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1339. Reglamentan Cátedra de Paz como asignatura obligatoria en Colombia

Por una Cultura de Paz
El Congreso, de manera unánime -no se opuso ninguno de los partidos- aprobó la Ley 1732 del 1 de septiembre de 2014, por la cual se dispuso que en todos los establecimientos educativos del país -los de primaria, los de secundaria y las universidades- se programe y dicta la Cátedra de la Paz.
Mediante ella, como dice su artículo 1, se busca “garantizar la creación y el fortalecimiento de una cultura de paz en Colombia”.
Se trata –como también lo expresa la norma- de crear y consolidar un espacio para el aprendizaje, la reflexión y el diálogo sobre la cultura de la paz y el desarrollo sostenible que contribuya al bienestar general y el mejoramiento de la calidad de vida de la población”.
La consagración de esta cátedra tiene por objeto dar cumplimiento al preámbulo y a los artículos 22 y 41 de la Constitución Política de 1991.
Según el preámbulo constitucional, la paz es uno de los valores fundamentales de nuestro ordenamiento, y ha de buscarse -como los otros valores superiores- dentro de un marco jurídico, democrático y participativo que garantice un orden político, económico y social justo.
El artículo 22 de la Carta establece que la paz es un derecho y un deber de obligatorio cumplimiento.  Y, como lo señaló la Corte Constitucional al interpretarlo (Sentencia T-102 del 10 de marzo de 1993. M.P.: Dr. Carlos Gaviria Díaz), “la paz, en definitiva, no es otra cosa que el respeto efectivo de los derechos humanos”.
Por su parte, el artículo 41 de la Constitución establece: “En todas las instituciones de educación, oficiales o privadas, serán obligatorios el estudio de la Constitución y la Instrucción Cívica. Así mismo se fomentarán prácticas democráticas para el aprendizaje de los principios y valores de la participación ciudadana. El Estado divulgará la Constitución”.
A tales disposiciones debemos agregar lo dispuesto en el artículo 67 de la Constitución, a cuyo tenor “la educación formará al colombiano en el respeto a los derechos humanos, a la paz y a la democracia”.
El Presidente de la República, Juan Manuel Santos, ha procedido a dictar el correspondiente decreto reglamentario, y al hacerlo sintetizó los propósitos centrales de estas importantes normas: "Debemos fomentar desde nuestros colegios escenarios de convivencia, de armonía y de compañerismo e iniciar el proceso con nuestros niños y jóvenes porque en ellos está el futuro de nuestro país. Hoy damos un gran paso en la construcción de esa paz con la que todos soñamos, esa paz que no se está negociando en La Habana sino que debe nacer desde el interior de cada colombiano en su cotidianidad".
En realidad, estamos ante  una obligación a cargo del Estado y de los particulares, cuyo cumplimiento ha debido tener lugar mucho antes.
No cabe duda: el servicio que en esta materia le prestarán los establecimientos educativos de todos los niveles, en beneficio de toda la sociedad, es enorme. Es suficiente ver los noticieros de televisión, que a diario registran los casos de intolerancia y violencia, es suficiente para entender que la formación de los niños y jóvenes en la cultura de la paz es  indispensable.
José Gregorio Hernández Galindo. Lanación.com.com. Colombia, 31/05/2015

Reglamentan Cátedra de La Paz como asignatura obligatoria
Todos los colegios deberán incluir en sus planes de estudio esta materia antes del 31 de diciembre.
Santos explicó que la implementación de esta cátedra abrirá espacios de diálogo y discusión al interior de las aulas.
El Presidente de la República, Juan Manuel Santos, firmó  el decreto que reglamenta la Ley 1732 de 2015 que implementa la Cátedra de La Paz como asignatura obligatoria en todos los establecimientos educativos oficiales y privados  del país en  en  los niveles de preescolar, básica y media.
Santos explicó que la implementación de esta cátedra abrirá espacios de diálogo y discusión al interior de las aulas en torno al aporte que deben hacer los niños y jóvenes en la construcción conjunta de la paz como factor determinante para hacer de Colombia el país que todos soñamos.
"Debemos fomentar desde nuestros colegios escenarios de convivencia, de armonía y de compañerismo e iniciar el proceso con nuestros niños y jóvenes porque en ellos está el futuro de nuestro país. Hoy damos un gran paso en la construcción de esa paz con la que todos soñamos, esa paz que no se está negociando en La Habana sino que debe nacer desde el interior de cada colombiano en su cotidianidad", manifestó Santos.
Según el decreto, todas las instituciones educativas deberán incluir en sus planes de estudio la materia de Cátedra de La Paz antes del 31 de diciembre de este año y deberá estar articulada con alguna de las siguientes áreas del conocimiento: I) ciencias sociales, historia, geografía, constitución política y democracia, II) ciencias naturales y educación ambiental, o III) educación ética y en valores humanos.
Al respecto, la Ministra Parody dijo que la implementación de esa asignatura contribuirá a la formación de competencias ciudadanas en todos los estudiantes del país que contribuyan a la solución pacífica de conflictos cotidianos y a generar ambientes propicios de estudio lejos de factores como el matoneo o la violencia.
"Lo que viene ahora es empezar a trabajar para crear los lineamientos y estándares básicos para la implementación de la cátedra, para esto nosotros como Ministerio y las secretarías de Educación iniciarán un trabajo constante que incluya un plan de estudios, la capacitación y formación a docentes, y la adecuación de los espacios que se requieran para tal fin", explicó Parody.
La cátedra deberá cumplir con el objetivo de contribuir al aprendizaje, la reflexión y el diálogo en torno a la cultura de la paz, entendida como la apropiación de conocimientos y competencias ciudadanas para la convivencia pacífica, la participación democrática, la equidad, la pluralidad y el respeto por los Derechos Humanos; y el desarrollo sostenible, definido como aquel que conduce al crecimiento económico, la elevación de la calidad de la vida y al bienestar social.
En el caso de la educación superior, y en respeto del principio de la autonomía universitaria, las instituciones desarrollarán la Cátedra de la Paz en concordancia con sus programas académicos y su modelo educativo, para lo cual podrán definir las acciones educativas que permitan a la comunidad académica contar con espacios de aprendizaje, reflexión y diálogo para la construcción de la paz.
Cabe resaltar que al tratarse de una Ley de la República, la implementación de esta materia dentro de los recintos educativos es de obligatorio cumplimiento, pues se constituye en factor de desarrollo y convivencia para los estudiantes, docentes, directivos, padres de familia y comunidad educativa en general.
Eltiempo.com. Colombia. 26/05/2015 

¿Se puede impartir la paz como clase?
La Ley 1732 de la cátedra de la paz se aprobó en septiembre de 2014
Esta semana el presidente Juan Manuel Santos y la ministra de Educación, Gina Parody, firmaron el decreto que obliga a todos los colegios del país a crear una materia dedicada a la paz.
La cátedra nace luego de que en septiembre del año pasado se firmara la Ley 1732, con la que el Congreso vio la necesidad de abrir en los colegios “un espacio para el aprendizaje, la reflexión y el diálogo sobre la cultura de la paz, que contribuya al mejoramiento de la calidad de vida de la población”.
“Debemos fomentar desde los colegios escenarios de convivencia, de armonía y de compañerismo. Hoy damos un gran paso en la construcción de esa paz con la que todos soñamos, esa paz que no se está negociando en La Habana sino que debe nacer desde el interior de cada colombiano en su cotidianidad”, dijo el presidente Santos esta semana al anunciar que al 31 de diciembre todos los colegios deberán tener la materia implementada.
La idea es que la cátedra esté articulada con áreas del conocimiento como historia, geografía, constitución política y democracia, ciencias naturales y educación ambiental, o educación ética y en valores humanos, y que, como resultado, contribuya a la formación de competencias ciudadanas para aprender a dar una solución pacífica a conflictos del día a día. En cuanto a las universidades, cada una gozará de plena autonomía para desarrollarla.
Para algunos analistas, la creación de una asignatura de este tipo resulta a todas luces innecesaria. La exviceministra de Educación Isabel Segovia cree que los congresistas suelen resolver los problemas estructurales de la educación creando materias, como ha ocurrido con los temas de sexualidad y competencias ciudadanas. “La estrategia de quienes no son capaces de idear transformaciones profundas es llenar el currículo de cátedras que no generan ningún cambio. Los maestros no tienen suficiente tiempo para dictar las asignaturas básicas y ahora deben estructurar otras. La convivencia y la resolución de conflictos son temáticas que pueden trabajarse desde asignaturas como artística, sociales, lenguaje e incluso desde la clase de matemáticas”.
Para el rector de la Universidad Eafit, Juan Luis Mejía, ninguna asignatura va a garantizar la formación de buenos ciudadanos, “porque la paz no es una materia como física o química, que tienen una acervo de conocimiento, sino que es un espíritu que resulta de la reflexión permanente. Sabemos que como institución debemos hacer cumplir la ley e imagino que será una oportunidad para motivar publicaciones y foros. La paz debe ser una discusión colectiva, no puede recaer en la visión de un solo docente”.
Por otro lado, la idea de la creación de esta cátedra la celebran maestros como John Sandoval Rincón, quien fue reconocido por la Fundación Compartir con el premio al gran rector del año por encontrar una manera de convertir su escuela, rodeada de realidades conflictivas, como el desplazamiento, en un lugar donde se promueve la convivencia a partir de la reflexión constante de la sociedad en la que se crece.
Sandoval ganó el premio precisamente por promover una cátedra de paz que ha resultado exitosa para su colegio, la Institución Educativa Alejandro de Humboldt en Popayán (Cauca). “La escuela en Colombia tiene que convertirse en ese sitio protector que les devuelva la confianza a quienes los contextos de la guerra han fragmentado por dentro. En un país tan diverso e inequitativo como Colombia, cualquier ley parece absurda para algunos y propia para otros. Pero en nuestro caso, el de las escuelas con víctimas del conflicto, la exigencia de abrir un espacio para hablar de paz, perdón y reconciliación no es sólo necesario sino vital”.
En esto concuerda Marco Fidel Vargas, educador de la Red Pro de Paz e investigador del Centro de Investigación y Educación Popular (Cinep), quien ha trabajado durante años en la construcción de espacios de formación (laboratorios de paz) donde niños, jóvenes, adultos y ancianos intentan recuperar la confianza, reconstruir el tejido social y hallar vías alternativas para la paz en medio del conflicto.
Según Vargas, la cultura de la guerra ha degenerado las relaciones humanas de los colombianos y por eso los contextos violentos en los que se vive y se aprende se han naturalizado, a tal punto que en muchas regiones es normal que haya malos tratos o discriminación entre docentes y alumnos.
“Necesitamos sistemas educativos y escuelas que transformen esas relaciones, porque es desde el colegio que se pueden establecer territorios de no violencia. Entonces la cátedra es necesaria y funcional en la medida en que esté acompañada de una escuela donde los alumnos, directivos y maestros respeten los derechos humanos y se aplique pedagogía de la convivencia. No vale la pena tener una materia basada en discursos si seguimos saliendo de la escuela a agredirnos. Llevamos más de 30 años citando a foros y publicando libros de paz sin ver los efectos. La escuela debe ser un laboratorio de la recuperación de la dignidad. Esa es la tarea”, dice.
Angélica María Cuevas Guarnizo. ElEspectador.com. 26/05/15

La Cátedra de Paz
El presidente Juan Manuel Santos anunció la firma del Decreto de la Cátedra de la Paz como una apuesta estatal para trasformar las futuras generaciones, en la búsqueda de un mejor país que pueda vivir bajos los preceptos de la reconciliación y la conciliación con los demás.
Se trata de una cátedra que será en primera instancia obligada en primaria de todas las instituciones educativas del país, y en el caso de la universidad, será del criterio de cada entidad si se instala o no.
De acuerdo a las expresiones del Primer Mandatario de los colombianos, no se trata de una cátedra sobre el proceso de Paz, sino sobre el conocimiento básico que deben tener los colombianos sobre sus derechos y las maneras para resolver los conflictos.
De igual manera, el presidente de la República, Juan Manuel Santos expresó que si el país quiere la Paz debe cambiar la cultura de venganza y retaliaciones, por una de diálogo y reconciliación.
Por supuesto, lo primero que se debe garantizar es el acceso a  la educación de miles de colombianos que por no contar con este beneficio, entre otros, se convierten en presa fácil de la ilegalidad y sus ortodoxas maneras de resolver las diferencias.
Cabe recordar que una de las apuestas del actual Gobierno es la de crear los mecanismos para que el país sea el más educado al 2025, para lo cual se le está apostando a las estrategias TIC, a la mejora en infraestructura y a la capacitación de docentes así como la mejora en las condiciones como quedó estipulado en el anterior paro del sector.
De acuerdo con los antecedentes históricos, a los analistas donde se encuentran antropólogos y sociólogos, así como por los acontecimientos que se registran a diario en los medios de comunicación donde la intolerancia reina antes del diálogo, Colombia es por naturaleza un país de violentos, donde la sangre ha corrido desde los inicios de la vida como República, por las diferencias políticas acentuadas sobre todo en la posesión de la tierra.
En el país se ha implantado una cultura de la violencia, sobre todo en las zonas donde es limitada la presencia del Estado e impera la ley del más fuerte y la población se ha acostumbrado a hacer justicia por sus propios medios.
En muchas de estas regiones los ciudadanos desconocen sus derechos constitucionales, lo que permite que sean atropellados y vulnerados en su integridad, sin que puedan utilizar los diferentes mecanismos que para su defensa tiene estipulado el Estado.
Por tal motivo, que se pretenda desde las bases, como son los niños, que se conozca sobre los deberes y derechos constitucionales, así como las maneras para resolver las diferencias con los demás, de seguro va a contribuir para la construcción de una mejor sociedad.
Vale la pena recordar el viejo proverbio que invita a educar al niño para no tener que reprender al adulto, que además implica una restructuración a la educación del país bajo los principios de paz, reconciliación y bases morales, ya que infortunadamente no es garantía pasar por los mejores colegios del país debido a que ha sido la clase política tradicional la que más ha fomentado la corrupción.
Hsbnoticias.com. Colombia, 26/05/2015

Cátedra para la Paz será una materia que se verá en colegios y universidades
El Jefe de Estado firmó el decreto que reglamenta la ley de la Cátedra para la Paz, gracias a la cual “colegios y universidades del país comenzarán a impartir esta clase en los próximos meses”.
“Llegó el momento de educar para la paz, de formar para la paz, de enseñar a vivir en paz”, afirmó este lunes el Presidente Juan Manuel Santos, durante la firma del decreto que reglamenta la ley de la Cátedra para la Paz.
En el marco del mencionado evento, llevado a cabo en la Casa de Nariño, el Jefe de Estado señaló que con dicha norma, “colegios y universidades del país comenzarán a impartir esta cátedra en los próximos meses”.
Al explicar los alcances de la Cátedra para la Paz, el Mandatario afirmó que tiene como fin que “niños y jóvenes aprendan principios, valores básicos en asuntos como la reconciliación, la solución amigable de los problemas y el tema muy importante del respeto por los derechos humanos”.
“Con este decreto, damos vida a esta Cátedra de la Paz, que nos ayudará a consolidar la nueva Colombia sin guerra, una Colombia con más equidad, una Colombia mejor educada, por la que trabajamos todos los santos días”, sostuvo el Presidente de la República.
Insistió en que llegó el momento de que las futuras generaciones aprendan de Colombia sin conflicto.
“Si llevamos medio siglo acostumbrados a vivir en medio del conflicto, es hora de que la paz haga parte de nuestra vida cotidiana, empezando por nuestros salones de clase”, recalcó el Jefe de Estado.
En ese sentido, el Mandatario anunció que desde la Presidencia de la República se iniciará un plan masivo de pedagogía para la paz, la cual “abrirá una gran conversación nacional”.
Y por último, concluyó el Jefe de Estado: “Esa conversación debe servir para que nos oigamos sin descalificarnos y aprendamos a ponernos en los zapatos del otro”.
RadioSantaFe,com. Colombia. 25/06/15

Llegó el momento de educar para la paz’, aseguró el Presidente Santos
El Jefe de Estado firmó el decreto que reglamenta la ley de la Cátedra para la Paz, gracias a la cual “colegios y universidades del país comenzarán a impartir esta clase en los próximos meses”.
“Llegó el momento de educar para la paz, de formar para la paz, de enseñar a vivir en paz”, afirmó este lunes el Presidente Juan Manuel Santos, durante la firma del decreto que reglamenta la ley de la Cátedra para la Paz.
En el marco del mencionado evento, llevado a cabo en la Casa de Nariño, el Jefe de Estado señaló que con dicha norma, “colegios y universidades del país comenzarán a impartir esta cátedra en los próximos meses”.
Al explicar los alcances de la Cátedra para la Paz, el Mandatario afirmó que tiene como fin que “niños y jóvenes aprendan principios, valores básicos en asuntos como la reconciliación, la solución amigable de los problemas y el tema muy importante del respeto por los derechos humanos”.
“Con este decreto, damos vida a esta Cátedra de la Paz, que nos ayudará a consolidar la nueva Colombia sin guerra, una Colombia con más equidad, una Colombia mejor educada, por la que trabajamos todos los santos días”, sostuvo el Presidente de la República.
Insistió en que llegó el momento de que las futuras generaciones aprendan de Colombia sin conflicto. 
“Si llevamos medio siglo acostumbrados a vivir en medio del conflicto, es hora de que la paz haga parte de nuestra vida cotidiana, empezando por nuestros salones de clase”, recalcó el Jefe de Estado.
En ese sentido, el Mandatario anunció que desde la Presidencia de la República se iniciará un plan masivo de pedagogía para la paz, la cual “abrirá una gran conversación nacional”.
Y por último, concluyó el Jefe de Estado: “Esa conversación debe servir para que nos oigamos sin descalificarnos y aprendamos a ponernos en los zapatos del otro”.
Bogotá, 25 may (SIG).
Presidencia.gov.co. Colombia. 25/05/15

Declaración del Presidente Juan Manuel Santos en el lanzamiento de la Cátedra para la Paz
En los últimos años se ha venido repitiendo un mismo titular en los medios de comunicación: “En Colombia, las riñas dejan más muertos que la guerra”… Increíble, pero cierto.
La violencia no es ajena al diario vivir de los colombianos, y es por eso que debemos trabajar en diferentes sectores de la sociedad –no solo en La Habana– para ser una nación más tolerante, para que nuestras discusiones NO las resolvamos con agresiones.
Ser el país mejor educado de América Latina –como nos lo hemos propuesto en tan solo una década– significa también que seamos un país más pacífico y más tolerante.
Hoy damos un paso adelante en ese propósito, con la firma del decreto que reglamenta la ley de la “Cátedra de la Paz”.
En virtud de este decreto, colegios y universidades del país comenzarán a impartir esta Cátedra en los próximos meses.
La idea es que nuestros niños y jóvenes aprendan principios, valores básicos en asuntos como la reconciliación, la solución amigable de problemas y temas muy importantes como el respeto por los derechos humanos.
Si llevamos más de 50 años en guerra, no cabe duda de que llegó el momento de educar para la paz, de formar para la paz y de enseñar a vivir en paz… y ahí la comunidad educativa puede ser protagonista.
Sea este el momento de hacer un justo reconocimiento al creador e impulsor de esta iniciativa: el adalid de los consumidores en Colombia, Ariel Armel.
Ariel Armel –con esta Cátedra extendida a aulas de todo el país– convirtió lo que fue una iniciativa regional en un propósito nacional.
La historia comenzó hace 47 años, cuando Ariel, siendo gobernador del Tolima –con el general Matallana–, quiso asentar la paz en su departamento, luego de esa época de La Violencia que tanto nos afectó, a ustedes los tolimenses y a Colombia entera. Recuerdo que en esa época iba yo al Tolima y teníamos que ir protegidos por el Ejército, porque allá estaba la violencia en pleno esplendor.
Para hacer pedagogía en las comunidades más afectadas, empezaron a visitar las escuelas rurales y les enseñaron a los niños cómo hacer la paz y cómo preservarla.
Así nació la Catedra y, ahora, cuando avanzamos para intentar cerrar el ciclo de violencia más largo de nuestra historia, Ariel Armel extendió su propuesta pedagógica a todo el país.
Y logró lo que podríamos llamar un “milagro legislativo”, porque su iniciativa fue aprobada de manera unánime en el Congreso, y en un tiempo récord de dos meses y medio.
Ahora, con este decreto, damos vida a esta Cátedra de la Paz, que nos ayudará a consolidar la nueva Colombia sin guerra, con más equidad y mejor educada, por la que trabajamos todos los días.
Si las últimas generaciones han sido formadas en medio de la guerra… es hora de que las futuras generaciones aprendan de su país en paz.
Si llevamos medio siglo acostumbrados a vivir en medio del conflicto, es hora de que la paz haga parte de nuestra vida cotidiana, empezando por nuestros salones de clase.
Porque la superación de la guerra pasa por una evolución cultural que debe comenzar por la Pedagogía.
La  Catedra para la Paz llega a las aulas a ser un espacio que inculque de los valores de la reconciliación, y viene como anillo al dedo porque, desde la Presidencia, vamos a iniciar un plan masivo de pedagogía para la paz, que abrirá una gran Conversación Nacional.
Esa conversación debe servir para que nos oigamos sin descalificarnos y aprendamos a ponernos en los zapatos del otro, el primer paso para cualquier discusión civilizada.
“Hablando se puede” y nuestra sociedad debe pasar de la confrontación verbal a la conversación constructiva, algo en lo que pueden ayudarnos, sin duda, sobre todo nuestros maestros.
Me preguntaba hace un mes, en la Feria del Libro, y me pregunto hoy: ¿De qué le sirve al país vivir en un ambiente de pelea? ¿De qué sirve el irrespeto? ¿De qué la intolerancia?
A eso, justamente a eso, es a lo que nos está llevando la guerra absurda que sufrimos. A no oírnos. A no dejarnos oír…
Nos hemos vuelto incapaces de prestar atención civilizadamente a nuestros interlocutores.
Es más fácil gritarle al otro, tirarle la puerta, despreciarlo, decir “usted no sabe quién soy yo”, y saltarse las reglas.
¡Ese tipo de conductas son las que deben comenzar a cambiar si incentivamos valores y debates positivos en nuestras aulas, gracias ahora a la Cátedra para la Paz!
Porque la paz no es solo un acto simbólico. La paz implica cambiar nuestros comportamientos, volver a trazar una línea de civilidad que desde hace décadas se torció.
Y la paz exige paciencia, detenimiento, convencimiento.
Por eso dialogamos en La Habana, aun en medio del conflicto: para demostrar que –como ha ocurrido en muchas partes durante la historia de la humanidad– no hay guerra, por larga y dura que sea, que no se pueda resolver en una mesa de negociación.
Porque incluso más importante que reparar a las víctimas –que es importantísimo– es que no haya más víctimas.
Porque queremos vivir en un país donde nadie calle a nadie, donde nadie mate a nadie, y todos nos escuchemos.
Y si el costo de buscar la paz –lo dije desde un principio– lo pago con mi capital político, lo hago con gusto.
Lo que hemos visto en estos días –tristemente– es un país acostumbrado a la Ley del Talión, del “ojo por ojo, diente por diente”.
La guerrilla ofreció un cese de fuego unilateral e indefinido, pero asesinó a nuestros soldados en el Cauca.
Nuestra fuerza pública –en ejercicio de la fuerza legítima del Estado– ha dado recientemente golpes contundentes a la subversión.
Y la guerrilla, en lugar de replantear su posición, levanta el cese al fuego que ya había incumplido.
Es una especie de violencia innecesaria y triste, muy triste… Por eso llegó el momento de dejar de felicitarnos por las muertes.
Recordemos lo que dijo Gandhi: “Ojo por ojo –decía él– y la humanidad terminará ciega”.
Si queremos la paz, la paz de verdad, tenemos que cambiar esta cultura de venganza y retaliaciones por una cultura de diálogo, perdón y reconciliación. ¡Esa es la única manera!
Me lo advirtieron desde un principio, muchas personas, y así ha sido. Es difícil adelantar un proceso de paz cuando se tergiversan las realidades desde ambos extremos: por un lado, los adversarios que tenemos al otro lado de la mesa, tergiversando permanentemente lo que digo yo o lo que dice el gobierno, y, por otro lado, la ultraderecha que no quiere la paz.
Pero yo siempre he tenido claro el norte, he tenido claro el puerto de destino, he tenido claras las líneas que le anuncié al país desde el principio, que fijan el límite de lo que se puede negociar y de lo que no se puede negociar. Y esas reglas del juego han sido claras, con todo el mundo… ¡Nada de esto ha cambiado!
Hemos procedido, yo he procedido, como dijimos que íbamos a proceder y a cumplir desde el principio… ¡Y hemos cumplido al pie de la letra!
Todo lo que hemos dicho que íbamos a hacer, lo hemos hecho. Las reglas de juego han sido las mismas.
Lo que ha ocurrido en estos últimos días es triste –a nadie puede alegrar, ni nos alegra, la muerte de cualquier ser humano–.
Siempre lo he dicho: somos todos colombianos, y por eso hay que parar este desangre.
Lo reiteré el viernes pasado, en mi declaración sobre el golpe dado al frente 29 en el Cauca: “A pesar de tratarse del enemigo en esta guerra, también nos debe conmover a todos el dolor de las familias de los guerrilleros muertos. Somos todos hijos de una misma nación”.
Los padres de nuestros soldados asesinados y los padres de los guerrilleros muertos son también colombianos, y sus lágrimas son las mismas, no lo olvidemos.
Por eso he dado la orden a Medicina Legal de identificar sus cadáveres y entregarlos a sus familias, como lo han pedido las Farc.
¡No más guerrilleros enterrados como NN!
El Estado garantizará a sus familias que puedan reclamar a sus seres queridos y darles un sepelio como corresponde. Y así será de aquí en adelante.
Pero vayamos más allá… ¡No más muertos en Colombia en este absurdo conflicto!
Los diálogos necesitan un fuerte impulso –estoy de acuerdo– y por eso reitero una vez más mi pedido para que aceleren las negociaciones, incluyendo las que lleven a un cese al fuego bilateral y definitivo.
Cuando digo “cese al fuego bilateral y definitivo”, éste debe incluir el fin de cualquier participación en cualquier tipo de delito: el narcotráfico, la extorsión, la minería ilegal, porque nadie entendería, ningún colombiano va a aceptar un cese al fuego donde continúe la contraparte financiándose a través de la extorsión, a través del narcotráfico o a través de la minería ilegal.
Lo cierto finalmente es que no hay guerra buena, ni muertos que no importen…. Y cada día que pasa, son más muertos.
Recordaba en la pasada Feria del Libro, y recuerdo hoy, las palabras de una niña de Saravena, Arauca, que me vino a visitar con sus compañeros, porque ganaron un concurso de cartas al niño Dios, y el premio era venir a visitar al Presidente.
La niña se llama Karen Castañeda… Me dijo que me tenía una idea para conseguir la paz, y me la resumió en una frase tan hermosa como sencilla:
“Quitarnos la venda del odio que NO nos deja ver con amor al prójimo”.
¡Qué bella enseñanza! En esa frase una niña de 11 años resumió, doctor Armel, toda una cátedra de paz.
Quitémonos la venda del odio, para ver con amor al prójimo. ¡Esa es la paz!
Muchas gracias.
José Manuel Santos. Presidencia.gov.co. Bogotá, Colombia, 25/05/15

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