México cae en el Índice de Percepción de la
Corrupción 2018
Desmantelamiento de redes de corrupción y
recuperación de activos, prácticamente inexistentes en las acciones
anticorrupción de México
Esfuerzos aislados y poco sistemáticos en
prevención de la corrupción, los hacen ineficaces, señaló Transparencia Mexicana
México cayó
tres lugares más en el Índice de Percepción de la Corrupción 2018 (IPC2018),
ubicándose en la posición 138 de 180 a nivel global. México, la decimoquinta
economía del mundo, sigue su tendencia a la baja, ubicándose entre países con
problemas graves de gobernabilidad y menores niveles de ingreso y desarrollo
humano. Los 28 puntos que México obtuvo en la escala de 0 a 100 del IPC 2018 de
Transparencia Internacional lo colocan en el último lugar entre los miembros de
la OCDE, quedando por debajo de países como Grecia o Hungría, que en años
recientes enfrentaron problemas severos de gobernabilidad y viabilidad
económica.
En la
región, México presenta también resultados poco halagüeños: Chile, por ejemplo,
lo aventaja por 111 lugares; y Argentina, otro estado federado como México, por
53. México se ubica al final de la tabla de la región, apenas por encima de
Guatemala y Nicaragua, países que enfrentan severas crisis de gobernabilidad
democrática.
Un análisis
elaborado por Transparencia Mexicana sobre la política anticorrupción en
México, identifica que el grueso de las medidas adoptadas por este país son de
carácter preventivo, y muchas de ellas han resultado ineficaces. En contraste,
un número limitado de las acciones anticorrupción en México conducen a la
sanción, la recuperación de activos robados o la reparación del daño a las
víctimas.
En
prácticamente ningún caso, México ha logrado desmantelar las redes de
corrupción detectadas, ni las redes que les han brindado protección política.
“Las medidas preventivas tomadas hasta ahora pierden efectividad cuando quienes
participan en las redes de corrupción saben bien que no serán sentenciados y
que podrán mantener los recursos desviados del erario público”, señaló Eduardo
Bohórquez, director de la oficina en México de Transparencia
Internacional.
La falta de
sanciones por corrupción es lamentable. En materia penal, de acuerdo con datos
del Grupo de Acción Financiera Internacional (GAFI), entre 2013 y 2016, sólo
2.9% de las acciones penales terminaron en condena. Por lo que toca al cohecho
internacional, Transparencia Mexicana analizó los resultados de la Convención
para prevenir el Cohecho de la OCDE, ratificada por México en 1999. Desde ese
año, y hasta la fecha, se inició un número limitado de investigaciones y
ninguna de ellas ha sido sancionada.
El marco
legal anticorrupción aprobado por México en 2015 sigue sin ser implementado a
cabalidad. A tres años de la creación del nuevo Sistema Nacional Anticorrupción
no está plenamente integrado y no es funcional como sistema. Siguen sin ser
nombrados los titulares de la fiscalías especial anticorrupción, delitos
electorales y derechos humanos; figuras clave en el control de la corrupción y
sus efectos. El nombramiento de jueces anticorrupción en materia administrativa
también está pendiente y los estados de la República tampoco han consolidado
sus sistemas locales.
México
carece de una política anticorrupción integral para todos los niveles y poderes
de gobierno. Sin una política efectiva en todo el territorio, los escándalos de
los que la sociedad mexicana ha sido testigo por décadas seguirán sucediendo, y
México se mantendrá en esta lamentable posición, en éste y otros índices
internacionales.
La exigencia
social contra la corrupción ha ido creciendo. Además de las movilizaciones
cívicas de 2016 que condujeron a un conjunto de reformas anticorrupción, la
sociedad mexicana se manifestó también a través de las urnas en la elección de
2018. El nuevo Ejecutivo Federal ha asumido el compromiso para reducir
significativamente los niveles de corrupción y mejorar la ubicación de México
en los índices que miden este fenómeno a nivel internacional.
Si se busca
alcanzar esta meta, la política anticorrupción en México tiene que cambiar. El
reto es mayúsculo, pues queda claro que el grueso de las medidas preventivas de
la última década han funcionado de manera parcial y que en materia de
detección, investigación, sanción, reparación de daños y recuperación de activos
los resultados son prácticamente nulos.
México
podrá afirmar que está avanzando en el control efectivo de la corrupción cuando
inicie el desmantelamiento de las redes de corrupción que han capturado
instituciones públicas y cuando regresen a las arcas de la nación los recursos
desviados, mediante una política de recuperación de activos.
Recomendaciones para México
Consolidar
el Sistema Nacional Anticorrupción, pasando de la etapa de nombramientos a
generar primeros resultados.
Corregir
las acciones preventivas que no logren resultados medibles y orientar la
política anticorrupción hacia la sanción y la recuperación de activos.
Desmantelar
las redes de corrupción que operan a nivel nacional y que gozan de protección
política en los diferentes órdenes de gobierno.
Mantener un
esfuerzo continuo y sistemático en la política anticorrupción.
TransparenciaMexicana.org. México, 28/01/19