Para el científico
Chandra Wickramasinghe, director de Astrobiología de la Universidad de
Buckingham, la vida llegó del espacio. Este bendito globo que habitamos le dio
las condiciones necesarias para desarrollarse y evolucionar a plenitud.
La teoría no es nueva,
la panspermia es atribuida al filósofo griego Anaxágoras, que habitó este mundo
del 500 al 400 a.c.
Bajo dicha perspectiva
todos somos migrantes.
Provendríamos de las
estrellas haciendo de esta tierra nuestro hogar. Una morada que nos abrió las
puertas para tener la oportunidad de prosperar.
El planeta ha sido un
buen anfitrión, nosotros hemos sido pésimos moradores.
La tierra sufre de
múltiples dolencias y malestares, en muchos sentidos ocasionados por el hombre.
Ya hemos publicando en
este blog sobre las conclusiones de prestigiados científicos e instituciones
académicas y de investigación que nos
afirman con resultados, de nuestro paso acelerado hacía la extinción. No
sólo de plantas y animales, también la propia.
La civilización entra
en una etapa de choques por la supervivencia. Sabemos tanto por el estudio de
nuestros antepasados, como experimentos en animales, que los escasos recursos,
la sobreexplotación, la sobrepoblación y los contrastes acentuados en el clima
son el inicio del fin de las especies. Es el episodio que enfrentamos.
Ante la extrema
dificultad, la oscuridad, la ruina, puede nacer en nosotros el miedo, la
rendición, el aislamiento, el acaparamiento, la segregación, la discriminación,
el exterminio. Este discurso ya está siendo pronunciado por diversos líderes
mundiales. Nos hacen creer que cabemos unos cuantos en el arca, en lugar de
crear condiciones para una más grande, con espacio para todos.
Es urgente que florezca
otro discurso, el de la Paz, Solidaridad, Cooperación, Compasión y Empatía.
Los momentos de quiebre
son grandes tentaciones para volvernos resentidos e individualistas. Para
pensar solamente en satisfacer nuestras necesidades sin importar las de los
demás.
Pero también son
momentos en que puede nacer el trabajo en equipo, el obrar por el bien común,
el labrar camino para que todos podemos salir adelante sin dejar a nadie atrás.
Existen muchos ejemplos en la historia.
En México, tenemos una
experiencia en el terremoto del 85, las mismas personas sacudidas hasta el alma
y quebradas hasta los huesos, trabajaron hombro a hombro para rescatar a los
heridos. En medio del infierno y sin nadie que velara por ellos, decidieron
anteponer el beneficio de todos. Esa es
la disyuntiva que nos plantea estar al borde de la extinción.
El gran final está
tocando la puerta. ¿Qué vamos a hacer?
Crear muros como
propone Donald Trump?, utilizar la tecnología para marcar y rastrear a los
personas con motivos de seguridad como lo propone el Gobernador de Nueva
Jersey, Chris Christie?, voltear la cara y abandonar a nuestros semejantes a su
suerte como les sucede a los migrantes que cruzan el Mediterráneo para llegar a
Europa?
La batalla decisiva por
los Derechos Humanos, por la igualdad, por la Justicia y la Paz está por darse. Una contienda que nos
pondrá a prueba de formas que no hemos imaginado.
Debemos enfrentarla con
el impulso que nos da tener el sueño de eliminar las diferencias como lo hizo
Martin Luther King, el poder del diálogo y la conciliación para unir los
opuestos como lo logró Nelson Mandela, la verdad de la no violencia para
doblegar ejércitos y lograr nuestra independencia como lo mostró Gandhi, y el
sacrificio por los demás para poder reconocernos como lo hizo Jesús.
Es el rojo vivo, sigue
el proceso de forjado.
¿Nacerá del fuego el
Superhombre?
¿O nos precipitaremos
al vacío?
Eso depende de la
decisión que tomemos, de la participación que tengamos.
Por nuestro origen,
todos somos migrantes. Por nuestra especie, todos somos humanos.
A pesar de ello, muchos
están listos para tirar piedras.
Es urgente pronunciar
el otro discurso. Actuar en diferente dirección.
Invito a la acción. La
Paz está esperando
José Benito Pérez
Sauceda. Doctor en Derecho. Creador-Coordinador de los sitios: “Mediación
Monterrey” y "Cultura de Paz y No Violencia Monterrey".
josebenitoperezsauceda@hotmail.com