En 2013, las guerras y otros conflictos dejaron miles de muertos y más de 45
millones de desplazados; ante el fracaso de las vías tradicionales para
encontrar soluciones, líderes y organizaciones aplican exitosas alternativas
Buenos Aires, Argentina. El papa
Francisco celebró la Jornada Mundial de la
Paz con el lema "La fraternidad, fundamento y camino para la paz".
Pero la pacificación sigue siendo un bien esquivo en el mundo.
En agosto
pasado, la comunidad internacional se conmovió frente a las terribles imágenes
de los chicos sirios intoxicados por un ataque con armas químicas, tirados en
el suelo y sacudiéndose en medio de convulsiones. Ese episodio llevó incluso al
borde de una internacionalización del conflicto sirio, con la amenaza de
Estados Unidos de una intervención militar directa que finalmente no se
concretó.
Y la
guerra en Siria, que ya dejó más de 120.000 muertos, es sólo el más conocido de
la veintena de conflictos armados que vivió el planeta a lo largo del año. La
mayoría ocurrió en el marco de guerras civiles o choques de diferentes grupos
rebeldes con los Estados. Sin embargo, en su definición más amplia, la ONU
considera también como regiones con "conflictos armados" a todas
aquellas en las que hay por lo menos 25 muertes por enfrentamientos entre el
Estado y algún grupo en el período de un año. Y esto incluye entonces a varias
zonas de América latina, donde, por ejemplo, los narcos enfrentan a los
gobiernos y toman el control de poblaciones enteras.
Las
consecuencias de los conflictos armados se extienden a todo el planeta. Más de
45 millones de personas -superior a la población de la Argentina- están
desplazadas de sus lugares de origen a causa de las guerras. Y si bien, como en
el caso de Siria, los políticos tradicionales logran cada tanto algunos avances
respecto de la pacificación, sus acciones resultan insuficientes.
Ante
este fracaso, algunos líderes políticos y también las ONG comenzaron a afinar
su creatividad para sustentar proyectos de paz alternativos, que en general
proponen pacificar "desde abajo, hacia arriba", desde las personas
hacia las comunidades, y desde las comunidades hacia los Estados.
Son los
"creativos de la paz", gente que hace aportes innovadores con mucho
éxito.
¿Puede
un grupo musical poner en riesgo el gigantesco poder de los narcos? ¿Está en
condiciones de derrotar la potencia de los misiles una monja católica que porta
una bandera blanca?
Enriquecer
a un enemigo pobre, ¿será una vía válida para avanzar hacia la paz? ¿Y qué
pasaría si se enseñara a la gente que una alternativa de pacificación es
perdonar al enemigo para cortar el ciclo de la violencia?
No se
trata en absoluto de propuestas naïf. Todo lo contrario, surgen de grupos que
conocen a fondo la idiosincrasia de sus comunidades y que, de hecho, tienen
éxitos sorprendentes, lo que les da trascendencia internacional.
Otra
señal de su efectividad es que los "señores de la guerra", una
industria que mueve varios miles de millones de dólares al año, detestan a
estas ONG. Y muchos de los impulsores de estas iniciativas han pagado con su
vida la defensa de vías alternativas para lograr la paz.
Israel
"No
puede haber paz si un vecino es rico y el otro es pobre"
Gilboa,
Israel. "¿Puede haber una paz duradera si un
vecino es rico y el otro es pobre?" Veinte años atrás, el alcalde Danny
Atar (foto), de la ciudad norteña israelí de Gilboa, de 32.000 habitantes, se
hizo esta pregunta mirando a la empobrecida aldea árabe vecina de Jenin, de
50.000 habitantes, en Cisjordania.
Este ex
teniente coronel del ejército israelí se reunió entonces con el alcalde
palestino Kaddura Musa, de Jenin, un ex militante de Al-Fatah que pasó 12 años
en las cárceles de Israel. Juntos lanzaron una iniciativa conjunta llamada
"Construir la paz local".
"Del
lado palestino la situación era de hambruna. Por eso decidimos ayudar al
enriquecimiento palestino abriendo un paso fronterizo" a través del muro
que separa ambas ciudades, explicó Atar. El alcalde gestionó la
concesión de permisos laborales para los palestinos de Jenin que deseasen
cruzar a Israel para buscar trabajo. Al mismo tiempo, se incentivó a los
israelíes a realizar sus compras y utilizar los servicios del lado palestino,
donde los precios eran notoriamente más bajos.
Así, en
dos años, la desocupación en Jenin cayó del 42% al 18 %.
"El
segundo objetivo fue la educación -señaló Atar-. Por ejemplo, organizamos
festivales conjuntos. A los chicos judíos les dimos el Corán y a los árabes, la
Torá, para que reflexionasen sobre textos referidos a la paz."
Simultáneamente,
ambos municipios lanzaron la marca "Turismo por la paz". En Gilboa
hay un amplio monte arbolado, donde las familias judías y las palestinas
comenzaron a llegar a hacer picnics los fines de semana con una espléndida
vista del valle cisjordano.
Pero
las iniciativas de Musa siempre enfrentaron resistencia entre algunos líderes
palestinos.
En mayo
del año pasado, en un episodio confuso, un grupo armado baleó la residencia del
alcalde palestino y Musa murió pocas horas después. El sitio palestino
"Europe and Middle East News" reportó: "Musa era conocido entre
los palestinos como el mayor traidor asociado con la así llamada «normalización»
con los sionistas colonialistas en los territorios ocupados".
Pese a
todo, la iniciativa perdura. Los trabajadores palestinos cruzan a diario la
frontera y los israelíes ya se acostumbraron a ir al lado palestino para
realizar sus compras.
Siria
El insólito
poder de la monja que enfrenta a los misiles
En
octubre pasado, la gestión pacífica de la monja católica Agnes-Mariam de la
Croix mostró ser mucho más efectiva que los misiles del gobierno sirio
que durante meses intentaron dominar la ciudad de Moadamiya, bajo control
rebelde, y donde la población estaba sufriendo la hambruna. Vestida con su
hábito de la orden de las carmelitas y con una bandera blanca en la mano, la
superiora del monasterio de San Jaime en Malula, cerca de Damasco, se animó a
ingresar en la zona insurgente, donde una docena de francotiradores ocultos en
los edificios apuntaban hacia ella.
En las
horas siguientes no se supo nada. Pero, finalmente, la madre Agnes-Mariam
emergió de la aldea encabezando una multitudinaria marcha de 6500 mujeres y
chicos hambrientos, que pudieron recibir alimentos y atención médica.
"Nosotros
tenemos una red de contactos con todos los líderes de los clanes y
tribus", explicó en diálogo telefónico con la nacion Agnes-Mariam,
presidenta de la organización Mussalaha (reconciliación, en árabe).
Mussalaha
sostiene que el tejido social básico de Medio Oriente son los clanes. "Un
clan puede tener más de dos millones de personas que viven no sólo en Siria,
sino en el Líbano o Jordania, y que no siempre comparten el mismo pensamiento
político", señaló.
La
organización trabaja con los jefes de los clanes para lograr acuerdos de paz y
compromisos de no agresión.
La
credibilidad de la madre Agnes-Mariam tomó dimensión internacional, cuando en
agosto denunció inconsistencias en los vídeos difundidos por los rebeldes sobre
el ataque químico supuestamente perpetrado por el régimen de Damasco. El
gobierno ruso usó esas evidencias para rechazar la intervención norteamericana
en Siria.
"Nuestra
propuesta de reconciliación se basa en escuchar a todas las partes. Y tenemos
asegurado el apoyo de la mayoría de la población que, como en todo el mundo, es
amante de la paz. Así buscamos arrinconar a los «señores de la guerra» que
están en todos los bandos y sólo buscan la destrucción", dijo la monja.
El
gobierno y la oposición sirios le reconocen cada vez más representatividad a
Mussalaha. "Yo no estoy por [Bashar] Al-Assad, ni en su contra. Lo que
quiero es que el pueblo sirio recobre lo mínimo que tenía antes de la
revuelta", concluye.
Brasil
Un
grupo de afro-reggae que le hace frente al poder narco
Río de Janeiro, Brasil. La Oficina de la ONU para Drogas y Crimen
(Unocd, por sus siglas en inglés) estima que los grupos criminales brasileños,
enquistados en las favelas, obtienen ganancias de 479 millones de dólares
anuales. Para combatir su influencia, en 1993, los promotores de fiestas
Anderson Sá, José Junior y Altair Martins se propusieron sacar a los chicos
pobres de las redes del narcotráfico a través de la cultura, el arte y la
música afro-reggae.
"Hace
20 años, la gente veía a los chicos en la calle o a los jóvenes en las favelas
y los consideraba irrecuperables, que terminarían como ladrones o
narcotraficantes. Nosotros lo que hicimos fue tenderles una mano a esas
personas a las que nadie les había ofrecido una oportunidad distinta. Y, a
través de la cultura, alimentamos su autoestima, su dignidad, y les hicimos ver
que tienen la capacidad de transformar sus vidas", explicó Zé
Junior, coordinador ejecutivo de la ONG AfroReggae
La
organización tiene hoy sedes en seis favelas de Río, actúa en todo Brasil y se
extendió a otros países de América latina, África, Medio Oriente e, incluso, a
barrios pobres de Europa.
Sus más
de 50 proyectos de música, danza, arte, capoeira, teatro, circo, salud,
idiomas, negocios y reciclaje de basura involucran a unos 11.000 jóvenes sólo
en Brasil.
Los
duros comienzos del grupo, en medio de guerras entre narcotraficantes y la
policía militar, a las que pusieron como alternativas el reggae, el rap, el
soul y el hip-hop, fueron retratados en el premiado documental Favela Rising
(2005), de Jeff Zimbalist y Matt Mochary.
Pero la
labor del grupo está en conflicto con los intereses de los narcos.
En
junio de este año, AfroReggae resultó víctima de varios atentados por parte de
una facción de la banda narcotraficante más poderosa de Río, Comando Vermelho,
luego de que Junior acusó a un falso pastor de violación y desvío de dinero.
Pese a que hoy el pastor Marcos Pereira está preso, el líder de AfroReggae ya
no puede andar por las calles sin escolta.
"No
es algo que me haga sentir cómodo. Nos aleja de la comunidad que ayudamos a
construir, pero confío en que será la misma gente de la comunidad la que
finalmente nos seguirá dando garantías de seguridad", dice Zé Junior.
Colombia
La red
de escuelas donde se enseña a perdonar
"El
perdón no es patrimonio exclusivo de las religiones, sino uno de los activos
sociales más importantes para el progreso de los pueblos", sostiene el
colombiano Leonel Narváez, que justamente se especializó en la Universidad de
Harvard en "Resolución de Conflictos".
En los
90, Narváez fue uno de los mediadores en el diálogo entre el gobierno
colombiano y las FARC en el Caquetá. A partir de allí investigó cuáles eran los
factores que favorecían el perdón y la reconciliación como valores humanos. Así
nacieron, hace diez años, las Escuelas del Perdón y la Reconciliación, una
organización en la que trabajan 1400 voluntarios en 12 países, y que en 2006
recibió de la Unesco el Premio Educación para la Paz.
"El
perdón no puede ser sinónimo de impunidad, ni se opone a la demanda de
justicia", señaló Paula Andrea Monroy, que dirige la Fundación para la
Reconciliación, donde funcionan las escuelas.
Su
método de trabajo son talleres de 11 sesiones de cinco horas de duración, en
grupos de 15 a 20 personas.
"Lo
que hacemos es invitar a las personas, generalmente familiares de gente
asesinada, a realizar una «resignificación» de lo ocurrido", dijo Monroy.
"Si a una mujer le mataron a su esposo, nuestra propuesta no es que ella
pueda dejar de ver al asesino como lo que es. Puede experimentar un alivio
enorme si logra reconciliarse con las circunstancias de la vida que hicieron
que hoy su esposo ya no esté a su lado", agregó.
En
Colombia, estos talleres trabajan especialmente con los familiares de víctimas
del narcotráfico y de la guerrilla, en momentos en que el gobierno del
presidente Juan Manuel Santos lleva conversaciones de paz con las FARC.
"Frente
a la irracionalidad de la guerra, proponemos la irracionalidad del perdón como
gesto heroico", remarcó Monroy.
Sin embargo,
la Fundación no tiene una visión simplista del conflicto colombiano, ni tampoco
niega la necesidad de que los líderes políticos aborden otras causas
estructurales.
"No
podemos negar que en la base de este conflicto hay factores objetivos de exclusión
económica, social y política. Pero también hay factores subjetivos de rabia,
odio y deseos de venganza acumulados a lo largo de décadas. Y sobre eso también
es necesario trabajar", finalizó Monroy.
Rubén Guillemi. La Nación.com.ar. 29/12/13
http://www.lanacion.com.ar/1651493-los-creativos-de-la-paz-iniciativas-innovadoras-contra-los-conflictos-armados