Amnistía
Internacional y una coalición de organizaciones tecnológicas y de derechos
humanos han presentado hoy una nueva herramienta que permite a periodistas,
defensoras y defensores de los derechos humanos rastrear sus computadoras en
busca de los conocidos programas espía de vigilancia.
Detekt es la primera
herramienta que se pone a disposición del público que es capaz de detectar en
computadoras los programas espía de vigilancia más conocidos, algunos de ellos
utilizados por gobiernos.
“Los gobiernos
recurren cada vez más a tecnología peligrosa y sofisticada que les permite leer
correo privado de activistas y periodistas y activar a distancia la cámara o el
micrófono de sus computadoras para registrar clandestinamente sus actividades.
Usan la tecnología en un cobarde intento de impedir que los abusos salgan a la
luz”, ha asegurado Marek Marczynski, director de asuntos militares, de
seguridad y policiales de Amnistía Internacional.
“Detekt es una herramienta
sencilla que avisará a los activistas de esas intromisiones para que puedan
tomar medidas. Representa un revés para los gobiernos que están utilizando la
información obtenida a través de la vigilancia para someter a detención
arbitraria, arresto ilegal e incluso tortura a defensoras y defensores de los derechos humanos y
periodistas.”
Desarrollado por
Claudio Guarnieri, experto en seguridad alemán, Detekt se presenta en
asociación con Amnistía Internacional, Digitale Gesellschaft, Electronic
Frontier Foundation y Privacy International.
La adopción de
tecnologías de vigilancia de las comunicaciones y su comercialización han
crecido de manera exponencial en años recientes.
La Coalición contra
las Exportaciones destinadas a la Vigilancia Ilegal a la que pertenece Amnistía
Internacional, calcula que el comercio anual de tecnologías de vigilancia en
todo el mundo mueve 5,000 millones de dólares estadounidenses, y va en aumento.
Parte de la
tecnología de vigilancia está ampliamente disponible en Internet, mientras que
alternativas más sofisticadas son desarrolladas por empresas privadas con sede
en países desarrollados y vendidas a agencias de inteligencia y organismos
encargados de hacer cumplir la ley de países que cometen persistentes
violaciones de derechos humanos.
FinFisher, empresa
alemana que antes pertenecía a Gamma International, radicada en Reino Unido,
desarrolló el spyware FinSpy, que puede utilizarse para vigilar conversaciones
por Skype, extraer archivos de discos duros, grabar el uso del micrófono y el
correo electrónico y hasta hacer capturas de pantalla y fotografías usando una
cámara del dispositivo.
Según la
investigación realizada por Citizen Lab y la información publicada por
Wikileaks, se utilizó Finfisher para espiar a destacados activistas y abogados
de derechos humanos de Bahréin.
Amnistía
Internacional insta a los gobiernos a establecer estrictos controles
comerciales que obliguen a las autoridades nacionales a evaluar el riesgo de
que esos dispositivos de vigilancia se utilicen para cometer violaciones de
derechos humanos antes de autorizar su transferencia.
“Detekt es una gran
herramienta que puede ayudar a los activistas a mantenerse a salvo pero, en
definitiva, la única manera de impedir que se utilicen esas tecnologías para
cometer abusos o violaciones de derechos humanos es establecer controles
estrictos sobre su uso y comercialización y hacerlos cumplir”, ha dicho Marek
Marczynski.
Amnistía
Internacional usará sus redes para contribuir a que activistas de todo el mundo
conozcan Detekt y rastreen sus aparatos para detectar la presencia de spyware.
También contactará con redes y asociados locales para comprobar quiénes
consideran que tienen un alto riesgo de ser víctimas de ese spyware.
Parte de la
tecnología de vigilancia está ampliamente disponible en Internet, mientras que
alternativas más sofisticadas son desarrolladas por empresas privadas con sede
en países desarrollados y vendidas a agencias de inteligencia y organismos
encargados de hacer cumplir la ley de países que cometen persistentes
violaciones de derechos humanos.
FinFisher, empresa
alemana que antes pertenecía a Gamma International, radicada en Reino Unido,
desarrolló el spyware FinSpy, que puede utilizarse para vigilar conversaciones
por Skype, extraer archivos de discos duros, grabar el uso del micrófono y el
correo electrónico y hasta hacer capturas de pantalla y fotografías usando una
cámara del dispositivo.
Según la
investigación realizada por Citizen Lab y la información publicada por
Wikileaks, se utilizó Finfisher para espiar a destacados activistas y abogados
de derechos humanos de Bahréin.
Amnistía
Internacional insta a los gobiernos a establecer estrictos controles
comerciales que obliguen a las autoridades nacionales a evaluar el riesgo de
que esos dispositivos de vigilancia se utilicen para cometer violaciones de
derechos humanos antes de autorizar su transferencia.
“Detekt es una gran
herramienta que puede ayudar a activistas a mantenerse a salvo pero, en
definitiva, la única manera de impedir que se utilicen esas tecnologías para
cometer abusos o violaciones de derechos humanos es establecer controles
estrictos sobre su uso y comercialización y hacerlos cumplir”, ha dicho Marek
Marczynski.
Amnistía
Internacional usará sus redes para contribuir a que activistas de todo el mundo
conozcan Detekt y rastreen sus aparatos para detectar la presencia de spyware.
También contactará con redes y asociados locales para comprobar quiénes
consideran que tienen un alto riesgo de ser víctimas de ese spyware.
Descarga Detekt en: http://ir.amnistia.mx/detekt
Amnistia.org.mx, México, 21/11/14