Día
Internacional de las Víctimas de Desapariciones Forzadas / 30 de Agosto.
Naciones
Unidas. La desaparición forzada se ha usado a menudo como estrategia para
infundir el terror en los ciudadanos. La sensación de inseguridad que esa
práctica genera no se limita a los parientes próximos del desaparecido, sino
que afecta a su comunidad y al conjunto de la sociedad.
La
desaparición forzada se ha convertido en un problema mundial que no afecta
únicamente a una región concreta del mundo. Las desapariciones forzadas, que en
su día fueron principalmente el producto de las dictaduras militares, pueden perpetrarse
hoy día en situaciones complejas de conflicto interno, especialmente como
método de represión política de los oponentes. Es motivo de especial
preocupación:
El
acoso de los defensores de los derechos humanos, los parientes de las víctimas,
los testigos y los abogados que se ocupan de los casos de desaparición forzada;
El uso
por los Estados de la lucha contra el terrorismo como excusa para el
incumplimiento de sus obligaciones;
Y la
todavía generalizada impunidad por la práctica de la desaparición forzada.
Debe
prestarse también especial atención a los grupos de personas especialmente
vulnerables, como los niños y las personas con discapacidad.
El 21
de diciembre de 2010, la Asamblea General, en virtud de la resolución
A/RES/65/209 Documento PDF, expresó su preocupación, en particular, por el
aumento de las desapariciones forzadas o involuntarias en diversas regiones del
mundo, como los arrestos, las detenciones y los secuestros cuando son parte de
las desapariciones forzadas o equivalen a ellas, y por el creciente número de
denuncias de actos de hostigamiento, maltrato e intimidación padecidos por
testigos de desapariciones o familiares de personas que han desaparecido.
Asimismo,
la resolución acoge con beneplácito la aprobación de la Convención Internacional
para la protección de todas las personas contra las desapariciones forzadas y
decide declarar el 30 de agosto Día Internacional de las Víctimas de Desapariciones
Forzadas, que comenzó a observarse en 2011.
Del sitio de Naciones Unidas.
http://www.un.org/es/events/disappearancesday/
Desapariciones
forzadas
Naciones Unidas. Llegan
unos hombres. Irrumpen en la vivienda, casa, casucha o choza de una familia,
rica o pobre, en una ciudad o en una aldea, en cualquier lugar. Llegan en
cualquier momento del día o de la noche, habitualmente de paisano, algunas
veces en uniforme, siempre armados. Sin dar explicaciones, sin presentar
ninguna orden de detención, a menudo sin decir quiénes son y en nombre de quién
actúan, se llevan a rastras a uno o más miembros de la familia hacia un
automóvil, haciendo uso de la violencia de ser necesario.
Así
suele ser el primer acto del drama que lleva a la desaparición forzada o
involuntaria de una persona, violación particularmente odiosa de los derechos
humanos.
Definición
Según
la Declaración sobre la protección de todas las personas contra las
desapariciones forzadas Documento PDF, proclamada por la Asamblea General en su
resolución 47/133, de 18 de diciembre de 1992, como conjunto de principios que
deben ser aplicados por todos los Estados, se producen desapariciones forzadas
siempre que:
«se
arreste, detenga o traslade contra su voluntad a las personas, o que estas
resulten privadas de su libertad de alguna otra forma por agentes
gubernamentales de cualquier sector o nivel, por grupos organizados o por
particulares que actúan en nombre del Gobierno o con su apoyo directo o
indirecto, su autorización o su asentimiento, y que luego se niegan a revelar la
suerte o el paradero de esas personas o a reconocer que están privadas de la
libertad, sustrayéndolas así a la protección de la ley.»
¿A quién afecta?
Las
propias víctimas
Las
víctimas, muchas veces torturadas y siempre temerosas de perder la vida, y para
los miembros de la familia, que no saben la suerte corrida por sus seres
queridos y cuyas emociones oscilan entre la esperanza y la desesperación,
cavilando y esperando, a veces durante años, noticias que acaso nunca lleguen.
Las víctimas saben bien que sus familias desconocen su paradero y que son
escasas las posibilidades de que alguien venga a ayudarlas. Al habérselas
separado del ámbito protector de la ley y al haber "desaparecido" de
la sociedad, se encuentran, de hecho, privadas de todos sus derechos y a merced
de sus aprehensores.
Incluso
si la muerte no es el desenlace final y tarde o temprano, terminada la
pesadilla, quedan libres, las víctimas pueden sufrir durante largo tiempo las
cicatrices físicas y psicológicas de esa forma de deshumanización y de la
brutalidad y la tortura que con frecuencia la acompañan.
Amigos
y familiares de las víctimas
La
familia y los amigos de las personas desaparecidas sufren una angustia mental
lenta, ignorando si la víctima vive aún y, de ser así, dónde se encuentra
recluida, en qué condiciones y cuál es su estado de salud. Además, conscientes
de que ellos también están amenazados, saben que pueden correr la misma suerte
y que el mero hecho de indagar la verdad tal vez les exponga a un peligro aún
mayor.
La
angustia de la familia se ve intensificada con frecuencia por las consecuencias
materiales que tiene la desaparición. El desaparecido suele ser el principal
sostén económico de la familia. También puede ser el único miembro de la
familia capaz de cultivar el campo o administrar el negocio familiar. La
conmoción emocional resulta pues agudizada por las privaciones materiales,
agravadas a su vez por los gastos que hay que afrontar si los familiares
deciden emprender la búsqueda. Además, no saben cuándo va a regresar, si es que
regresa, el ser querido, lo que dificulta su adaptación a la nueva situación.
En algunos casos, la legislación nacional puede hacer imposible recibir
pensiones u otras ayudas si no existe un certificado de defunción. El resultado
es a menudo la marginación económica y social.
Las
graves privaciones económicas que a menudo acompañan a una desaparición afectan
con más frecuencia a las mujeres, además, son las mujeres las que están más a
menudo al frente de la lucha para solucionar las desapariciones de miembros de
su familia. A ese título pueden sufrir intimidación, persecución y represalias.
Cuando las mujeres son las víctimas de desapariciones, se hacen particularmente
vulnerables a la violencia sexual y de otro tipo.
Los
niños también pueden ser víctimas de las desapariciones, tanto directa como
indirectamente. La desaparición de un niño contraviene claramente varias
disposiciones de la Convención sobre los Derechos del Niño, incluso su derecho
a una identidad personal. Privar al niño de uno de sus padres a causa de una
desaparición es también violar gravemente sus derechos.
Comunidades
Las
comunidades están directamente afectadas por la desaparición de sostén de la
familia, y la degradación de la situación de las familias económica y su
marginación social.
La
desaparición forzada se ha usado a menudo como estrategia para infundir el
terror en los ciudadanos. La sensación de inseguridad que esa práctica genera
no se limita a los parientes próximos del desaparecido, sino que afecta a su
comunidad y al conjunto de la sociedad.
Una
grave violación de los derechos humanos
Al
habérselas separado del ámbito protector de la ley y al haber
"desaparecido" de la sociedad, se encuentran, de hecho, privadas de
todos sus derechos y a merced de sus aprehensores. Algunos de los derechos
humanos que las desapariciones forzadas violan con regularidad son:
El
derecho al reconocimiento de la personalidad jurídica;
El
derecho a la libertad y seguridad de la persona;
El
derecho a no ser sometido a torturas ni a otros tratos o penas crueles, inhumanas
o degradantes;
El
derecho a la vida, en caso de muerte de la persona desaparecida;
El
derecho a una identidad;
El
derecho a un juicio imparcial y a las debidas garantías judiciales;
El
derecho a un recurso efectivo, con reparación e indemnización;
El
derecho a conocer la verdad sobre las circunstancias de la desaparición
Las
desapariciones también suponen en general una violación de diversos derechos de
carácter económico, social y cultural, tanto para las víctimas, así como sus
familias:
El
derecho a la protección y a la asistencia a la familia;;
El
derecho a un nivel de vida adecuado;
El
derecho a la salud;
El
derecho a la educación.
Tanto
el Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional Documento PDF en inglés,
que entró en vigor el 1 de julio de 2002, como la Convención Internacional para
la protección de todas las personas contra las desapariciones forzadas,
aprobada por la Asamblea General de la ONU el 20 de diciembre de 2006,
establecen que, cuando como parte de un ataque generalizado o sistemático
dirigido a cualquier población civil, se cometa una «desaparición forzada» ésta
se calificará como un crimen contra la humanidad y, por tanto, no prescribirá.
Se dará a las familias de las víctimas el derecho a obtener reparación y a
exigir la verdad sobre la desaparición de sus seres queridos.
Del sitio de Naciones Unidas
http://www.un.org/es/events/disappearancesday/
Material EXTRA
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