Nueva York, Estados Unidos. La
máquina legislativa del Congreso estadounidense está trabajando a toda
velocidad, conforme los legisladores implementan proyectos de ley en respuesta
a la indignación mundial sobre la desenfrenada vigilancia por parte de la
Agencia Nacional de Seguridad (NSA, por sus siglas en inglés). Estas propuestas
logran algunos avances para colocar la vigilancia bajo controles más estrictos.
Sin embargo, no van lo suficientemente lejos .
Un autor original de la
Ley Patriota de EE.UU. presentó un proyecto de ley para limitar la vigilancia
de la NSA . La propuesta del congresista Jim Sensenbrenner incluye muchos
puntos positivos, entre los cuales se destacan los siguientes: exigir que el
gobierno obtenga una orden judicial para rastrear el contenido de las
comunicaciones de los estadounidenses, la creación de un defensor especial para
proteger la privacidad y los derechos civiles ante el Tribunal de Vigilancia de
Inteligencia Extranjera de EE.UU. (FISA, por sus siglas en inglés), impulsar la
información pública y la transparencia en las órdenes de vigilancia y endurecer
las condiciones para la recopilación de metadatos y otros “informes de
empresa”. Bajo el proyecto de ley, la vigilancia tendría que “pertenecer a” en
lugar de “referirse a” un blanco extranjero. No está claro si se trata de una
distinción sin una diferencia, dada la forma en que el gobierno ha extendido el
actual lenguaje de autorización hasta el punto de quiebre, o si en realidad
“acabaría con la recolección en masa” tal como promete Sensenbrenner.
El proyecto de ley del
congresista Rush Holt también contiene
puntos muy fuertes: sólo se deshace de las disposiciones legales que permiten
la vigilancia masiva , y hace que la recopilación de inteligencia extranjera
vuelva a necesitar de una orden válida para la vigilancia de “ciudadanos
estadounidenses” tras demostrar una causa probable. Holt también protegería a
los informantes de inteligencia e impedir que el gobierno requiera medios
electrónicos y software subrepticios para eludir las protecciones de
privacidad. Ambos proyectos son probablemente mucho mejores que la propuesta
legislativa que está preparando la senadora Diane Feinstein, que ha sugerido
que preservaría la autoridad del gobierno para la recolección masiva de datos y
apenas introduce unos pocos cambios estéticos para mejorar la transparencia y
la puesta a punto para cuando los analistas acceden a la información de
inteligencia.
Sin embargo, el Congreso no
está abordando algunos puntos críticos. En primer lugar, ninguno de estos
proyectos de ley requiere que el gobierno de EE.UU. respete la privacidad de
los extranjeros fuera del país. La defensa de los derechos universales implica
que no es aceptable que un gobierno torture a los ciudadanos de otro, o los
convierta a la fuerza, o los castigue por el simple hecho de expresarse.
Entonces, ¿por qué se puede violar su privacidad sin causa o reparación? Y
hasta el momento, ninguno de los proyectos requiere una revisión exhaustiva e
independiente por parte del Congreso de todos los programas de vigilancia de
EE.UU., para que puedan evaluar la magnitud del problema que pretenden
resolver. Es probable que el teléfono de la canciller alemana Angela Merkel
fuera vigilado por EE.UU. bajo la Orden Ejecutiva 12333, que autoriza la
colección de cualquier dato de inteligencia que el gobierno necesite, y que
ninguna de estas leyes reformaría. Esa es la misma autoridad detrás de la
revelación de hoy de que el gobierno está desviando grandes cantidades de
enlaces de comunicaciones vía Google y Yahoo fuera de EE.UU. El alcance de la
participación corporativa en la vigilancia estadounidense, o los esfuerzos del
gobierno de EE.UU. para debilitar la seguridad cibernética, también son
incógnitas. Estas cuestiones tienen que formar parte del debate, y de manera
inmediata, si el Congreso quiere actuar antes de que Europa pierda la paciencia
y tome sus propias medidas para restringir la recolección de datos por parte de
EE.UU.
Dinah Pokempner. Hrw.org. 04/11/13
http://www.hrw.org/es/news/2013/11/04/un-freno-la-nsa-los-proyectos-de-ley-de-reforma-se-quedan-cortos