En 1998 la
Organización de Naciones Unidas, en su Resolución A-52-13, definió el concepto
'Cultura de la Paz' como una serie de valores, actitudes y comportamientos que
rechazan la violencia y previenen los conflictos tratando de atacar sus causas
para solucionar los problemas mediante el diálogo y la negociación entre las
personas, los grupos y las naciones. Posteriormente, en su Resolución A-53-243
de 1999, desarrolló la 'Declaración y Programa de Acción sobre una Cultura de
Paz' identificando ocho ámbitos de acción a nivel local, nacional e
internacional.
El ámbito
uno se nos revela como prioritario y fundamental, para la implementación de los
otros siete, al instar a la promoción de una cultura de la paz y la democracia
desde el ámbito educativo. Es este apartado, cuando nos indica el camino de la
revisión de los planes de estudios para promover valores, actitudes y
comportamientos que propicien la cultura de paz, la solución pacífica de los
conflictos, el diálogo, la búsqueda de consensos y la no violencia, el que nos
marca la necesidad imperiosa de cambiar lo que somos para ser verdaderos
artífices de una cultura de la paz.
Vivimos en
un mundo donde la violencia aparece naturalizada y justificada por razones
múltiples y diversas que siempre responden a intereses económicos, políticos,
religiosos u otras 'causas' que se presentan como bien superior a la paz. En
este contexto la violencia aparece como una opción válida para acometer la
resolución de las tensiones y, por tanto, instrumento de uso común para
resolver los conflictos cotidianos.
Se hace
necesario pues, actuar con urgencia en los procesos de construcción de la paz
en las escuelas para potenciar la educación en valores y la cultura de la paz.
Nuestra
entidad, Incide, viene desarrollando, desde hace años, programas formativos en
mediación y resolución de conflictos en el ámbito educativo mediante talleres y
actividades que propicien la creación de dinámicas para el empoderamiento
cívico y los instrumentos necesarios para la resolución de conflictos, la
prevención del acoso y la formación para relaciones saludables. También
abordamos la prevención del absentismo mediante dinámicas de mediación entre
los centros, familias y menores para favorecer el retorno al estudio y las
actividades educativas.
Nuestro
compromiso con la cultura de la paz y la mediación como instrumento para la
resolución de conflictos nos ha llevado a colaborar en los programas que se
desarrollan en la Ciudad de la Justicia de Málaga y participar activamente en
el desarrollo de cualquier iniciativa que ayude a favorecer la consecución de
los objetivos marcados por la ONU. También hemos introducido esta dinámica como
herramienta de gestión en nuestra propia organización.
Si queremos
cambiar el mundo debemos ponernos a ello. Nos lo ha dicho la ONU pero, sobre
todo, nos lo mandata nuestro firme convencimiento de que un mundo mejor es
posible y que la educación en valores y la cultura de la paz son el camino para
conseguirlo.
Lola
Fernández Gutiérrez. LaOpiniónDeMalaga.es. España, 09/02/2019