La Fuerza de la Palabra
“Me duele este niño hambriento
como una grandiosa espina”
Federico Mayor Zaragoza
Hagamos
de la gran injusticia colectiva, de la gran vergüenza de nuestros días, de los
“efectos colaterales” de un sistema basado en el poder absoluto del dinero, el
motivo principal de nuestra acción cotidiana, de nuestra movilización a favor
de una vida digna de todos los seres humanos.
“La
pobreza es la forma más terrible de violencia”, advirtió el Mahatma Ghandi.
Frente
al consumo de lo superfluo y el despilfarro, tendamos las manos a los más
menesterosos.
La
espiral de subdesarrollo y supeditación sólo puede evitarse con la capacitación
endógena, con el amparo y el conocimiento.
Es
necesario alcanzar a los todavía inalcanzados, hacer visibles a los todavía
invisibles, porque “ojos que no ven, corazón que no siente”.
Hasta
ahora el progreso y la riqueza se han distribuido en el coto cerrado y
protegido de los habitantes del barrio próspero de la aldea global que no
representan sino el 20% de la humanidad.
“Cada
generación de niños ofrece a la humanidad la posibilidad de reconstruir al
mundo de su ruina”, declaró Eglantyne Jebb, fundadora de Save the Children, en
1919. Desgraciadamente, el Partido Republicano de los Estados Unidos no ha
permitido que su país firmara la Convención sobre los Derechos de la Infancia
en 1989. Más tarde, en junio de 2002, el gobierno Bush evitó toda referencia a
dicha Convención en la Asamblea General de las Naciones Unidas. También, frente
a la práctica unanimidad, rechazaron suscribir el derecho humano a la
alimentación en la Conferencia organizada al respecto por la FAO.
Al
establecerse en el año 2000 los Objetivos del Milenio los países más ricos
fueron incapaces de aprobar un fondo de 40.000 millones de dólares para poder
rápidamente socorrer a los más necesitados. ¡Esta es la cantidad que se
invierte actualmente en diez días en gastos militares y armamento! No me
cansaré de repetirlo: mueren al día entre 25 y 35.000 niños y niñas de uno a
cinco años de hambre al tiempo que la “preparación para la guerra” cuesta 4.000
millones de dólares.
Jon
Sobrino ha pasado este mensaje terrible, que no debemos olvidar: “La forma más
extendida de terrorismo es matar a la gente de hambre”.
Sí,
debe dolernos cada niño hambriento como una grandiosa espina…
Federico Mayor
Zaragoza. Doctor en Farmacia por la Universidad Complutense de Madrid. Ex Catedrático
de Bioquímica de la Facultad de Farmacia de la Universidad de Granada y ex
Rector de esta institución. Ex catedrático de su especialidad en la Universidad
Autónoma de Madrid. Cofundador del Centro de Biología Molecular Severo Ochoa de
la Universidad Autónoma de Madrid y del Consejo Superior de Investigaciones
Científicas. Subsecretario de Educación y Ciencia del Gobierno español
(1974-75), Diputado al Parlamento Español (1977-78), Consejero del Presidente
del Gobierno (1977-78), Ministro de Educación y Ciencia (1981-82) y Diputado al
Parlamento Europeo (1987). Ex Director General Adjunto de la UNESCO y en 1987,
fue elegido Director General de dicha Organización. Presidente de la Fundación
para una Cultura de Paz. Federico Mayor Zaragoza. 24/01/13