24 de Marzo: Día Internacional del Derecho a la Verdad en relación con Violaciones Graves de los Derechos Humanos y de la Dignidad de las Víctimas
«El derecho a la
verdad, que es a la vez un derecho individual y colectivo, es esencial para las
víctimas, pero también para la sociedad en su conjunto. El esclarecimiento de
la verdad sobre las violaciones de los derechos humanos del pasado puede ayudar
a prevenir los abusos de los derechos humanos en el futuro.»
-Ban Ki-moon
Mensaje del
Secretario General de las Naciones Unidas con motivo del Día
Internacional del Derecho a la Verdad en relación con Violaciones Graves de los
Derechos Humanos y de la Dignidad de las Víctimas, 24 de marzo de 2015
El 21 de diciembre de
2010, la Asamblea General de las Naciones Unidas proclamó el 24
de marzo como Día Internacional del Derecho a la Verdad en relación con
Violaciones Graves de los Derechos Humanos y de la Dignidad de las Víctimas.
El propósito del Día
es el siguiente:
- Promover la memoria de las víctimas de violaciones graves y sistemáticas de los derechos humanos y la importancia del derecho a la verdad y la justicia;
- Rendir tributo a quienes han dedicado su vida a la lucha por promover y proteger los derechos humanos de todos y a quienes la han perdido en ese empeño;
- Reconocer en particular la importante y valiosa labor y los valores de Monseñor Óscar Arnulfo Romero, de El Salvador, quien se consagró activamente a la promoción y protección de los derechos humanos en su país, labor que fue reconocida internacionalmente a través de sus mensajes, en los que denunció violaciones de los derechos humanos de las poblaciones más vulnerables y su dedicación al servicio de la humanidad, en el contexto de conflictos armados, como humanista consagrado a la defensa de los derechos humanos, la protección de vidas humanas y la promoción de la dignidad del ser humano, sus llamamientos constantes al diálogo y su oposición a toda forma de violencia para evitar el enfrentamiento armado, que en definitiva le costaron la vida el 24 de marzo de 1980.
La Asamblea General
de la ONU, en su resolución, invita a todos los Estados Miembros, a las
organizaciones del sistema de las Naciones Unidas y a otras organizaciones
internacionales, así como a las entidades de la sociedad civil, incluidas las
organizaciones no gubernamentales y los particulares, a observar de manera
apropiada el Día Internacional.
Un.org. 24/03/15
Antecedentes
En el estudio
realizado en 2006 la Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos
(ACNUDH) concluye que el derecho a conocer la verdad acerca de las violaciones
manifiestas de los derechos humanos y las infracciones graves de las normas de
derechos humanos es un derecho autónomo e inalienable, vinculado a la
obligación y el deber del Estado de proteger y garantizar los derechos humanos,
realizar investigaciones eficaces y velar por que haya recursos efectivos y se
obtenga reparación.
En el estudio se
afirma que el derecho a la verdad entraña tener un conocimiento pleno y
completo de los actos que se produjeron, las personas que participaron en ellos
y las circunstancias específicas, en particular de las violaciones perpetradas
y su motivación.
En el informe de la
Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos,
de 2009, sobre «El derecho a la verdad», incluye un estudio sobre
las prácticas óptimas para el ejercicio efectivo del derecho a la verdad, en
particular las prácticas relacionadas con los archivos y los expedientes de
violaciones manifiestas de los derechos humanos, así como los programas de
protección de los testigos y otras personas que tomen parte en juicios por
tales violaciones.
La Comisión de la
Verdad para El Salvador se estableció de conformidad con los Acuerdos de México
de 27 de abril de 1991 para investigar los graves hechos de violencia ocurridos
desde 1980 y cuyo impacto sobre la sociedad reclamara con mayor urgencia el
conocimiento de la verdad. En su informe de 15 de marzo de 1993,
la Comisión documentó los hechos del asesinato de Monseñor Óscar Arnulfo Romero
por las fuerzas pro gubernamentales, los llamados «escuadrones de la muerte».
Él fue asesinado a tiros por un francotirador mientras celebraba una misa el 24
de marzo de 1980.
Un.org.
Mensaje sobre el Día
Internacional del Derecho a la Verdad en relación con las Violaciones Graves de
los Derechos Humanos y para la Dignidad de las Víctimas
A principios de este
año, tuve el honor de rendir homenaje en la tumba de Monseñor Óscar Arnulfo
Romero, que fue asesinado en El Salvador en 1980, en esta misma fecha. Monseñor
Romero fue un símbolo para los derechos humanos y la justicia social.
Todos los años, las
Naciones Unidas conmemoran el aniversario de su muerte honrando la memoria de
las víctimas de violaciones graves de los derechos humanos y promoviendo la
importancia del derecho a la verdad y la justicia.
El derecho a la
verdad, que es a la vez un derecho individual y colectivo, es esencial para las
víctimas, pero también para la sociedad en su conjunto. El esclarecimiento de
la verdad sobre las violaciones de los derechos humanos del pasado puede ayudar
a prevenir los abusos de los derechos humanos en el futuro.
Es por ello que las
Naciones Unidas apoyan las misiones de constatación de los hechos, las
comisiones de investigación y las comisiones de la verdad con el fin de
descubrir la verdad sobre las violaciones graves de los derechos humanos y las
violaciones serias del derecho internacional humanitario. Nos esforzamos para
promover la justicia, proponer la reparación a las víctimas y recomendar
reformas de las instituciones abusivas.
En el curso de los últimos
12 meses, las Naciones Unidas prestaron apoyo a las comisiones de investigación
para la República Centroafricana, la República Popular Democrática de Corea,
Eritrea, el reciente conflicto en Gaza y la República Árabe Siria. También
estamos proporcionando asesoramiento y asistencia a una serie de procesos de
justicia de transición, en particular en Côte d’Ivoire y Túnez. Una vez más,
hago un llamamiento a la plena aplicación de las recomendaciones de las
comisiones de investigación y las comisiones de la verdad.
La mejor manera de
honrar el legado de Monseñor Romero en su lucha por los derechos humanos y la
dignidad humana consiste en adoptar medidas concretas para hacer realidad el
derecho a la verdad y otros derechos humanos fundamentales de nuestro tiempo.
En este día fundamental, comprometámonos a ayudar a las víctimas, sus
familiares y las sociedades a hacer efectivo su derecho a la verdad y a
proteger a quienes se esfuerzan por ver prevalecer la verdad.
Un.org.
Monseñor Óscar
Arnulfo Romero
Óscar Arnulfo Romero,
nació en El Salvador, América Central; en Ciudad Barrios departamento de San
Miguel en un día 15 de agosto de 1917. Era el segundo de ocho hermanos su padre
se llamaban Santos y su madre Guadalupe. Formaban una familia humilde y
modesta.
A los 14 años entró
al Seminario Menor de San Miguel y allí permaneció durante 6 años. En 1937
ingresó al Seminario Mayor de San José de la Montaña en San Salvador. Fue
ordenado sacerdote en Roma el 4 de abril de 1942, donde continuó para hacer su
tesis doctoral. Interrumpió sus estudios debido a la segunda guerra mundial por
lo cual regresó a El Salvador.
Fue ordenado Obispo
el 21 de Junio de 1970 y nombrado junto a Monseñor Arturo Rivera y Damas,
auxiliar de Monseñor Luis Chávez y González. Vivió en el Seminario Mayor,
regido por los padres Jesuitas, conoció allí y se hizo amigo del Padre Rutilio
Grande. Fue nombrado Obispo de la Diócesis de Santiago de María, San Miguel y
tomó posesión el 14 de diciembre de 1974. Fue ahí donde «comenzó a ver de cerca
la realidad de pobreza y miseria en que vivían la mayor parte de campesinos».
El 23 de febrero de
1977 fue nombrado Arzobispo de San Salvador en medio de un ambiente de
injusticias, represión e incertidumbre. El 12 de marzo de ese mismo año es
asesinado el Padre Rutilio Grande lo cual le causó a un gran impacto. Monseñor
Romero recoge las sugerencias del clero y celebra una misa única en Catedral
como signo de unidad de la Iglesia y de repudio a la muerte del Padre Rutilio
Grande, a pesar que la Nunciatura le aconseja desistir, él celebró la misa
única y fue un acto multitudinario de fe y unión Eclesial. Monseñor Romero decidió
acompañar al pueblo en su calvario de miseria y muerte y poco a poco pasó de
ser Monseñor Romero a simplemente Monseñor.
Creó una oficina de
Derechos Humanos y abrió las puertas de la Iglesia para dar refugio a los
campesinos que huían de la represión. Monseñor, celebraba todos los domingos,
la Eucaristía en Catedral, el pueblo lo reconoció como un Profeta y le llamaron
«la voz de los sin voz».
Su vida terminó el 24
de marzo de 1980 mientras celebraba misa a las 6:15 p.m. en la capilla del
Hospital Divina Providencia en San Salvador, donde fue su hogar en los tres
años que duró su ministerio. La noticia de su asesinato fue dada en los medios
de comunicación por Monseñor Ricardo Urioste diciendo «El pueblo bueno de El
Salvador está de luto, han matado a Monseñor Romero».
La Arquidiócesis de
San Salvador postuló el 24 de marzo de 1994 en el Vaticano, la causa para la
canonización de Monseñor Romero.
«La palabra queda y
ése es el gran consuelo del que predica. Mi voz desaparecerá pero mi palabra,
que es Cristo quedará en los corazonez que la hayan querido recoger»
(17-12-1978).
Un.org.