Muchas preguntas ya
han sido planteadas acerca de la decisión del jurado de no procesar legalmente
a Darren Wilson, el agente de policía blanco que disparó y mató a Michael
Brown, un adolescente afroamericano desarmado, en Ferguson, Missouri en agosto.
Sin embargo, muchas de esas preguntas quedarán, inevitablemente, sin
resolverse: sin la posibilidad de conocer todas las pruebas que el jurado
analizó en sesiones a puerta cerrada durante los últimos cuatro meses, es muy
difícil evaluar la solidez de su decisión.
Lo que es innegable
es que la decisión del jurado no es del todo sorprendente. Si bien las
denuncias de brutalidad policial son frecuentes en EE. UU., muy rara vez dan
lugar a cargos criminales o siquiera a sanciones disciplinarias.
Este no es un
problema nuevo. En 1998, Human Rights Watch examinó los mecanismos de rendición
de cuentas de la policía en 14 ciudades principales del país. Encontramos que
el uso excesivo de la fuerza por parte de agentes de la policía, incluyendo
disparos injustificados, palizas, casos fatales de asfixias y tratos injustos,
persistían debido a obstáculos
infranqueables que impiden una plena rendición de cuentas. Esos obstáculos
incluyen "códigos de silencio" entre oficiales, sistemas deficientes
de información y supervisión, y la escasez de información significativa sobre
las tendencias en el abuso. Dieciséis años más tarde, el Departamento de Justicia
de los Estados Unidos ha aumentado sus investigaciones sobre "patrones o
prácticas" de abuso en los departamentos de policía, de acuerdo con
nuestras recomendaciones. Pero en otras instancias, hemos visto pocos avances
hacia una reforma institucional.
Los acontecimientos
de Ferguson deben servir como un llamado de atención para que las ciudades, las
comunidades y los gobiernos estatales que conforman los Estados Unidos,
reexaminen la situación en relación con la brutalidad policial y la rendición
de cuentas en sus localidades. Una reforma eficaz significaría, entre otras
medidas, una mejor recopilación de datos sobre incidentes relacionados al uso
excesivo de la fuerza a manos de la policía, y la entrega de esos datos al
gobierno federal. En muchas jurisdicciones, puede significar el establecimiento
de órganos independientes de control que puedan hacer frente a las presiones
locales que muchas veces llevan a que se ignoren los casos de brutalidad
policial. También implicaría modificar la formación policial, las políticas y
los sistemas disciplinarios para asegurar que alienten un comportamiento
policial adecuado y que sancionen el abuso.
Las autoridades
encargadas de aplicar la ley en Missouri deberían comenzar por respetar el
derecho del público a la protesta pacífica tras la decisión del gran jurado.
Las autoridades tienen el deber de proteger a los ciudadanos frente a actos
violentos como los que se observaron recientemente, pero deben hacerlo sin
repetir los abusos que hemos visto en los últimos meses, que sólo alimentan aún
más la ira y el resentimiento. Missouri recién nombró a los miembros de la
"Comisión Ferguson" para examinar las condiciones sociales y
económicas subyacentes al asesinato de Brown. Para que la labor de la Comisión
resulte eficaz, es fundamental que esta investigación también abarque un examen
exhaustivo al comportamiento de las fuerzas de seguridad y su respuesta a las
protestas que comenzaron en agosto, así como el trato de la policía hacia la
comunidad de una manera más general. Y Missouri debe examinar a profundidad sus
instituciones de justicia y la disciplina que impone a sus policías para
garantizar que en el futuro, las víctimas de la brutalidad policial tengan
"recursos accesibles y eficaces", como exige el derecho internacional,
para la reivindicación de sus derechos.
Many questions are
already being raised about the grand jury decision not to indict Darren Wilson,
the white police officer who shot and killed Michael Brown, an unarmed
African-American teenager, in Ferguson, Missouri in August. However, many of
those questions will, by necessity, remain unresolved: without hearing the same
evidence the jury has heard in closed sessions over the past four months, it’s
very hard to assess the soundness of their decision.
Maria McFarland
Sánchez-Moreno. Directora Adjunta del Programa sobre Estados Unidos de Human
Rights Watch
Hrw.org. Estados Unidos, 25/11/14
Los derechos
de manifestantes en Ferguson deben respetarse
Abusos alertan sobre
la necesidad de mejorar la respuesta policial
Las
fuerzas de seguridad de Ferguson, Missouri, deberían respetar el derecho de la
población a manifestarse en forma pacífica cuando el jurado de acusación en el
caso Michael Brown emita su decisión, la cual se espera en breve, señaló Human Rights Watch. En el supuesto de que surjan nuevas protestas, la Policía
debería permitir la posibilidad de reunión y expresión pacíficas, abstenerse de
recurrir a un uso excesivo de la fuerza y efectuar operativos con transparencia
y rendición de cuentas.
Un jurado de acusación
del estado determinará en breve si el policía de Ferguson Darren Wilson será
procesado por haber disparado y matado a Brown, un adolescente afroamericano,
el 9 de agosto de 2014. El gobernador de Missouri, Jay Nixon, se refirió a la
“posibilidad de disturbios extendidos” en caso de que el jurado de
enjuiciamiento considere que no corresponde el procesamiento, y el 17 de
noviembre declaró el estado de emergencia por un plazo de 30 días.
“El respeto de los
derechos de los manifestantes debería ser el elemento central de una respuesta
efectiva de las autoridades ante eventuales manifestaciones en Ferguson”,
expresó Alba Morales, investigadora de justicia penal del programa sobre
Estados Unidos de Human Rights Watch. “Si bien es comprensible que Missouri quiera
estar preparado para posibles disturbios, los funcionarios del estado y locales
deben dejar en claro que abusos como los ocurridos en agosto resultan
inadmisibles”.
La muerte de Brown
desencadenó masivas protestas públicas que comenzaron en la noche del 10 de
agosto y continuaron casi ininterrumpidamente por dos semanas. Human Rights
Watch identificó graves irregularidades en la respuesta policial a las
protestas. Tales irregularidades incluyeron la intimidación de manifestantes
que cercenaban su derecho de reunión y libertad de expresión, consagrados en la
constitución estadounidense y en el derecho internacional. En ocasiones,
miembros de la Policía efectuaron un uso innecesario y desproporcionado de la
fuerza. Las autoridades también obstaculizaron la posibilidad de que
organizaciones de medios recabaran noticias sobre los sucesos.
Las protestas
pusieron al descubierto las agudas tensiones que existen desde hace tiempo
entre residentes de Ferguson, un municipio con población mayormente negra, y su
fuerza policial mayoritariamente caucásica, debido a una actuación policial que
los residentes calificaron como racialmente discriminatoria. Numerosos
residentes refirieron a Human Rights Watch años de hostigamiento e intimidación
policial.
Human Rights Watch ha
escrito en dos ocasiones al gobernador Nixon desde comienzos de septiembre
solicitando que Missouri emprenda una revisión exhaustiva y transparente tanto
de los motivos que subyacen a las protestas como de la respuesta de las
autoridades policiales, y que mejore las políticas y prácticas para el control
policial de futuras protestas. La gobernación no ha respondido nuestras cartas.
“Si se producen
nuevas protestas en Ferguson, las autoridades de seguridad pública tendrán la
posibilidad de demostrar que han aprendido de la experiencia pasada”, aseveró
Morales. “Lejos de mejorar la seguridad pública, las respuestas
desproporcionadas a protestas no hacen más que alimentar el enojo y el
resentimiento, y a la vez ponen en peligro a manifestantes y transeúntes”.
Hrw.org. Nueva York, N.Y., 19/11/2014
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Cientos de
manifestantes vuelven a desafiar a la Policía en Ferguson
Centenares protestan en Toronto y Ottawa en
solidaridad con Ferguson
Al menos 45
detenidos en la segunda noche de protestas en Ferguson
Dos personas
arrestadas en manifestación en Miami por fallo judicial
La
indignación de la ciudad de Ferguson (Misuri) tras la no imputación del policía
que mató al joven negro Michael Brown se extendió este martes a 170 ciudades en
37 estados de todo el país, donde miles de personas cortaron carreteras y puentes
para pedir justicia.
Washington DC, Nueva
York, Los Ángeles, Atlanta, Boston, Filadelfia, Oakland y Seattle vivieron esta
noche las mayores concentraciones, que tuvieron un tono pacífico salvo
incidentes aislados y algunos arrestos.
Las grandes ciudades
de todo el país están en alerta por posibles disturbios desde la noche del
lunes, cuando se conoció que el agente Darren Wilson seguirá libre y sin cargos
después de que un gran jurado concluyera que no existen pruebas suficientes
para su imputación.
Wilson, blanco y de
28 años, mató con varios disparos a Brown, negro y de 18, el 9 de agosto cuando
el adolescente iba desarmado y en circunstancias aún por esclarecer.
Este caso provocó
entonces una ola de disturbios raciales que se saldaron con saqueos y destrozos,
una violencia que volvió ayer a esta pequeña ciudad de poco más de 20.000
habitantes aledaña a San Luis tras conocerse el fallo.
Para evitar que se
repita ese escenario, Ferguson se blindó la noche del martes con más de 2.000
agentes de la Guardia Nacional y efectivos de otros cuerpos de seguridad,
mientras en las grandes ciudades del país los manifestantes cortaban puentes y
carreteras.
Estas imágenes se
pudieron ver en Nueva York, Atlanta, Boston, Nashville, Minneapolis, Oakland y
Los Ángeles.
A falta del balance
oficial, la Policía de Atlanta informó de 21 detenciones este martes, mientras
que en la icónica Times Square de Nueva York también hubo varios arrestos.
Estas detenciones se
sumarían a las más de 80 del lunes en Ferguson, que registró los altercados más
graves con incendios en edificios y vehículos y saqueos en comercios.
Aunque este martes
pudo verse lanzamiento de objetos contra la Policía tanto en Ferguson como en
otras ciudades, no se ha informado por el momento de que haya heridos.
Ya el lunes las
protestas trascendieron Ferguson y miles de personas salieron a la calle en
Nueva York, Chicago, Los Ángeles y Washington DC, donde los manifestantes
llevaron sus gritos de “justicia” ante la Casa Blanca.
El agente Darren
Wilson dijo este martes en una entrevista que siente la
ocurrido aunque tiene “la conciencia tranquila” y volvería a actuar del mismo
modo puesto que lo hizo para salvar su vida.
Wilson sostiene que
Brown le agredió e intentó quitarle el arma, un relato que contradice la
versión de algunos testigos, entre ellos un amigo que acompañaba al joven.
Según esos
testimonios, Wilson disparó en repetidas ocasiones al joven cuando este estaba
desarmado y con los brazos en alto, el gesto utilizado ahora como icono de las
protestas acompañado del grito: “No dispares”.
El abogado de la
familia de Michael Brown, Benjamin Crump, considera que el proceso del gran
jurado “debe ser impugnado” porque a su juicio el fiscal encargado del caso
-Robert McCulloch- “está en la misma línea que la policía local”.
“(El relato de
Wilson) Es su versión como testigo interesado. Y no debería haberse incluido si
el fiscal hubiera sido imparcial”, dijo Crump en el aeropuerto de San Luis
(Misuri) a dos medios de comunicación, entre ellos Efe, antes de tomar un vuelo
a Nueva York.
Por su parte, el
presidente del Gobierno, Barack Obama, volvió a pedir calma y reiteró que “no
hay excusa” para los “actos destructivos” de la madrugada del lunes en
Ferguson, en un inciso de un discurso sobre inmigración en Chicago.
Tras escuchar la
versión de 60 testigos y del propio Wilson, el gran jurado decidió que no
existe “causa probable” para imputar al agente.
Los cargos que podría
haber enfrentado Wilson abarcaban desde un máximo de 4 años de cárcel por
homicidio involuntario a cadena perpetua o pena de muerte por asesinato en
primer grado.
El gran jurado decide
si hay pruebas suficientes para presentar cargos contra una persona, por lo que
tras su fallo el caso de Wilson queda cerrado por esta vía.
No obstante, continúa
la doble investigación independiente del Departamento de Justicia sobre si, por
un lado, hubo una violación de los derechos civiles en el caso de Brown, y, por
otro, si la policía local mantiene prácticas discriminatorias, explicó hoy el
fiscal general, Eric Holder, en una declaración
hoylosangeles.com. 25/11/14
Imagen: Desinformémonos https://www.facebook.com/Desinformemonos/timeline |
Cientos de
manifestantes volvieron a desafiar a la Policía en la localidad de Ferguson
(Misuri), en protesta por el fallo del jurado que decidió no imputar al policía
blanco Darren Wilson por la muerte del joven negro Michael Brown.
Tras los disturbios
del lunes, en los que hubo más de ochenta detenciones, la multitud se concentró
este martes por la noche ante la Comisaría de Policía de Ferguson, cercada por
vallas y barricadas de hormigón en la céntrica avenida de South Florissant.
La comisaría de la
localidad, un suburbio de San Luis (estado de Misuri), quedó rodeada por
agentes antidisturbios y efectivos la Guardia Nacional, una fuerza de reserva
militar que fue desplegada en columnas de Humvee, los todoterrenos del
Ejército.
Para evitar los
altercados, tiroteos, saqueos, destrozos e incendios del lunes al hacerse
público el veredicto del jurado, más de 2.000 miembros de la Guardia Nacional y
de otros cuerpos de seguridad se movilizaron en las calles de Ferguson,
población de unos 20.000 habitantes, la mayoría de origen afroamericano.
Al menos tres
personas fueron detenidas, frente a la comisaría, ante
la que los manifestantes corearon consignas como “No disparéis” y portaron
pancartas en las que se leían frases como “Parad la brutalidad de la Policía”.
“Si no hay justicia,
no puede haber paz”, comentó Trap Maurice, un lugareño de 19 años, en
actitud abiertamente desafiante, mientras un helicóptero de las fuerzas de
seguridad vigilaba desde el cielo los acontecimientos sobre el terreno.
“No conocí a Mike Brown, pero estoy seguro de que era un buen chico”,
dijo Adam, un residente de 25 años que agitaba una bandera estadounidense
y, en un tono más conciliador, abogó por llevar a cabo “protestas pacíficas”.
Aunque no se
produjeron actos vandálicos tan graves como los del lunes, una turba dañó y
volcó un vehículo policial cerca del Ayuntamiento, incidente ante el que los
agentes reaccionaron con el usos de gases lacrimógenos para dispersar a los
manifestantes, algunos de los cuales lucían máscaras antigás.
Con el ruido de las
sirenas policiales de fondo, los forcejeos, las carreras y las escaramuzas
fueron la tónica dominante en la calle, donde muchos comercios aparecían
tapiados con paneles de madera como medida de precaución contra posibles
saqueos.
“Despejen la calle.
Permanezcan en las aceras. Pueden manifestarse ahí de forma pacífica. Quien se
quede en la calle puede ser objeto de detención”, conminó la Policía por
megafonía.
“Están intentando
asustarnos”, indicó un manifestante encapuchado y con el rostro
parcialmente cubierto.
Fuera del centro de
la localidad, varias carreteras estaban cortadas y acordonadas por vehículos de
las fuerzas de seguridad, mientras bares, restaurantes y tiendas colgaba el
cartel de “cerrado”.
Michael Brown, de 18
años, falleció tiroteado por Wilson el pasado 9 de agosto, una muerte que
provocó una ola de protestas y disturbios y reabrió el debate sobre la
discriminación racial por parte de la Policía.
El agente Darren
Wilson señaló este martes en una entrevista que lamenta el
suceso, si bien tiene “la conciencia tranquila”.
Wilson sostiene que
Brown le agredió e intentó apoderarse de su arma, versión que contradice el
relato de algunos testigos, entre ellos un amigo que acompañaba a la víctima.
Según esos testigos,
el agente efectuó varios disparos contra el joven cuando éste iba desarmado y
con los brazos en alto, gesto con el que activistas y manifestantes increpan
ahora a la Policía.
hoylosangeles.com. 26/11/14
http://hoylosangeles.com/la-indignacion-de-ferguson-se-extiende-170-ciudades-en-todo-estados-unidos/
http://hoylosangeles.com/la-indignacion-de-ferguson-se-extiende-170-ciudades-en-todo-estados-unidos/