ONU pide erradicar
discriminación institucionalizada tras veredicto en Ferguson
El Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos expresó preocupación
por “el número desproporcionado de jóvenes afroamericanos que mueren en encuentros
con la policía, que se encuentran en prisión o que están condenados a muerte en
Estados Unidos".
Tras el veredicto de
Ferguson, Zeid Ra´ad Al Hussein, emitió hoy un comunicado en el que también
urgió a la mesura a los manifestantes que protestan por la decisión de no
inculpar al oficial de policía que le disparó a Michael Brown en Ferguson,
Missouri en agosto pasado.
Puntualizó que la
gente tiene derecho a expresar su consternación y desacuerdo con la decisión
del Gran Jurado, pero no a causar daños a terceras personas ni a sus
propiedades.
Zeid señaló que sin
conocer los detalles de la evidencia presentada en el tribunal no puede
comentar si el veredicto se ajusta a las leyes internacionales de derechos
humanos.
No obstante, subrayó
que es claro que, al menos algunos sectores de la población, existe una
profunda falta de confianza en el sistema de justicia y las instituciones del
orden público.
En este sentido, el
Alto Comisionado urgió a las autoridades estadounidenses a examinar a fondo
cómo las cuestiones de carácter racial afectan el cumplimiento de la ley y la
administración de justicia tanto a nivel federal como estatal.
Recordó que diversos
organismos nacionales y agencias de la ONU que vigilan la implementación de los
tratados de derechos humanos ratificados por Estados Unidos han planteado
repetidamente sus preocupaciones por la discriminación institucionalizada en
ese país.
Zeid se refirió
también al caso de Tamir Rice, el niño afroamericano de 12 años muerto hace
tres días cuando un policía le disparó porque portaba un arma de juguete en el
área de juegos de un parque en Cleveland, Ohio.
“El elevado número de
muertes relacionadas con pistolas en Estados Unidos de nuevo está en el centro
de atención. En muchos países donde las pistolas de verdad no son fáciles de
conseguir, la policía ve a los niños que juegan con armas precisamente como
eso, niños con juguetes, no como un peligro que debe neutralizarse”, apuntó.
Finalmente, citó los
principios básicos de la ONU sobre el uso de armas por las fuerzas del orden,
que estipulan que las armas de fuego solo deben utilizarse en defensa propia o
de otras personas cuando hay un peligro inminente.
Centro de Noticias
ONU, 25/11/14
Tres episodios preocupantes de los que Amnistía
Internacional ha sido testigo en Ferguson
Amnistía
Internacional Estados Unidos ha enviado un equipo de observadores de derechos humanos
a Ferguson (Misuri) para vigilar las protestas y la respuesta policial tras la
decisión de un jurado de no procesar al agente de policía Darren Wilson por la
muerte a tiros de Michael Brown. Si bien aún no es posible sacar conclusiones
definitivas tan pronto y en una situación tan inestable, esto es lo que sabemos
que ha pasado hasta ahora en Ferguson:
Hay indicios claros
de que se ha estado usando gas lacrimógeno, un arma química cuyo uso está
prohibido en la guerra. Su flagrante uso en presencia de observadores de
Amnistía Internacional claramente identificados como tales subraya nuestros
motivos de preocupación previos sobre su uso innecesario o excesivo.
En un incidente
concreto, la policía lanzó gases lacrimógenos contra la cafetería MoKaBe’s, un
lugar seguro designado para activistas donde se encontraban varios observadores
de Amnistía Internacional, así como decenas de manifestantes y miembros de la
comunidad. En la cafetería, atendida por religiosos y voluntarios de la
comunidad, se repartía café gratis y chocolate caliente entre quienes
necesitaban un lugar tranquilo y acogedor para reunirse o reponerse. En la
calle tenía lugar una pequeña protesta, que se desarrollaba pacíficamente. A
eso de la 1:00 de la madrugada, un gran vehículo policial militarizado dobló la
esquina a gran velocidad y disparó gas lacrimógeno y proyectiles de composición
desconocida contra las personas que se alejaban corriendo de la protesta,
hiriendo a una de ellas en la espalda. Después, el vehículo policial se volvió
hacia MoKaBe’s y disparó contra el edificio. El personal de Amnistía
Internacional que se encontraba en la cafetería fue testigo directo de todo el
episodio.
La policía volvió a
disparar gas lacrimógeno varios minutos después, a pesar de la presencia de dos
observadores de Amnistía Internacional claramente identificados con camisetas
de color amarillo brillante en las que se leía “observador de derechos
humanos”. El gas aturdió a los clientes de la cafetería, entre los que había
menores y personas que habían salido para recuperarse del gas lanzado
inicialmente. No medió ninguna provocación evidente previa a esta acción ni se
dio aviso alguno para que la gente se dispersara. Uno de los observadores de
Amnistía Internacional fue alcanzado por tres o cuatro proyectiles de
composición desconocida. Entretanto, una columna de policías con trajes
antidisturbios se alineó en el exterior para impedir que nadie saliera o
entrara de la cafetería durante unos 20 minutos.
Otras escenas
presenciadas por nuestros observadores ponen en entredicho que los funcionarios
encargados de hacer cumplir la ley estuvieran cumpliendo con su deber oficial
de reducir la escalada de violencia, facilitar la reunión pacífica de los
manifestantes y protegerlos de la violencia.
Estas observaciones y
las preguntas que suscitan son precisamente el motivo por el cual la
observación de los derechos humanos es tan crucial. Mientras millones de
personas contemplaban la situación a distancia, Amnistía Internacional Estados
Unidos estaba observándola sobre el terreno en medio del gas y la confusión.
Si bien entre los
manifestantes hay elementos violentos y agitadores, otras muchas personas que
están allí tratando de ejercer sus derechos humanos a la reunión pacífica, la
libertad de expresión y la libertad de circulación. Cuando una persona ve
amenazado el ejercicio de estos derechos, la amenaza se extiende a todas.
Ahora es más
importante que nunca evitar que se produzcan abusos. Es hora de que los
dirigentes de Ferguson, de todo Estados Unidos y de todo el mundo defiendan los
derechos humanos. El mundo está observando.
Amnesty.org. 25/11/14