México, Distrito Federal. En
México, se destruyen alrededor de 4.2 millones de toneladas de comida al año
que podrían servir para alimentar a unas 33 millones de personas.
Esto de
acuerdo con datos de la Asociación Mexicana de Bancos de Alimentos (AMBA), que
acopia diversos productos entre particulares para entregar a la población
necesitada. Paradójicamente, la Cruzada Nacional contra el Hambre, puesta en
marcha el mes pasado por el Gobierno federal, tiene como meta sacar del nivel
de pobreza alimentaria extrema a 7.4 millones de mexicanos en 400 municipios.
El Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval)
advierte que existen 21 millones de mexicanos en pobreza alimentaria. Sin
embargo, muchas empresas destruyen alimentos –y otro tipo de productos– debido,
por un lado, a que desconocen las ventajas fiscales que implica su donación, la
cual puede deducirse de los impuestos.
Y, por otro, porque consideran que los
trámites para hacer efectivas estas deducciones son difíciles o, simplemente,
porque desconocen este beneficio.
"Lo que nos ha ocurrido es que empresas
que dan aviso de destrucción les llamamos y resulta que sí nos pueden donar lo
que originalmente habían puesto en destrucción.
Sí hay cierta confusión",
lamentó Claudia García Zambrano, responsable del área de difusión del Banco
Alimento para Todos.
En México, es una obligación fiscal donar aquellos
artículos que hayan perdido sus cualidades de venta.
A cambio, se puede deducir
el valor total de la mercancía, más un 5 por ciento de la utilidad que se
habría obtenido de haber sido comercializada.
Pese a esto, la mayoría de los
avisos que recibe el Servicio de Administración Tributaria (SAT) son de
destrucción, ya que, de lo contrario, la autoridad puede presumir que los
bienes se comercializaron y, por tanto, deben pagarse impuestos.
La AMBA
precisó que el año pasado recuperaron únicamente unas 128 mil toneladas de
alimentos, apenas 3 por ciento de todo lo que se desperdicia en el País.
Actualmente, el SAT publica en su sitio web una lista de avisos de destrucción
y donación de mercancías.
Ahí las empresas pueden informarse sobre los bienes
que, por sus condiciones, deben ser destruidos y los que cumplen con los
requisitos para donarlos a instituciones de asistencia privada.
Las reglas
actuales estipulan que las empresas sólo pueden donar alimentos con un periodo
de caducidad no mayor a 30 días y en el caso de medicamentos, no mayor a 6
meses; deben garantizar que durante el periodo previo a la donación pueden
almacenarlos en condiciones que garanticen su estabilidad y avisar a la
autoridad al menos un mes antes de que los productos caduquen.
Aun así, debido
a que por lo general no se verifica qué mercancía puede ser donada, la mayoría
se destruye.
Édgar Herrera, de la calificadora Filantropía, advirtió que las
empresas deben ver en la donación una oportunidad de ingreso, en lugar de una
pérdida.
Karla Rodríguez. El Norte.com. 11/02/13