Madrid, España. El Día
Escolar de la No-violencia y la Paz (DENIP) busca promover una cultura
independiente y libre para encontrar la paz, desde 1964.
DENIP fue fundado en 1964
y es conocido también como Día Mundial o Internacional de la No-violencia y la
Paz, la cual es una una iniciativa pionera, no gubernamental, independiente,
libre y voluntaria de Educación No-violenta y Pacificadora, practicada
en escuelas de todo el mundo.
Fue establecida
cada 30 de enero, que coincide con el aniversario de la muerte de Mahatma
Gandhi. Pero, en países con calendarios escolares propios del hemisferio
sur puede conmemorarse el 30 de marzo o en los días inmediatos.
Su mensaje es:
"Amor universal, No-violencia y Paz. El Amor universal es mejor que el
egoísmo, la No-violencia es mejor que la violencia y la Paz es mejor que la
guerra.
Starmedia.com. 30/01/13
En el día
escolar de la paz
La Coruña, España. Un nuevo 30 de enero, sesenta y cinco aniversario de la muerte
violenta de Mahatma Gandhi (1948), y una jornada dedicada hoy en las escuelas
-desde 1964- a la paz y la no violencia. Un ámbito de trabajo educativo,
surgido de una iniciativa independiente y no gubernamental, que no pierde
vigencia desde el mismo día en que se instauró. Y es que, como ayer, la
construcción de la paz choca frontalmente con la dinámica y la industria de la guerra,
con las lógicas de la barbarie y, también, con mil y una trabas y problemas
menores que, sumados, hacen hoy imposible e inviable el disfrute en paz, para
todos los habitantes del globo, de los minutos, horas y días en que se resume
nuestra existencia.
En esta cincuenta edición 2013 del DENIP -Día Escolar de la No Violencia
y la Paz-, se hablará en nuestras escuelas de cosas tan importantes como los
tratados vinculantes de transparencia ligada al comercio de armas a nivel
internacional. Pero aquí, si me lo permiten, voy a plantear la necesidad de ser
conscientes de otro tipo de violencia, mucho más cercana. Me refiero a la que
se introduce poco a poco en nuestra sociedad y que, por lo que parece, llega a
ser percibida casi como normal y estructural. Esa violencia más presente, más
doméstica, casi de todos los días, que no deja de causar estragos por su
cercanía.
Me refiero a la violencia que nos circunda cada día. A la que tiene que
ver, para empezar, con el maltrato de género, centrada fundamentalmente en la
mujer, en la que hemos avanzado pero donde aún queda mucho que rascar... Pero
también a la que asoma desde los medios de comunicación, a veces sin cuidar las
formas, y nos muestra un panorama desolador para muchas personas sobre la faz
de La Tierra. O también a la violencia gratuita asociada a ciertas formas de
entretenimiento. ¿No se dan cuenta? Enciendan un día su televisor y hagan el
cálculo de cuántos cargadores de ametralladora se vacían en un par de películas
de esas "para todos los públicos"? O a cuantos pegan o matan,
lastiman o hieren gravemente en espacios cuya única finalidad -se supone- es la
de proporcionar placer en el disfrute del tiempo libre? ¿Y qué me dicen de los
juegos de guerra? ¿Es conveniente y moral que nuestros chavales dediquen parte
de su ocio a aplastar, destruir o asesinar, aunque solo sea desde la
virtualidad? Sinceramente, no lo sé.
Hay mucha más violencia a nuestro alrededor. Y esa nunca es gratuita.
Nos pasa factura como colectivo e individualmente. Y es que cada episodio de
violencia delante de nuestras retinas frustrará un poquito más cualquier
estrategia de construcción de la paz. De cualquier paz.
La violencia está presente en la conculcación de las normas de tráfico.
De las más elementales de la convivencia. En la falta a la palabra. En el abuso
de poder. En las malas prácticas laborales. En la defraudación de impuestos. Y
en el poco o nulo cuidado de un mobiliario urbano que es de todas las personas.
La violencia está entre nosotros cuando no consideramos al de enfrente, quizá
porque tiene la desgracia de dormir al raso. La violencia puede ser incluso una
tarjeta de presentación delante de los otros, con todo lo que implica esto de
destrucción de la convivencia en el entorno próximo. La violencia está presente
en el insulto y la descalificación gratuita. La envidia es violencia. Y la
falta de ética en el trabajo, también. Violencia es lo que conculca el espacio
de todas las personas, que nos hace libres y que dignifica cada uno de nuestros
actos.
Hoy es el día escolar de la paz y la no violencia. Y el panorama no es
mucho más halagüeño que en el pasado. O, según se mire y dependiendo de los
parámetros y tipos de conflicto a los que uno aluda, incluso peor. Pero no
podemos cejar en el intento de dejarles, a los que vengan, un mundo mejor. O
apostamos coralmente por estrategias de no violencia y de paz, o difícil lo
tenemos. Ese es un buen mensaje para transmitirles a los más jóvenes, en
cualquier 30 de enero. Una renuncia personal y expresa a la violencia, en un
día como el de hoy. Un día para la construcción de la paz.
José Luis Quíntela Julián. Laopinióncoruña.es. 30/01/13