en cada presentación que ofrecía en cualquier escenario del mundo.
Embajador de buena voluntad de la Unesco, la entidad mundial que lo proclamó mensajero mundial de la paz, Facundo Cabral tenía su propio estilo, su propia manera de ser, un sello inigualable con la cadencia de su voz y en la forma en que interpretaba cada una de sus canciones que, sacadas del cubilete del poeta, estremecían el alma de quienes las escuchaban.
Era una forma de ser distinta, quizás rebelde, pero jamás irrespetuosa; tal vez, de contar a través de sus interpretaciones musicales, el dolor que sentía ante la impotencia del hombre en luchar por la paz, esa paz que pregonaba por todos los rincones del mundo, la cual dejaba por sentado cuando sostenía que "ama hasta convertirte en lo amado, es más, hasta convertirte en el amor".
Ni de aquí, ni de allá
De cuna humilde, acosado por el hambre y las necesidades desde su niñez, saltó a la fama mundial por allá en los años 70, con su canción "No soy de aquí, no soy de allá’’, quizás la más popular y querida de su repertorio, cuya letra, indiscutiblemente, dejan para la posteridad la impronta de un hombre que denodadamente luchó por las mejores causas que puede tener la vida: el amor y la paz.
Con su ya lento caminar, con muchos dolores sobre su estructura física, apoyándose en un bastón que le permitía andar mejor en medio de los avatares de la vida, Facundo Cabral estaba realizando, posiblemente, la última gira artística de su vida, porque ya pensaba en el retiro, en quedarse a contemplar sus últimos días en la tierra que lo vio nacer un 22 de mayo de 1937, en la localidad de la Plata, provincia de Buenos Aires.
"No estás deprimido, estás distraído’’, fue otra pieza musical que Facundo elevó a la categoría de versión inolvidable en su voz y en su estilo, o aquella otra melodía titulada "Cantar solo cantar’’, incluida en la magistral galería de sus interpretaciones de valía para siempre.
Terror y miedo
Con lágrimas que enjugaba desde lo más profundo de su corazón, Rigoberta Menchú, la premio Nobel de la Paz de Guatemala y ahora candidata presidencial, no encontraba palabras para describir el vil asesinato de quien nada debía en esta vida, sobre cuyo cuerpo se dispararon entre 25 y 30 balas, (tres de las cuales causaron la muerte), municiones disparadas por rifles AK-47, lo que deja saber a las claras que los delincuentes estaban bien armados y que tenían un objetivo plenamente definido al cometer el crimen.
"Estamos repudiando un crimen más, que está causando terror, miedo, y no dejo de pensar que Facundo fue asesinado por sus ideales’’, dijo Rigoberta Menchú minutos después de la tragedia en la zona donde ocurrieron los hechos, agregando que "sentimos como nuestro la desaparición de Cabral, algo que significa una afrenta para Guatemala, para América Latina y para el mundo de la cultura y de la música’’.
Su filosofía de la vida
"Cada vez que yo entraba a la casa de la Madre Teresa de Calcuta, sostenía Facundo, sentía que Dios recién había salido’’, expresión que modelaba la clase de persona que era, la filosofía que tenía de la vida y la forma en que concebía las cosas buenas que podía ofrecer el ser humano.
Para Facundo Cabral, la vida y la libertad tenían caminos iguales, porque ambas cosas surgen cuando hay amor en el ser humano. Y lo expresaba con sentencias como cuando escuchó estas palabras de su señora madre: "Cuando me marché de mi casa, niño aun, tenía siete años. Mi madre me acompañó hasta la estación, y cuando subí al tren, me dijo: este es el segundo y último regalo que puedo hacerte: el primero fue darte la vida, y, el segundo, la libertad para vivirla’’.
"Cada mañana es una buena noticia; cada niño que nace, es una buena noticia; cada hombre justo es una buena noticia; cada cantor es una buena noticia, porque cada cantor es un soldado menos’’, subrayaba Facundo.
En esas primeras horas del amanecer del sábado 9 de julio de 2011, Facundo Cabral iba rumbo al aeropuerto La Aurora, al sur de Ciudad de Guatemala, pero ciertamente, él no alcanzó a ver la aurora de ese nuevo día.
En el contrasentido de la vida, Facundo Cabral, un hombre que amaba la paz, que luchaba porque se diera la paz y el amor entre los hombres, su vida fue segada de la manera más violenta, insensible y desafortunada que puede tener un ser humano: morir bajo las balas asesinas de otros hombres…!
El Centinela Católico.org. 7/12/2011
"Facundo Cabral: un mensajero de la paz"
Bogotá, Colombia. El cantautor argentino Facundo Cabral nació el 22 de mayo de 1937 en la ciudad de La Plata, en la provincia de Buenos Aires. Vivió una dura y desprotegida infancia marcada por el abandono de su padre cuando apenas tenía ocho años, e incluso estuvo encerrado en un reformatorio.
Su carrera artística inició en 1959 en un hotel de la ciudad de La Plata, donde lo contrataron al verlo con su guitarra al hombro, y donde adoptó su primer nombre artístico, El Indio Gasparino. Desde esa época se destacaba por ser uno de los más destacados intérpretes de las cuerdas en América Latina.
En 1970 grabó una de sus canciones más representativas, No soy de aquí, ni soy de allá. A lo largo de su carrera grabó en nueve idiomas y lo hizo a dúo con cantantes como Alberto Cortés, Julio Iglesias, Pedro Vargas O Neil Diamond. También recorrió más de 150 países.
Jesucristo, Gandhi y la madre Teresa de Calculta marcaron su influencia espiritual, mientras que los escritores Jorge Luis Borges y Walt Withman lo hicieron en el campo literario. Con esos acentos tomó el rumbo de la canción social.
La dictadura que vivió su país desde el 24 de marzo de 1976 motivó su autoexilio desde ese mismo año, cuando se radicó en México.
En 1984 regresó en Argentina, al año siguiente del fin de la dictadura. Cantó en escenarios como el teatro Luna Park de Buenos Aires. En 1987 ofreció un concierto en el estadio de Ferrocarril Oeste, donde 35 mil seguidores ocuparon las graderías. En 1994 emprendió una gira internacional. Se presentó en conciertos por varios países con Alberto Cortez, en una gira llamada ‘Lo Cortez no quita lo Cabral’
En enero de 1996, actuaban en Mar del Plata, cuando Alberto Cortez debió ser llevado a una intervención quirúrgica debido a una obstrucción en la carótida, por lo que Cabral continuó solo la gira.
Ese mismo año, la Unesco lo declaró Mensajero Mundial de la Paz, en reconocimiento a su constante llamad a la paz y al amor. También fue declarado Ciudadano ilustre de la Ciudad de Buenos Aires.
RCN Radio.com 7/7/2011