En su discurso frente a miembros de las
Fuerzas Armadas, el presidente nunca hizo referencia a la “guerra” contra el
crimen organizado
México,
Distrito Federal. El presidente de México
Enrique Peña Nieto cambió radicalmente el paradigma de la administración de
Felipe Calderón respecto al objetivo de las Fuerzas Armadas de México. Ahora ya
no lanza a los militares a ninguna guerra. Al contrario, los envía a construir
la paz.
Peña
Nieto no llegó al homenaje que le brindaron las Fuerzas
Armadas, en el Heroico Colegio Militar, enfundado en una casaca verde olivo. Su
discurso tampoco hizo jamás referencia a una guerra contra el crimen organizado
de la que los mexicanos suelen estar hartos
El
discurso del nuevo mandatario, en cambio, instruyó cuál debe ser la nueva misión
para el Ejército, Fuerza Aérea y Marina Armada de México: alcanzar la paz.
Edificar la paz, además, respetando puntillosamente los derechos humanos, en
todo el territorio.
“Trabajemos
juntos por un México en paz, próspero y con responsabilidad global”, propuso.
También
será parte del cometido de las Fuerzas Armadas de México (FAM) en el sexenio
que inicia, continuar con la labor social que han desempeñado siempre, hacia la
que Peña Nieto ofreció su “profundo” reconocimiento.
“Su
labor es amplia y de inestimable valor”, dijo el mandatario.
En
su discurso, de unos 10 minutos, Peña Nieto hizo referencia a su persona al
menos en cinco ocasiones, como Comandante Supremo de las Fuerzas Armadas.
Escogió
presentarse a sí mismo bajo tal título por el carácter protocolario,
institucional y castrense del evento, como por su magnitud.
Sus
palabras encomiaron los valores castrenses del honor, lealtad, patriotismo,
valor y abnegación, que han sido provechosos y lo seguirán siendo, para velar
por la democracia, la justicia y la paz.
Resaltó
el carácter de apoyo social que desarrollan Ejército y Marina. Calificó a los
elementos como mujeres y hombres valientes en que las Fuerzas Armadas lucen
capaces y dispuestas “al máximo sacrificio para auxiliar a la población civil”.
Las
Fuerzas Armadas siempre están ahí, dijo, ayudando a la ciudadanía. Cuando se
requiere de una acción integral para cuidar de la salud pública, ahí están
también, respaldando las campañas preventivas, como las de vacunación.
Regreso no inmediato a cuarteles
No
cabe duda que los primeros días del gobierno de Peña Nieto son muy diferentes a
los de Felipe Calderón en 2007.
Eso
sí, previno el Presidente, las Fuerzas Armadas no regresarán en lo inmediato a
los cuarteles, sino gradualmente. Lo harán cuando se aplique ya la nueva
Política de Estado por la Seguridad y la Justicia. En tanto eso ocurre, por
ahora se mantendrán en tareas de seguridad en beneficio de la ciudadanía.
Bajo
mi mano –recalcó el Presidente- las Fuerzas seguirán siendo factor de
estabilidad y de confianza social, y continuarán cumpliendo con decisión “la
elevada misión de garantizar la seguridad interior y la defensa exterior de la
República”.
Su
misión es lograr un México en paz –apuntó Peña Nieto-, labor en la que deberán
ser escrupulosamente respetuosos de los derechos humanos. Asimismo llamó a las
FAM a coadyuvar con el resto del gobierno a implementar los cinco ejes rectores
de su mandato.
Armonizando a los guerreros
En
un evento organizado en conjunto por el Ejército, Fuerza Aérea y Marina-Armada
de México, en las instalaciones del Heroico Colegio Militar de Tlalpan, el Jefe
del Ejecutivo fue recibido con amplios honores, música marcial, pólvora festiva
tricolor y un desfile de diversas agrupaciones castrenses.
El
mensaje no-verbal, sino simbólico, no podía ser más claro: el nuevo gobierno
federal deja atrás posibles distanciamientos entre las más importantes
secretarías relacionadas con la seguridad nacional.
Al
mismo tiempo Peña Nieto –justo en el día de Santa Bárbara, patrona de los artilleros
celebrada cada cuatro de diciembre, logró armonizar los criterios a veces
disímbolos de la Sedena y la Marina, emitiendo un mensaje de unidad en las
Fuerzas Armadas.
Faltaría
por ver si este mismo espíritu de conciliación, diálogo y acuerdos, mostrado el
domingo pasado en la firma del Pacto por México, entre presidencia y los tres
principales partidos políticos, tanto como ayer entre Sedena y Semar, puede
extenderse a la conflictiva SSP federal.
En
el evento se ofreció por igual un desayuno. Peña Nieto fue el único orador. No
tomó la palabra ninguno de los secretarios ahí presentes, ni los anfitriones
General Salvador Cienfuegos de la Defensa, ni el Almirante Vidal Soberón, de la
Armada, ni los invitados Miguel Ángel Osorio Chong, de Segob; Rosario Robles de
Sedesol o Claudia Ruiz Massieu, de Turismo.
5/12/12