En la ciudad
Villavicencio se celebró el II Encuentro Nacional sobre
Educación para la Paz y los Derechos Humanos en los Territorios. El encuentro
contó con la participación de 16 secretarías de Educación, principalmente de
zonas golpeadas por el conflicto, y con la presencia de una mesa de trabajo
permanente con la participación del Ministerio de Educación Nacional y la
Consejería Presidencial para los Derechos Humanos.
Durante la jornada se
presentaron 11 iniciativas de educación para la paz de diferentes lugares del
país que se destacaron principalmente por aspectos como lograr una
resignificación del papel del docente; altos niveles de involucramiento y
empoderamiento de los estudiantes; partir de una incorporación diferente en los
currículos del papel de la memoria, la reconciliación y el perdón, así como la
diversidad de formas en las que puede aportarse a una cultura de la paz.
Durante el evento, Arnaud
Peral, director del país del PNUD en Colombia, resaltó la importancia de una
visión integral de educación para la paz, donde la apuesta debe ser por
construir un sistema de valores que permita resolver los conflictos sin
violencia.
Por su parte, Abel Rodríguez,
ex presidente de FECODE, argumentó que la educación para la paz debe ser la
primera gran preocupación de la educación hoy en día: “La educación debe tener
su propia agenda para la paz”.
Luz Elena Patarroyo,
del CINEP, destacó la mirada que se está dando en el país sobre la paz, no
únicamente ligada a la situación de conflicto, sino a su relación con lo que
somos como seres humanos, los valores y las emociones. Y Rosa Emilia Salamanca,
de CIASE, insistió en que el tema no es solamente mejorar el currículo sino
mejorarnos como personas.
Prioridades
El segundo día,
Mauricio Romero Vidal, del PNUD, insistió en que el horizonte de tiempo en el
que tienen impacto las reformas educativas es de 30 a 40 años, como ha sido el
caso de Finlandia y Corea, por lo cual hay que apostarle a una política
educativa de largo plazo.
También se dio un
espacio de discusión colectiva, el cual concluyó sobre la necesidad de
construir desde los territorios, apostar por indicadores que den cuenta de la
garantía del derecho a la educación, la necesidad de trabajar la comunicación
para el cambio social, ampliar los espacios de diálogo en las escuelas y la
creación de una red de experiencias de educación para la paz.
En el panel de cierre
se destacó la necesidad de hacer ajustes al modelo de descentralización que
incide directamente en las finanzas de la educación y las competencias de los
territorios. “En un sistema de gobernanza tan complejo es necesario que existan
múltiples espacios de incidencia y se dé un tránsito hacia una mayor
responsabilidad de los entes territoriales”, afirmó José Ricardo Puyana del
MEN.
Por su parte,
Guillermo Rivera, Consejero Presidencial para los Derechos Humanos, resaltó la
necesidad de agenciar un diálogo interno del sector educativo, y puntualizó que
la garantía de los derechos de los ciudadanos víctimas del conflicto no puede
ser una receta impuesta desde el centro del país.
Colombia.corresponsable.com. Colombia. 02/12/14