Páginas de Cultura de Paz y No Violencia

1219. La armonía entre todas las religiones

Hubo un tiempo en que se decía que la religión era una cuestión que debía quedar circunscrita al ámbito de lo privado. Creer o no creer, seguir una doctrina u otra, practicar o no unos ritos, era una opción personal que no debía tener resonancia en la esfera social. El espacio público era y debía ser laico.
Naturalmente había discrepancias y la realidad social demostraba que el sentimiento religioso estaba vivo en las personas y que trascendía al ámbito público. Basta con recordar al efecto los debates y los pronunciamientos judiciales sobre los crucifijos en las escuelas, los símbolos religiosos en los espacios públicos, el velo, la adaptación en los comedores escolares a las dietas alimenticias de las distintas religiones, la atención espiritual en hospitales, la adaptación de zonas en cementerios, etc. En todos los ámbitos de la vida observamos momentos en que la pertenencia a una determinada confesión establece una forma de actuar que, naturalmente, se visualiza en la sociedad.
Esta realidad diversa, que está siendo reconocida por la opinión general, no deja de presentar problemas de adaptación y de aceptación por algunas personas o colectivos. De esta forma, puede plantearse la cuestión de si la trascendencia del hecho religioso en la sociedad es positiva o negativa para la concordia social. En realidad es difícil separar, en muchos casos, el sentimiento religioso de un grupo, de sus componentes culturales propios.
Ante la importancia que tiene el hecho religioso en el mundo, la Asamblea General de la Organización de Naciones Unidas, en el año 2010 proclamó la primera semana de febrero Semana Mundial de la Armonía Interconfesional entre todas las religiones, confesiones y creencias (resolución 65/5), en la que alienta a los Estados a apoyar “la difusión del mensaje de la armonía interconfesional y la buena voluntad … sobre la base del amor a Dios y al prójimo o del amor al bien y al prójimo, cada uno según las propias tradiciones o convicciones religiosas”.
La ONU en el mismo texto recuerda sus diversas resoluciones relativas a la cultura de la paz y la no violencia; a la comprensión, la armonía y cooperación religiosas y culturales en pro de la paz; al Diálogo entre civilizaciones y a la eliminación de todas las formas de intolerancia y discriminación basadas en la religión o las creencias.
Reconoce, la necesidad imperiosa de que las distintas religiones dialoguen para que aumente la comprensión entre las personas. Asimismo destaca que en los imperativos morales de todas las religiones se incluyen la paz, la tolerancia y la comprensión mutua.
Es de destacar la importancia de este texto que, procediendo de un foro internacional laico, proclama sin reservas la aportación de las religiones a la paz en el mundo y la necesidad del diálogo entre las distintas religiones para que aumente la comprensión mutua y la tolerancia entre las personas. Pide que este mensaje de amor y solidaridad con el prójimo se efectué en las iglesias, mezquitas, sinagogas, templos y lugares de culto.
Es decir, está reclamando la complicidad de los líderes religiosos para que, con su palabra, inviten a todos los fieles a aceptar, difundir y vivir personal y socialmente sobre la base del amor a Dios y al prójimo, según su propia convicción religiosa.
En estos días , siguiendo la propuesta de la ONU, en nuestro país se han organizado diversos actos con la participación de la esfera gubernamental y de los líderes de las diversas religiones reconocidas, en los que se ha podido visualizar la voluntad de diálogo y solidaridad existentes y la voluntad de participar en la construcción de una sociedad que considera suyas, y los vive, los valores de amor y solidaridad propuestos por todas las religiones y que son básicos en un sociedad que desea vivir en paz.
Es bueno que en unos tiempos de crisis económica, de valores y de inseguridad social, se encuentren momentos para reflexionar sobre necesidad del diálogo, la comprensión y la tolerancia entre los hombres como dimensiones importantes en la cultura de la paz.
Es bueno que en unos tiempos en que el terror parece que quiere ganar espacio en la conciencia pública se destaque que la paz no se construirá con las pistolas, ni con el odio, ni la discriminación.
La paz se construirá amando al prójimo.
Xavier Puigdollers i Noblom. Profesor de Derecho Eclesiástico del Estado de la Universidad AbatOliba CEU.
Xavier Puigdollers i Noblom. EnPositivo.com. Barcelona, España. 09/02/15