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256. ONU condena asesinato de Facundo Cabral

Caracas, Venezuela. ''El sistema de la ONU se une al sentimiento de consternación y frustración de una sociedad guatemalteca que se mira asediada por hechos intolerables de violencia'', lamentó el ente internacional en un comunicado
El sistema de la Organización de Naciones Unidas (ONU) en Guatemala repudió “enérgicamente” el asesinato a balazos del cantautor argentino Facundo Cabral, perpetrado en la periferia sur de la capital guatemalteca, reseñó la agencia AFP.
“El sistema de la ONU se une al sentimiento de consternación y frustración de una sociedad guatemalteca que se mira asediada por hechos intolerables de violencia”, lamentó el ente internacional en un comunicado.
Agregó: “Con su voz y su canto Facundo Cabral fue nombrado Mensajero Mundial de la Paz por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco, por sus siglas en inglés). Resulta dolorosamente paradójico que quien recorrió Latinoamérica con un mensaje de justicia, paz y fraternidad pierda la vida el día de hoy en manos un grupo de sicarios”.
Asimismo, se hizo "eco de las voces de las y los millones de guatemaltecos que están cansados de tanta violencia y que han decidido empeñar sus vidas y trabajo para frenar la situación de inseguridad y dar un giro radical a esta situación de constante zozobra y temor”.
También espera que las autoridades competentes puedan “esclarecer los hechos del atentando y así llevar a los responsables ante la justicia”.
Cabral fue atacado por desconocidos cuando se dirigía al aeropuerto internacional La Aurora de la capital guatemalteca, donde ofreció dos conciertos el martes y jueves, para viajar a Nicaragua.
AVN. MinCI.gob.ve 9/7/2011

"Violencia silencia la música".
Santo Domingo, República Dominicana. La muerte de Facundo Cabral, artista y enamorado de la vida, pero enojado con la injusticia, se suma a la de tantos otros que, en ese continente, la violencia ha arrebatado las palabras sinceras que muchos no quieren escuchar.
El cantautor argentino tuvo que abandonar su país en 1976, durante la última dictadura, y se exilió en México donde continuó componiendo y haciendo representaciones.
Tras años dedicado a cantar contra la injusticia y la desigualdad, el trovador argentino se topó con la muerte cuando se disponía a abandonar Guatemala donde había ofrecido dos conciertos en la capital y en Quetzaltenango. Un grupo de sicarios le abatió a tiros.
Según el ministro guatemalteco del Interior, Carlos Menocal, el ataque a tiros en el que falleció el artista de 74 años no iba dirigido en su contra, sino contra el empresario nicaragüense Henry Fariña, que lo contrató para cantar en Guatemala y Nicaragua y que lo llevaba en su automóvil hacia el aeropuerto internacional La Aurora.
Fariña, un nicaragüense radicado en Guatemala desde hace varios años, según investigadores guatemaltecos, además de dirigir una empresa dedicada a organizar conciertos de artistas internacionales también era propietario de varios centros nocturnos en Centroamérica.
Otros también han sido víctimas
Antes que Cabral han sido otros artistas latinoamericanos los que han perdido la vida de forma violenta. Tal es el ejemplo del emblemático artista chileno Víctor Jara, al que América Latina no olvida. Cantautor, director de teatro y destacado miembro del Partido Comunista de Chile, que fue fusilado en el Estadio Chile el 16 de septiembre de 1973 tras el golpe de estado en el país encabezado por Augusto Pinochet.
En el año 2003 ese mismo estadio en que le quitaron la vida fue rebautizado con su nombre.
La famosa y carismática Selena, reina del tex-mex, murió abatida a tiros, en su caso por la espalda, el 31 de marzo de 1995. Su asesina fue Yolanda Saldivar, la presidenta de su club de admiradores, quien fue sentenciada a cadena perpetua.
También Rafael Orozco, el cofundador de la banda folklórica colombiana El Binomio de Oro, fue asesinado el 11 de junio de 1992 durante una fiesta que celebraba su hija en la terraza de su propia casa y cuando conversaba con dos músicos de otra banda. Jamás hubo una sentencia.
En el caso del cantante mexicano Sergio Vega, El Shaka, el 26 de junio de 2010, fue atacado en su coche desde otro vehículo en marcha en la carretera de México-Nogales. Le dispararon unas treinta veces. Disparos también recibió Felipe Pirela, venezolano conocido como el Bolerista de América, fue asesinado en 1972 en Puerto Rico. El asesino fue detenido tres días después.
La violencia se repitió con Víctor Yturbe, El Pirulo, el cantante de boleros más famoso de México, quien murió a consecuencia de los disparos que le abatieron en la puerta de su casa el 29 de noviembre de 1987. Nunca fueron hallados sus asesinos.
Peligroso cantautor protesta
.El autor de la famosa canción No soy de aquí, ni soy de allá, nació en La Plata, provincia de Buenos Aires, el 22 de mayo de 1937, en el seno de una familia humilde. Facundo fue abandonado por su padre poco antes de nacer y a los nueve años dejó su casa familiar para ir a la aventura de conocer al entonces presidente argentino Juan Domingo Perón, porque había oído que éste ofrecía trabajo a los pobres.
Tras una intensa juventud no exenta de los excesos del alcohol, el artista se refugió en la religión cristiana y comenzó a actuar cantando sus propias canciones inspiradas en ideas sociales de justicia y solidaridad, además de poesía, lo que hacía de él un cantautor protesta.
Por esa condición de la que era ya conocido en su país tuvo que abandonar Argentina en 1976 durante la última dictadura y se exilió en México donde continuó componiendo y haciendo representaciones.
A los 40 años, conoció en Nueva York al "amor de su vida", una joven veinte años menor que él con la que tuvo una hija. Ambas murieron en un accidente de avión.
Abatido por la tragedia, fue precisamente la Madre Teresa quien le sacudió preguntándole "Facundo, dónde vas a poner el amor que te va a sobrar?", y así se lo llevó a bañar leprosos a Calcuta.
En 1984, regresó a Argentina para ser profeta en su tierra, vendiendo discos y llenando teatros y estadios. Hombre de mil anécdotas, de vida intensa, vivía desde hace algunos años en un hotel de Buenos Aires, ya casi ciego, pero sin dejar de crear y comunicar su arte.
Grabó decenas de discos y escribió varios libros, una decena de ellos editados, entre ellos "Borges y yo", donde repasa sus diálogos con el célebre escritor argentino.
Declarado por la Unesco "Mensajero mundial de la paz" y nominado al Nobel de la Paz en 2008, Cabral murió paradójicamente víctima de una atroz violencia, a la que no le tenía miedo.
"Si estás poblado de amor no podrás tener miedo porque el amor es valentía. Yo me crié en la violencia, con siete hermanos, nueve años en el desierto y cuatro de ellos murieron de hambre y de frío. Me crié con la violencia, luego la dictadura, el abandono de mi padre", dijo Cabral el año pasado, en un entrevista en México, cuando le preguntaron si no tenía miedo de actuar allí.
Isabel Martínez Pita.12/7/2011

"Facundo Cabral, bohemio hasta el fin de sus días".
Mérida, Yucatán. Buscador sempiterno de la verdad, predicador constante de la paz y del amor, mentiroso consumado, artífice constante de diferentes realidades, a través de los ardides del lenguaje, Facundo Cabral murió como nunca nadie lo habría supuesto ni esperado, bajo el fuego y las balas de unos asesinos que no lo buscaban a él, pero que lo convirtieron en víctima inocente.
Enhebraba anécdotas de diversos personajes de la historia, que ciertas o no, hacía aparecer como verdaderas y en cada presentación cambiaba o enriquecía pasajes de su vida, que se antojaba un tanto distorsionada, pero verídica.
La vida de Cabral es en si misma una leyenda que raya en lo poético. Se dice que a final de cuentas, su padre hizo por él y su familia lo único que pudo: irse, que su abuelo los echó de casa y que desde entonces, hizo de vagabundear un arte.
Se cuenta que muy niño huyó de casa y emprendió una larga marcha hacia la capital argentina, donde ansiaba entrevistarse con el mandatario de aquel tiempo y su mujer, afamados por dar trabajo a los pobres. De algún modo obtuvo la dirección de la residencia oficial y pudo burlar el cerco de seguridad; ahí se gestó el primero de sus grandes mitos: que Eva Perón dijera que era la primera vez que alguien les solicitaba empleo y no limosna.
Cabral estuvo preso en un reformatorio por su carácter violento. Padeció el alcoholismo a temprana edad. Fue inicado por un sacerdote jesuita en el vicio de la literatura, hábito que padecería toda la vida. Hizo en tres, estudios que normalmente hubieran llevado doce años. Vivió entre místicos y vagabundos.
Al escuchar el Sermón de la Montaña, tuvo consciencia de haber nacido y tras reflexionar, vino la iluminación y escribió su primera canción: Vuele Bajo, un arrullo hecho para dormir o calmar a ese niño asustado y herido que siempre vivió en su interior.
Tocaba la guitarra, admiraba el folclorismo y a Yupanqui. Su nom de guerre inicial fue el Indio Gasparino. En 1970 grabó No Soy de Aqui, Ni Soy de Allá, tema que resumía lo azaroso de su vida y definía su vocación de poeta errante.
Fue influenciado por San Francisco de Asís, Ghandi, la Madre Teresa, amaba a Borges y a Whitmann. En sus conciertos reflejó siempre su misticismo, su pasión por la literatura, un ácido sentido del humor y una punzante crítica social.
Tenía la capacidad de mentir convincentemente. De ser asertivo y fecundamente ingenioso y creador. Cuando regresó a Argentina en el 84, junto con otro ícono de la música, Alberto Cortez, realizó la gira Lo Cortez no Quita lo Cabral, donde ambos se combinaron para brindar esa mezcla exacta de humor, amor e ironía.
Otra de sus leyendas dice que a los cuarenta años perdió a su mujer e hija en un accidente de aviación. Se cuenta que a los cuarenta y seis conoció a ese padre inédito que en el pasado lo abandonó y pudo perdonarlo.
Se dice que padecía cancer pancreático y que pensó morir, que fue quedando ciego, que en el colmo de la congruencia entre lo que pensaba y decía, jamás poseyó nada, vivía en cuartos de hotel, como resumió en una nota: Fue mudo hasta los nueve años, analfabeto hasta los catorce, enviudó trágicamente a los cuarenta y conoció a su padre a los cuarenta y seis. El más pagano de los predicadores cumple setenta años y repasa su vida desde la habitación de hotel que eligió como última morada.
Desprendido y generoso como era, entregaba a un conductor de taxi, amigo suyo, todos los reconocimientos que recibía. Fue nombrado mensajero mundial de la paz por la UNESCO y ciudadano ilustre de Buenos Aires, no por su trayectoria artística, sino por su infatigable labor como vocero de la armonía y la unidad de los pueblos del mundo.
Tras presentarse en Guatemala aseguró: ya di las gracias a ustedes (refiriéndose al público), daré las gracias en Quetzaltenango y después que sea lo que Dios quiera, porque el sabe lo que hace. Acaso intuía su muerte. La última canción que interpretó en su actuación postrera en Quetzaltenango fue No Soy de Aquí, Ni Soy de Allá.
Fue asesinado en la madrugada, cuando se dirigía en compañía del empresario que lo contrató y su representante, al aeropuerto para cumplir su siguiente presentación. El predicador constante de la paz, el poeta, el compositor, el bohemio, el visionario, fue arteramente acribillado por ráfagas de sicarios que le quitaron la vida, cuya alegría brindaba a los demás y escanciaba en su copa personal a manos llenas.
Todo era estupor. Todo mundo se negaba a creerlo. Se le consideraba inmortal como a Dalí, porque los símbolos tienen una corteza que resiste la corrosión y la muerte. La noticia de su deceso dio la vuelta al mundo entero, hasta que lentamente, su nombre fue entrando en la leyenda que en 1937 inició, no en balde decía que al quedar las coplas en el alma popular, lo que se pierde de gloria, se gana de eternidad...
Descanse en paz Facundo Cabral. Admito que maten a un político, pero jamás podré tolerar que se asesine a un poeta...
Dios, Patria y Libertad
Guillermo Barrera Fernández. Artículo 7.com.mx. 11/&/2011