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1458. Premio Nobel de la Paz 2015 para el Cuarteto de Diálogo Nacional de Túnez

Han pasado ciento veinte años desde que, en 1895, Alfred Nobel firmara su testamento por el cual donaba la mayor parte de su fortuna a una serie de premios, los Premios Nobel. Cómo el propio Alfred Nobel dejo escrito, una parte se dedicaba a “la persona que haya hecho el mayor o el mejor trabajo por la fraternidad entre las naciones, la abolición o reducción de los ejércitos y la celebración y promoción de congresos por la paz”.
El pasado día nueve de octubre, el Premio Nobel de la Paz, que lleva otorgándose desde 1901, ha recaído sobre el “Tunisian National Dialogue Quartet” o Cuarteto de Diálogo Nacional de Túnez, por su “decisiva contribución a la construcción de una democracia pluralista” en Túnez a raíz de la Revolución de los Jazmines el pasado 2011. El Cuarteto, formado en 2013 cuando los asesinatos políticos y el malestar social generalizado estuvieron a punto de derrumbar el proceso democrático y de provocar una guerra civil, estableció una alternativa, un proceso político pacífico que permitiría a Túnez formar un gobierno constitucional que garantizara los derechos de toda la población.
Estos derechos, independientes del género, las convicciones políticas o religiosas de cada persona, y sus bases, se han sentado gracias a la asociación de cuatro organizaciones clave de la sociedad civil Tunecina: “La Unión General Tunecina del Trabajo (UGTT, Union Générale Tunisienne du Travail), la Confederación Tunecina de Industria, Comercio y Artesanía (UTICA, Union Tunisienne de l’Industrie, du Commerce et de l’Artisanat), la Liga Tunecina de Derechos Humanos (LTDH, La Ligue Tunisienne pour la Défense des Droits de l’Homme), y la Orden de Abogados de Túnez (Ordre National des Avocats de Tunisie).
Estas cuatro organizaciones, representantes de diferentes sectores y valores de la sociedad de Túnez, “la vida laboral y el bienestar, los principios del Estado de Derecho y los derechos humanos”, conforman el Cuarteto de Diálogo Nacional de Túnez, que ha recibido de forma conjunta, y sobre estas bases, el Premio Nobel de la Paz por su labor “como mediador y fuerza motriz para impulsar el desarrollo pacífico y democrático en Túnez con gran autoridad moral”.
Jaime Mayoral Pérez. EuropaMedia.es. España, 26/10/15

Nobel de la Paz para un grupo mediador tunecino
El Cuarteto de Diálogo Nacional de Túnez se creó en 2013; impulsó el entendimiento cuando el país estaba al borde de la guerra civil La integran miembros de la sociedad civil de Túnez: empresarios, trabajadores, abogados y la liga de derechos humanos
El Cuarteto de Diálogo Nacional de Túnez fue galardonado con el Premio Nobel de la Paz 2015 “por su decisiva contribución a crear una democracia plural en Túnez tras la Revolución de los Jazmines en 2011” y evitar que el país cayera en una guerra civil. Con el premio, el jurado pretende seguir apoyando el proceso de democratización del país norteafricano que, pese a algunos reveses, sigue siendo considerado modelo para los que vivieron las ‘Primaveras Árabes’.
El cuarteto, integrado por el sindicato Unión General Tunecina del Trabajo (UGTT), la patronal de empresarios UTICA, la Liga Tunecina de Derechos Humanos (LTD) y la Cámara de Abogados, se creó en el verano de 2013, cuando el proceso de democratización del país norteafricano se encontraba en peligro de colapsar tras el asesinato de varios políticos del país que desató disturbios sociales.
Entonces, por iniciativa del sindicato UGTT comenzó un “diálogo nacional” a partir del cual se creó un gobierno de transición integrado exclusivamente por expertos independientes. La organización “estableció un proceso político pacífico y alternativo en un momento que el país estaba al borde de la guerra civil”, destaca el Comité Nobel. Así, se convirtió en un “instrumento para posibilitar que Túnez, en el espacio de unos años, estableciera un sistema constitucional de gobierno garantizando los derechos fundamentales de toda la población, sin importar el género, las convicciones políticas o creencias religiosas”, señaló el comité.
“Hemos recibido premios internacionales pero nunca habíamos soñado con el Premio Nobel de la Paz”, dijo Chokri Dhouibi, miembro de la cúpula de la Liga Tunecina de Derechos Humanos.
La ‘Primavera Árabe’ comenzó en Túnez entre finales de 2010 y comienzos de 2011, cuando fue derrocado su líder Zine el Abidine Ben Ali, pero rápidamente se expandió a otros países del norte de África y Oriente Próximo, en muchos de los cuales la lucha por la democracia y los derechos fundamentales se ha estancado y ha sufrido fuertes golpes. “Túnez ha visto una transición democrática basada en una vibrante sociedad civil que exige respeto a los derechos humanos fundamentales”, destacó el comité.
El presidente de Túnez, Beji Caid Essibsi, consideró que la distinción “honra y refuerza el método del diálogo” que ha adoptado el país. Ahora, el país enfrenta muchos otros desafíos políticos, económicos y de seguridad y el Comité Nobel manifestó su esperanza de que el premio contribuya a garantizar el camino democrático del país y pueda “ser una inspiración para quienes desean trabajar por los procesos de paz” en Oriente Próximo, el norte de África y el resto del mundo, indicó la presidenta del comité, Kaci Kullmann Five, en Oslo al anunciar el galardón.
“Ningún país es igual, pero esperamos que los valores en los procesos que han funcionado en Túnez puedan servir como inspiración”, señaló. El Nobel de la Paz, dotado con ocho millones de coronas suecas (unos 850.000 euros) será entregado el 10 de diciembre en Oslo, el aniversario de la muerte de Alfred Nobel.
El año pasado el premio fue para la joven paquistaní Malala Yousafzai y el indio Kailash Satyarthi por su lucha para evitar la explotación de niños y jóvenes y en favor del derecho de todos los niños a la educación. Ambos felicitaron al Cuarteto que les tomó el relevo: “Gracias por su compromiso en la protección de la democracia”, escribió Malala, de 18 años, en el Twiter de su fundación que lleva su nombre.
Pese a que Túnez cuenta ahora con una Constitución y un gobierno, los ingentes problemas económicos y sociales del país no están solucionados: más del 15 % de los 11 millones de tunecinos están desempleados. Otro gran reto es el terrorismo y la amenaza militar de las milicias islamistas que operan desde las vecinas Libia y Argelia. (DPA)
Es la distinción política de mayor importancia en el mundo
El Premio Nobel de la Paz es considerado la distinción política más importante del mundo. El empresario sueco Alfred Nobel, conocido por su invención de la dinamita y fallecido en 1896, encargó al Parlamento noruego su concesión anual a hasta a tres personalidades u organizaciones por sus logros por la humanidad. Debían ser premiados quienes prestaran la mejor labor “por el hermanamiento de los pueblos, la abolición o reducción de los Ejércitos existentes o la creación y difusión de congresos de paz”. Desde 1960 se premia también la lucha por los derechos humanos y desde 2004, la defensa del medio ambiente.
Se concedió por primera vez en 1901 y desde entonces se ha entregado 96 premios a 129 laureados, 103 individuos y 26 organizaciones, pero en 19 ocasiones no se entregó. Este Nobel se entrega en Oslo, la capital noruega.
Los cinco miembros del Comité Nobel de la Paz son nombrados por seis años: son representantes de partidos según la relación de fuerzas política en el Parlamento de Oslo. La conservadora ex ministra de Comercio Kaci Kullman Five presidente actualmente el comité.
Los más premiados fueron el Comité Internacional de la Cruz Roja, que lo ganó en tres ocasiones (1917, 1944, 1963) y el Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados, en dos (1954 y 1981). El fundador de la Cruz Roja, Henry Dunant, lo ganó de forma individual en el inicio del galardón.
En una ocasión el premio fue rechazado: Le Duc Tho, galardonado en 1973 junto a Henry Kissinger por negociar los acuerdos de paz que pusieron fin a la guerra de Vietnam, dijo que no podía aceptarlo porque la paz no estaba aún cerrada. Tres encarcelados estaban en prisión en el momento de su reconocimiento: el periodista alemán Carl von Ossietzky (1935), la activista birmana Aung San Suu Kyi (1991) y el defensor de los derechos humanos chino Liu Xiaobo (2010). Se lo concedió de forma póstuma al entonces secretario general de la ONU, el sueco Dag Hammarskjold en 1961, quien murió en un accidente aéreo, durante un viaje para mediar en el conflicto que desangraba al ex Congo Belga, África. Y también lo obtuvieron los argentinos Carlos Saavedra Lamas, en 1936, mediador de la guerra del Chaco que enfrentó a Paraguay y Bolivia, y Adolfo Pérez Esquivel, en 1980, por su lucha en defensa de los derechos humanos durante la dictadura.
LaGaceta,com.ar. Argentina, 10/10/15 

Nobel de la Paz para el cuarteto de diálogo nacional de Túnez
El premio pretende ser un estímulo para los tunecinos, que a pesar de los grandes retos, ha sentado las bases para lograr una fraternidad nacional
El Cuarteto de Diálogo Nacional de Túnez ganó el Premio Nobel de la Paz por ayudar a construir la democracia en el lugar de nacimiento de la Primavera Árabe, un proceso que es considerado un ejemplo de transición pacífica en una región que lucha con la violencia.
El cuarteto está formado por la Unión General Tunecina del Trabajo (UGTT), la Confederación Tunecina de Industria, Comercio y Artesanía (UTICA), la Liga Tunecina de Derechos Humanos (LTDH) y la Orden de Abogados de Túnez.
La entidad formada en el verano boreal del 2013 ayudó al proceso de democratización de Túnez cuando este estaba en peligro, dijo el comité que entrega el Nobel.
"Esta es una gran alegría y orgullo para Túnez, pero también una esperanza para el mundo árabe", dijo el jefe de la UGTT, Hussein Abbas.
"Es un mensaje de que el diálogo nos puede llevar por el camino correcto. Este premio es un mensaje para nuestra región a deponer las armas, sentarse y hablar en una mesa de negociación", agregó.
Con una nueva Constitución, elecciones libres y un compromiso político entre los líderes islamistas y seculares, Túnez ha sido alabado como un modelo de cómo hacer una transición desde la dictadura a la democracia.
"El premio pretende ser un estímulo para el pueblo tunecino, que a pesar de tener grandes retos ha sentado las bases para lograr una fraternidad nacional, que el Comité espera que sirva de ejemplo a seguir por otros países", dijo Kaci Kullman Five, jefa del comité del Nobel.
El Premio Nobel de la Paz, que entrega 8 millones de coronas suecas (972.000 dólares), será presentado en Oslo el 10 de diciembre.
El equipo
La Unión General de Trabajadores Tunecinos (UGTT), la Patronal (UTICA), la Liga Tunecina de Derechos Humanos (LTDH) y la Asociación de Magistrados llegaron a la conclusión de que el alzamiento contra la dictadura languidecía, amenazado igualmente por el conflicto político latente y el resurgimiento del yihadismo.
La señal de alarma fue el asesinato en febrero de 2013 del líder político de izquierda Chokri Belaïd, al que siguió en julio el de su colega Mohamed Brahmi.
A esas alturas, la troika (integrada por los islamistas de Al Nahda y el centro derecha representado por el CPR y el partido Ettakatol) que trataba de conducir el timón de la transición había perdido el apoyo de la calle.
Y el salafismo, al que se acusa de los citados ataques, campaba a sus anchas en mezquitas, escuelas e instituciones. Partidos como Ansar al Sharia, ahora ilegalizado y señalado como el alma detrás de los atentados que este año mataron a 60 turistas extranjeros, logró ese año reunir a miles de personas en una demostración de fuerza en la histórica ciudad de Kairaoun, en el centro del país.
Además, la corrupción y el abuso de poder, endémicos en tiempos de la dictadura del huido Zinedin el Abidin Ben Ali, volvía a asomar en las instituciones, purgadas y dirigidas en el nuevo Túnez por funcionarios inexpertos y partidistas.
Elegida en 2011 con mandato de un año, el plazo para redactar una nueva Constitución, la troika se mantenía aferrada al poder, con el país escindido en dos bandos.
Por una parte, la troika, y por otra la oposición, constituida en su mayoría por partidos creados tras la revolución y salidos de la sociedad civil.
En este ambiente, a principios de 2013 se reunieron, primero en secreto y después en público, representantes de los sindicatos, la patronal, los movimientos de derechos humanos y los jueces con una ambición común: salvar la única revolución de las primaveras árabes que ha sobrevivido.
Compuesta por tecnócratas y otros expertos de la sociedad civil, su primera propuesta fue crear un gobierno alternativo a la troika libre de partidismos, que preparara el camino a unas elecciones totalmente democráticas.
Tras meses de duras negociaciones, los esfuerzos del cuarteto dieron como fruto un gobierno de transición dirigido por el tecnócrata Mehdi Jomâa, un hombre que durante años trabajó para la industria del petróleo en Francia.
Un trabajo que tuvo, además, otros cuatro nombres propios: Wided Bouchamaoui (representante de la patronal), Houcine Abassi (líder sindical), Abdessatar Ben Moussa (responsable de la Ligue des Droits de l'Homme) y Fadhel Mahfoudh (representante del colegio de abogados).
Para muchos tunecinos, son personas que merecen ese Premio Nobel de la Paz por salvar la única revolución que ha sobrevivido y evitar que Túnez caminara por los trágicos derroteros de Libia, Siria o Egipto.
ElMundo.com. Venezuela, 09/10/15

Los artífices de la democracia en Túnez fueron galardonados con el Nobel de la Paz
El cuarteto distinguido por el galardón, que agrupó a varias organizaciones de la sociedad civil, en la transición democrática en ese país, está integrado por el sindicato del Trabajo.
El Cuarteto para el Diálogo Nacional de Túnez fue galardonado ayer con el premio Nobel de la Paz 2015 "por su decisiva contribución a crear una democracia plural en Túnez tras la Revolución de los Jazmines en 2011", según anunció en Oslo el Comité Nobel. El cuarteto distinguido por el galardón, que agrupó a varias organizaciones de la sociedad civil, en la transición democrática en ese país, está integrado por el sindicato Unión General Tunecina del Trabajo (UGTT), la patronal de empresarios UTICA, la Liga Tunecina de Derechos Humanos (LTD) y la cámara de abogados.
Su creación data del verano de 2013, cuando el proceso de democratización del país norafricano se encontraba en peligro de colapsar tras el asesinato de varios políticos del país que desató disturbios sociales. La organización "estableció un proceso político pacífico y alternativo en un momento que el país estaba al borde de la guerra civil" y se convirtió en una "fuerza motriz" para hacer avanzar este proceso pacífico en un momento problemático para Túnez. El amplio diálogo nacional impulsado por el Cuarteto frenó la escalada de violencia y ayudó a encontrar soluciones de consenso, desempeñando una función similar a la de los congresos de paz a los que Alfred Nobel, creador de los premios, aludía en su testamento. Tras los asesinatos políticos, la troika (integrada por los islamistas de Ennahda y el centro derecha representado por el CPR y el partido Ettakatol) que trataba de conducir el timón de la transición, había perdido el apoyo de la calle. Mientras el salafismo, al que se acusa de los citados asesinatos, actuaba violentamente casi a voluntad en mezquitas, escuelas e instituciones.
Males endémicos. Además, la corrupción y el abuso de poder, endémicos en tiempos de la dictadura de Ben Ali, volvía a asomar en las instituciones, purgadas y dirigidas en el nuevo Túnez por funcionarios inexpertos y partidistas. En ese ambiente, a principios de 2013 se reunieron representantes de los sindicatos, la patronal, los movimientos de derechos humanos y los jueces con una ambición común: salvar la única revolución de las primaveras árabes que había sobrevivido. Compuesta por tecnócratas y otros expertos de la sociedad civil, su primera propuesta fue crear un gobierno alternativo a la troika, libre de partidismos, que preparara el camino a unas elecciones totalmente democráticas. Tras largas negociaciones en las que el Cuarteto tuvo vital participación, Ennahda aceptó dejar el poder para dar paso a un gobierno tecnócrata encargado de manejar la crisis del país hasta las elecciones legislativas y presidenciales de 2014.
La otra cuestión que significaba una traba para el normalización institucional era la paralizada Asamblea Constituyente. La mediación del Cuarteto logró dejar de lado los desacuerdos políticos. Esto permitió que el 24 de enero se aprobara, con un consenso prácticamente absoluto, la nueva Constitución, un hecho sin precedentes en casi todo el mundo árabe. Esa Carta Magna crea un sistema democrático y laico, bajo un régimen semipresidencialista, la transición terminaría meses más tarde con la victoria en las elecciones legislativas de la oposición laica, liderada por Nidá Tunis, y de su líder, Beyi Caid Essebsi, en las presidenciales. Ennahda aceptó su derrota en las urnas, y se produjo un traspaso de poderes pacífico.
Grandes desafíos. La evolución de Túnez desde la caída de la dictadura del huido Zine El Abidine Ben Ali, en enero de 2011, es "única", apuntó el Comité. Ahora, Túnez enfrenta muchos otros desafíos políticos, económicos y de seguridad y el Comité Nobel manifestó su esperanza de que el premio contribuya a garantizar el camino democrático del país. Además, el Comité mostró su deseo de que el premio contribuya a reforzar la democracia en Túnez y sirva como ejemplo a otros países, sobre todo en Medio Oriente y en el norte de Africa. "Esperamos que inspire a la gente para que vea que es posible trabajar juntos, que movimientos islamistas y seculares han logrado hacerlo con la ayuda de la sociedad civil en Túnez", dijo en la rueda de prensa posterior al anuncio del premio la presidenta del Comité, Kaci Kullmann Five. Five admitió que no estaba claro aún quién viajará a Oslo a recibir el galardón, ya que el Cuarteto como tal no tiene una oficina común.
La designación del Cuarteto para el Diálogo Nacional en Túnez recibió el respaldo de los principales partidos políticos y organizaciones noruegas, aunque fue recibida con sorpresa, ya que no figuraba entre los favoritos al premio. Activistas rusos, movimientos anti nucleares, el Papa Francisco, el médico congoleño Denis Mukwege, el sacerdote eritreo Mussie Zerai y la canciller alemana, Angela Merkel, eran los principales favoritos para suceder al indio Kailash Satyarthi y la paquistaní Malala Yousafzai, premiados en 2014 por su lucha por los derechos de los niños.
Cientos de candidatos. Para este año el comité noruego había recibido un total de 273 candidaturas: 205 correspondientes a personas y 68 a organizaciones. La elección de este año supuso el estreno de la nueva presidenta del comité, la ex líder conservadora Kaci Kullmann Five. Elegida en marzo, en reemplazo del ex primer ministro Thorbjorn Jagland, bajo cuyo mandato hubo designaciones polémicas como las del presidente de EEUU, Barack Obama, la Unión Europea (UE) y el activista chino Liu Xiaobo. La lista de los últimos años incluye también a la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (2013); la Unión Europea (2012); Ellen Johnson Sirleaf, Leymah Gbowee y Tawakkol Karman (2011); Liu Xiaobo (2010) y Barack Obama (2009).
El Nobel de la Paz, el único que se otorga y entrega fuera de Suecia, está dotado con ocho millones de coronas suecas (unos 954.000 dólares) será entregado el 10 de diciembre en Oslo. La ronda de ganadores se cerrará el lunes con el Nobel de economía, el único de los seis no instituido por el creador de los premios, sino por el Banco de Suecia en 1968.
La única transición exitosa de la Primavera Arabe. La Revolución de los Jazmines y el derrocamiento de Zine el Abdidine Ben Ali en Túnez a finales de 2010 y comienzos de 2011 supuso el pistoletazo de salida de las primaveras árabes, un movimiento que llevó al derrocamiento de varios regímenes, pero que no pudo cumplir las grandes esperanzas de libertad y democracia. El único país árabe que consiguió una transición democrática fue Túnez. A ello contribuyó la disposición del partido islámico En Nahda, que ganó las primeras elecciones, a renunciar al poder. Se vio presionado a hacerlo tras el asesinato de dos políticos opositores por parte de supuestos salafistas.
Corría 2013 y el país estaba sumido en una grave crisis política, con manifestaciones masivas contra el gobierno de mayoría islámica. El mayor sindicato del país, el UGTT, impulsó entonces un "diálogo nacional" para solucionar la crisis, cuyo objetivo era la formación de un nuevo gobierno de transición integrado exclusivamente por expertos independientes que no formaran parte de ningún partido.
El cuarteto, integrado además de la Unión General Tunecina del Trabajo (UGTT), por la patronal de empresarios UTICA, la Liga Tunecina de Derechos Humanos (LTD) y la cámara de abogados, fue creado en 2013, y obligó a los islamistas y a sus opositores a sentarse en la mesa de negociaciones. Gracias al pragmatismo de los participantes en el diálogo nacional, el país logró avanzar hacia la democratización. A comienzos de 2014 entró en vigor una nueva Constitución y a fines de año el secular Béji Caid Essebsi fue elegido presidente del país. El economista independiente Habib Essid es jefe de gobierno desde enero.
Retos. Pese a que el país cuenta con una Constitución y un gobierno, los ingentes problemas económicos y sociales no están solucionados: más del 15 por ciento de los 11 millones de tunecinos están desempleados. Otro gran reto es el terrorismo en el interior del país y la amenaza militar de las milicias islamistas que operan desde las vecinas Libia y Argelia. Túnez se vio además golpeada por un grave atentado a finales de junio, cuando un islamista recorrió la playa de la localidad vacacional de Susa matando con un arma a 38 turistas antes de ser abatido por la policía. Según el gobierno tunecino, el atacante había sido formado en Libia, "posiblemente" por la milicia Ansar al Sharia. El grupo salafista libio está en la lista de organizaciones terroristas de EEUU. En julio, Túnez decretó el estado de excepción durante 30 días y después lo prolongó por dos meses. A comienzos de octubre fue levantado.
LaCapital.com.ar. Argentina, 10/10/15

Ganan Nobel de la Paz por salvar la “Primavera Árabe”
El Cuarteto para el Diálogo Nacional fue premiado por ayudar a la construcción de la Democracia.                          
El Cuarteto para el Diálogo Nacional de Túnez ganó ayer el Premio Nobel de la Paz por ayudar a construir la democracia en el lugar de nacimiento de la “Primavera Árabe”, proceso que es considerado un ejemplo de transición pacífica en una región que lucha con la violencia.
El Comité Nobel reconoció ayer el proceso de transición política vivido en Túnez (el país norafricano) en los últimos años al premiar a su Cuarteto para el Diálogo Nacional, formado en 2013 como elemento integrador en medio de una crisis económica que amenazaba con arrastrar los éxitos de la tunecina “Revolución del Jazmín”.
El Cuarteto para el Diálogo Nacional en Túnez (cuya lengua oficial es el árabe) está conformado por la Unión General de Trabajadores Tunecinos (UGTT), la patronal (UTICA), la Liga Tunecina de los Derechos Humanos (LTDH) y la Asociación Nacional de Abogados.
En 2010, el pueblo tunecino se levantó contra la dictadura de Ben Alí, dando origen a un proceso de levantamientos en el mundo árabe que aún persiste. Esa llamada “Revolución del Jazmín” tunecina terminó con el régimen del entonces presidente de Túnez, el dictador Zine El Abidine Ben Alí.
Creado en 2013 en medio del caos político, el Cuarteto se formó ante un clima de violencia extremista y una economía en crisis. Dos políticos de izquierda habían sido asesinados y dos años después de derrocar a Ben Alí (lo que detonó la Primavera Árabe), Túnez estaba al borde de la guerra civil. Las muertes de políticos en 2013 fueron tomadas como una señal de alarma y como indicio de que la “Revolución del Jazmín” languidecía, ante lo que surgió el galardonado Cuarteto.
El grupo se creó para tratar de enderezar el rumbo del país. Inició un Diálogo Nacional con partidos políticos para formar un gobierno que organizara elecciones. Lograron negociar la transición de un gobierno electo, encabezado por el partido islamista Ennahda, a un gobierno interino. El 14 de diciembre de 2013, el ministro de Industria, Mehdi Jomaa, fue elegido primer ministro interino. El mes siguiente, Jomaa tomó juramento a un nuevo gobierno interino.
Túnez, donde arrancó la “Primavera Árabe” en 2010, se convirtió en la capital de ese proceso de alzamientos populares en el mundo árabe sin precedentes, que muchos consideraron como “una revolución democrática”. A diferencia de Libia, Egipto y Siria, Túnez sobrevivió con éxito al proceso que su propio pueblo puso en marcha en diciembre de 2010, cuando un vendedor se inmoló cuando le quitaron su negocio y en protesta por la imposibilidad de trabajar. Miles de tunecinos salieron a las calles en una revuelta que acabó con el régimen corrupto de Ben Alí.
DiarioDeCuyo.com.ar. Argentina, 10/10/2015

Nobel de la Paz al papel de la sociedad civil contra la violencia
El premio otorgado al Cuarteto del Diálogo Nacional Tunecino constituye la única experiencia exitosa entre las primaveras árabes precisamente por el compromiso de las organizaciones civiles.
El Premio Nobel de la Paz 2015 va a Túnez para premiar el papel de la sociedad civil en la lucha contra la violencia. El pequeño país africano constituye la única experiencia exitosa entre las primaveras árabes precisamente por el compromiso de las organizaciones civiles premiadas hoy en la reconciliación nacional. Su mediación y sus esfuerzos evitaron que Túnez acabara su primavera árabe en el infierno de guerras y violencia terrorista en que han acabado otras experiencias como la siria o la yemení o en otro régimen autoritario como el egipcio.
El Comité Noruego del Nobel de la Paz premia al Cuarteto del Diálogo Nacional Tunecino, que une a representantes de trabajadores, empresarios, abogados y defensores de derechos humanos. Lo forman el sindicato Unión General de Trabajadores Tunecinos, la Confederación Tunecina de Industria, Comercio y Artesanía, la Liga de Derechos Humanos Tunecina y la Asociación de Abogados Tunecinos.
Esas cuatro organizaciones llevan desde 2011 por separado y desde entonces –cuando varios asesinatos políticos pusieron la transición democrática en peligro- en conjunto conduciendo a las fuerzas políticas hacia la reconciliación y el diálogo nacional.
Juntas consiguieron, paso a paso, que Túnez, donde estalló la primera chispa de las revoluciones árabes con la llamada “Revolución de los Jazmines”, haya ido creando poco a poco una democracia efectiva que ha puesto freno tanto a las tendencias autoritarias como a la violencia terrorista.
Sus esfuerzos fueron la clave para que el país saltara los obstáculos que fueron apareciendo por el camino en los últimos cuatro años y para convencer a los islamistas de que el camino a la paz y a la reconciliación iba por aceptar la participación en el gobierno. La presidenta del Comité Nobel, Kaci Kullmann Five, explicó en conferencia de prensa desde Oslo que el galardón es al conjunto de las asociaciones y no a cada una por separado.
El Comité Nobel explica en una nota de prensa que entrega el galardón a estas cuatro organizaciones “por su decisiva contribución a la construcción de una democracia pluralista en Túnez” y por su papel para que el pequeño país del norte de África pudiera “en el espacio de unos pocos años, establecer un sistema constitucional de gobierno que garantiza los derechos fundamentales de toda la población sin discriminación por género, convicción política o creencia religiosa”.
El comunicado también explica que las cuatro organizaciones premiadas representan diferentes sectores y valores de la sociedad tunecina: el trabajo, la empresa, el bienestar y los principios de estado de derecho y derechos humanos.
El premio también reconoce el valor de la transición democrática tunecina desde la caída del dictador Ben Ali en enero de 2011. Muestra, abunda el comunicado, “que los movimientos políticos islamistas y seculares pueden trabajar juntos para conseguir resultados significativos por el interés común del país”. Y señala al ejemplo positivo de Túnez en una región marcada por los conflictos.
También es un reconocimiento a la labor de las organizaciones de la sociedad civil y al papel que pueden jugar en la democratización de un país incluso en circunstancias difíciles. El Comité Nobel reconoce que Túnez tiene todavía por delante muchos desafíos y espera que el galardón contribuya “a la democracia en Túnez y como inspiración para todos los que buscan promover la paz y la democracia en Oriente Medio, el norte de África y el resto del mundo”.
El premio a la reconciliación tunecina, que no aparecía en las quinielas, deja sin Nobel a quienes aparecían en todas las listas: la alemana Angela Merkel por su papel en la crisis de refugiados, el Papa Francisco por su mediación entre Cuba y Estados Unidos y su defensa de los pobres y del medio ambiente o el ginecólogo congoleño Denis Mukwege por su lucha contra las violaciones.
Los premiados de los últimos años son los activistas paquistaníes Malala Yousafzai y Kailash Satyarthi (2014), la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (2013), la Unión Europea (2012), Ellen Johnson Sirleaf, Leymah Gbowee y Tawakkol Karman (2011), Liu Xiaobo (2010) y Barack Obama (2009).
Idafe Martín. Clarin.com, Argentina, 09/10/15

Túnez, Nobel para la Paz
Túnez ha merecido el Nobel de paz 2015. Se ha premiado a un movimiento civil que representaba a todo un pueblo, al Cuarteto para el Diálogo Nacional formado por el sindicato UGTT, la patronal UTICA, la Liga de Derechos Humanos y la Orden de Abogados, que tuvieron una contribución decisiva en la edificación de una democracia plural. En un momento en que el proceso de democratización corría el peligro de hundirse, el Cuarteto actuó al unísono con su autoridad moral para proteger y alentar los progresos.
La búsqueda del consenso y la negociación han sido los caminos para una transición hacia una democracia parlamentaria, un paso en la dirección correcta. Las transiciones políticas son difíciles y esta era pacífica y mantiene un buen ritmo. Pero la creación de una cultura abierta y democrática de debate requiere su tiempo.
La democracia es un proceso continuo, es educación, formación y participación. El mejor camino al éxito esla disposición a respetar las garantías de los derechos humanos, políticos, económicos, sociales y culturales. El principio de la descentralización del poder de acuerdo con la voluntad popular y la legitimidad constitucional, y la aceptación de la diversidad  y el pensamiento plural. La clave no es solo lograr el cambio democrático, sino garantizar su continuidad.
Desde diciembre de 2011, lo que ocurrió fue una verdadera revolución, la del Jazmín, donde se unieron personas de todas las edades y procedencias. El ejército desempeñó un papel fundamental cuando optó por no proteger el Estado, y no disparar a los manifestantes.
Se celebraron elecciones que demostraron las ansias de cambio de los ciudadanos al acudir masivamente a votar. Se comprobó la reconciliación entre los componentes de la diversidad social y política, y cómo la identidad nacional se está convirtiendo en identidad democrática. Por eso su gente se enorgullece frente a los árabes, y el mundo ya no es el hijo ilegítimo del arabismo distorsionado, o la camuflada experiencia occidental.
Para un país que sale de más de medio siglo de dictaduras, de despotismo y de corrupción, celebrando elecciones ejemplares y con un gobierno de coalición, el resultado es saludable.
Muchos son los retos, El éxito económico será vital para el progreso político y su futuro. La economía ha experimentado una fuerte desaceleración, entrando en recesión el segundo trimestre debido a una serie de factores, como una caída de la inversión, las exportaciones y la producción de sus sectores no manufactureros y una fuerte caída de ingresos por turismo de un 59,6 % debido a los ataques terroristas. Esto aumentará la tasa de desempleo del 15% y afectará a la recuperación. El turismo es su principal industria. Aporta el 10% del PIB y 15% de empleos de manera que el golpe a este sector daña a la estabilidad política y económica.
El alto desempleo juvenil que provocó la revuelta. Los casos de autoinmolación es una señal que muestra la profunda preocupación de la gente y los retos externos que llegan de sus fronteras. Desde Libia y Argelia.
Una vez asentado en la conciencia colectiva, que el sistema totalitario basado en un único partido, en la abolición de las libertades y la marginación de la sociedad civil ha caído, ojala para siempre, Túnez se ha abierto a una revolución de libertad, en una transición de la tiranía a la democracia.
Por ello, el país del Jazmín se enfrenta a los desafíos que representa la democratización, y los cambios en los ámbitos de la política, la economía y la seguridad. El premio Nobel es importante y oportuno porque resalta lo conseguido. Anima a salvaguardar los resultados positivos y ofrece apoyo moral para seguir en el camino del dialogo en libertad y democracia.
El apoyo de la UE y EEUU será fundamental para impulsar un cambio capaz de apoyar el crecimiento y la estabilidad, sobre todo en el sector privado. Túnez se ha convertido en un símbolo para el resto de los pueblos árabes, y un ejemplo para otros pueblos del mundo.
Como se ha visto en otros países vecinos, la guerra no sirve el interés del pueblo. Y privar a la gente de democracia y de derechos fundamentales crea refugiados, y no ciudadanos deseosos de respaldar a su propio país y de hacer avanzar el progreso. Invertir en democracia, paz y seguridad debe ser la única opción, porque Túnez todavía no está fuera de peligro.
Anwar Zibaoui. EconomiaDigital.es. España,  26/10/15

Revista Conexión Social

Universidad Autónoma de Zacatecas presenta: Panel sobre el Día Internacional de la Paz

Consejo de Valores Nuevo León y Cultura de Paz y No Violencia Monterrey

Cultura de Paz y Mediación de José Benito Pérez Sauceda

Cultura de Paz y Mediación de José Benito Pérez Sauceda
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Cultura de Paz y No Violencia Monterrey

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Cultura de Paz y No Violencia Monterrey. Juntos, Podemos hacer la Paz, Podemos Ser la Paz. Creador/Coordinador: José Benito Pérez Sauceda; *Pintura de la cabecera: Pérez Ruiz.
Cultura de Paz y No Violencia Monterrey desde 2010.

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