ONU felicita a la OPAQ por el Premio Nobel de
la Paz 2013
Naciones Unidas. El Secretario General de la
ONU felicitó este viernes a la Organización para la Prohibición de Armas
Químicas (OPAQ) por haber ganado el Premio Nobel de la Paz 2013.
Ban Ki-moon recordó que “esta distinción
coincide con el centenario del primer ataque químico y cuando se cumplen 50
días del abominable uso de armas químicas en Siria”.
“Lejos de ser una reliquia del pasado, las
armas químicas siguen siendo un peligro real en el presente”, lamentó Ban.
También subrayó que este viernes el Consejo
de Seguridad aprobará la primera misión conjunta de la OPAQ y la ONU en Siria,
como resultado del trabajo llevado a cabo por la Misión de Investigación sobre
el Uso de Armas Químicas en ese país.
Ban indicó que “Desde el campo de batalla a
los laboratorios y las mesas de negociaciones, Naciones Unidas se siente
honrada de trabajar codo a codo con la OPAQ para eliminar la amenaza que
representa el arsenal químico para toda la humanidad”.
Agregó que “juntos debemos garantizar que la
niebla de la guerra nunca más se componga de gas venenoso”.
Centro de Noticias
ONU. 11/10/13
Nobel de la Paz: Un
merecido premio, pero queda mucho por hacer
Londres, Reino Unido.
Tras el anuncio de que la Organización para la Prohibición de las Armas
Químicas ha sido galardonada con el Premio Nobel de la Paz, Salil Shetty,
secretario general de Amnistía Internacional, ha comentado:
“Es un merecido
premio y una decisión que reafirma los principios internacionales contra el uso
de armas químicas y otros tipos de armas que causan terrible sufrimiento.”
“Es un oportuno
recordatorio a todos los gobiernos y a quienes combaten en conflictos armados
de que en las guerras hay normas que deben respetarse. La prohibición de las
armas químicas es un ejemplo de estas importantes normas, establecidas con
objeto de proteger a los civiles.”
“El reciente acuerdo
de Siria ha sido, por supuesto, un avance en los esfuerzos por sacar las armas
químicas del campo de batalla, pero no podemos perder de vista la magnitud de
la crisis de derechos humanos del país.”
“No se ha hecho
rendir cuentas a nadie por los crímenes que se están cometiendo en Siria,
incluidos los terribles ataques con armas químicas. Siguen utilizándose armas
convencionales para cometer atrocidades masivas. El anuncio de hoy debe
impulsar a la comunidad internacional a poner fin a la violaciones masivas de
derechos humanos en Siria y exigir rendición de cuentas por los crímenes de
guerra que cometen todas las partes en el conflicto.”
Amnistía
Internacional.org. 11/10/13
http://www.amnesty.org/es/for-media/press-releases/nobel-paz-merecido-premio-mucho-por-hacer-2013-10-11
El Nobel de la Paz alienta el desarme químico
La Haya, Países Bajos. El premio Nobel de la
Paz ha vuelto a sus orígenes, el desarme y la contribución a la convivencia
mundial. En una de sus decisiones más aplaudidas, el comité noruego que entrega
el galardón ha elegido este año a la Organización para la Prohibición de las
Armas Químicas (OPAQ), un organismo internacional que colabora con Naciones
Unidas y lleva 16 años dedicado a erradicar la peor munición imaginable.
“Es un honor que recibimos con humildad”,
dijo su director general, Ahmet Uzumcu, al saberlo. Su equipo, formado por 500
personas, se había abrazado, reído y llorado a primera hora de la mañana.
Estaban sorprendidos y honrados. Se consideran una familia que opera casi en la
sombra, y sus inspectores trabajan contra reloj en estos momentos en Siria para
desmantelar el arsenal guardado por el régimen de Bachar el Asad.
“Tenemos la sensación de que se puede acabar
de una vez con las armas químicas. Hay que asegurarse de que estos ataques
atroces no vuelvan a repetirse. El premio es un reconocimiento a nuestro equipo
y somos conscientes de lo que nos ha pedido la comunidad internacional”, añadió
Uzumcu en su parlamento de agradecimiento, punteado por los términos
“compromiso y dedicación”. Luego reiteró su petición a las partes en conflicto
en Siria de que aseguren “un alto el fuego permanente para que los inspectores
puedan destruir armas e instalaciones”.
La OPAQ lleva 16 años en activo y se encarga
de gestionar la Convención contra las Armas Químicas, que celebra su vigésimo
aniversario. Como todos los tratados, entró en vigor poco después, en 1997, y
ha servido para que 188 países se dieran cuenta de que la guerra química es la
frontera que no debe violarse. La línea roja, evocada por el presidente
estadounidense, Barack Obama, al advertir a Damasco de que dejara de gasear a
su pueblo. Porque Estados Unidos, Francia y Gran Bretaña están seguros de que
El Asad ordenó los ataques que aniquilaron el pasado 21 de agosto a un millar
de personas. De la cadena de acontecimientos posterior, se ha llegado a la
situación actual: la presencia de 27 inspectores de la OPAQ y de la ONU en
suelo sirio. Con el Nobel en el bolsillo, parece fácil. Nada más lejos de la
realidad.
En Siria ha habido más de 100.000 muertos, y
la organización Human Rights Watch afirma que el régimen y los rebeldes han
perpetrado crímenes de guerra. Pero las imágenes de civiles sirios muertos,
presumiblemente por culpa del gas sarín, desataron la ira de Washington, que el
27 de agosto amenazó con un ataque militar. Moscú, aliado tradicional de
Damasco, entró al trapo y ambas potencias se enzarzaron en un duelo verbal más
propio de la guerra fría. El presidente ruso, Vladímir Putin, dijo que no había
pruebas de la autoría. “Podrían haber sido los rebeldes sirios”, apuntó, “que
cuentan asimismo con gases letales”. Cuando la situación se encalló, John
Kerry, secretario de Estado estadounidense, deslizó una frase que quedará para
el estudio de la diplomacia. Dijo que Siria podría salir del embrollo
entregando todo su arsenal químico. ¿Se le escapó, o fue una jugada maestra? Lo
cierto es que la propuesta hizo efecto, y para el 14 de septiembre había
cerrado un pacto con su homólogo ruso, Serguéi Lávrov, que evitó la operación
militar. Cinco días después, Kerry urgió al Consejo de Seguridad a que
legitimara, o diera luz verde, como quiera interpretarse, el plan. El 27 de ese
mismo mes la ONU dio el paso y la OPAQ se puso en marcha al instante.
“Nuestro calendario es muy ajustado, pero
Siria está colaborando y el resto de la comunidad internacional nos apoya sin
reservas. Siria supone un reto, pero muestra que la convención ha sido un
éxito. Hemos acabado con el 80% de estas armas. Queda un 20% y esperamos
lograrlo en la próxima década”, se despidió Uzumcu, tras agradecer el premio
ante la prensa internacional, junto a su cuartel general, el La Haya.
La convención suma 188 países y Siria, que se
ha visto obligada a aceptarla, entrará a formar parte del club el 14 de
octubre. Ahora solo quedan fuera Angola, Corea del Norte, Egipto, Israel, Sudán
del Sur y Myanmar, la antigua Birmania. Si cambian de opinión, los inspectores
de la OPAQ comprobarán el estado de su arsenal químico y asegurarán su destrucción
controlada.
En Siria, el mismo día en que los inspectores
sobre el terreno se sabían ganadores el Nobel de la Paz, la aviación bombardeó
zonas rebeldes concentradas junto a una de las instalaciones de armas químicas
que deben revisar. Hace pocos días, tuvieron que protegerse de los disparos de
francotiradores. No siempre es así, pero la guerra, y el hecho de que el
arsenal completo debe desaparecer para la primera mitad de 2014, tensa la
situación.
A pesar de que el Nobel de la Paz ha gozado
esta vez del aplauso internacional, las críticas hacia la postura de Estados
Unidos y Rusia frente a Siria no cesan. Ambos países exigen a Damasco que
acepte la resolución de la ONU, pero ellos no han cumplido con el plazo de 2012
para deshacerse de sus arsenales, los mayores del mundo.
Isabel Ferrer. El País.com. 11/10/13
http://internacional.elpais.com/internacional/2013/10/11/actualidad/1381474403_860623.html