La Organización
Meteorológica Mundial advierte que la acumulación de gases de efecto
invernadero alcanzó niveles sin precedentes, agilizando el cambio climático
El organismo también
indica que no se han encontrado en los últimos 300 años precedentes para el
ritmo actual de acidificación de los océanos.
El tiempo que queda para mitigar el cambio climático se acorta
debido a que la concentración atmosférica de gases de efecto invernadero, su
principal causa, sigue aumentando a niveles sin precedentes, según confirman
datos divulgados por la Organización Meteorológica Mundial (OMM).
Tenemos la absoluta
certeza de que el clima está cambiando y de que las condiciones meteorológicas
son cada vez más extremas debido a actividades humanas como la quema de
combustibles fósiles", dijo el secretario general de la OMM, Michel
Jarraud, al presentar el boletín anual sobre gases de efecto invernadero.
No estamos hablando
de predicciones, sino de hechos comprobados. Tenemos evidencia científica muy
solida", recalcó.
La última evaluación
realizada por la organización, a través de un programa de vigilancia global de
la atmósfera, indica que la cantidad de gases de efecto invernadero en la
atmósfera alcanzó un nuevo máximo en 2013.
El dióxido de carbono
(CO2) es -entre los tres gases más importantes- el que más ha aumentado su
concentración, a un ritmo que no se observaba en casi 30 años.
Datos preliminares
apuntan a que este aumento posiblemente se debe a la reducción de la cantidad
de CO2 absorbida por la biosfera de la Tierra, sumado al constante incremento
de sus emisiones.
Peligran océanos
El boletín de la OMM
también indica que no se han encontrado en los últimos 300 años precedentes
para el ritmo actual de acidificación de los océanos.
El tiempo no esta de
nuestro lado, cuanto más esperamos será más complicado y la concentración (de
gases de efecto invernadero) será más alta", señaló Jarraud.
Los científicos
también han corroborado que el fenómeno llamado de forzamiento radiactivo
-causante del efecto de calentamiento del clima- experimentó un incremento del
34 % a causa de los gases de efecto invernadero de larga duración, que son el
metano (CH4) y el óxido nitroso (N2O), además del CO2.
La concentración de
este último en la atmósfera alcanzó el 142 % del nivel de la era preindustrial
(antes de 1750), el de metano el 253 % y el de óxido nitroso el 121 %.
Aproximadamente, una
cuarta parte de las emisiones totales de CO2 son absorbidas por los océanos y
otro tanto por la biosfera, con lo que amortiguan el aumento del CO2 en la
atmósfera, aunque los océanos están pagando en particular las consecuencias de
esto.
Si el calentamiento
de la Tierra no se considera una razón suficiente para reducir las emisiones de
CO2, la acidificación de los océanos debería serlo", señaló Jarraud.
Los científicos creen
que la acidificación de los océanos tiene consecuencias complejas en los
organismos marinos, especialmente entre los corales, algas, moluscos y
distintas especies de plancton.
Esos organismos ven
afectada su capacidad para construir conchas, caparazones o material para sus
esqueletos (mediante la calcificación), puesto que su capacidad de
calcificación disminuye conforme aumenta la acidificación.
Con los problemas de
calcificación, los organismos tienen un menor índice de supervivencia, su
desarrollo y crecimiento se ve afectado, al tiempo que sufren cambios en sus
funciones fisiológicas y la biodiversidad disminuye.
Debemos invertir esta
tendencia reduciendo las emisiones de dióxido de carbono y de otros gases de
efecto invernadero como medida generalizada. Una acción internacional
concertada frente a la aceleración del cambio climático es más apremiante que
nunca", enfatizó Jarraud.
El dióxido de carbono
permanece en la atmósfera durante cientos de años y en el océano aún más,
además de que su efecto es acumulativo tanto en el calentamiento de la Tierra
como en la acidificación de los océanos.
El metano es el
segundo gas de efecto invernadero de larga duración más importante, con el 40 %
de sus emisiones procedentes de fuentes naturales (humedales, termitas, entre
otros) y el resto de actividades humanas (ganadería, cultivo del arroz,
explotación de combustibles fósiles, vertederos, combustión de biomasa).
En tercer lugar está
el óxido nitroso, cuyas emisiones provienen en un 60 % de fuentes naturales
(océanos y suelos) y un 40 % de antropógenas (combustión de biomasa, uso de
fertilizantes y procesos industriales).
Excelsior.com.mx. 09/09/14