Malala y Satyarthi
recibieron el Premio Nobel de la Paz en Oslo
La adolescente
paquistaní Malala recibió el miércoles en Oslo el Premio Nobel de la Paz,
convirtiéndose a sus 17 años en la más joven laureada de este prestigioso
galardón, que compartió con el activista indio Kailash Satyarthi, figura de la
lucha contra el trabajo infantil.
“Una joven y un
hombre algo mayor, una paquistaní y un indio, una musulmana y un hindú, ambos
símbolos de lo que este mundo necesita: más unidad, fraternidad entre
naciones”, dijo el presidente del comité Nobel, Thorbjoern Jagland, antes de
entregar los premios en la alcaldía de Oslo.
Malala Yousafzai, de
17 años, es una defensora del derecho a la educación de las mujeres convertida
en símbolo mundial tras sobrevivir milagrosamente a un ataque armado de los
talibanes.
La adolescente vive
hoy en Birmingham, en el centro de Inglaterra. Desde su marcha de Pakistán,
participó en varias conferencias internacionales donde abogó por la paz y la
educación de los niños, pidiendo a los dirigentes mundiales que “envíen libros,
no armas” a los países pobres.
Kailash Satyarthi, de
60 años, fue durante 35 años un militante contra la explotación infantil.
Los otros premios
Nobel serán entregados un poco más tarde en Estocolmo. Todos ellos recibirán
una medalla de oro, un diploma y un cheque de 8 millones de coronas suecas
(857,000 euros).
Elnuevoherald.com. 12/10/2014
Mexicano protesta en el Nobel
En la ceremonia de premiación, Adán Cortés interrumpió el
acto donde se distinguió a la activista Malala
El individuo que
interrumpió ayer la ceremonia de entrega del Premio Nobel de la Paz en Oslo portando
una bandera de México es un estudiante mexicano que había solicitado asilo
político, informó la policía de este país escandinavo
Adán Cortés Salas es
originario de la Ciudad de México, estudia la carrera de Relaciones
Internacionales en la Facultad de Ciencias Políticas de la Universidad Nacional
Autónoma de México (UNAM), según su perfil de Facebook.
En su cuenta también
indica que trabaja en la Alberca Olímpica Francisco Márquez, al sur de la
Ciudad de México, y que nació un 5 noviembre, aunque no precisa el año.
Comentarios de amigos
y posibles familiares en su muro dan cuenta de que Cortés Salas es el joven que
interrumpió la premiación del Nobel de la Paz en el ayuntamiento de Oslo, la
capital noruega, donde fueron galardonados la paquistaní Malala Yousafzai y el
indio Kailash Satyarthi, presidente de la Marcha Global contra el Trabajo
Infantil.
Durante el evento, el
estudiante mexicano se coló hasta el estrado de la ceremonia con una bandera de
México manchada de rojo, en presunta alusión a la desaparición de 43
estudiantes el 26 de septiembre en la ciudad de Iguala, en el estado mexicano
de Guerrero.
Tras intentar decir
unas palabras a Malala, el joven fue detenido por agentes de seguridad.
La policía noruega,
que en ningún momento reveló la identidad del detenido aunque sí confirmó que
se trataba de un estudiante mexicano, precisó que éste permanece bajo custodia
hasta ser formalmente interrogado y que pidió asilo político al país nórdico
este martes.
Austin Cortés Salas
identificó al manifestante como su gemelo Adán Cortés Salas, de 21 años, quien
fue detenido por la policía noruega.
Él me llamó ayer y sabía que iba a
manifestarse durante la ceremonia del Premio Nobel de la Paz; para exigir paz
para México”, afirmó Cortés.
Mi hermano me indicó
que su intención era que esto (la desaparición de los 43 estudiantes) siga en
las noticias”, dijo Cortés.
Tras ser apartado por
el líder del Comité Nobel noruego, Thorbjørn Jagland, fue retirado segundos
después por la seguridad.
Está interesado en la
situación política de México y solicitó asilo político el martes”, declaró en
una rueda de prensa en Oslo, John Fredriksen, portavoz policial.
El joven, explicó,
permanece bajo custodia hasta ser formalmente interrogado.
La policía noruega
informó que el joven no tenía invitación para acceder al ayuntamiento ni estaba
acreditado como periodista y especuló con que se pudo haber pasado en medio de
un grupo de gente para burlar el control de entradas y de identificación
personal.
Fredriksen lamentó la
“violación de la seguridad”, pero resaltó que la integridad física de los
invitados, entre ellos la familia real noruega y otras autoridades, no había
estado amenazada en el interior del recinto.
La bandera que
llevaba el joven tenía una mancha roja en el centro, y según varios canales de
televisión noruegos antes de ser apartado pidió a Malala que no “olvidara” a
México.
Esos hechos, junto a
algunos comentarios aparecidos en la red social Twitter, hicieron que medios
noruegos relacionaran el incidente con alguna reivindicación vinculada con los
43 estudiantes desaparecidos de Ayotzinapa.
El incidente ocurrido
ayer en la ceremonia hizo que la policía noruega haya anunciado que endurecerá
las medidas de seguridad en los actos relacionados con el Premio Nobel de la
Paz que se celebran hoy y mañana, cuando finaliza el programa oficial.
Tanto la primera
ministra, Erna Solberg, como el director de la policía noruega, Odd Reidar
Humlegård, lamentaron lo ocurrido.
Lo entendí como un
intento de hacer una manifestación política. Debemos tener una mejor
seguridad”, señaló la primera ministra
Solberg.
Los premiados
Malala recibió en
Oslo el Premio Nobel de la Paz, convirtiéndose a sus 17 años en la más joven
laureada de este prestigioso galardón, que compartió con el activista indio
Kailash Satyarthi, figura de la lucha contra el trabajo infantil.
Voy a seguir con esta
lucha hasta que vea que todos los niños pueden ir a la escuela”, dijo Malala,
una defensora del derecho a la educación de las mujeres convertida en símbolo
mundial, tras sobrevivir milagrosamente a un ataque armado de los talibán en
2012.
El martes antes de la
ceremonia, la adolescente dijo que no quería dormirse en los laureles, y afirmó
que desea convertirse en primera ministra de Pakistán.
Menos conocido por el
gran público, el indio Satyarthi lucha desde 1980 por sacar a los miles de
niños indios que trabajan en fábricas, en régimen de cuasi esclavitud.
Me niego a aceptar
que el mundo sea demasiado pobre (para escolarizar a los niños), cuando una
sola semana de gastos militares mundiales bastaría para poner a todos nuestros
hijos en la clase”, dijo Satyarthi.
El activista recordó
a los niños que cosen balones de futbol, sin nunca poder jugar con ellos.
Excelsior.com.mx. 11/12/2014