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276. "Congreso, corresponsable por muertos y dolor": Javier Sicilia


México, Distrito Federal. Al iniciar el Diálogo con los representantes del Congreso, a nombre del Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad, el poeta Javier Sicilia exigió a los legisladores ahí presentes pedir perdón a las víctimas de la guerra contra la delincuencia organizada que puso en marcha el presidente Felipe Calderón, porque el Poder Legislativo también tiene responsabilidad.
“Ustedes son también corresponsables de nuestros muertos y de nuestro dolor”, recalcó Sicilia frente a los rostros serios de los coordinadores parlamentarios de todas las fuerzas políticas.
Resaltó que el Congreso le permitió a Calderón seguir adelante con la estrategia contra los cárteles de la droga que ha costado 50 mil muertos, 120 mil desaparecidos, miles de desplazados y millones de mexicanos que viven con temor por la violencia y la inseguridad.
Pero no sólo eso, lo responsabilizó de aprobar recursos presupuestales con los que el presidente Calderón financia esa “fallida estrategia anticrimen”.
Una vez que el presidente de la Comisión Permanente, Manlio Fabio Beltrones, dio inicio al encuentro realizado en el alcázar del Castillo de Chapultepec, Sicilia, a quien le acompañan varios integrantes de su movimiento y familiares de víctimas, no cesó de fustigar a los legisladores.
Les preguntó por qué han tolerado las atrocidades que se cometen contra los migrantes centroamericanos, por qué no han puesto orden en el Sistema Nacional de Migración y los acusó de no representar a la ciudadanía, sino a sus partidos e intereses electorales.
El dirigente de ese movimiento por la paz le señaló asimismo que el país vive una crisis grave y exige un cambio radical de todos. Les advirtió que están en la disyuntiva de optar por la paz o por la guerra y enumeró luego una serie de demandas específicas. Pidió al Congreso no aprobar en los términos en que se pretende en la Cámara de Diputados la Ley de Seguridad Nacional, ya que llevaría a la instauración de un estado policiaco militar, propuso que se cambie la redacción conjuntamente con representantes de la sociedad.
Reclamos son justos: Legisladores
Legisladores de todos los partidos políticos se pronunciaron por escuchar y dar respuesta a las diversas demandas de la sociedad, que ha sido agraviada por el clima de inseguridad y la violencia.
Los reclamos son justos, coincidieron diversos actores políticos entrevistados por separado en el Alcázar del Castillo de Chapultepec, en el marco del encuentro público de los integrantes de la Comisión Permanente del Congreso de la Unión y del Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad, que encabeza el escritor Javier Sicilia.
El senador Manlio Fabio Beltrones expuso: “Pues no creo que existan reclamos débiles; si son reclamos, deben ser muy firmes y estoy más que convencido de que solamente debe identificarse a quien deben hacerse los reclamos, si es que existen, pero confiado en que debe haber también muchas propuestas y esas propuestas, inteligentes, deben ser atendidas por los congresistas”.
Añadió que el Congreso acudió al encuentro con este Movimiento con el ánimo de escuchar, de atender y también de decidir.
“Creo que esa es la función de un legislador, entendemos las razones del Movimiento de Paz con Justicia y Dignidad, y sabemos perfectamente bien que se construye no nada más de un dolor, sino también de un sentimiento de que las cosas no van bien y que hay que buscar, todos juntos, el resolver los problemas del país”.
Ciudadanizar el Consejo de Seguridad Pública, proponen.
El investigador Fabián Sánchez Matus, de la organización I(dh)eas, propuso que se elabore un registro nacional de detenidos, que se legisle a nivel federal en materia de desaparición forzada de personas y que se haga también un registro de los desaparecidos
Sánchez Matus detalló que sólo en diez estados hay legislación sobre las desapariciones forzadas de personas, en Aguascalientes, Baja California, Chiapas, Durango, Distrito Federal, Chihuahua, Oaxaca, entre otras, pero la única que cumple en mayor medida con los estándares internacionales es la legislación del estado de Guerrero, la que propuso a diputados y senadores se tome como modelo.
Dijo que es necesario que se cuente con un registro nacional de detenidos que lo integren la Secretaría de la Defensa Nacional, la Secretaría de Marina, la Procuraduría General de la República y las procuradurías estatales, en donde se aclaren quién llevó a cabo la detención, quién lo ordenó y el nombre del detenido.
Por su parte, la investigadora Elena Azaola propuso que se consideren la integración de cinco ciudadanos al Consejo Nacional de Seguridad Pública para que haya una agenda con transparencia y con aportación ciudadana para que haya corresponsabilidad.
Resaltó ante diputados y senadores que más de 400 organizaciones civiles académicos, juristas y expertos, avalan la propuesta.
Diario de Victoria.com.mx. 29/7/2011

"Sicilia pide a los congresistas que pidan perdón por las víctimas del narcotráfico".
México, Distrito Federal. El poeta y activista Javier Sicilia ha exigido a los legisladores mexicanos que pidan perdón por las víctimas de la guerra contra el crimen organizado emprendida por el presidente Felipe Calderón, al entender que el Congreso mexicano tiene parte de la responsabilidad.
"Ustedes son también corresponsables de nuestros muertos y de nuestro dolor", recalcó Sicilia en una reunión con representantes de todas las formaciones parlamentarias.
Sicilia ha recordado que el Congreso permitió a Calderón seguir adelante con su actual estrategia, en el marco de la cual ha habido 50.000 muertos y 120.000 desaparecidos, así como miles de desplazados. También criticó que la cámara haya aprobado presupuestos con los que el presidente financia la "fallida estrategia anticrimen".
Asimismo, 'La Jornada' informa de que el activista espetó a los parlamentarios por su falta de inacción en la política sobre migrantes centroamericanos, y les acusó de representar a sus partidos e intereses electorales y no a la ciudadanía.
Por otro lado, les ha instado a no aprobar el actual borrador de la Ley de Seguridad Nacional, pues a su entender crearía un estado policiaco militar. A este respecto sugiere que en la redacción de la ley participen representantes sociales.
Cree igualmente que debe plantearse la posibilidad de que los militares dejen de patrullar las calles, tal y como hacen actualmente en las regiones del norte más golpeadas por la acción del narcotráfico.
El propio Sicilia perdió en marzo a un hijo en el marco de la guerra contra el narcotráfico, lo que le llevó a involucrarse plenamente en el movimiento por la paz con una marcha que le llevó desde Cuernavaca (Morelos) hasta México DF.
Europa Press. es. 29/7/2011

"El Congreso tiene la palabra"
México, Distrito Federal. Aún con cara de satisfacción por el encuentro de seis horas que sostuvieron con los legisladores de todos los partidos políticos, a quienes arrancaron el compromiso verbal de aprobar una decena de reformas políticas e impulsar iniciativas de atención a víctimas, Javier Sicilia y Emilio Álvarez Icaza muestran sus reservas cuando se les pregunta si confían en ellos y al fin sueltan: si no cumplen, se quedarán con la vergüenza y la ciudadanía se los cobrará.
Sicilia advierte que tras esta reunión "histórica" seguirán las movilizaciones y las marchas con el fin de presionar a los partidos y al gobierno para que cambien la estrategia belicista de combate al narcotráfico. Adelantó que ya tienen cita con la Junta de Coordinación Política de la Cámara de Diputados para agendar los trabajos que conduzcan a las reformas mencionadas.
Álvarez Icaza, ex presidente de la Comisión Nacional de Derechos Humanos del Distrito Federal y operador del encuentro, dice que fue necesario vencer resistencias de los legisladores, quienes temían que no fuera respetuoso. Ahora, adelanta que si incumplen sus compromisos el movimiento ciudadano emprenderá acciones para "avergonzarlos".
No obstante, ambos observan que, a diferencia del encuentro con Felipe Calderón, también en el Castillo de Chapultepec, en esta ocasión no salieron con insatisfacción ni con la molestia que les causó la actitud del presidente cuando se negó a pedir perdón a las víctimas y a cambiar su estrategia de guerra contra el crimen organizado, que ha dejado un saldo de 50 mil muertes y miles de desapariciones.
"Fue distinto —relata el poeta— porque hubo humildad de los legisladores, algo que es importante. No se defendieron como lo hizo Calderón, aceptaron sus faltas de cara a sociedad: que han sido un Legislativo omiso. Incluso algunos de ellos pidieron un perdón sincero que ahora queremos ver traducido en actos de justicia real".
Gran ánimo
Al concluir el encuentro del jueves 28, los integrantes del Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad mostraban alto el ánimo. Al final de la larga reunión Sicilia dio abrazos y hasta besos en señal de paz a legisladores como Manlio Fabio Beltrones. Antes les advirtió: "Se me ha criticado por haber abrazado al presidente Felipe Calderón y por besar la mano de la procuradora Marisela Morales y hoy veo que ustedes son un chingo, y a todos y todas les doy un abrazo y les doy un beso en la mano".
A contrapelo de las críticas, los integrantes del movimiento manifestaron satisfacción por lo conseguido en este encuentro, ya que como explicó Sicilia, presentaron más enérgicamente sus reclamos.
Yuriana Armendáriz, familiar de personas asesinadas en Creel en 2008, les gritó a los legisladores que, a pesar de años de protestas y de reuniones con el gobernador y con el presidente Calderón, todos los ignoraron. La joven viajó desde la sierra tarahumara para decirles:
"El caso de la masacre de Creel representa sólo un ejemplo de lo que está sucediendo con muchos casos más en nuestro estado y en nuestro país, que al permanecer impunes dejan un enorme dolor a nuestra comunidad, a nuestras familias, que además permanecemos tocando a las instituciones que no escuchan; con miedo no sólo frente a los delincuentes, sino frente a las autoridades que no tienen voluntad de atendernos y que muchas veces son cómplices, desde el presidente de la República hasta el gobernador del Estado, el presidente municipal, policías, ministerios públicos y, por añadidura, a los legisladores de nuestro estado".
Gabriela Cadena, madre de Jaime Gabriel Alejo —un joven asesinado junto con Juan Francisco Sicilia Ortiz—, denunció que al pedir ayuda del gobierno federal para enfrentar las penurias que enfrentan por huir de Cuernavaca —en un escrito dirigido a Los Pinos—, la mandaron a pedir un crédito de microempresa.
Legisladores ciegos
La señora Celerina Santos Santiago vino desde Pochutla, Oaxaca, y sin más se sentó en la mesa para enseñar, prendidas de su blusa, las fotografías de sus diez parientes desaparecidos el 14 de julio de 2010 en Tamaulipas y denunciar que durante un año ninguna autoridad ha respondido su demanda de justicia, ni siquiera después de una huelga de hambre en el zócalo oaxaqueño.
Y Julián Le Barón reprochó: "Ustedes, los legisladores, que presumen ser nuestros representantes, se han mostrado ciegos a la muerte que los rodea, sordos a los gritos desesperados de indefensión que ahoga nuestros sueños en el desprecio de un mundo negro. Yo los invito a que, a partir de hoy, con sus acciones ayuden a impedir que nuestro legado quede sofocado y se ahogue el águila en nuestra propia sangre. Ustedes no pueden ser labradores de leyes que permitan la atrocidad impune de decenas de miles de mexicanos asesinados, desaparecidos, torturados, secuestrados y humillados en estos últimos cuatro años".
Más que sus dolores, las víctimas y sus familiares presentaron en Chapultepec reclamos y propuestas. Al iniciar el encuentro, Javier Sicilia dijo a los diputados y senadores:
"Venimos con buena voluntad. Estamos convencidos de que más allá de los personajes, intereses y partidos que representan, más allá de los justos reproches que le hacemos y de las fundadas dudas de quienes nos dicen que estos diálogos no servirá de nada, estamos convencidos de que ustedes, al igual que se lo dijimos al presidente de la República, pueden oír en este ejercicio plenamente democrático el latido humano de su corazón.
"En la violencia que vive el país y la violencia que golpea a millones de familias existe una corresponsabilidad de los tres poderes (…) De cara a esta realidad, pero también sabedores de que ustedes tienen una gran responsabilidad que desde su humanidad y su condición de legisladores deben asumir, venimos hasta aquí no para que nos digan que ustedes no son responsables, que la culpa la tienen las bancadas de los otros partidos o el Ejecutivo o el Judicial. No venimos tampoco a escuchar posicionamientos de partido, sino a que por primera vez rindan cuentas ante la nación y la historia, y nos digan de un vez por todas si van a optar por la paz o por la guerra".
Por casi tres horas hablaron los representantes de las víctimas, exponiendo los errores que se han cometido en el Congreso al no frenar a tiempo la guerra declarada por Calderón y sus consecuencias: 50 mil muertos, 10 mil desaparecidos y miles de desplazados, de viudas y de huérfanos. El semblante de los legisladores fue cambiando. Si al principio levantaban las cejas, al terminar la primera parte del encuentro su gesto era de aflicción y culpa.
Palabra de Legislador
En una pausa al cabo de tres horas, en la cual diputados y senadores fueron acusados de corrupción, indolencia, alejamiento de la ciudadanía, ineficiencia y manga ancha para la "guerra", los integrantes del movimiento ciudadano hicieron un balance de lo que aún les faltaba exigir. A su vez, las fracciones de cada partido hicieron sus cónclaves.
"Ha sido una reunión fuerte y clara, pero no podía ser de otra manera; no se ha dicho nada que no sea cierto", dijo al reportero el coordinador de los senadores del PRI, Manlio Fabio Beltrones. Su homólogo en la Cámara de Diputados, Francisco Rojas, se desmarcó: "A mí no me queda el saco", pero anunció que su partido impulsaría las reformas política y de la Ley de Seguridad Nacional.
Enseguida el propio PRI, el PAN, el PRD, el PT, Convergencia y el PVEM se comprometieron a apoyar una lista pródiga en cambios legislativos: crear la comisión de la verdad, rehacer la Ley de Seguridad Nacional, elaborar la ley de atención a víctimas, aprobar la reforma política, crear la figura del auditor externo para vigilar a la Policía Federal, formar el consejo ciudadano de seguridad pública y aprobar una ley para regular las guarderías, otra para hacer lo mismo con los medios, otra más contra la desaparición forzada y una adicional: la ley de justicia.
Esto fue bien recibido en el movimiento ciudadano, pero con la inevitable reserva: "Nos dijeron que sí, pero que nos digan cuándo", pidió Sicilia casi al final del encuentro en el alcázar del Castillo de Chapultepec.
Los legisladores tenían poco que perder y mucho por ganar al aceptar las propuestas que se les presentaron, con tono de exigencia y con los respectivos reclamos, las familias de las víctimas de la guerra contra el narcotráfico declarada en julio del 2006 por un presidente Felipe Calderón disfrazado de militar.
Miedo
"Al principio (los legisladores) tenían miedo de que fueran a agredirlos, de que hicieran una manifestación o de que les gritaran, pero vieron que son personas que no odian y que lo único que quieren es justicia", dice Álvarez Icaza, quien se encargó de negociar con los partidos para realizar el encuentro.
En efecto, durante todo un mes de conversaciones previas muchos familiares de víctimas de la violencia los criticaron por no actuar a tiempo en sus partidos o en el Congreso, por privilegiar intereses políticos electorales. Pero los propios partidos, sobre todo el PRI y el PAN, se dieron tiempo para sus acostumbradas escaramuzas. Días antes del encuentro en Chapultepec los panistas insistían en la aprobación de la reforma política, ante la reticencia de los priístas.
Finalmente, dice Sicilia, "nos dijeron que sí, pero ahora hay que obligarlos a que cumplan, porque les dijimos que el sentido de la palabra es que se cumpla y no que sea un acto demagógico. El propio Beltrones dijo que entendía la sacralidad de la palabra y esperamos que cumplan".
Adelanta que los siguientes procesos de discusión serán lentos, pero insiste en que el cambio de actitud y de posición de los legisladores se debe a las exigencias de los familiares de víctimas:
"No sé por qué la prensa no tomó las denuncias de las víctimas como centro del asunto, porque después de escucharlas los legisladores sufrieron un proceso de cambio. Fue por ellos y para ellos. Pero la mayor parte de los medios se quedaron en el maquillaje político, por desgracia".
El sello del encuentro
Al final del diálogo Sicilia repartió abrazos a los legisladores, a pesar de las críticas que recibió por hacer lo mismo con Calderón el 23 de junio. Pero el beso en la mejilla al senador priísta Manlio Fabio Beltrones rebasó por mucho los señalamientos anteriores.
—¿No afecta esto al movimiento?
—Mira, yo vengo de una tradición de Gandhi y evangélica. Hago una distinción muy clara entre los hombres y sus actos. Como ya lo escribí en Proceso, nada me va a impedir pararme de una mesa, por más difícil que haya sido y darle un abrazo al otro, porque mi intención es tocarle el corazón, tocar la conciencia y no se logra sólo con señalamientos o con la palabra dura. Detrás de esto también debe venir el acto amoroso, la reconciliación en el corazón para que se pueda entender que lo que se dice y se acepta tiene un componente que al final de cuentas es hacia donde debemos ir: la paz. Y no hay paz sin la reconciliación, sin saber que el corazón es al final de cuentas el objetivo de la vida. Nos hacemos seres de verdad a partir del corazón.

"No queremos la paz de los sepulcros".
Nuestra paz no es la que se construye a partir de la guerra y de la muerte de nuestros hijos. Así lo dijo Javier Sicilia, el poeta/líder del Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad, en la reunión con los legisladores. No es la primera vez que el Congreso abre sus puertas. Ya hubo otras ocasiones. La más significativa cuando los zapatistas, a través de la comandante Esther, alzaron la voz desde la más alta tribuna de la Nación. Primera y única vez que alguien, sin ostentar el cargo de representante popular, se dirige desde ese podio al país entero. La reunión de este jueves no fue menos significativa. En un momento en el que nadie es capaz de hablar con su adversario, el hecho de que un movimiento dialogue públicamente con los poderes de la Unión, con su contraparte, es sin duda un paso significativo. Un avance. Fue un encuentro duro. En el que se volvió a cuestionar la estrategia de corte militar y policiaco con la que se ha pretendido enfrentar al crimen organizado. En el que se puso sobre la mesa una serie de iniciativas que parte de una concepción de seguridad en la que las personas y sus derechos deben ser el eje articulador de cualquier política pública en la materia. Fuertes se oyeron los reclamos y estremecedores los relatos que son ejemplo de las múltiples violencias que vive la mayoría de los mexicanos. La que proviene de la delincuencia, pero también la que se ejerce desde las instituciones contra los ciudadanos. La que se despliega contra los jóvenes que sistemáticamente son excluidos y criminalizados. La que padecen día a día las mujeres, en su casa o en la calle. O la que se practica contra todos aquellos que son diferentes por su color de piel, su religión, su preferencia sexual. Los legisladores tuvieron que asentir, comprometerse, reconocer sus omisiones, doblegarse por momentos ante la fuerza ética de los testimonios ahí vertidos. Porque se habló a nombre de las miles y miles de víctimas que hay en el país, de la necesidad de reparar el daño, de darles nombre y apellido y conocer la verdad: es decir, la circunstancia en que muchos perdieron la vida, de buscar a los miles de desaparecidos, de proteger a los familiares de las víctimas, de auditar a las policías, y de frenar una ley de seguridad nacional que vulnera derechos y que de plano implica la renuncia del Estado a garantizar una seguridad ciudadana. Porque a lo que se aspira es a una seguridad fundada en el respeto a los derechos humanos, en el ejercicio pleno de las garantías individuales, en la regeneración del tejido social. Los que hicieron uso de la voz cuestionaron una y otra vez esta estrategia de guerra que ha dejado detrás una estela de cadáveres y dejaron claro que no aceptarán simulación alguna (apenas habían pasado unos minutos cuando ya Norma Ledezma se encargaba de decirle a Josefina Vázquez que no se puede hablar desde una posición aséptica, mucho menos —añado— cuando se pertenece al partido que ha puesto en marcha esta política).
Estas propuestas no pueden esperar. No hay pretexto alguno para no legislar inmediatamente. Sin embargo, una de ellas, por lo menos en su formulación, parece alejarse del acento ciudadano que caracteriza este movimiento. Se exigió la aprobación de la reforma política. De inmediato surge la pregunta: cuál. Desde luego que se comparte la necesidad de abrir espacios a la participación y empoderar a los ciudadanos. De romper el monopolio del poder por parte de una partidocracia que ha mostrado ya sus límites. De incorporar la democracia directa y participativa. Pero la propuesta del Senado no abarca cabalmente esta perspectiva ciudadana y por eso es delicado llamar a aprobarla sin que se discuta su contenido y se hagan cambios sustanciales. La minuta senatorial encarece las candidaturas independientes, deja fuera la revocación del mandato e integra aspectos tan delicados como la reelección y la reconducción presupuestal, que no se pueden aprobar así nada más. Vale la pena remarcarlo, de manera fraternal, pues en el discurso del poeta no hay cabida, no debe haberla, para la fraseología política tradicional. Su fuerza proviene de lo simbólico, de lo ejemplar, de lo diferente.
Rosario Robles. Milenio.com.mx.
http://www.europapress.es/latam/mexico/noticia-mexico-javier-sicilia-pide-congresistas-pidan-perdon-victimas-guerra-contra-narcotrafico-20110729061047.html

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