Nelson Mandela es uno
de los grandes personajes de la historia de la humanidad. Luchó incansablemente
por unos principios éticos que no deben subordinarse nunca a otras razones,
circunstancias, apremios. Después de 27 años encarcelado, salió sin odio, sin
ánimo de venganza, los brazos abiertos para la reconciliación, para el abrazo,
para el perdón. “Olvidar no es posible. Disculpar, sí”.
En hábil
“conspiración” con otro gran personaje, el Presidente Frederick De Klerk, con
la inmensa fuerza moral que su ejemplar trayectoria emanaba, Nelson Mandela fue
capaz de demostrar que algunos imposibles hoy pueden convertirse en realidad
mañana. Que sólo los pusilánimes, los amilanados, los “realistas”, se dejan dominar
por la inercia y rehúsan a inventar el futuro en el que sueñan.
Tuve el gran honor de
reunirme con él en varias ocasiones antes y después de ser el primer Presidente
de raza negra de Sudáfrica venciendo para siempre el apartheid racial. Le
seguiré teniendo como referente cotidiano: el valor de la palabra; el papel
esencial de la mujer para construir el otro mundo posible que anhelamos; las
responsabilidades intergeneracionales como compromiso supremo…
“Todos los seres
humanos iguales en dignidad”: este ha sido, este es, en esencia, el mensaje de
Madiba. Retengámoslo con fuerza, ahora más que nunca, en nuestro
comportamiento.
En mayo de 1988 le
escribí un poema al cumplir los setenta años. Llevaba 26 en la cárcel. He aquí
algunos de los versos:
“Ahí estás,
aherrojado,
dándonos libertad
a manos llenas.
Queremos hoy que
sepas
que nuestras alas
tienen en cada pluma
la marca de tus
rejas…
Que desde tu celda
liberas y excarcelas
a tanto corazón
anclado
en la tibieza…”
El Presidente Nelson
Mandela deja una estela tan luminosa que su ausencia física no disminuirá ni un
ápice su influencia, que tanto precisamos para los cambios radicales -la
“revolución espiritual” que preveía Federico García Lorca- que se avecinan.
Federico Mayor
Zaragoza. Doctor en Farmacia por la Universidad Complutense de Madrid, Ex
Director General Adjunto de la UNESCO y Ex Director General de dicha
organización. Presidente de la Fundación para una Cultura de Paz.