Washington, Estados Unidos. El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, aseguró hoy que Corea del Norte ha demostrado con su ataque contra una isla surcoreana que es una "seria y persistente amenaza", y urgió a China a mediar en la situación.
"Queremos asegurarnos de que todas las partes en la región reconocen que ésta es una seria y persistente amenaza con la que hay que lidiar", dijo el presidente en una entrevista que la cadena de televisión ABC emitirá mañana y de la que adelantó hoy un extracto.
Obama instó específicamente a China a mantenerse firme y "dejar claro a Corea del Norte que hay una serie de normas internacionales que deben respetar".
El Gobierno chino, principal aliado del régimen de Pyongyang, no ha condenado explícitamente el ataque, que causó dos bajas militares a Corea del Sur, aunque sí ha expresado su "preocupación" por el incidente y ha pedido que se verifiquen los hechos.
Obama tiene previsto llamar por teléfono esta noche a su homólogo surcoreano, Lee Myung-bak, para transmitirle su solidaridad y "consultar detenidamente con él la respuesta más apropiada" al ataque, según dijo en la entrevista.
"Éste es sólo un incidente provocativo más en una serie que hemos visto a lo largo de los últimos meses (...). Hemos condenado firmemente el ataque, y estamos contactando una vez más a la comunidad internacional para que presione a Corea del Norte", indicó.
Aunque no quiso especular sobre las posibles acciones militares que podría emprender Estados Unidos, Obama reiteró que Corea del Sur es "uno de nuestros aliados más importantes" y "uno de los pilares de la seguridad estadounidense en la región del Pacífico".
El presidente analizó esta tarde el incidente con su equipo de seguridad nacional, en una reunión en la que estuvo presente la secretaria de Estado, Hillary Clinton, el responsable de Defensa, Robert Gates, y el comandante de la división del Ejército estadounidense en Corea, el general Sharp, entre otros.
Obama "reiteró el inquebrantable apoyo de Estados Unidos a su aliado, Corea del Sur", y debatió con el equipo sobre "maneras de profundizar en la paz y seguridad en la región", según informó la Casa Blanca en un comunicado.
El Departamento de Estado de EE.UU. calificó hoy el ataque como una "acción militar no provocada", y dijo que prepara una respuesta unificada, mesurada y deliberada con sus socios del diálogo nuclear a seis bandas (las dos Coreas, Rusia, China y Japón).
El ataque lanzado desde Pyongyang ha sido uno de los incidentes más graves entre los ejércitos de los dos países desde que se puso fin a la Guerra de Corea (1950-53) con un armisticio que estableció la separación de la península en dos países.
Las autoridades surcoreanas señalaron hoy que, en caso de que se produzca otra provocación similar, habrá "una dura represalia" por parte de Seúl.
Google.com. 23/Nov/2010
Corea del Norte ataca la isla surcoreana de Yeonpyeong
Seúl, Corea del Sur. El presidente de Corea del Sur, Lee Myung Bak, ordenó este martes al Estado Mayor del Ejército que ataque la base de misiles desplegada por Corea del Norte en la costa occidental en caso de que se produzca una nueva "provocación". En una videoconferencia con el jefe del Estado Mayor, el general Han Min Koo, el presidente ordenó "una respuesta a escala múltiple" al ataque efectuado este martes por la artillería norcoreana contra la isla surcoreana de Yeonpyeong, según informó la portavoz de Lee, Kim Hee Jung, citada por la agencia Yonhap.
Lugar del ataque
Vuelven a rugir las armas en la Península Coreana, la última frontera que queda de la Guerra Fría y uno de los puntos calientes del planeta. A las dos y media de la tarde (seis y media de la mañana, hora española), una ráfaga de proyectiles de artillería disparada por el Ejército de Corea del Norte ha caído como una lluvia de fuego y destrucción sobre la isla surcoreana de Yeonpyeong [imágenes], junto a la frontera entre ambos países en el Mar Amarillo y a poco más de 100 kilómetros de Seúl.
Al menos dos soldados han muerto a causa de los disparos de artillería contra la isla situada en aguas disputadas por ambos países en la costa oeste de la península.
Según fuentes surcoreanas, Corea del Norte disparó al menos 200 proyectiles contra la isla y el Ejército de Corea del Sur respondió con el disparo de más de 80 proyectiles contra las posiciones de la artillería norcoreana emplazadas en la costa oeste del país y ordenando el envío de aviones de combate a la isla.
No obstante, la agencia estatal norcoreana, KCNA, aseguró que los militares surcoreanos habían sido los primeros en disparar "decenas de proyectiles" que obligaron al Ejército norcoreano a reaccionar. En respuesta a esta acusación, el Ejército de Corea del Sur admitió que estaba efectuando ensayos balísticos en Yeonpyeong antes del bombardeo norcoreano, pero aseguró que los disparos habían apuntado al oeste y no al norte.
El Norte amenaza con ataques despiadados
El mando del Ejército de Corea del Norte ha amenazado este martes con lanzar nuevos ataques "despiadados" contra Corea del Sur, después del bombardeo efectuado esta mañana contra territorio surcoreano, en el que murieron al menos dos soldados. En un comunicado difundido por la agencia estatal de noticias norcoreana, KCNA --recogido por la agencia surcoreana Yonhap--, el mando militar norcoreano acusó al Ejército surcoreano de haber sido el primero en disparar. Y que durante el intercambio de disparos de artillería registrado este martes entre las dos Coreas el Ejército de Seúl lanzó "decenas de proyectiles".
El Ministerio surcoreano de Defensa ha informado de que el ataque de la artillería surcoreano ha alcanzado a 20 personas (17 soldados y tres civiles), que el bombardeo fue "intencionado y planificado" y supone una clara violación del armisticio entre las dos Coreas.
«Las casas y las montañas están ardiendo y la gente está siendo evacuada. No se puede ver muy bien porque hay una nube de humo», explicó a la televisión YTN uno de los 1.300 vecinos de la isla, quien aseguró que «estamos aterrorizados porque las bombas siguen cayendo mientras hablamos».
Según el Gobierno de Seúl, un soldado surcoreano ha fallecido y trece han resultado heridos por el ataque del Norte, al que ha respondido abriendo fuego con sus cañones y desplegando sus cazas de combate en la zona. En medio de estas escenas de guerra, el Ejército surcoreano está intentando evacuar a los habitantes de la isla, que se han refugiado en bunkers mientras ardían decenas de casas, unas 50 o 70 a tenor de otros testigos citados por la televisión surcoreana.
Las imágenes difundidas por la cadena YTN muestran una columna de humo que asciende sobre la isla de Yeonpyeong, escenario del incidente más grave entre las dos Coreas desde el naufragio en marzo de la corbeta “Cheonan”, en el que murieron 46 marineros del Sur. Una investigación llevada a cabo por Seúl y expertos internacionales concluyó que un torpedo norcoreano había hundido la embarcación, pero Pyongyang ha negado reiteradamente dichas acusaciones.
Contra la población civil
Aunque las escaramuzas navales y los tiroteos se repiten con frecuencia en la tensa frontera entre las dos Coreas, divididas por el Paralelo 38 desde el final de la guerra (1950-53), la novedad en este caso es que el objetivo del ataque ha sido la población civil de Yeonpyeong.
Según explicó a la agencia AP un oficial del Alto Mando surcoreano, su Ejército estaba llevando a cabo ejercicios militares en la zona y el Norte les había pedido que los detuvieran. En lugar de parar, los soldados surcoreanos continuaron con las maniobras y dispararon artillería sobre sus propias aguas, pero en una zona disputada con Pyongyang, que parece haber respondido lanzando el ataque.
De inmediato, Seúl ha activado todas las alertas y su presidente, Lee Myung-bak, ha anunciado una contundente respuesta si continúan las provocaciones del régimen estalinista dirigido por Kim Jong-il. Sin ir más lejos, este ataque se produce justo después de que Pyongyang haya enseñado a un científico estadounidense una nueva planta de enriquecimiento de uranio dotada con 2.000 centrifugadoras y capaz de producir bombas atómicas.
De hecho, el incidente ha sorprendido al enviado de EE.UU. para Corea del Norte, Stephen Bosworth, dentro de su gira asiática para retomar las conversaciones a seis bandas de Pekín sobre el desarme nuclear de Pyongyang. Bosworth se dirige a China tras visitar Seúl y Tokio, donde descartó que se retomen las negociaciones “si siguen activos los programas norcoreanos o mientras haya posibilidad de nuevos ensayos atómicos o de misiles”.
Además, este nuevo capítulo se encuadra dentro del proceso de sucesión abierto en Corea del Norte, donde el mes pasado fue presentando el heredero de Kim Jong-il, su hijo menor Kim Jong-un, como futuro “hombre fuerte” de esta dinastía hereditaria comunista. Vuelve la tensión, si es que alguna vez se relajó, a la última frontera de la Guerra Fría.
ABC.es. 24/Nov/2010