Un grupo diverso trata de canalizar el
descontento de los ciudadanos
Roma, Italia. Nacido en Sicilia a finales de
2011, el llamado movimento dei Forconi se caracteriza desde el principio por
ser un movimiento de protesta contra la crisis, integrado por personas de clase
media empobrecida y surgido en medio de la falta de credibilidad de las
instituciones políticas. Después de casi dos años de silencio, el movimiento
vuelve a hacer ruido y promete paralizar el país. Lo ha conseguido en parte.
Un movimiento con historia
Los primeros en identificarse con el símbolo
del forcone (horcón u horca grande, una de las herramientas campesinas más
antiguas), fueron pequeños empresarios agrícolas y transportistas sicilianos,
que en enero de 2012 se movilizaron contra el Gobierno central pidiendo una
bajada de impuestos sobre los carburantes y la energía. Después de cinco días
de parálisis total de los puertos y las principales vías de comunicación de la
isla, todo volvió a la normalidad.
En estos últimos meses los contactos del
movimiento se han ido ramificando y multiplicando, hasta volver a lanzar una
protesta a gran escala. Al mismo tiempo, la situación económica y política del
país ha empeorado notablemente.
El pasado 9 de diciembre, los Forconi
volvieron a movilizarse. Ese día la protesta se repitió en más de 130 ciudades
de todo el país bajo el lema: “Fermiamo l’Italia” (‘Paremos Italia’). Las
manifestaciones fueron multitudinarias, aunque cuando quedaban pocas horas para
el inicio de la protesta, las principales organizaciones de transportistas
anunciaron que no participarían. A pesar de eso, miles de personas acudieron a
la llamada de los Forconi. Se produjeron cortes de carreteras, cientos de
comercios cerraron sus puertas, se paró la actividad productiva y comercial de
las principales ciudades del país y se llevaron a cabo ocupaciones de peajes y
de vías cercanas a la frontera con Francia. Es difícil precisar el número de
asistentes a la movilización, ya que existen cifras muy dispares, pero se
calcula que fueron miles las personas que salieron a las calles.
Los neofascistas
Más de una semana después, el 18 de
diciembre, miembros de los Forconi convocaron otra manifestación. En ella, uno
de los líderes del movimiento, Danilo Calvani, se quedó solo al frente de la
convocatoria ya que otras formaciones que integran el movimiento se negaron a
“marchar sobre Roma” (lema utilizado por Mussolini en 1922), y declararon no
tener nada que ver con el fascismo y la Policía. La manifestación de Roma no
fue tan multitudinaria como se esperaba, a ella acudieron 3.000 personas,
muchas de ellas militantes neofascistas romanos. Después, los otros grupos del
movimiento asistieron a la audiencia semanal del Papa, que les bendijo, “para
que no abracen formas de lucha violenta”, declaró el líder religioso.
Las reivindicaciones del movimiento piden la
dimisión del Gobierno y apuntan que es necesario hacer cambios, pero no existe
un discurso político elaborado detrás. En cualquier caso, las convocatorias de
los Forconi han tenido éxito, más en el norte del país: en ciudades como Turín,
Génova, Milán y Venecia se han vivido las movilizaciones más importantes de los
últimos años.
La crisis en la clase media
Muchos analistas italianos coinciden en que
la crisis ha hecho saltar a este movimiento integrado por grupos muy
heterogéneos, pero con mayoría de personas de clase media. Y es que, a pesar
del optimismo del segundo Gobierno de coalición consecutivo en dos años,
formado en nombre de la austeridad, el desempleo ha subido al 12,5%, la presión
fiscal sobre las empresas oscila entre el 55 y el 69%, y el número de empresas
en quiebra, solamente en 2012, se calcula que fue de unas 12.000. Otro dato que
refleja la crisis económica que sufre Italia es la existencia en todo el país
de 250.000 procedimientos de desahucio autorizados por los juzgados. La mayoría
por no pagar el alquiler o la hipoteca.
Para el sociólogo italiano Marco Revelli,
Turín ha sido el epicentro de la protesta de los Forconi. Allí el sociólogo
observó la protesta del 9 de diciembre y señala en un artículo: “La primera
impresión superficial por la fisonomía –el color y el estilo de la ropa– de las
personas que marchaban era la de una masa de gente empobrecida, podríamos decir
la clase media empobrecida: los prejubilados, los que están al borde de la
quiebra, los pequeños comerciantes estrangulados por las deudas o porque les
obligaron al cierre, transportistas, propietarios...”, abunda Revelli. Las
protestas quedaron suspendidas por Navidad, pero los Forconi ya han prometido
volver a paralizar el país. La próxima cita, el día 10 en Turín.
Los Forconi: un movimiento heterogéneo
El perfil de los Forconi se va definiendo en
las protestas, son: “Aristócratas en Jaguar y agricultores. Empresarios y
obreros parados. Camioneros ahogados por las multas de Equitalia y nuevos
ideólogos del fascismo o jóvenes de centros sociales de izquierda.
Exsimpatizantes de Grillo y exsimpatizantes de la Liga. Exsimpatizantes del
Partido Democrático y críticos de Matteo Renzi [reciente ganador de las
primarias del PD]. Sindicalistas de base o exsindicalistas de la CGIL.
Objetores de Hacienda e independentistas vénetos. Inmigrantes y ultras de
equipos de fútbol”, según el periodista de Linkiesta, Alessandro Da Rold.
DiaagonalPeriódico.net. 29/12/13
http://www.diagonalperiodico.net/global/21267-movimiento-forconi-amenaza-con-paralizar-italia.html