Director de la
Escuela de Cultura de Paz de Barcelona: "Canadá y el Vaticano no van a
actuar de garantes"
Para Vicenç Fisas,
serán las diplomacias de EE.UU. y Cuba las que se ocupen de los detalles para
implementar y desarrollar este primer acercamiento
Negociaciones como la
de Cuba y Estados Unidos suelen hacerse en el más completo sigilo. Lo de La
Habana y Washington comenzó en 2013 en Canadá y continuó en 2014 en el Vaticano
¿Cómo suelen realizarse este tipo de negociaciones?
En conflictos de tan
larga duración y en que las partes suelen estar muy enquistadas en sus
posiciones, se requiere mucha paciencia y una buena estrategia para conseguir
resultados positivos. En el caso de Cuba-EE.UU., había que romper moldes muy
enraizados al haberse cultivado durante décadas “imágenes de enemigo”. Lo que
ha ocurrido, por tanto, tiene un mérito extraordinario, y supone una labor
paciente de tejer un diálogo muy discreto entre las dos partes. Presupone,
pues, que tanto EE.UU. como Cuba estaban en disposición de encontrar una salida
a una situación absurda e ineficaz. Todos pueden ganar mucho y perder poco. Hay
que felicitar a Canadá y al Vaticano por su profesionalismo en cuanto a la
discreción.
¿En estos casos ambos
países acuerdan los intermediarios o Cuba podría haber exigido al Vaticano y
Obama a Canadá, o viceversa?
Lo normal es que
EE.UU. y Cuba hubieran hecho propuestas de tanteo en la primera fase
exploratoria, hasta lograr un acuerdo sobre los países que ayudarían a lograr
el acercamiento.
¿Qué rol pueden jugar
los intermediarios a partir de ahora, que viene la implementación del acuerdo?
En principio,
ninguno. La mediación es un proceso en el que intervienen muchos actores.
Canadá y el Vaticano han actuado de “exploradores”, y no van a actuar de
“garantes” o “verificadores”. Serán las diplomacias de EE.UU. y Cuba las que se
ocupen de los detalles para implementar y desarrollar este primer acercamiento.
¿Cómo se logra
mantener el secreto en este tipo de negociaciones?
Muy fácil. No
comentando nada a nadie, con excepción de un reducidísimo grupo de personas de
confianza de los presidentes.
En este caso ¿El Papa
es la mejor garantía o podrían haber participado más actores que aún
desconocemos?
Es posible que haya
actuado alguien más, ya sea personas o instituciones especializadas. En todo
caso, el prestigio que está adquiriendo el Papa Francisco, como alguien deseoso
de ayudar a las comunidades divididas o en conflicto, lo convierte en alguien
de mucha altura para “bendecir”, si se me permite la expresión religiosa, y
acompañar ese necesario proceso de acercamiento.
Alejandro Tapia. Latercera.com. 19/12/2014 - 08:51