La Fuerza de la Palabra
Una pausa al día
Federico Mayor Zaragoza
“Aprendió tantas cosas que no tuvo tiempo de
pensar en ninguna de ellas”.
-A.
Machado, sobre Juan de Mairena.
Es
imprescindible “reapropiarnos” de algún tiempo para nosotros. Por poco que sea.
Todos los días, preferentemente al empezar la jornada –“…perdona, amanecer, por
no haberte recibido como mereces”, ha escrito la simpar Rigoberta Menchú- o al
terminarla.
Vivimos
demasiado de prisa, acosados por una actualidad que nos envuelve, nos sumerge,
nos convierte en impasibles testigos. Lo malo, solía decir Jesús Moneo, es que
en general corremos hacia no sabemos dónde.
El vendaval
informativo, el espectáculo permanente,… no nos permiten reflexionar ni
incorporar la noticia como conocimiento. Y así pasan los días, silentes, sin
ejercer las facultades distintivas de la especie humana: pensar, imaginar,
anticiparse, crear!
Las
TIC, tan útiles, tan relevantes para el progreso personal y colectivo, pueden,
cuando se emplean abusivamente, malgastar muchos instantes del misterio de la
existencia. Los teléfonos móviles son utensilios preciosos para aproximar a los
lejanos pero muy peligrosos por alejarnos de los próximos, comentaba Pío
Rodríguez recientemente. Atraen tanto nuestra atención que nos transportan a
menudo al limbo (al único que existe ahora).
Me
gusta repetir la certera apreciación de María Novo: “Uno de los grandes
problemas de nuestro tiempo es el NTD (nos tienen distraídos). Debemos estar
alerta, debemos escribir nuestro porvenir, inventarlo
Nuestros
resortes de reacción, de protesta y de propuesta, se van debilitando. Y llega
un momento en que, cayendo en el sinremedismo, aceptamos muchas situaciones
como ineluctables. Y ya no meditamos sobre nuestras responsabilidades
intergeneracionales (medio ambiente, condiciones de vida…) dejándonos aturdir
por el chismorreo, la superficialidad, la ligereza…
Una
pausa al día para reflexionar, para no callar, para abordar los problemas
esenciales. Para soñar bien despiertos. Para que no se cumpla en nosotros la
advertencia que D. Antonio Machado hacía sobre su heterónimo apócrifo Juan de
Mairena.
Pensemos.
Hagamos una pausa todos los días.
Federico Mayor Zaragoza. Doctor en Farmacia
por la Universidad Complutense de Madrid. Ex Catedrático de Bioquímica de la
Facultad de Farmacia de la Universidad de Granada y ex Rector de esta
institución. Ex catedrático de su especialidad en la Universidad Autónoma de
Madrid. Cofundador del Centro de Biología Molecular Severo Ochoa de la
Universidad Autónoma de Madrid y del Consejo Superior de Investigaciones
Científicas. Subsecretario de Educación y Ciencia del Gobierno español
(1974-75), Diputado al Parlamento Español (1977-78), Consejero del Presidente
del Gobierno (1977-78), Ministro de Educación y Ciencia (1981-82) y Diputado al
Parlamento Europeo (1987). Ex Director General Adjunto de la UNESCO y en 1987,
fue elegido Director General de dicha Organización. Presidente de la Fundación
para una Cultura de Paz. Federico Mayor Zaragoza. 08/02/13
