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1553. Gobierno Espía: vigilancia sistemática a periodistas y defensores de derechos humanos en México

Gobierno Espía: vigilancia sistemática a periodistas y defensores de derechos humanos en México
R3D: Red en Defensa de los Derechos Digitales, junto con ARTICLE 19, oficina para México y Centroamérica, y SocialTIC, hemos documentado 76 nuevos intentos de infección con el malware Pegasus en contra de periodistas y defensores humanos en México. Estos ataques, ocurridos entre enero de 2015 y julio de 2016, se suman a los 12 intentos registrados en contra de científicos y activistas de la Alianza por la Salud Alimentaria en 2016.
En cada caso, una o más personas recibieron mensajes con enlaces infecciosos vinculados a la infraestructura de Pegasus.
Pegasus es un sofisticado malware de vigilancia que solamente puede ser comercializado a gobiernos. En los últimos años, se ha reunido evidencia de que al menos tres instancias del gobierno federal lo han adquirido: la Procuraduría General de la República (PGR), el Centro de Investigación y Seguridad Nacional (CISEN) y la Secretaría de la Defensa Nacional; esta última, sin facultades legales para ejercer acciones de vigilancia.
Cuando una persona es atacada con Pegasus, recibe un mensaje SMS en su teléfono, el cual contiene un texto que busca persuadirlo de hacer clic en un enlace infeccioso, haciéndose pasar por una noticia, un aviso o el mensaje de un familiar o amigo. Si la persona hace clic en el enlace, su teléfono recibe inadvertidamente un software malicioso que permite al atacante, entre otras cosas, tener acceso a todos los archivos guardados en el dispositivo, así como controlar la cámara y el micrófono del celular.
A través de este informe hemos registrado que todos los objetivos fueron atacados usando una infraestructura común, además de existir coincidencias entre los mensajes recibidos por diferentes personas. Resulta preocupante que el uso reiterado de estos ataques en contra de periodistas y defensores de derechos humanos se dio durante coyunturas críticas de su labor; todas, con un actor en común: el gobierno federal.
Por ejemplo, personal del Centro Prodh recibió intentos de infección durante coyunturas como el décimo aniversarios de la represión en Atenco, la discusión de la Ley General contra la Tortura o la presentación del informe final del caso Ayotzinapa por parte del GIEI. En el caso de Aristegui Noticias, los mensajes recibidos ocurrieron durante sucesos como la exoneración del presidente Peña Nieto por el conflicto de interés de la casa blanca o la publicación de reportajes relacionados con la figura presidencial.
Otro de los objetivos, Carlos Loret de Mola, recibió intentos de infección cuando escribía sobre las ejecuciones extrajudiciales en Tanhuato, Michoacán. Por su parte, personal del Instituto Mexicano para la Competitividad fue objetivo de ataques con el malware Pegasus durante la discusión de la ley 3 de 3, en tanto que dos periodistas de Mexicanos contra la Corrupción y la Impunidad recibieron mensajes tras la publicación del reportaje sobre la red de empresas fantasma del gobierno de Javier Duarte, en el cual colaboró la organización.
A la luz de las normas de derechos humanos y el marco jurídico que regula la vigilancia gubernamental en México, los casos de espionaje a periodistas, defensores de derechos humanos y activistas anticorrupción son absolutamente insostenibles jurídicamente. Por el contrario, los hallazgos de este reporte apuntan a la comisión de graves delitos y violaciones a derechos humanos. Debe, por tanto, llevarse a cabo una investigación exhaustiva, seria, imparcial y transparente sobre los hechos denunciados y castigarse a todos los responsables intelectuales y materiales.
El documento puede descargarse y está disponible bajo una licencia Creative Commons Reconocimiento 4.0 Internacional (CC BY 4.0).
R3D: Red en Defensa de los Derechos Digitales, Ciudad de México, 19/06/17



‘Somos los nuevos enemigos del Estado’: el espionaje a activistas y periodistas en México
Destacados defensores de derechos humanos, periodistas y activistas anticorrupción de México han sido afectados por un avanzado programa de espionaje adquirido por el gobierno mexicano que, en teoría, solo debe ser utilizado para investigar a criminales y terroristas.
Entre los blancos del programa se encuentran abogados que investigan la desaparición de los 43 estudiantes de Ayotzinapa, un economista que ayudó a redactar un proyecto de ley anticorrupción, dos de los periodistas más influyentes de México y una estadounidense que representa a víctimas de abusos sexuales cometidos por la policía. Los intentos de espionaje incluso han alcanzado a los familiares de los activistas y periodistas, incluido un adolescente.
Desde 2011, al menos tres agencias federales mexicanas han gastado casi 80 millones de dólares en programas de espionaje de una empresa de origen israelí. 
El software conocido como Pegasus se infiltra en los teléfonos inteligentes y otros aparatos para monitorear cualquier detalle de la vida diaria de una persona por medio de su celular: llamadas, mensajes de texto, correos electrónicos, contactos y calendarios. Incluso puede utilizar el micrófono y la cámara de los teléfonos para realizar vigilancia; el teléfono de la persona vigilada se convierte en un micrófono oculto.
La empresa que fabrica el software, NSO Group, afirma que vende la herramienta de forma exclusiva a los gobiernos con la condición de que solo sea utilizada para combatir a terroristas o grupos criminales y carteles de drogas como los que han violentado a los mexicanos desde hace mucho tiempo.
Sin embargo, según decenas de mensajes examinados por The New York Times y analistas forenses independientes, el software ha sido utilizado para vigilar a algunas de las personas que han sido más críticas del gobierno, así como a sus familiares, lo que muchos ven como un intento sin precedentes para debilitar e intimidar a la gente que intenta ponerle fin a la corrupción que afecta a la sociedad mexicana.
“Somos los nuevos enemigos del Estado”, señaló Juan Pardinas, director general del Instituto Mexicano para la Competitividad, quien redactó e impulsó la legislación anticorrupción apodada Ley 3de3. Su iPhone y el de su esposa fueron blanco en varias ocasiones del programa espía, según un análisis forense independiente. “La nuestra es una sociedad en la que la democracia se ha deteriorado”, afirmó Pardinas.
Los ciberataques sofisticados en contra de ciudadanos son indicativos de las luchas internas que se libran en México y despiertan cuestionamientos legales y éticos sobre un gobierno que enfrenta fuertes críticas por sus antecedentes en temas de derechos humanos.
Según la ley mexicana, un juez federal es el único que puede autorizar la vigilancia de comunicaciones privadas y solo cuando los funcionarios demuestran que tienen un caso bien armado para realizar esa solicitud. Es muy poco probable que el gobierno haya recibido esa aprobación judicial para hackear los teléfonos de los activistas y periodistas, comentaron varios exfuncionarios de los servicios mexicanos de inteligencia.
“Las agencias mexicanas de seguridad no le pedirían una orden a la corte porque saben que no la obtendrían”, dijo Eduardo Guerrero, un exmiembro del Centro de Investigación y Seguridad Nacional de México, una de las agencias gubernamentales que utilizan el programa espía Pegasus. “¿Cómo sería posible que un juez autorizara vigilar a alguien que se dedica a la protección de los derechos humanos?”.
“Por supuesto que no se puede justificar esa intervención”, agregó Guerrero. “Pero eso es irrelevante. En México nadie pide permiso para hacerlo”.
Los intentos para realizar hackeos fueron muy personalizados: llegaron a los objetivos por medio de mensajes diseñados para inspirar pánico y conseguir un acceso rápido a los teléfonos celulares. En el caso de Carmen Aristegui, una de las periodistas más famosas de México, un operador se hizo pasar por la embajada de Estados Unidos en México y le imploró darle clic en un enlace para resolver un supuesto problema con su visa. La esposa de Pardinas, el activista anticorrupción, recibió un mensaje en el que le ofrecían pruebas de que su marido tenía un amorío.
El gobierno mexicano reconoce haber recabado información de sospechosos legítimos de un modo apegado a derecho. “Como en cualquier régimen democrático, a fin de combatir al crimen organizado y las amenazas contra la seguridad nacional, el gobierno mexicano realiza actividades de inteligencia”, señaló un funcionario. No obstante, el gobierno “rechaza categóricamente que alguna de sus dependencias realice acciones de vigilancia o intervención de comunicaciones de defensores de derechos humanos, periodistas, activistas anticorrupción o de cualquier otra persona sin previa autorización judicial”.
Ya se sospechaba del uso de programas espías por parte del gobierno mexicano, incluidos los intentos de hackeo a opositores políticos y activistas cuyo trabajo ha afectado intereses corporativos en México.
Sin embargo, no hay pruebas definitivas de que el gobierno sea responsable. El software Pegasus no deja rastros del hacker que lo utilizó. Incluso el fabricante, NSO Group, señala que no se puede determinar exactamente quién está detrás de los intentos específicos de hackeo.
Pero los ciberexpertos pueden verificar en qué momento se ha utilizado el software en el teléfono de un objetivo, lo cual les deja pocas dudas de que el gobierno mexicano o algún grupo corrupto interno están involucrados.
“Básicamente, es lo mejor que hay”, dijo sobre el análisis Bill Marczak, el investigador sénior en Citizen Lab que confirmó que los teléfonos de activistas y periodistas mexicanos tenían rastros del software.
Además, NSO Group asegura que es muy poco probable que los cibercriminales hayan obtenido acceso a Pegasus de algún modo, porque el programa solo puede ser utilizado por las agencias gubernamentales en las que se ha instalado la tecnología.
NSO Group afirma que investiga el historial de los gobiernos en temas de derechos humanos antes de venderles el software. No obstante, una vez que otorgan la licencia e instalan el hardware dentro de las agencias de inteligencia y los cuerpos de seguridad, la empresa dice que no hay manera de saber cómo se utilizan las herramientas espías o contra quién están siendo usadas.
La compañía simplemente le cobra a sus clientes gubernamentales según el número total de objetivos a vigilar. Para espiar a diez usuarios de iPhone, por ejemplo, el fabricante cobra 650.000 dólares, además de la cuota de instalación de 500.000 dólares, según las propuestas de comercialización de NSO Group que revisó The New York Times.
Aunque NSO Group supiera que se está haciendo un mal uso de su software, la empresa dice que no podría hacer mucho al respecto: no puede entrar en las agencias de inteligencia, quitar el software y llevarse el hardware. Más bien, NSO Group confía en que sus clientes cooperarán con una inspección interna que realizaría la empresa, la cual entregaría los resultados a la autoridad legal competente… por lo que los gobiernos terminan siendo los responsables de vigilarse a ellos mismos.
Normalmente, el único recurso de la empresa es ir reduciendo poco a poco el acceso del gobierno a las herramientas en el transcurso de varios meses, o incluso años, al dejar de proporcionar nuevos parches o actualizaciones del software.
Sin embargo, en el caso de México, NSO Group no ha condenado ni ha reconocido que haya abuso de su software, a pesar de que se han presentado evidencias en repetidas ocasiones que demuestran que sus herramientas se han utilizado en contra de ciudadanos comunes y sus familias.
El paso de la esperanza a la intimidación
Desde hace mucho tiempo, los periodistas, defensores de los derechos humanos y activistas anticorrupción en México han enfrentado peligros enormes. Durante décadas los han seguido, acosado, amenazado e, incluso, asesinado por realizar su trabajo; riesgos laborales más comunes en Estados autoritarios que en los que forman parte de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos, como es el caso de México.
El presidente Enrique Peña Nieto comenzó su mandato en 2012 con la promesa de dejar atrás la historia atribulada del país y poner a México en el lugar que se merece dentro del escenario mundial por medio de reformas a la educación, a las telecomunicaciones o al sector energético.
No obstante, para 2014 se habían desvanecido gran parte de esas promesas tempranas por escándalos y crisis, entre ellos la desaparición de 43 estudiantes normalistas después de un enfrentamiento con la policía y las acusaciones de que el mandatario y su esposa adquirieron una casa lujosa de un constructor que después recibió varios contratos públicos.
Son escándalos que han derrumbado la imagen perfectamente cuidada que Peña Nieto tuvo como candidato –un político enérgico dispuesto a trabajar en conjunto con otros partidos para modernizar y mover a México– y lo han pintado como un funcionario corrupto que desconoce la realidad que viven los mexicanos. Ese cambio es el resultado, en buena medida, del trabajo de los periodistas mexicanos que develaron los casos y de los activistas y defensores que no han permitido que sean olvidados.
“Este era un gobierno que pasó de establecer la agenda a ser reactivo”, dijo Carlos Loret de Mola, un popular conductor de televisión que recibió ocho mensajes de texto que contenían código para infectar su teléfono con el programa Pegasus. “Entonces vieron a los periodistas y pensaron: ‘Estos están sacando estas cosas y nos hacen quedar mal, mejor los espiamos'”.
México todavía está muy lejos de ser como Turquía, la nación que encarcela a más periodistas en todo el mundo. No es como China, un Estado autoritario en donde se silencian las críticas y el gobierno considera que la prensa libre es un peligro político. Pero, de igual manera, México vive una crisis con respecto a esos temas.
El año pasado, fueron asesinados más periodistas que durante cualquier otro año de este siglo; el 2017 ya va encaminado a romper ese récord.
“El hecho de que el gobierno esté usando vigilancia de alta tecnología en contra de defensores de derechos humanos y periodistas que exponen la corrupción, en lugar de contra los responsables de estos abusos, dice mucho de para quién trabaja el gobierno”, dijo Luis Fernando García, director de R3D, un grupo de derechos digitales en México que ha ayudado a identificar varios casos de abuso del programa Pegasus. “Definitivamente no es a favor del pueblo”.
Un caso cercano al presidente
Quizá ningún otro periodista en México ha dañado más la reputación del presidente Peña Nieto que Carmen Aristegui. Y pocos han pagado tan caro por haberlo hecho.
Ella y su equipo sacaron a la luz en 2014 el escándalo de la “Casa blanca”, una historia de intrigas de bienes raíces que involucraba un arreglo especial para la primera dama por parte de un contratista del gobierno que tiene una relación de vieja data con el mandatario.
La historia alcanzó una audiencia mundial y obligó a la esposa del presidente a entregar la casa, lo cual representó una especie de dilema ético para el gobierno mexicano; en otro país quizá habría resultado en el nombramiento de un fiscal independiente o en una pesquisa legislativa. Al final el presidente fue exculpado por la Secretaría de la Función Pública, mientras que Aristegui perdió su trabajo. Su despido marcó el inicio de una campaña prolongada de acoso y difamación en su contra: demandas, allanamientos de sus oficinas, amenazas a su seguridad personal y el monitoreo de todos sus movimientos.
“Se trata de un acto de venganza por el reportaje”, dijo Aristegui en una entrevista reciente. “No se puede ver de otra manera”.
Así que le pareció sospechoso cuando en 2015 empezó a recibir mensajes de texto de números desconocidos, en los cuales le urgían a que diera clic a un enlace. Uno contenía un llamado de ayuda para encontrar a un menor desaparecido; otro tenía una alerta por supuestos cargos desconocidos a su tarjeta de crédito, y otro tenía la presunta nota de la embajada estadounidense sobre su visa.
Cuando estos mensajes no fueron suficiente para que le diera clic al hipervínculo y descargara el software de manera inadvertida, los siguientes fueron más estridentes; incluso recibió uno que decía que la iban a arrestar. Varios de los mensajes llegaron del mismo número telefónico, dando muestra de los descuidos del operador.
Y siguieron intentándolo. En marzo, los mensajes de texto también comenzaron a llegar al teléfono del hijo de 16 años de Aristegui, Emilio. “La única razón por la que irían tras mi hijo es para intentar encontrar algo en contra de mí, para causarme daño”, dijo Aristegui.
Después de su despido, por supuestos desacuerdos dentro de la radiodifusora MVS Noticias, mantuvo su carrera publicando noticias en su sitio web. Pero la situación le ha cobrado factura, en especial las demandas. En una querella presentada por el presidente de MVS, un juez dijo que Aristegui “excedió su libertad de expresión y de información” por la publicación de un libro de su equipo de reporteros sobre el caso de la Casa Blanca.
En varias ocasiones han hackeado su sitio web y en noviembre irrumpieron en sus oficinas. Los agresores fueron tan descarados que ni siquiera se molestaron en usar máscaras y no han sido detenidos. Ella ha decidido canalizar las amenazas, el acoso e incluso el espionaje en su trabajo.
“He optado por creer que mi trabajo público es lo que me protegerá”, dijo Aristegui. “El gran reto para los periodistas y los ciudadanos es que el miedo nos sirva y no nos conquiste”.
Amenazas vía mensajes de texto
Era el 21 de diciembre de 2015 y Pardinas estaba en la playa con su familia, pero su teléfono no dejaba de sonar: al principio eran llamadas de abogados con los que coordinaba la redacción de una propuesta legislativa… y después un extraño mensaje de texto.
Habían pasado largos meses de una campaña para que se aprobara una ley sin precedentes que obligaría a los servidores públicos de México a divulgar sus declaraciones patrimoniales por posibles conflictos de intereses financieros.
En noviembre, Pardinas también había presentado un estudio sobre los costos políticos y económicos de la corrupción en México, que confirmaba con hechos y cifras lo que casi todos los mexicanos saben: que la corrupción está incapacitando al país. Después le dio seguimiento con entrevistas en medios en los que llegó a burlarse de que el gobierno gastaba más en comprar café que en el presupuesto de la oficina para combatir la corrupción.
El estudio, las entrevistas y un sinnúmero de reuniones con políticos abrieron el camino para la llamada Ley 3de3, que Pardinas —director general del Instituto Mexicano para la Competitividad— ayudó a redactar.
Entonces, en sus vacaciones navideñas, recibió el mensaje: “En la madrugada falleció mi padre, estamos devastados, te envío los datos del velatorio, espero puedas venir”. Venía con un enlace adjunto. Pardinas pensó que era raro que quien le envió un mensaje tan personal no estuviera entre los contactos de su teléfono. Se lo mostró a su esposa y decidió hacer caso omiso.
Hacia mayo de 2016, el proyecto de 3de3 había conseguido más de 630.000 firmas ciudadanas a favor, con lo que el congreso tuvo que discutirla. Y entonces llegó otro mensaje. Este parecía venir del medio informativo Uno TV, el cual envía boletines diarios a los usuarios de teléfono celular de todo el país. Pero lo que le llamó la atención fue el titular: “La historia de corrupción dentro del Instituto Mexicano para la Competitividad”. Se alarmó porque era su organización, pero decidió no darle clic porque sospechó que era un acto delictivo. Al día siguiente le llegaron más mensajes.
Lo que sucedió fue que, después de no tener éxito con él, los responsables lo intentaron con su esposa. El mensaje, que también parecía ser de Uno TV, decía que se habían filtrado videos que mostraban a Pardinas mientras tenía relaciones sexuales con una colega. Pardinas llamó a su esposa y le explicó que era un intento de acoso. “Esta gente otra vez”, respondió ella.
Al final la propuesta de ley fue aprobada, relativamente intacta, por el congreso mexicano, excepto que el senado agregó una provisión para que no solo los funcionarios sino ciudadanos que trabajaran en empresas con contratos públicos –en total se verían afectados alrededor de 30 millones de mexicanos– tuvieran que divulgar sus declaraciones patrimoniales. El presidente Peña Nieto vetó la 3de3 con el argumento de que necesitaba ser discutida con mayor profundidad.
Pardinas siguió con sus denuncias en las entrevistas, donde nombraba a los legisladores que obstruían la ley y las empresas bien conectadas que se beneficiaban con el dinero del gobierno. La iniciativa estaba atorada, pero aun así llegó otro mensaje el 1 de agosto. Este tenía una amenaza: “Oiga afuera de tu casa anda una camioneta con dos vatos armados, let tome fotos vealos y cuídese (sic)”.
Pardinas, quien estaba en su oficina cuando llegó el mensaje, se negó a caer una vez más. Pero llamó a su esposa para pedirle que se asomara por la ventana para ver si afuera había una camioneta estacionada. No había nada.
“Al final, mi esposa ya tenía un entrenamiento casi olímpico en este asunto del hackeo”, bromeó Pardinas.
Gajes del oficio
A fines de abril de 2016, Mario Patrón estaba inquieto. La mesa de la conferencia estaba llena de compañeros defensores de derechos humanos, entre ellos el representante en México de la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos.
Todos fueron a discutir la bomba que estaba por caer el día siguiente: un pánel internacional que fue a México para investigar la desaparición de los 43 estudiantes normalistas divulgaría su informe final. Patrón sabía que los hallazgos iban a ser brutales para las autoridades.
Se acusaría al gobierno de negligencia e incompetencia, incluso de actividades ilícitas en el manejo del caso. Como el resto de las personas en el lugar, Patrón, cuya organización representa a los padres de los estudiantes desaparecidos, se preguntaba cómo respondería el gobierno.
Sonó su teléfono y vio la pantalla. La noticia que había estado esperando: “EL GOBIERNO DE MÉXICO SALE AL FRENTE DEL GIEI”, decía el texto, con el acrónimo del grupo interdisciplinario que publicaría el informe. Parecía ser la noticia que estaba esperando.
Le mostró el mensaje a su colega y dio clic al enlace. Pero en vez de un artículo o un comunicado de prensa, el vínculo simplemente lo redirigió a una página en blanco. Confundido, dejó la reunión y se fue de prisa a su oficina para hacer llamadas e informarse de lo que estaba planeando el gobierno. Y eso bastó para que cayera en la trampa.
Patrón es el director ejecutivo del Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro Juárez, o Centro Prodh, posiblemente el grupo de defensa de derechos humanos más respetado en todo México. Está involucrado en varios de los casos más graves de abusos a los derechos humanos del país y ha sido un gran crítico del gobierno.
Además de Patrón, otros dos abogados del grupo fueron atacados con el software: Santiago Aguirre, el abogado principal de las familias de los estudiantes desaparecidos, y Stephanie Brewer, una abogada estadounidense que ha trabajado con el grupo desde 2007.
“Siempre hemos sospechado que nos espían y nos escuchan”, dijo Patrón, quien se percató de que la situación había empeorado considerablemente desde que desaparecieron los normalistas. “Pero tener evidencia de que somos víctimas de verdadera vigilancia confirma que nos están amenazando y que el gobierno está dispuesto a utilizar medidas ilegales para intentar detenernos”.
Además de los estudiantes desaparecidos, el Centro Prodh representa a una de las sobrevivientes de un ataque militar en el municipio de Tlatlaya en 2014, donde el ejército arrasó con un supuesto escondite de un cartel y asesinó a 22 personas; el Centro Prodh ha encontrado evidencias de que los sucesos de aquella noche no se desarrollaron como una balacera, como argumenta el Ejército, sino que fueron ejecuciones extrajudiciales perpetradas por soldados.
Entre los clientes de la organización también se encuentran las mujeres de Atenco, un grupo de once estudiantes universitarias, activistas y vendedoras de mercado que la policía arrestó hace casi diez años, durante las protestas sucedidas en el pueblo de San Salvador Atenco, y que fueron sometidas a brutales abusos sexuales mientras las trasladaban a la cárcel.
Además del grave abuso de poder y la violación de las mujeres, el caso es especialmente sensible porque el gobernador que ordenó la represión en contra de los manifestantes fue Enrique Peña Nieto, el actual presidente.
Brewer y otros abogados llevaron el caso ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y esperaron casi siete años. La comisión falló a favor de las mujeres, ordenó al gobierno que les diera reparaciones y que investigara con la debida diligencia las responsabilidades de las autoridades hasta lo más alto de la cadena de mando, una directriz que podía incluir a Peña Nieto. El caso después fue enviado ante la Corte Interamericana.
Fue entonces, poco después del décimo aniversario de los ataques contra las mujeres, que Brewer recibió un mensaje de texto sospechoso que cuestionaba por qué el Centro Prodh no defendía también a los soldados y policías víctimas de abusos. La abogada, intrigada, abrió el enlace y este la dirigió a una página web corrupta, un indicio del software Pegasus.
“Es parte de defender los derechos humanos en México”, aseguró Brewer. “Son los gajes del oficio”.
Azam Ahmed reportó desde Ciudad de México y Nicole Perlroth desde Boulder, Colorado. Paulina Villegas colaboró con el reportaje en Ciudad de México.
Azam Ahmed y Nicole Perlroth, NYTimres.com, Estados Unidos, 19/06/2017

Niega Presidencia espionaje
El Gobierno de la República negó haber espiado a activistas, periodistas y defensores de derechos humanos, como publicó The New York Times.
En un texto dirigido al diario, la Administración federal condenó el intento de vulnerar el derecho a la privacidad de las personas.
"Como su propio texto lo señala, no hay prueba alguna de que agencias del Gobierno mexicano sean responsables del supuesto espionaje descrito en su artículo.
"Para el Gobierno de la República, el respeto a la privacidad y la protección de datos personales son valores inherentes a nuestra libertad, democracia y Estado de Derecho", indicó Presidencia.
Asimismo, el Gobierno federal llamó a las víctimas de espionaje a presentar su denuncia ante la PGR.
ElNorte.com, Ciudad de México, 19/06/17

Condena HRW espionaje a activistas
El espionaje a periodistas y defensores de derechos humanos es injustificable, aseguró José Miguel Vivanco, director para las Américas de Human Rights Watch (HRW).
"La información publicada por el New York Times (NYT) es de la mayor gravedad porque constituye obviamente una invasión en la privacidad de defensores de derechos humanos y periodistas", sostuvo.
"Un hecho de esta naturaleza es especialmente grave porque no es posible justificarlo. Con una orden judicial se puede, en cualquier parte del mundo, autorizar la intervención de las comunicaciones de alguien que esté sujeto a una investigación penal, siempre con la autorización de un juez. Acá estamos ante una situación absolutamente irregular y que ojalá se logre esclarecer a la brevedad posible".
En entrevista, Vivanco, quien participa en la 47 Asamblea General de la Organización de Estados Americanos (OEA), dijo que es de la mayor importancia que a raíz de la denuncia del NYT se haga una investigación lo más rigurosa posible, para determinar el origen del espionaje telefónico.
De probarse que el Gobierno mexicano es responsable del espionaje, dijo, constituiría un grave abuso contra aquellos que ejercen el periodismo independiente y de investigación en México y contra quienes defienden derechos fundamentales.
Silvia Garduño. ElNorte.com, Cancún, México,19/06/17

1127. Detekt: nueva herramienta para que víctimas de espionaje puedan detectar la actividad de vigilancia del gobierno

Amnistía Internacional y una coalición de organizaciones tecnológicas y de derechos humanos han presentado hoy una nueva herramienta que permite a periodistas, defensoras y defensores de los derechos humanos rastrear sus computadoras en busca de los conocidos programas espía de vigilancia.
Detekt es la primera herramienta que se pone a disposición del público que es capaz de detectar en computadoras los programas espía de vigilancia más conocidos, algunos de ellos utilizados por gobiernos.
“Los gobiernos recurren cada vez más a tecnología peligrosa y sofisticada que les permite leer correo privado de activistas y periodistas y activar a distancia la cámara o el micrófono de sus computadoras para registrar clandestinamente sus actividades. Usan la tecnología en un cobarde intento de impedir que los abusos salgan a la luz”, ha asegurado Marek Marczynski, director de asuntos militares, de seguridad y policiales de Amnistía Internacional.
“Detekt es una herramienta sencilla que avisará a los activistas de esas intromisiones para que puedan tomar medidas. Representa un revés para los gobiernos que están utilizando la información obtenida a través de la vigilancia para someter a detención arbitraria, arresto ilegal e incluso tortura a defensoras y  defensores de los derechos humanos y periodistas.”
Desarrollado por Claudio Guarnieri, experto en seguridad alemán, Detekt se presenta en asociación con Amnistía Internacional, Digitale Gesellschaft, Electronic Frontier Foundation y Privacy International.
La adopción de tecnologías de vigilancia de las comunicaciones y su comercialización han crecido de manera exponencial en años recientes.
La Coalición contra las Exportaciones destinadas a la Vigilancia Ilegal a la que pertenece Amnistía Internacional, calcula que el comercio anual de tecnologías de vigilancia en todo el mundo mueve 5,000 millones de dólares estadounidenses, y va en aumento.
Parte de la tecnología de vigilancia está ampliamente disponible en Internet, mientras que alternativas más sofisticadas son desarrolladas por empresas privadas con sede en países desarrollados y vendidas a agencias de inteligencia y organismos encargados de hacer cumplir la ley de países que cometen persistentes violaciones de derechos humanos.
FinFisher, empresa alemana que antes pertenecía a Gamma International, radicada en Reino Unido, desarrolló el spyware FinSpy, que puede utilizarse para vigilar conversaciones por Skype, extraer archivos de discos duros, grabar el uso del micrófono y el correo electrónico y hasta hacer capturas de pantalla y fotografías usando una cámara del dispositivo.
Según la investigación realizada por Citizen Lab y la información publicada por Wikileaks, se utilizó Finfisher para espiar a destacados activistas y abogados de derechos humanos de Bahréin.
Amnistía Internacional insta a los gobiernos a establecer estrictos controles comerciales que obliguen a las autoridades nacionales a evaluar el riesgo de que esos dispositivos de vigilancia se utilicen para cometer violaciones de derechos humanos antes de autorizar su transferencia.
“Detekt es una gran herramienta que puede ayudar a los activistas a mantenerse a salvo pero, en definitiva, la única manera de impedir que se utilicen esas tecnologías para cometer abusos o violaciones de derechos humanos es establecer controles estrictos sobre su uso y comercialización y hacerlos cumplir”, ha dicho Marek Marczynski.
Amnistía Internacional usará sus redes para contribuir a que activistas de todo el mundo conozcan Detekt y rastreen sus aparatos para detectar la presencia de spyware. También contactará con redes y asociados locales para comprobar quiénes consideran que tienen un alto riesgo de ser víctimas de ese spyware.
Parte de la tecnología de vigilancia está ampliamente disponible en Internet, mientras que alternativas más sofisticadas son desarrolladas por empresas privadas con sede en países desarrollados y vendidas a agencias de inteligencia y organismos encargados de hacer cumplir la ley de países que cometen persistentes violaciones de derechos humanos.
FinFisher, empresa alemana que antes pertenecía a Gamma International, radicada en Reino Unido, desarrolló el spyware FinSpy, que puede utilizarse para vigilar conversaciones por Skype, extraer archivos de discos duros, grabar el uso del micrófono y el correo electrónico y hasta hacer capturas de pantalla y fotografías usando una cámara del dispositivo.
Según la investigación realizada por Citizen Lab y la información publicada por Wikileaks, se utilizó Finfisher para espiar a destacados activistas y abogados de derechos humanos de Bahréin.
Amnistía Internacional insta a los gobiernos a establecer estrictos controles comerciales que obliguen a las autoridades nacionales a evaluar el riesgo de que esos dispositivos de vigilancia se utilicen para cometer violaciones de derechos humanos antes de autorizar su transferencia.
“Detekt es una gran herramienta que puede ayudar a activistas a mantenerse a salvo pero, en definitiva, la única manera de impedir que se utilicen esas tecnologías para cometer abusos o violaciones de derechos humanos es establecer controles estrictos sobre su uso y comercialización y hacerlos cumplir”, ha dicho Marek Marczynski.
Amnistía Internacional usará sus redes para contribuir a que activistas de todo el mundo conozcan Detekt y rastreen sus aparatos para detectar la presencia de spyware. También contactará con redes y asociados locales para comprobar quiénes consideran que tienen un alto riesgo de ser víctimas de ese spyware.
Descarga Detekt en: http://ir.amnistia.mx/detekt
Amnistia.org.mx, México, 21/11/14

976. Denuncian espionaje masivo mediante smartphones

John McAfee, fundador de la importante compañía de seguridad que lleva su nombre, asegura que los modelos de teléfonos móviles inteligentes espían a sus propietarios.
Sorprendente (por lo inesperado) aparición de John McAfee en una conferencia de «hackers». Sus declaraciones fueron muy provocativas e intentó alarmar a los asistentes. El fundador de la empresa de seguridad que lleva su nombre ha asegurado que los teléfonos móviles inteligentes actuales «espían a los consumidores».
Durante la conferencia de seguridad informática Def Con, que se celebra este fin de semana en Las Vegas (EE.UU.), McAffe salió al paso del siempre polémico tema de la privacidad y seguridad informática. «Los teléfonos inteligentes están espiando a los consumidores estadounidenses, quienes no se molestan en leer las cláusulas de uso», dijo.
Una web para denunciar corrupción
En su intervención desveló el proyecto brownlist.com, una página web pública que pretende recoger las quejas de los usuarios contra las grandes empresas tecnológicas y contó que ha desarrollado una aplicación para teléfonos con sistema operativo Android que rastrea los permisos de privacidad para diversas aplicaciones. La web, dice, «se nutre de la ira de manera positiva».
A su juicio, «en lugar de enfadarse y disparar contra alguien o gritar a su esposa puede iniciar sesión en este sitio». De esta manera, en este foro los usuarios pueden expresas los motivos de su ira. La idea es que la comunidad comparta su visión sobre una cuestión determinada y, de esta forma, «se busquen soluciones a los problemas propuestos».
McAfee, cuya vida actualmente está alborotada por los sucesos registrados en Belice en donde se halló muerto a uno de sus vecinos, huyó a Guatemala y llegó a fingir un ataque al corazón para
Abc.es. Madrid. 09/08/2014
http://www.abc.es/tecnologia/noticias/20140809/abci-john-mcafee-smartphones-def-con-hackers-201408091425.html

959. Proponen a Edward Snowden para Nobel de Paz

Oslo,  Noruega. Edward Snowden podría ser considerado como un emisario de paz al revelar el espionaje masivo de Estados Unidos.
Un ex Ministro noruego propuso al ex analista de inteligencia estadounidense para el Premio Nobel de la Paz, en una carta remitida al Comité Nobel noruego.
"Ha contribuido a revelar el nivel extremo de vigilancia por parte de naciones contra otras naciones y ciudadanos", dijo el ex Ministro socialista Baard Vegar Solhjell.
"Snowden ha contribuido a que la gente sepa lo que ha ocurrido y a estimular un debate público", agregó.
En la carta drigida al Comité, Solhjell y su compañero de partido Snorre Valen señalan que no necesariamente aprueban o respaldan todas las revelaciones de Snowden, pero lo elogian por poner al descubierto la capacidad tecnológica de la vigilancia moderna.
"El nivel de sofisticación y de profundidad de la vigilancia a la que fueron sometidos ciudadanos en todo el mundo son temas que nos han dejado atónitos y que han provocado un debate", escribieron en su carta.
Agregaron que las acciones de Snowden han conducido a la discusión de la confianza y transparencia como un principio destacado de las políticas mundiales de seguridad.
Según la web especializada en filtraciones WikiLeaks, Snowden, quien ahora reside en Rusia, pidió asilo en varios países, incluido Noruega, el pasado verano.
Solhjell, quien fue Ministro de Medio Ambiente hasta que el Gobierno de izquierda perdió el poder el año pasado, señaló que conocía la petición de asilo de Snowden y agregó que ésta tenía que tramitarse según el procedimiento normal.
"Este asunto no ha afectado nuestra decisión de proponer a Snowden para el Premio de la Paz", afirmó.
El Norte.com. 29/01/14

953. El caso de Snowden acentúa la necesidad de una reforma para proteger a informantes

Londres, Reino Unido. En EE.UU., está cobrando ímpetu la posibilidad de que el gobierno ofrezca algún tipo de amnistía o indulto al ex contratista de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA) Edward Snowden. Tanto The New York Times como The Guardian expresaron su apoyo a la idea. Incluso Rick Ledgett, jefe del grupo de trabajo de la NSA que investiga las filtraciones de Snowden, dijo recientemente en el programa de televisión 60 Minutes de CBS que está abierto a discutirlo.
Nuestra posición siempre ha sido que EE.UU. debería hacer ejercicio de su discreción para no procesar a Edward Snowden, dadas las graves deficiencias en la protección de los trabajadores del sector de la seguridad nacional que denuncian irregularidades.
La ley actual tiene fallas fundamentales en al menos dos aspectos importantes. En primer lugar, tal como han experimentado anteriores denunciantes de seguridad nacional, los mecanismos para denunciar, sin represalias, malas prácticas del gobierno a través de los canales internos son lamentablemente inadecuados. Incluso un reciente informe del propio panel designado por el presidente para revisar las prácticas de vigilancia del gobierno de EE.UU. reconoció el problema. En segundo lugar, en caso de enjuiciamiento en virtud de la Ley de Espionaje, la ley vigente no reconoce la defensa legal de que el interés público en el caso de las revelaciones de Snowden sobrepasaba los daños resultantes de la ruptura de la confidencialidad.
Es cierto que Edward Snowden tenía muy pocos canales internos a su disposición para denunciar las anomalías. Sin embargo, aunque hubiesen existido dichos canales, es posible que no hubieran hecho ninguna diferencia, debido a que el gobierno así había institucionalizado cualquier irregularidad. El programa de vigilancia que Snowden puso en evidencia —en el que el gobierno de EE.UU. recopilaba cantidades sin precedentes de información sobre sus propios ciudadanos y otros en todo el mundo sin su conocimiento— estaba autorizado, y se está llevando a cabo dentro de un sistema altamente secreto con pocos controles sobre potenciales abusos. La opinión generalizada dentro del poder Ejecutivo, ante la ausencia de escrutinio o debate público, era que los programas no eran problemáticos. Incluso miembros de los comités de supervisión del Congreso que estaban en desacuerdo carecían de autorización para hablar de ello.
En estas circunstancias, es razonable que Snowden afirmara que la única manera que vio para abordar estas irregularidades generalizadas fue hacerlas públicas (aunque asegura que primero trató de proceder vía los canales internos). Snowden debería poder presentar una defensa de interés público, sin embargo, la ley bajo la cual fueron presentados los cargos en su contra no lo permite.
El gobierno debería reconocer su responsabilidad en esta situación
Es razonable que EE.UU. tome medidas para desalentar a los empleados del gobierno a filtrar información clasificada simplemente porque, en su opinión, es en el mejor interés del país. Pero cuando un gobierno participa en secreto en malas prácticas al tiempo que hace que sea prácticamente imposible que nadie pueda denunciar eficazmente ese delito, debería aceptar la responsabilidad por la conducta resultante. Parte de esa responsabilidad debería implicar indulgencia hacia Snowden.
A algunos les preocupa que ofrecerle a Snowden algún tipo de clemencia sentaría un precedente peligroso. Pero hay una manera de resolver ese problema: el presidente debería presentar una sólida propuesta para el fortalecimiento de las protecciones para los informantes de seguridad nacional. Si los denunciantes del futuro tuvieran a su disposición una manera eficaz para denunciar las irregularidades, probablemente habría menos necesidad de salirse de los canales oficiales. EE.UU. también debería adoptar medidas robustas para aumentar la transparencia en torno a asuntos de gran importancia pública, tales como los programas de vigilancia que Snowden puso en evidencia. Por último, EE.UU. debería establecer una defensa de interés público para los cargos por violación de las leyes de confidencialidad, que podría utilizarse en los casos en que, a pesar de la existencia de canales de información oficiales más rigurosos, las personas todavía podrían sentir la necesidad de salirse del sistema para denunciar eficazmente cualquier posible abuso. Es hora de que el gobierno asuma la responsabilidad por sus propias fallas en el caso Snowden y cree un nuevo camino hacia adelante.
Laura Pitter. Hrw.org. 15/01/14
http://www.hrw.org/es/news/2014/01/15/el-caso-de-snowden-acentua-la-necesidad-de-una-reforma-para-proteger-informantes

888. Indagará ONU espionaje de EU

México, Distrito Federal. El principal funcionario antiterrorista de la ONU investigará los poderes de vigilancia de las agencias de inteligencia estadounidense y británica tras las revelaciones de que han analizado y guardado datos de llamadas, correos electrónicos y mensajes de texto de millones de personas.
En un artículo de opinión publicado por The Guardian, Ben Emmerson, relator especial para el Comité contra el Terrorismo de las Naciones Unidas, dijo que la investigación se centrará en cinco cuestiones legales y políticas sobre el espionaje que surgieron a partir de las filtraciones del ex asesor de la Agencia Nacional de Seguridad estadounidense (NSA, por sus siglas en inglés) Edward Snowden.
"Estos (asuntos) incluyen la discusión de si Snowden debería tener la protección legal que usualmente se le da a los informantes que revelan delitos; si las filtraciones debilitaron el aparato antiterrorista de Estados Unidos o Gran Bretaña; si es necesario revisar los poderes de vigilancia otorgados a las agencias o si se debería establecer un tratado internacional al respecto; si los Gobiernos fueron mal informados sobre el alcance de los programas y si los sistemas de supervisión de las agencias cumplen con los estándares de la ONU establecidos por mi predecesor, Martin Scheinin", escribió Emmerson.
El relator especificó que, a partir de su investigación, entregará una serie de recomendaciones a la Asamblea General de Naciones Unidas.
Asimismo, criticó a los agentes de servicios de inteligencia que han atacado a los medios de comunicación y confiscado datos, bajo el argumento de que al compartir información están ayudando a los terroristas.
"La sugerencia que este tipo de periodismo responsable equivalga a instigar y asistir al terrorismo necesita ser eliminada", dijo.
Emmerson aplaudió que, además de su investigación, varios países ya comenzaron a revisar los procesos de vigilancia, como en Estados Unidos donde la presidenta del Comité de Inteligencia del Senado, Dianne Feinstein, ha declarado que los programas de espionaje estadounidenses deben ser sometidos a análisis.
El relator destacó también la iniciativa presentada en la Asamblea General de la ONU por la Presidenta brasileña, Dilma Rousseff, y la Canciller alemana, Angela Merkel.
"Cuando se trata de lidiar con el balance que debe existir entre mantener los secretos y exponer información de interés público, algunos casos son difíciles de medir. Pero esta instancia, no. No hay duda que las revelaciones por parte de los medios contienen el tipo de información que una prensa libre tiene la obligación de publicar", aseveró.
El Norte.com. 02/11/13
http://www.elnorte.com/internacional/articulo/776/1551621/default.asp?plazaconsulta=elnorte

861. Un freno a la NSA: los proyectos de ley de reforma se quedan cortos

Nueva York, Estados Unidos. La máquina legislativa del Congreso estadounidense está trabajando a toda velocidad, conforme los legisladores implementan proyectos de ley en respuesta a la indignación mundial sobre la desenfrenada vigilancia por parte de la Agencia Nacional de Seguridad (NSA, por sus siglas en inglés). Estas propuestas logran algunos avances para colocar la vigilancia bajo controles más estrictos. Sin embargo, no van lo suficientemente lejos .
Un autor original de la Ley Patriota de EE.UU. presentó un proyecto de ley para limitar la vigilancia de la NSA . La propuesta del congresista Jim Sensenbrenner incluye muchos puntos positivos, entre los cuales se destacan los siguientes: exigir que el gobierno obtenga una orden judicial para rastrear el contenido de las comunicaciones de los estadounidenses, la creación de un defensor especial para proteger la privacidad y los derechos civiles ante el Tribunal de Vigilancia de Inteligencia Extranjera de EE.UU. (FISA, por sus siglas en inglés), impulsar la información pública y la transparencia en las órdenes de vigilancia y endurecer las condiciones para la recopilación de metadatos y otros “informes de empresa”. Bajo el proyecto de ley, la vigilancia tendría que “pertenecer a” en lugar de “referirse a” un blanco extranjero. No está claro si se trata de una distinción sin una diferencia, dada la forma en que el gobierno ha extendido el actual lenguaje de autorización hasta el punto de quiebre, o si en realidad “acabaría con la recolección en masa” tal como promete Sensenbrenner.
El proyecto de ley del congresista Rush Holt  también contiene puntos muy fuertes: sólo se deshace de las disposiciones legales que permiten la vigilancia masiva , y hace que la recopilación de inteligencia extranjera vuelva a necesitar de una orden válida para la vigilancia de “ciudadanos estadounidenses” tras demostrar una causa probable. Holt también protegería a los informantes de inteligencia e impedir que el gobierno requiera medios electrónicos y software subrepticios para eludir las protecciones de privacidad. Ambos proyectos son probablemente mucho mejores que la propuesta legislativa que está preparando la senadora Diane Feinstein, que ha sugerido que preservaría la autoridad del gobierno para la recolección masiva de datos y apenas introduce unos pocos cambios estéticos para mejorar la transparencia y la puesta a punto para cuando los analistas acceden a la información de inteligencia.
Sin embargo, el Congreso no está abordando algunos puntos críticos. En primer lugar, ninguno de estos proyectos de ley requiere que el gobierno de EE.UU. respete la privacidad de los extranjeros fuera del país. La defensa de los derechos universales implica que no es aceptable que un gobierno torture a los ciudadanos de otro, o los convierta a la fuerza, o los castigue por el simple hecho de expresarse. Entonces, ¿por qué se puede violar su privacidad sin causa o reparación? Y hasta el momento, ninguno de los proyectos requiere una revisión exhaustiva e independiente por parte del Congreso de todos los programas de vigilancia de EE.UU., para que puedan evaluar la magnitud del problema que pretenden resolver. Es probable que el teléfono de la canciller alemana Angela Merkel fuera vigilado por EE.UU. bajo la Orden Ejecutiva 12333, que autoriza la colección de cualquier dato de inteligencia que el gobierno necesite, y que ninguna de estas leyes reformaría. Esa es la misma autoridad detrás de la revelación de hoy de que el gobierno está desviando grandes cantidades de enlaces de comunicaciones vía Google y Yahoo fuera de EE.UU. El alcance de la participación corporativa en la vigilancia estadounidense, o los esfuerzos del gobierno de EE.UU. para debilitar la seguridad cibernética, también son incógnitas. Estas cuestiones tienen que formar parte del debate, y de manera inmediata, si el Congreso quiere actuar antes de que Europa pierda la paciencia y tome sus propias medidas para restringir la recolección de datos por parte de EE.UU.
Dinah Pokempner. Hrw.org. 04/11/13
http://www.hrw.org/es/news/2013/11/04/un-freno-la-nsa-los-proyectos-de-ley-de-reforma-se-quedan-cortos

849. La respuesta de la ONU a la vigilancia debe buscar el equilibro entre intimidad y seguridad

La revelación de que la Agencia de Seguridad Nacional de Estados Unidos (NSA) ha espiado a 35 líderes mundiales no ha hecho más que exacerbar aún más la indignación internacional por el programa de vigilancia electrónica masiva de este organismo.
Además de exigir respuestas directamente al gobierno del presidente Obama, algunos de los líderes que han sido objeto de vigilancia han llevado la disputa a las Naciones Unidas.
Brasil y Alemania en particular piden una resolución de la ONU que proteja el derecho a la intimidad en Internet. Instan a la comunidad internacional a tomar medidas para reforzar el derecho a la intimidad contra este tipo de vigilancia sin una supervisión adecuada.
Cualquier debate sobre este asunto en la ONU no debe perder de vista la manera en que esta vigilancia está menoscabando derechos humanos fundamentales. No debe limitarse a proteger a los líderes mundiales de la vigilancia transfronteriza, sino que debe abordar el impacto más general que los programas de vigilancia electrónica masiva causa en sociedades enteras, o al menos iniciar un debate adecuado al respecto.
Es indudable que la naturaleza y el alcance de la vigilancia de las comunicaciones que han llevado a cabo Estados Unidos, Reino Unido y otros países suscitan graves motivos de preocupación en lo referente a los derechos humanos. El más obvio es la falta de respeto por el derecho a la intimidad. Estas medidas también generan un considerable efecto negativo sobre la libertad de expresión y asociación.
En términos más generales, la intimidad es imprescindible para la libertad y la dignidad de la persona. Es de vital importancia para la identidad, la integridad, la intimidad, la autonomía y la comunicación de la persona, y tiene beneficios generales para la sociedad en su conjunto.
Toda medida que constituya una injerencia en la intimidad debe ser siempre proporcionada a la consecución de un objetivo legítimo. Y las razones que justifiquen estas medidas deben someterse a una supervisión judicial y un escrutinio parlamentario transparentes, sólidos e independientes.
El grado en que la presunta vigilancia de las comunicaciones telefónicas y a través de Internet llevada a cabo por los gobiernos de Estados Unidos, Reino Unido y otros países viola la intimidad sin que claramente se cumplan estas condiciones es impresionante.
En vez de tratar de mostrar –de antemano y a la opinión pública– que sus medidas de vigilancia son necesarias y proporcionadas, piden a sus respectivas poblaciones y al resto del mundo que confíen en ellos, ciegamente.
Incluso en aquellos casos en que no se vigilan comunicaciones individuales, la capacidad de analizar datos que se han recopilado en grandes cantidades y agrupado de diferentes fuertes puede violar la intimidad de la persona en aspectos alarmantes. Puede proporcionar una imagen muy precisa de la vida privada de una persona, incluidas sus relaciones personales, su manera de emplear el tiempo, su estado de salud, sus ideas políticas y otros datos.
Es cierto que muchos de nosotros accedemos a compartir parte de esta información cuando utilizamos los medios sociales, solicitamos un préstamo o cambiamos de empleo. Pero no esperamos que el banco tenga acceso a conocer nuestro historial en materia amorosa ni a saber con quién pasamos nuestro tiempo. De hecho, en muchos países hay leyes que impiden que los bancos y los empleadores recaben o utilicen determinada información –por ejemplo, sobre ideas políticas, pertenencia a sindicatos, raza o etnia, orientación sexual o condición respecto del VIH–, y ello por fundadas razones.
Y cuando compartimos información con empresas, tenemos la oportunidad de leer las condiciones en las que revelamos los datos.  Pero cuando los gobiernos emprenden una vigilancia masiva de la comunicación en Internet, parece ser que las únicas condiciones hasta la fecha son que tienen carta blanca: toda intrusión en nuestra intimidad es blanco legítimo.
En otras palabras: Imagina que un agente del gobierno está sentado en el salón de tu casa, revisando tus archivos de registro, abriendo y leyendo los correos electrónicos del día y tomando nota de las páginas web que has visitado. ¿Te preocuparía? 
Y aunque estos gobiernos puedan decir que no aplican a nadie este nivel de escrutinio, no es menos cierto que pueden hacerlo en cualquier momento. Algunas técnicas de vigilancia permiten de hecho a los Estados recopilar y almacenar durante años el contenido de comunicaciones individuales.
Esto podría carecer de importancia para algunos de nosotros. Pero en mi línea de trabajo es un pensamiento escalofriante. Sabemos que los gobiernos comparten habitualmente con sus aliados la información que recopilan. ¿Qué sucedería si parte de la conversación que mantuve ayer con una abogada en otro país se comparte con su gobierno, que ya está buscando un motivo para impedirle realizar su labor de defensa de víctimas de violaciones de derechos humanos? Tal vez el gobierno de tu país no sea represivo hoy, pero ¿qué ocurrirá dentro de 10 años?
Se trata de amenazas graves para los derechos humanos. Debe dárseles una respuesta seria, una respuesta que impida que los programas de vigilancia masiva cercenen las libertades individuales durante el futuro próximo.
Los Estados tienen que estudiar detenidamente las prácticas que están adoptando y mantener un diálogo franco sobre los riesgos que asumen. Y deben comprometerse a hallar el equilibrio adecuado entre intimidad y seguridad, un equilibrio que conceda suficiente peso a las libertades que son consustanciales al espíritu humano.
Michael Bochenek. Director de Derecho Internacional y Política de Amnistía Internacional.
AmnistíaInternacional.org. 25/10/13
http://www.amnesty.org/es/news/respuesta-onu-vigilancia-buscar-equilibro-intimidad-seguridad-2013-10-25

848. A Obama se le cae el teatro

Monterrey, Nuevo León. Tras revelarse que la NSA intervino las comunicaciones de 35 mandatarios, la credibilidad de Obama está en juego. Al presidente de Estados Unidos le llueven reclamos por tener una agencia de espionaje fuera de control
Al una vez intocable Gobierno de Estados Unidos se le ha salido de control el juego de espionaje que realiza la Agencia de Seguridad Nacional (NSA, por sus siglas en inglés).
Los reclamos le han llovido al presidente Barack Obama desde junio,  cuando Edward Snowden, exconsultor técnico de la NSA, empezó a filtrar información a distintos medios sobre el espionaje que realizó la agencia contra al menos 35 gobernantes de otros países.
Para los críticos, el que se ventilen las operaciones de una agencia que se ha dedicado al espionaje por cerca de 60 años representa una incompetencia total de parte de la institución y de la administración de Obama.
“No puedo evitar pensar que si la NSA es tan poderosa como sus críticos alegan, ¿por qué ha sido tan inútil para proteger sus secretos?”, escribió el periodista especializado en diplomacia y defensa Mark Urban para la BBC.
Aunque algunos funcionarios del Gobierno argumentan que Obama desconocía casos como el de la intervención telefónica de la canciller alemana Angela Merkel, los analistas están escépticos.
“O alguien está mintiendo, o bien Obama necesita reconocer que la NSA está fuera de control en su búsqueda de la omnipresencia, más allá de lo que el autor inglés George Orwell pudiese haber imaginado”, indicó el periodista Eugene Robinson en The Washington Post.
Contra el ‘Big Brother’
Mandatarios y críticos no son los únicos que dudan de la inocencia de la Casa Blanca.
El sábado 26 de octubre, las calles de Washington D.C. se inundaron de miles de manifestantes que exigían al Gobierno el fin del espionaje que, según la información de Snowden, también involucra vigilancia a través de Internet, incluyendo correos electrónicos.
Los inconformes, pertenecientes a más de 100 asociaciones civiles según informaron agencias, portaban carteles con leyendas como “desconecten al Big Brother”, “detengan el espionaje masivo” y “gracias, Edward Snowden”.
Asimismo, países como Alemania, Francia y Bélgica han formado un frente común para demandar a Obama explicar los motivos de los espionajes.
Incluso, la vicepresidenta de la Comisión Europea y responsable de Justicia, Viviane Reding viajó a la capital de Estados Unidos para advertir que el tratado comercial entre ambos actores está en riesgo.
Obama: ¿Sabe o no sabe?
Las versiones al interior del Gobierno de Estados Unidos, sobre si Obama sabía o no del espionaje hecho contra sus aliados, están divididas, informaron ayer medios estadounidenses.
Sin embargo, los analistas coinciden en que en ambas situaciones, el presidente exhibiría una de dos deficiencias: opacidad o descontrol.
Angela Merkel
Luego de que medios alemanes revelaron que la NSA había intervenido llamadas de su teléfono celular, la canciller expresó a los medios que eso “no era de amigos”.
La mandataria unió fuerzas primero con Francia y luego con Bélgica para exigir de forma conjunta una aclaración.
Felipe Calderón
Con base en filtraciones de Snowden, medios alemanes informaron que en el 2010, la NSA espió las comunicaciones privadas del expresidente de México.
A través de Twitter, Felipe Calderón exigió a la Secretaría de Relaciones Exteriores hacer un reclamo enérgico al Gobierno estadounidense.
Dilma Rousseff
Cuando el diario brasileño O Globo reveló que Estados Unidos había espiado sus correos electrónicos y llamadas, la presidenta Dilma Rousseff canceló su visita de trabajo a Washington, que estaba programada para noviembre.
La jefa de Estado considera que el asunto aún no está resuelto.
Mariano Rajoy
Aunque de forma más tibia, el mandatario español también censuró la intervención de millones de correos electrónicos, llamadas y mensajes del sector público y privado de su país.
Rajoy evadió confrontar de forma directa a Obama, pero le pidió explicaciones al embajador estadounidense.
Francois Hollande
Tras las filtraciones que aseguran que la NSA intervino más de 70 millones de llamadas en Francia, el presidente Francois Hollande se sumó a los reclamos contra Obama.
En una llamada telefónica, Hollande le espetó a su homólogo estadounidense que no debe haber espionaje entre aliados.
Se buscan soplones
Los soplones, que eran considerados delincuentes, se han convertido en la pieza indispensable para la transparencia gubernamental e incluso en héroes de la sociedad. 
“Estos son empleados públicos o privados que difunden información sobre actos ilegales o conductas éticamente cuestionables de empresas o instituciones”, explica la revista Foreign Affairs en su última edición.
La labor de estos informantes hoy es de vital importancia para garantizar el derecho a la información pública y a la privacidad de los ciudadanos.
Han tenido un papel importante desde el caso Watergate, que ocurrió en 1972, durante el mandato de Richard Nixon en Estados Unidos.
En este sonado caso, William Felt, agente del FBI que pasó a la historia como “Garganta Profunda”, filtró información a The Washington Post sobre el espionaje ordenado por el presidente para estar al tanto de las actividades de sus adversarios demócratas.
Lo mismo hicieron Julian Assange con WikiLeaks y Edward Snowden, exempleado y exconsultor de agencias de inteligencia de Estados Unidos.
Desde que comenzaron a revelar información secreta de diferentes gobiernos, se han convertido en perseguidos políticos.
Son ellos quienes han puesto a la sociedad civil en estado de alerta porque la privacidad de los ciudadanos está siendo violada.
¿Qué tanto le costará a Barack Obama la cadena desenfrenada de revelaciones de los soplones?
A Nixon le costó la Presidencia.
Tuits reveladores
El juego de espionaje se ha salido tanto de control, que Tom Matzzie, exdirector de la organización educativa y promocional MoveOn, tuiteó parte de la conversación que tuvo el exjefe de la NSA Michael Hayden con diversos periodistas durante un viaje en tren.
El general retirado había pedido a la prensa que lo citaran como un exfuncionario de alto nivel, dejando en el anonimato su nombre, para dar información sobre el espionaje de la NSA.
“Estoy en el Acela (compañía de trenes de EU) escuchando al exjefe de la NSA dar entrevistas off the record. Me siento como si estuviera en la NSA. Excepto, que estoy en público”, tuiteó Matzzie el pasado 24 de octubre.
Después de que el tema se esparció en las redes, Hayden fue advertido sobre los tuits, por lo que se acercó a Matzzie y le ofreció una entrevista para discutir los temas que había escuchado.
“Yo nunca critiqué al presidente. Dije que estos problemas -refiriéndose al espionaje- son muy difíciles. También añadí que cuando fui director de la NSA contaba con directrices políticas que limitaron mis funciones. Ahora, estas directrices van a ser más severas. Esto no era criticar”, aclaró el exjefe de la NSA en un comunicado.
“Dar a Obama una Blackberry pone en riesgo sus comunicaciones. La NSA debía decidir si necesitaba un teléfono inteligente más seguro o no”, agregó.
Andrea B. Assunto y Pedro Pablo Cortés. ReporteIndigo.com. 30/10/13
http://www.reporteindigo.com/reporte/mundo/obama-se-le-cae-el-teatro

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