México, Distrito Federal. Los derechos humanos en el estado de Nuevo León están sufriendo un retroceso, advierte la hermana Consuelo Morales, quien desde hace 20 años ha dedicado su vida a acompañar a víctimas de la tortura, las detenciones arbitrarias, las ejecuciones y las desapariciones en esa entidad.
Ella es directora de la organización Ciudadanos en Apoyo a los Derechos Humanos (Cadhac), que durante años fue la única en la entidad y ahora la más importante por su labor, reconocida en días recientes con el premio Don Sergio Méndez Arceo.
Tiene claro el diagnóstico de lo que ocurre en su estado. En lo que va del año, 550 personas han sido asesinadas y el número de desaparecidos parece ir al alza: si los primeros años del sexenio registraron en la organización 150 casos, en estos cuatro meses van 57; el descontrol y los abusos en las cárceles que Cadhac gritó desde hace años se evidenciaron con las masacres de reos en Apodaca y Topo Chico a inicios de 2012.
El retroceso que vive Nuevo León le preocupa. Fue el eje de su discurso en una conferencia en la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal y en la entrega del premio. En ambos casos cuidó no dejar los ánimos vencidos.
-¿En qué se vive ese retroceso a los derechos humanos en Nuevo León, que usted refiere?-Vemos un grave retroceso porque desde el ámbito legislativo, por el miedo, por esta búsqueda de seguridad, están haciendo muchas tonterías que tienen consecuencias muy lamentables. Como el hecho de que hagan graves delitos que no eran, que tipifiquen "delitos contra la seguridad y la comunidad" -castigado hasta con 15 años de cárcel a quien tenga instrumentos que puedan servir para agredir y no tengan aplicación laboral o recreativa-, o que detengan gente y la presenten ante los medios.
Estamos viendo que la Marina, el Ejército, se lleva a la gente, la tortura y algunos no regresan. ¿Dónde está la orden, la flagrancia? Este es un retroceso grave en derechos humanos.
-¿Qué hay de fondo en estos hechos?- Es puro teatro. Nos dicen que es gente muy peligrosa, como los jóvenes del Tec de Monterrey o los esposos de Anáhuac, que fueron ejecutados por militares cuando iban saliendo del trabajo. Luego sacan su comunicado y dicen que son narcos, para justificar sus actos criminales y delincuenciales.
Por el miedo que está generando (la inseguridad) nos están diciendo que se vale y la misma ciudadanía lo acepta. Entonces lo que necesitamos es estar seguros de que la única manera de obtener seguridad es apegándonos al Estado de derecho, que ahora está fracturado.
Hacemos lo que tenemos que hacer
Consuelo Morales y su equipo de trabajo de Cadhac han puesto en jaque a los gobiernos de Nuevo León desde 1993, cuando comenzaron el registro de violaciones a derechos humanos por las policías y los ministerios públicos durante las detenciones, y en las cárceles.
Pareciera que son toda una organización, pero se trata de un modesto grupo de tres abogados, una subdirectora y un voluntario que trabajan con recursos contados, arañando el financiamiento para el próximo periodo. Ha ocurrido que, por la falta de recursos, Cadhac es sólo la hermana Consuelo y un muchacho que le ayuda como mensajero.
Humilde, corrige a cualquiera que se acerque a felicitarla por su labor.
"No le pongas crema a los tacos, hacemos lo que tenemos que hacer", les dice.
-¿Qué ha pasado con las desapariciones en la entidad?De 2007 al 2011 hemos registrado 150 casos, en lo que va de 2012 van 57.
En Cadhac tenemos registrado que 40 por ciento de los casos de desapariciones hay funcionarios públicos involucrados, policías que se llevan a los niños y los entregan a la delincuencia organizada. Incluso para esos policías nosotros decimos: 'no lo tortures, investiga'.
Sólo hemos encontrado a un desaparecido. Trabajamos muy arduo con los legisladores para tipificar la desaparición forzada de personas, fue gente de la ONU a felicitar por el documento que se redactó y al final no lo sacaron, lo detuvieron.
El trabajo que tenemos es documentar lo mejor que podamos, luego vamos a llegar a la verdad, tarde que temprano.
-Otra de sus denuncias constantes ha sido la tortura. -La tortura es sistemática, retienen a la gente por sospechosa -violando el principio de inocencia- se llevan a la gente, nadie da respuesta por nada y ante esta situación de vulnerabilidad crece más la impunidad.
En 2010 vino el grupo de la ONU de Detenciones Arbitrarias y sacaron cómo los policías estaban torturando, mientras teníamos una Comisión Estatal de Derechos Humanos en "stand by".
Lo que vemos es que las autoridades siguen en esta corrupción porque los ciudadanos no somos de primera, porque tenemos miedo de perder privilegios.
-¿Cómo ha respondido la sociedad nuevoleonesa a la violencia, a la criminalización?Me parece muy desolador. La comunidad en Nuevo León es una comunidad de buena voluntad, pero no ha asumido su rol como ciudadano, y hemos dejado que esto se vaya deteriorando.
Los grandes empresarios se van y la clase media está en mucha inseguridad y empieza a creer que hay buenos y malos, como nos hace creer el señor (Felipe) Calderón. Los malos son los delincuentes y ellos (el Gobierno) son los buenos.
Pero la verdad es que no. La ciudadanía está vulnerable por los dos lados: por un lado la delincuencia y por otro la autoridad que no nos está protegiendo, y además comete actos delictivos. La ciudadanía no tiene a dónde acudir.
-Para responder a la inseguridad, el Alcalde Mauricio Fernández ha lanzado propuestas de seguridad que han sido cuestionadas.-Me parece que el señor Mauricio Fernández es un ser honesto que está tratando de hacer bien las cosas, pero se le olvida que su marco de acción es el de la Constitución. Él se comprometió a cumplir y hacer cumplir la ley, y este señor quiere ir más allá de la ley, y eso es lo que no se vale. No está dando resultados. Si no logramos regirnos por el marco de la ley, estamos perdidos.
-Otro Alcalde cuestionado es Fernando Larrazabal. Se aferró al cargo cuando la tragedia del Casino Royal porque su misión era servir a los regiomontanos. Su hermano pedía un pago por la seguridad. Mi conclusión puede ser que este señor que no le pagaron por la seguridad pudo haber mandado a los otros (que incendiaron el casino Royale).
Entonces la impunidad total sale porque el señor Larrazabal está atrás.
Me parece que (el Alcalde) es un hombre bueno, pero me parece mucho cinismo que diga que quiere proteger a la ciudadanía cuando los policías de Monterrey son los que más han hecho actos delincuenciales, desaparecido gente, torturado.
'No me madrees, soy tu hermana'
Cuando la hermana Consuelo Morales estaba a punto de hacer sus votos, se planteó la pregunta más difícil que quizá pueda hacerse un religioso "¿Creo en Dios?".
Comenzó a escarbar en su interior y reflexionó si consideraba a los otros sus hermanos, como dice el Evangelio. Si su hermano de sangre era llevado a prisión ella conseguiría abogado, movería lo necesario para liberarlo. ¿Haría lo mismo por un desconocido? Un "no" fue su respuesta.
"No tengo fe. Estoy haciendo puro teatro de monja", se reprochó.
Entonces pensó que la defensa de los derechos humanos le permitiría vivir la congruencia entre lo que piensa y hace.
Así, alentada por la falta de organismos defensores en Nuevo León comenzó a hacer trabajo hormiga, apoyando a mujeres pobres en colonias de Guadalupe y en 1993 fundó Ciudadanos en Apoyo por los Derechos Humanos, cuyo trabajo ha sido reconocido con tres premios de derechos humanos nacionales e internacionales en los últimos tres años.
"Ahora en cada caso que recibimos y apoyamos, detenidos, desaparecidos, torturados, reafirmo que el otro es mi hermano", dice.
Consuelo, entrada en los 60 años, emana energía, ímpetu. Parece que cada día rejuvenece. Disfruta del humor y a la menor oportunidad hace reír a quien la rodea.
"No me madrees, soy tu hermana", responde la religiosa de la Congregación de Nuestra Señora Canónigas de San Agustín, cuando alguien le dice "madre" con reverencia.
Consuelo tiene bien clara su forma de trabajo. No es muleta de nadie aunque el trabajo que realiza incomode a las autoridades.
"No somos muletas de nadie, no cargamos a nadie, caminamos al lado de las víctimas. En ese sentido, buscamos que las víctimas se empoderen".
Estamos viendo que la Marina, el Ejército, se lleva a la gente, la tortura y algunos no regresan. ¿Dónde está la orden, la flagrancia? Este es un retroceso grave en derechos humanos.
-¿Qué hay de fondo en estos hechos?- Es puro teatro. Nos dicen que es gente muy peligrosa, como los jóvenes del Tec de Monterrey o los esposos de Anáhuac, que fueron ejecutados por militares cuando iban saliendo del trabajo. Luego sacan su comunicado y dicen que son narcos, para justificar sus actos criminales y delincuenciales.
Por el miedo que está generando (la inseguridad) nos están diciendo que se vale y la misma ciudadanía lo acepta. Entonces lo que necesitamos es estar seguros de que la única manera de obtener seguridad es apegándonos al Estado de derecho, que ahora está fracturado.
Hacemos lo que tenemos que hacer
Consuelo Morales y su equipo de trabajo de Cadhac han puesto en jaque a los gobiernos de Nuevo León desde 1993, cuando comenzaron el registro de violaciones a derechos humanos por las policías y los ministerios públicos durante las detenciones, y en las cárceles.
Pareciera que son toda una organización, pero se trata de un modesto grupo de tres abogados, una subdirectora y un voluntario que trabajan con recursos contados, arañando el financiamiento para el próximo periodo. Ha ocurrido que, por la falta de recursos, Cadhac es sólo la hermana Consuelo y un muchacho que le ayuda como mensajero.
Humilde, corrige a cualquiera que se acerque a felicitarla por su labor.
"No le pongas crema a los tacos, hacemos lo que tenemos que hacer", les dice.
-¿Qué ha pasado con las desapariciones en la entidad?De 2007 al 2011 hemos registrado 150 casos, en lo que va de 2012 van 57.
En Cadhac tenemos registrado que 40 por ciento de los casos de desapariciones hay funcionarios públicos involucrados, policías que se llevan a los niños y los entregan a la delincuencia organizada. Incluso para esos policías nosotros decimos: 'no lo tortures, investiga'.
Sólo hemos encontrado a un desaparecido. Trabajamos muy arduo con los legisladores para tipificar la desaparición forzada de personas, fue gente de la ONU a felicitar por el documento que se redactó y al final no lo sacaron, lo detuvieron.
El trabajo que tenemos es documentar lo mejor que podamos, luego vamos a llegar a la verdad, tarde que temprano.
-Otra de sus denuncias constantes ha sido la tortura. -La tortura es sistemática, retienen a la gente por sospechosa -violando el principio de inocencia- se llevan a la gente, nadie da respuesta por nada y ante esta situación de vulnerabilidad crece más la impunidad.
En 2010 vino el grupo de la ONU de Detenciones Arbitrarias y sacaron cómo los policías estaban torturando, mientras teníamos una Comisión Estatal de Derechos Humanos en "stand by".
Lo que vemos es que las autoridades siguen en esta corrupción porque los ciudadanos no somos de primera, porque tenemos miedo de perder privilegios.
-¿Cómo ha respondido la sociedad nuevoleonesa a la violencia, a la criminalización?Me parece muy desolador. La comunidad en Nuevo León es una comunidad de buena voluntad, pero no ha asumido su rol como ciudadano, y hemos dejado que esto se vaya deteriorando.
Los grandes empresarios se van y la clase media está en mucha inseguridad y empieza a creer que hay buenos y malos, como nos hace creer el señor (Felipe) Calderón. Los malos son los delincuentes y ellos (el Gobierno) son los buenos.
Pero la verdad es que no. La ciudadanía está vulnerable por los dos lados: por un lado la delincuencia y por otro la autoridad que no nos está protegiendo, y además comete actos delictivos. La ciudadanía no tiene a dónde acudir.
-Para responder a la inseguridad, el Alcalde Mauricio Fernández ha lanzado propuestas de seguridad que han sido cuestionadas.-Me parece que el señor Mauricio Fernández es un ser honesto que está tratando de hacer bien las cosas, pero se le olvida que su marco de acción es el de la Constitución. Él se comprometió a cumplir y hacer cumplir la ley, y este señor quiere ir más allá de la ley, y eso es lo que no se vale. No está dando resultados. Si no logramos regirnos por el marco de la ley, estamos perdidos.
-Otro Alcalde cuestionado es Fernando Larrazabal. Se aferró al cargo cuando la tragedia del Casino Royal porque su misión era servir a los regiomontanos. Su hermano pedía un pago por la seguridad. Mi conclusión puede ser que este señor que no le pagaron por la seguridad pudo haber mandado a los otros (que incendiaron el casino Royale).
Entonces la impunidad total sale porque el señor Larrazabal está atrás.
Me parece que (el Alcalde) es un hombre bueno, pero me parece mucho cinismo que diga que quiere proteger a la ciudadanía cuando los policías de Monterrey son los que más han hecho actos delincuenciales, desaparecido gente, torturado.
'No me madrees, soy tu hermana'
Cuando la hermana Consuelo Morales estaba a punto de hacer sus votos, se planteó la pregunta más difícil que quizá pueda hacerse un religioso "¿Creo en Dios?".
Comenzó a escarbar en su interior y reflexionó si consideraba a los otros sus hermanos, como dice el Evangelio. Si su hermano de sangre era llevado a prisión ella conseguiría abogado, movería lo necesario para liberarlo. ¿Haría lo mismo por un desconocido? Un "no" fue su respuesta.
"No tengo fe. Estoy haciendo puro teatro de monja", se reprochó.
Entonces pensó que la defensa de los derechos humanos le permitiría vivir la congruencia entre lo que piensa y hace.
Así, alentada por la falta de organismos defensores en Nuevo León comenzó a hacer trabajo hormiga, apoyando a mujeres pobres en colonias de Guadalupe y en 1993 fundó Ciudadanos en Apoyo por los Derechos Humanos, cuyo trabajo ha sido reconocido con tres premios de derechos humanos nacionales e internacionales en los últimos tres años.
"Ahora en cada caso que recibimos y apoyamos, detenidos, desaparecidos, torturados, reafirmo que el otro es mi hermano", dice.
Consuelo, entrada en los 60 años, emana energía, ímpetu. Parece que cada día rejuvenece. Disfruta del humor y a la menor oportunidad hace reír a quien la rodea.
"No me madrees, soy tu hermana", responde la religiosa de la Congregación de Nuestra Señora Canónigas de San Agustín, cuando alguien le dice "madre" con reverencia.
Consuelo tiene bien clara su forma de trabajo. No es muleta de nadie aunque el trabajo que realiza incomode a las autoridades.
"No somos muletas de nadie, no cargamos a nadie, caminamos al lado de las víctimas. En ese sentido, buscamos que las víctimas se empoderen".
Terra Noticias.com.mx. 24/04/12