
Cómo recomponer un mundo devastado por el coronavirus a través de una economía equitativa, justa y sostenible
La pandemia de coronavirus tiene el potencial de agravar la desigualdad en prácticamente todos los países del mundo al mismo tiempo, una situación sin precedentes desde que existen registros. El virus ha puesto al descubierto y ha exacerbado las desigualdades económicas, de género y raciales, a la vez que se ha alimentado de ellas.
Más de dos millones de personas han perdido la vida, y cientos de millones se están viendo arrastradas a la pobreza, mientras que la mayoría de las personas y empresas más ricas del mundo sigue enriqueciéndose. Las fortunas de los milmillonarios han recuperado el nivel previo a la pandemia en tan solo nueve meses, mientras que para las personas en mayor situación de pobreza del mundo esta recuperación podría tardar más de una década en llegar.
La actual crisis ha puesto al descubierto nuestra fragilidad colectiva, así como la incapacidad de nuestra economía, profundamente desigual, de beneficiar al conjunto de la sociedad. No obstante, también nos ha enseñado que la acción de los Gobiernos es vital para proteger nuestra salud y nuestros medios de vida.
De repente, se ha demostrado que es posible poner en marcha políticas transformadoras que antes de la crisis eran impensables. No hay vuelta atrás. No podemos volver a donde estábamos. En lugar de ello, la ciudadanía y los Gobiernos deben responder a la urgente necesidad de construir un mundo más justo y sostenible.
Oxfam org. El virus de la desigualdad. 25 Enero 2021
https://www.oxfam.org/es/informes/el-virus-de-la-desigualdad
Menos milmillonarios y más enfermeras: cinco pasos para reconstruir un mundo más igualitario tras la COVID-19
Es muy probable que la pandemia pase a la historia como la primera vez en que la desigualdad se incrementó al mismo tiempo en prácticamente todos los países del mundo. Sin embargo, no todo el mundo se verá afectado de la misma forma.
La crisis del coronavirus ha afectado en mucha mayor medida a las personas en situación de pobreza que a los ricos. El virus ha exacerbado las desigualdades económicas, de género y raciales, a la vez que se ha alimentado de ellas, agravando la pobreza y la injusticia. Mientras muchas de las personas y empresas más ricas del mundo continúan prosperando, cientos de millones de personas se han visto sumidas en una situación de falta total de recursos.
La pandemia se ha cobrado casi dos millones de vidas en todo el mundo, pero la profunda brecha entre ricos y pobres ha demostrado ser tan letal como el propio virus.
El coronavirus ha golpeado un mundo que ya era profundamente desigual
La crisis de la COVID-19 se ha propagado por un mundo que ya era extremadamente desigual. Un mundo en el que, durante 40 años, el 1 % más rico de la población ha duplicado los ingresos de la mitad más pobre de la población mundial. Un mundo en el que una pequeña élite de poco más de 2000 milmillonarios poseía más riqueza de la que podrían gastar, aunque vivieran mil vidas. Un mundo en el que casi la mitad de la humanidad tiene que sobrevivir con menos de 5,50 dólares al día y en el que perder tan solo un ingreso supone caer en la miseria.
Esta desigualdad tan extrema se traduce en que, incluso antes de la pandemia, miles de millones de personas ya vivían en una situación límite, sin acceso a atención médica básica o mecanismos de protección social. Carecían de los recursos y el apoyo necesarios para hacer frente a la crisis económica y social generada por la COVID-19.
Desde la irrupción del virus, las personas ricas son más ricas y las pobres, más pobres
La crisis del coronavirus ha afectado a todas las economías del planeta y al empleo, los recursos y los ingresos de todas las personas. Sin embargo, la historia es muy distinta en función de si estás en lo más alto o lo más bajo de la pirámide económica.
Los súper ricos de todo el mundo han escapado a los peores efectos de la pandemia. Nuestro sistema económico profundamente injusto les ha permitido amasar enormes riquezas en medio de la peor recesión en 90 años, mientras cientos de millones de personas han perdido sus empleos y se enfrentan al hambre y a la pobreza extrema.
De hecho, se estima que el número total de personas en situación de pobreza podría haberse incrementado entre 200 y 500 millones de personas más en 2020
El virus de la desigualdad en cifras
Desde el inicio de la pandemia, los 10 hombres más ricos del mundo han ganado medio billón de dólares, una cifra que financiaría con creces una vacuna universal para la COVID-19 y que garantizaría que nadie cayese en la pobreza como resultado de esta crisis.
Si la presencia de hombres y mujeres en trabajos mal remunerados y precarios, que han sido los que más se han visto afectados por la crisis de COVID-19, fuese totalmente equitativa, 112 millones de mujeres dejarían de tener un riesgo elevado de perder sus ingresos o empleos.
La pandemia privó a los niños y niñas de los países más pobres de casi cuatro meses de escolarización, frente a las seis semanas en el caso de los niños y niñas de los países de renta alta.
Se estima que 9 de cada 10 personas en países pobres no podrá vacunarse este año contra la COVID-19, mientras los países más ricos han comprado tantas dosis como para vacunar a toda su población cerca de tres veces.
La desigualdad se está cobrando vidas. En los Estados Unidos, si la tasa de mortalidad de las personas de origen latino y afroamericano hubiese sido la misma que la de las personas blancas, aproximadamente 22 000 personas negras y latinas aún seguirían con vida.
La recesión ya ha acabado para los más ricos
Durante los primeros meses de la pandemia, el hundimiento de los mercados bursátiles de todo el mundo provocó que los milmillonarios sufriesen pérdidas considerables. No obstante, este revés fue transitorio. En tan solo nueve meses, las mil personas más ricas del mundo ya habían recuperado toda la riqueza que habían perdido debido a la COVID-19, mientras que las personas en mayor situación de pobreza podrían necesitar más de una década para recuperarse de los impactos económicos de la crisis.
La crisis afecta principalmente a las mujeres y a los grupos étnicos y racializados
Mientras los milmillonarios (en su mayoría hombres blancos) disfrutan de una vida de lujo durante la pandemia, son las mujeres, las personas negras y afrodescendientes, los Pueblos Indígenas, y las comunidades históricamente excluidas y oprimidas en todo el mundo quienes sufren las consecuencias más graves de esta crisis. Dado que un gran número de ellas no puede acceder a servicios de salud y protección social de calidad y suelen ocupar empleos precarios y mal remunerados, tienen más probabilidades de verse arrastradas a la pobreza, pasar hambre e infectarse y morir por el virus.
Millones más padecen hambre
Los catastróficos efectos del coronavirus en los empleos y medios de vida se han traducido en un enorme incremento del hambre. Las Naciones Unidas han estimado que el número de personas en situación de hambre extrema podría incrementarse hasta los 270 millones para finales de 2020 como consecuencia de la pandemia; un aumento del 82 % con respecto a 2019. Esto podría significar que, para finales de 2020, entre 6000 y 12 000 personas podrían morir de hambre cada día como consecuencia de la crisis.
No hay vuelta atrás. No podemos volver a donde estábamos.
Nos encontramos en un punto de inflexión para la humanidad, y cómo decidimos actuar en este momento crucial pasará a la historia. No podemos volver al mundo brutal, injusto e insostenible en el que vivíamos antes de la irrupción del virus.
Los Gobiernos de todo el mundo tienen una ventana de oportunidad cada vez más pequeña para construir una economía inclusiva tras la COVID-19: una economía más justa e inclusiva, que proteja al planeta y acabe con la pobreza. Una economía más humana y justa al servicio de todas las personas. Proponemos cinco medidas clave para construir un futuro mejor:
1. Reducir la desigualdad y valorar aquello que importa
2. Invertir en servicios públicos gratuitos y universales
3. Garantizar trabajos dignos y salarios justos para todas las personas
4. Hacer que los más ricos paguen los impuestos que les corresponden
5. Hacer frente a la crisis climática
Oxfam org. 25/01/2021
https://www.oxfam.org/es/menos-milmillonarios-y-mas-enfermeras-cinco-pasos-para-reconstruir-un-mundo-mas-igualitario-tras-la
- Si se utilizara la riqueza que las 12 personas más ricas de México han acumulado durante la pandemia, se podría cubrir dos veces el gasto programado del IMSS 2021 en servicios de salud y alcanzaría para comprar las dosis suficientes para vacunar a toda la población.
- Desde el inició la emergencia sanitaria, la fortuna de las 10 personas más ricas del mundo ha aumentado en 500 mil millones de dólares. Esta cantidad sería suficiente para financiar una vacuna universal y garantizar que nadie caiga en la pobreza a causa de la pandemia.
Recuperar el nivel de riqueza previo a la pandemia sólo les tomó 9 meses a las personas más ricas del mundo, para el resto de la humanidad, volver a las condiciones de antes de marzo del 2020, podría tardar más de 10 años en llegar, reveló el informe global de Oxfam “El Virus de la Desigualdad”, publicado hoy en el marco de los “Diálogos de Davos del Foro Económico Mundial”.
El informe enfatiza que el COVID-19 está aumentando la desigualdad económica prácticamente en todos los países del mundo al mismo tiempo. Además, explica cómo las diversas intersecciones y desigualdades como el origen étnico, los contextos migratorios adversos, el acceso limitado a los servicios de salud, la discriminación por género, la orientación sexual, la identidad de género, o incluso el hambre, sólo por mencionar algunas, han contribuido a que millones de personas enfermen y mueran. Se estima que el 61% de la población activa mundial trabaja en empleos informales (venta ambulante, trabajo del hogar, reparto a domicilio o la construcción). Estas personas no tienen prestaciones justas, ni acceso a servicios de salud y viven día a día en la primera línea de exposición al virus por su interacción constante con más gente. A esto hay que sumarle que son las mujeres o personas racializadas quienes son las más afectadas. Según el informe de Oxfam, 112 millones de mujeres corren un riesgo elevado de perder sus ingresos o el empleo.
“Estamos viviendo una crisis de cuidados muy profunda que nos corresponsabiliza a toda la humanidad pero que expone en mayor medida a quienes viven en peores condiciones de desigualdad. Hablo de las personas que no han tenido oportunidad de aislarse y protegerse; o quienes no tienen acceso a servicios de salud y no han podido detectar ni tratar este virus ni otras enfermedades asociadas a la pobreza; o quienes viven en hacinamiento o sin servicios básicos como agua potable y tienen que salir para poder sobrevivir”, dijo Alexandra Haas, directora ejecutiva de Oxfam México.
“La pandemia ha evidenciado la urgente necesidad de cambiar la forma en la que vivimos. Sólo la cooperación y la colaboración nos podrán rescatar de sus efectos. Si se utilizara la riqueza acumulada durante la pandemia de las 12 personas más ricas de México, se podría cubrir dos veces el gasto programado del IMSS 2021 en servicios de salud y alcanzaría para comprar las dosis suficientes para vacunar a toda la población”, concluyó.
“El Virus de la Desigualdad” busca mostrar un panorama global que vincula a todas las
personas para tomar las medidas pertinentes en el presente y futuro.
- La recesión ya ha acabado para los más ricos. Desde el inicio de la pandemia, la fortuna de las 10 personas más ricas del mundo ha aumentado en 500 mil millones de dólares. Esta cantidad sería suficiente para financiar una vacuna universal y garantizar que nadie caiga en pobreza a causa de la emergencia sanitaria. El resto de la humanidad enfrenta la peor crisis laboral en más de 90 años y cientos de millones de personas están subempleadas o sin trabajo.
- De nuevo, las mujeres son las más afectadas. Las mujeres representan la mayor parte de la fuerza laboral a nivel mundial. Sin embargo sus trabajos son mal remunerados y precarios. Durante el COVID-19 esos empleos han sido los más afectados, pues se desarrollan en sectores como el de la salud, la protección social y los empleos esenciales.
- La clave para lograr una rápida recuperación es construir una economía más humana y justa. Es necesario implementar sistemas de seguridad social y construir una economía verde que evite una mayor degradación del planeta y lo preserve para las futuras generaciones. Un impuesto temporal sobre las ganancias de las 32 multinacionales que mayor riqueza han acumulado desde que comenzó la pandemia, permitiría recaudar 104 mil millones de dólares, sólo en el 2020. Esta cantidad sería suficiente para financiar las prestaciones sociales de personas de los países de renta media y baja.
Oxfam México org. Ciudad de México. 25/01/21
https://www.oxfammexico.org/sites/default/files/BP-%20El%20virus%20de%20la%20desigualdad%20hace%20necesaria%20la%20colaboracio%CC%81n%20y%20la%20cooperacio%CC%81n.pdf