Nobel de la Paz pide
globalizar la compasión contra esclavitud infantil
El ganador del premio
Nobel de la Paz de 2014, el indio Kailash Satyarthi, reclamó un movimiento
mundial de compasión humana para combatir el problema persistente del trabajo y
la esclavitud infantiles.
“Vivimos en un mundo
globalizado, vamos a globalizar la compasión humana”, exhortó Satyarthi en una
sesión informativa sobre la erradicación de la esclavitud infantil para 2030,
organizada por el Departamento de Información Pública de la Organización de las
Naciones Unidas (ONU), en su sede en Nueva York.
Satyarthi, un
incansable activista contra el trabajo infantil, recibió el premio Nobel de la
Paz junto con la joven pakistaní Malala Yousafzai, “por su lucha contra la
opresión de los niños y jóvenes y por el derecho a la educación de todos los
niños”, según explicó el Comité Noruego del Nobel que otorga la distinción.
Satyarthi dijo que
confiaba en que vería el final de la servidumbre infantil en su vida, pero hizo
hincapié en que todo el mundo tiene la responsabilidad moral de encarar el
problema.
El trabajo infantil
sigue siendo un problema verdaderamente mundial, que perjudica a millones de
niños y niñas.
En Asia meridional,
aproximadamente 250.000 niños y niñas, algunos de apenas cuatro años, trabajan
hasta 18 horas al día atando nudos para las alfombras que se exportan a Estados
Unidos y Europa.
En Haití, la
Fundación de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) calcula que 225.000
menores, en su mayoría niñas, entre cinco y 17 años viven como “restaveks”, o
trabajadoras internas al servicio doméstico de las familias más ricas.
En República
Centroafricana, la ONU informa que hay unos 6.000 niños soldados, lo que
incluye a niñas utilizadas como esclavas sexuales.
En todo el mundo, más
de la mitad de los niños y niñas que trabajan lo hacen en la agricultura,
incluso en Estados Unidos, donde la organización de derechos humanos Human
Rights Watch denunció que los menores que trabajan en las plantaciones de
tabaco están expuestos a la intoxicación de la nicotina.
En total, la
Organización Internacional del Trabajo señaló que hay 168 millones de niños y
niñas que trabajan, y que más de la mitad, unos 85 millones, realizan tareas
peligrosas.
Detrás de cada dato
estadístico hay un clamor por la libertad de un niño o niña a quien no estamos
escuchando, destacó Satyarthi el martes 17.
“Ese es el grito de
ser un niño, un niño que puede jugar, un niño que puede amar, un niño que puede
ser un niño”, declaró.
Satyarthi contrastó
el número de niños trabajando a tiempo completo con los 200 millones de adultos
que carecen de empleo en todo el mundo. Abordar este desequilibrio es una
cuestión compleja, en parte porque en las poblaciones vulnerables los niños son
considerados más fáciles de explotar que sus mayores, explicó.
El activista indio
también expresó su preocupación por que, si bien se avanzó en el trabajo
infantil, la lucha contra el crimen de la esclavitud infantil está estancada.
“El número de niños
esclavos, de los niños que realizan trabajos forzados, no se redujo en
absoluto”, y en los últimos 15 años se mantuvo estable en unos 5,5 millones,
aseguró.
La ONU desempeñó un
papel clave en la lucha contra el trabajo infantil, reconoció. Satyarthi hizo
hincapié en que era necesario contar con un lenguaje claro en la lucha contra
el trabajo infantil en los objetivos de desarrollo sostenible, cuya aprobación
está prevista en la Cumbre Especial sobre Desarrollo Sostenible que se
celebrará en septiembre de este año en Nueva York.
También abogó por una
mayor cooperación entre las organizaciones que trabajan para proteger a los
niños para asegurar una estrategia integral.
Susan Bissell,
directora de Protección Infantil de Unicef, también estuvo en la sesión del
martes en la ONU. “La primera línea de defensa para no convertirse en víctima
de la esclavitud es el niño o la niña y su familia”, sostuvo.
“Al empoderar a las
familias social y económicamente y generar su resiliencia para reconocer la
esclavitud infantil, y al estar sensibilizados de sus derechos y cómo
ejercerlos, podemos propinarle el primer golpe a la esclavitud”, expresó.
Bissell también instó
al sector privado a erradicar la esclavitud infantil, y agregó que los derechos
de los niños deben ser vistos como un mandato relevante de las empresas.
Satyarthi concluyó su
discurso con un fuerte llamado a la acción.
“Si un solo niño en
cualquier parte del mundo está en peligro el mundo no es seguro. Si una sola
niña es vendida como un animal y sexualmente abusada y violada, no podemos
decir que somos una sociedad culta”, subrayó.
“Me niego a aceptar
que algunos niños nacen para vivir sin dignidad humana. Cada uno de ustedes
tiene algo de responsabilidad moral. No puede recaer solo sobre mí”, concluyó
el activista.
Lyndal Rowlands. Ipsnoticias.net. 20/03/15