Ante
los hechos de violencia que ocurren con normalistas de Ayotzinapa, en Guerrero,
el activista de los derechos humanos Alejandro Solalinde Guerra afirmó que
“México es una tumba clandestina, porque todo lo enturbian y no hay claridez en
la justicia mexicana”.
El
defensor de los derechos de los migrantes expresó su consternación y enojo ante
lo que ocurre con la desaparición de los jóvenes normalistas de Iguala,
Guerrero. Advirtió que “han vuelto los malos tiempos al Estado mexicano”, al
hacer alusión a las matanzas del 68, del jueves de Corpus Christi (10 de junio
de 1971), de Aguas Blancas, Acteal y Tlataya.
El también director
de la Casa del Migrante en Ciudad Ixtepec, Oaxaca, pidió la “cabeza del
gobernador de Guerrero”, Ángel Aguirre Rivero, quien -dijo- “por dignidad debe
renunciar y liberar a los presos políticos que él mismo encarceló”.
También
responsabilizó al Presidente Enrique Peña Nieto de la violencia registrada en
el país, y le demandó que asuma su responsabilidad como titular del Ejecutivo
Federal en torno a los hechos de Ayotzinapa, Guerrero, y Tlataya, en el Estado
de México, los cuales “no son aislados”.
Solalinde Guerra
precisó que el Estado mexicano se ha convertido en represor y perseguidor de
los defensores sociales, activistas de derechos humanos, jóvenes estudiantes y
periodistas. “No queda más que defendernos con nuestros propios medios de un
Estado asesino”, advirtió.
El sacerdote
consideró que la sociedad civil está llegando a su límite y esto podría
desencadenar una nueva revolución en México.
Finalmente adelantó
que en los próximos días participará en una reunión de “emergencia” para
abordar los hechos de violencia en el país, pero no detalló fecha, lugar, hora,
ni participantes para garantizar la seguridad de los asistentes
Diana Manzo. Jornada.mx. 05/10/14
La masacre de
normalistas “es un mensaje de Estado”: Solalinde
“No es asunto
de cárteles, sino política de Estado” la ejecución extrajudicial de seis personas,
entre ellos tres normalistas, y la desaparición forzada de 43 más, en Iguala,
Guerrero, señala el sacerdote Alejandro Solalinde, director del albergue
Hermanos en el Camino y quien lidia todos los días con los ataques del crimen
organizado contra los migrantes.
Una semana después
del ataque de la policía municipal de Iguala contra los normalistas, ocurrido
la noche del 26 de septiembre, las autoridades estatales informaron que en el
marco de la búsqueda de los 43 desaparecidos, encontraron fosas clandestinas
con 28 restos humanos, aunque se negaron a confirmar que sean los estudiantes.
El alcalde José Luis Abarca y el jefe de Seguridad Pública del municipio se
dieron a la fuga. El procurador estatal agregó que un sicario del cártel
Guerreros Unidos confesó la ejecución de 17 de los jóvenes por órdenes de su
jefe. Los familiares de los jóvenes rechazan que esos cuerpos sean de sus hijos
y exigen que se les siga buscando.
Alejandro Solalinde
señala que es al estado al que se le debe exigir que responda por el crimen.
“Los jóvenes no eran narcos o delincuentes; eran estudiantes, pero para el
Estado, todo el que no está de acuerdo con él es un terrorista”, insiste. El
sacerdote aclara que es necesario recordar que al gobierno, las Escuelas
Normales Rurales le causan irritación. “Por eso siempre viven redadas,
persecuciones y cierres”, ejemplifica.
Para el religioso,
quienes se solidarizarán con los normalistas durante las movilizaciones debe
exigir que el gobierno federal respete los derechos humanos y las libertades de
expresión, manifestación y prensa. Y, además, “hay que pedir mínimo la cabeza
del gobernador”, lanza el entrevistado, quien asistirá –junto con otros
sacerdotes- a ofrecer consuelo y oído a los normalistas y sus familiares.
Solalinde señala que
hay estados “olvidados”, como Michoacán, Guerrero, Oaxaca y Chiapas, en los que
los pobladores se organizan y cuestionan al gobierno, que trata de evitarlo. En
ese contexto, la masacre “es un mensaje de Estado para los que ‘alborotan’”. La
Normal Rural Isidro Burgos, de Ayotzinapa (municipio de Tixtla), como el resto
de escuelas de este tipo, es continuamente acusada de ser un “nido de
guerrilleros”. Ya en 2011, fueron ejecutados extrajudicialmente dos alumnos en
el transcurso de un cierre carretero; sus asesinos siguen impunes.
El sacerdote, miembro
de la Pastoral de la Movilidad Humana, señala que sin embargo, “es muy tarde
para reprimir conciencias. La gente ya no se va a dejar”, finaliza.
Desinformemonos.org. 8/10/14
http://desinformemonos.org/2014/10/la-masacre-de-normalistas-es-un-mensaje-de-estado-padre-solalinde/