Miles de personas
cruzaron el puente de Selma, en Alabama, en un gesto simbólico para
conmemorar el 50 aniversario de una marcha hacia Montgomery por el derecho al
voto de los negros que fue duramente reprimida y se convirtió en un hito de la
lucha por los derechos civiles en Estados Unidos.
Este domingo le tocó
el turno a la población civil después de la visita del presidente Barack Obama,
el sábado, coincidiendo con el día en el que 50 años antes policías a pie y a
caballo lanzaron gases lacrimógenos y golpearon a los manifestantes, en lo que
pasó a la historia como "Domingo Sangriento".
El episodio de Selma
desencadenó una serie de marchas, en las que participó el líder de los derechos
civiles Martin Luther King, que hicieron de catalizador para que en agosto de
ese mismo año, el presidente Lyndon Johnson firmara la Ley de Derecho al Voto.
"Cincuenta años
después del 'Domingo Sangriento' nuestra marcha no ha terminado", dijo
Obama en su discurso ante más de 40.000 personas en el que denunció que la
"larga sombra" del racismo todavía está presente en el país.
El fiscal general,
Eric Holder, el primer afroamericano en ocupar ese cargo, tomó el testigo este
domingo y participó en un servicio religioso en la Capilla Brown de la Iglesia
Metodista Episcopal, donde comenzó la marcha pacífica hacia Montgomery en 1965.
Holder, que dejará
pronto su cargo, se comprometió a seguir luchando por la igualdad e instó a los
presentes a implicarse en "la actual lucha por los derechos civiles y la
justicia social".
En este sentido,
criticó la decisión de 2013 del Tribunal Supremo que anuló un artículo de la
Ley de Derecho al Voto que obligaba a los estados del país con historial de
discriminación en las urnas a solicitar un permiso del Departamento de Justicia
para modificar sus políticas electorales.
"Mientras que la
decisión de la Corte eliminó una de las herramientas más eficaces del
Departamento de Justicia, hemos mantenido nuestra determinación en la búsqueda
del derecho al voto de todos los estadounidenses", agregó Holder, quien
pidió un nuevo empuje nacional para la protección de los votantes de las
minorías.
Junto con Holder,
estuvo Loretta Lynch, que ha sido nominada para sustituirle y que de ser
confirmada en el Senado se convertirá en la primera mujer afroamericana en
asumir el cargo, y otros miembros del Gobierno como el secretario de Trabajo,
Thomas Perez.
En el servicio
religioso también tomó la palabra Martin Luther King III, quien señaló que
"hay algo que no funciona cuando apoyamos la democracia en todo el mundo
y, sin embargo, se suprime la democracia en casa", dijo el hijo del líder
de los derechos civiles.
En contraste con las
celebraciones conmemorativas, el grupo supremacista blanco Ku Klux Klan hizo
notar su presencia con la distribución en estos días de 4.000 panfletos, con
proclamas contra Martin Luther King y la inmigración.
Su objetivo es
recordar que "el clan todavía está ahí fuera y estamos vigilando",
según indicó Robert Jones, miembro de los Leales Caballeros Blancos, al diario
The Huntsville Times.
Efe.com. Washington, Estados Unidos. 09/03/15