"Soy el fiscal
general de Estados Unidos. Pero también soy un hombre negro".
Así se presentó Eric
Holder ante un grupo de estudiantes en su reciente visita al suburbio de
Ferguson, en Misuri, donde la muerte del joven Michael Brown a manos de un
policía el pasado 9 de agosto desembocó en fuertes protestas que sólo ahora
parecen empezar a remitir.
El máximo
representante del Departamento de Justicia de Estados Unidos ya está de vuelta
en Washington, pero parece que su corta visita a Ferguson fue suficiente para
empezar a cerrar heridas.
De momento, el
gobernador de Misuri, el demócrata Jay Nixon, ordenó la retirada de la Guardia
Nacional que había desplegado en Ferguson y los propios padres de la víctima
han reconocido que la visita de Holder les ha ayudado a recuperar cierta
confianza en la justicia.
Una visita que marca
una diferencia
La visita del fiscal
general a Ferguson tranquilizó a sus habitantes, no porque haya servido para
esclarecer las circunstancias en que Michael Brown fue baleado por el agente de
policía Darren Wilson, sino por su capacidad para escuchar y tratar cara a cara
a los protagonistas de la historia y por su énfasis al reiterar el compromiso
del gobierno federal en investigar los hechos de forma completa, justa e
independiente.
En una entrevista, los padres de Michael Brown
reconocieron que el encuentro con Holder fue positivo.
"Cuando miras a
la persona a los ojos, y te dice que habrá una investigación justa y completa,
resurge la confianza", dijo Lesley McSpadden, madre de Brown.
"Hasta ayer no
tenía confianza en la investigación", prosigue, "pero las palabras
directas de boca de Holder y tenerlo cara a cara me hizo sentir que algún día
-no digo que sea hoy o mañana-, un día recobraré la confianza".
En apenas 24 horas,
Holder visitó a los padres de Michael Brown, tuvo un encuentro con estudiantes
de la Universidad de San Luis, y se reunió con el gobernador, con el jefe de la
Patrulla de Carreteras, Rob Johnson, y con las autoridades locales.
Holder, Obama y la
cuestión racial
Una apretada agenda
que ha dado sus frutos y de alguna manera ha logrado disipar las dudas sobre el
papel jugado por el presidente Obama en la crisis de Ferguson, que algunos han
calificado como tibia.
Según explica el
corresponsal de BBC Mundo en Washington, Thomas Sparrow, Holder y Obama son dos
de las figuras políticas afroestadounidenses más importantes del país, por lo
que sus palabras sobre temas raciales tienen particular resonancia.
"Holder es el
primer fiscal general negro de Estados Unidos y Obama, el primer presidente
negro", agrega Sparrow. "Tienen en común ese peso de ser pioneros y,
sin embargo, en la crisis en Ferguson ha quedado demostrado que también tienen
estilos diferentes en la forma como se refieren a las tensiones raciales en ese
suburbio de San Luis.
"Obama ha
cuidado sus palabras, ha reconocido que tiene dificultad para referirse
abiertamente a ese caso específico y ha preferido no involucrarse directamente
más de lo necesario para no dar la impresión de que está favoreciendo a alguno
de los grupos implicados. Por eso, en últimas, envió a Holder a la zona el
pasado miércoles.
"El fiscal, por
el contrario, sí ha enfatizado su historia personal y a su raza al referirse a
las tensiones en Misuri. Dejó en claro que estaba allá como fiscal, pero
también como un hombre negro que entiende la desconfianza que sienten muchos
por las autoridades", explica el corresponsal.
"Esa doble
condición de Holder como el encargado de supervisar las investigaciones y al
mismo tiempo un afroestadounidense como tantos que han salido a las calles pudo
resultar clave para calmar las aguas en Ferguson".
Activista de los
derechos civiles
Sin duda, la historia
personal del fiscal general de EE.UU. tiene una huella muy fuerte en su
trayectoria profesional.
Eric Holder, nacido
en el Bronx neoyorquino hace 63 años, llegó a la Fiscalía General de EE.UU. el
3 de febrero de 2009 de la mano del aterrizaje a la Casa Blanca de Barack
Obama, con quien le une una estrecha relación desde que se conocieron en 2004.
Holder es uno de los
tres miembros que forman parte del gabinete de Obama desde el principio. Los
otros dos son Tom Vilsack, secretario de Agricultura, y Arne Duncan, secretario
de Educación.
De niño y adolescente
vivió de cerca la lucha de la comunidad negra por los derechos civiles y nunca
ha renegado de su pasado activismo.
De hecho, esta
implicación personal le sirvió para granjearse las críticas de los sectores más
conservadores del país y del opositor Partido Republicano, que mostró un
rechazo inicial a su nominación como fiscal general del país.
Poco después de asumir
su cargo, Holder calificó a Estados Unidos como "una nación de
cobardes" a la hora de hablar sobre cuestiones raciales.
La reacción de la
oposición no se hizo esperar y Holder moderó su retórica, pero al mismo tiempo
relanzó la División de Derechos Civiles, una agencia dependiente del
Departamento de Justicia inaugurada en 1957 con el objetivo de "defender
los derechos civiles y constitucionales de todos los estadounidenses, en
particular los miembros más vulnerables de nuestra sociedad" y que había
perdido relevancia bajo los gobiernos del expresidente George W. Bush.
"Durante los
últimos tres años, la división de Derechos Civiles ha procesado más casos que
durante cualquier otro período de su historia, incluidas cifras récord de casos
de crímenes de odio", subrayó Holder el pasado mes de abril.
Uno de los casos más
destacados y recientes que está en manos de esta oficina es el de Trayvon
Martin, joven de 17 años muerto a manos del vigilante voluntario George
Zimmerman en Sanford, Florida, quien alegó defensa propia y fue absuelto por un
jurado en julio de 2013. El Departamento de Justicia está realizando una
investigación pararale sobre la responsabilidad de Zimmerman.
Sin embargo, las
funciones de Holder al frente del Departamento de Justicia abarcan mucho más
que la cuestión de los derechos civiles, y ya este jueves, de vuelta en la
capital estadounidense, Holder compareció ante los medios para hablar sobre el
pago multimillonario aceptado por Bank of America y sobre la puesta en marcha
de una investigación criminal por la muerte del periodista James Foley a manos
del grupo yihadista Estado Islámico.
El puesto de fiscal
general no da descanso. Pero al menos en el caso de Ferguson, Holder podrá
dormir más tranquilo esta noche.
bbc.con.uk. 22/08/14