Londres, Reino Unido. Nuevos
datos indican que Estados Unidos ha llevado a cabo homicidios ilegítimos en
Pakistán mediante ataques con aviones no tripulados (“drones”), algunos de los
cuales podrían constituir crímenes de guerra. Así lo ha manifestado Amnistía
Internacional en un nuevo informe de envergadura.
El
informe, titulado “’Will I be next?’ US drone strikes in Pakistan”, es uno de
los más detallados realizados hasta la fecha sobre el programa estadounidense
de aviones no tripulados desde la perspectiva de los derechos humanos.
Documenta
homicidios recientes en las zonas tribales del noroeste de Pakistán, y la casi
total ausencia de transparencia en torno al programa de “drones”
estadounidense.
“El
secreto en torno al programa de aviones no tripulados da al gobierno
estadounidense licencia para matar fuera del alcance de los gobiernos o de las
normas fundamentales del derecho internacional. Ya es hora de que Estados
Unidos diga la verdad sobre el programa de ‘drones’ y haga rendir cuentas a los
responsables de estas violaciones”, ha manifestado Mustafa Qadri, investigador
de Amnistía Internacional sobre Pakistán.
“¿Qué
esperanza de reparación pueden tener las víctimas de los ataques de ‘drones’ y
sus familias cuando Estados Unidos ni siquiera reconoce su responsabilidad en
ataques concretos?”
Amnistía
Internacional examinó los 45 ataques con aviones no tripulados de los que se ha
tenido noticia, lanzados en Waziristán Septentrional, noroeste de Pakistán,
entre enero de 2012 y agosto de 2013. Esa región ha sufrido más ataques que
ninguna otra del país.
La
organización llevó a cabo investigación detallada sobre el terreno respecto a
nueve de estos ataques, y el informe documenta homicidios que hacen temer
seriamente que se hayan cometido violaciones del derecho internacional que
puedan constituir crímenes de guerra o ejecuciones extrajudiciales.
En
octubre de 2012, Mamana Bibi, de 68 años, murió en un doble ataque –al parecer,
la alcanzó un misil Hellfire– mientras recolectaba verduras en los campos de la
familia y varios de sus nietos andaban por los alrededores.
En
julio de 2012, 18 jornaleros, entre ellos un niño de 14 años, murieron en
ataques múltiples lanzados contra un pueblo sumamente pobre cerca de la
frontera con Afganistán, cuando se disponían a disfrutar de su cena tras un
largo día de trabajo.
En
contra de las afirmaciones oficiales de que los fallecidos eran “terroristas”,
la investigación realizada por Amnistía Internacional señala que las víctimas
de estos ataques no estaban participando en combates y no suponían amenaza
alguna para la vida.
“No
encontramos justificación alguna para estos homicidios. Existen amenazas reales
para Estados Unidos y sus aliados en la región, y los ataques de aviones no
tripulados pueden ser legítimos en algunas circunstancias. Pero resulta difícil
creer que un grupo de jornaleros, o una anciana rodeada de sus nietos, pusieran
en peligro a nadie, no digamos ya que supusieran una amenaza inminente para
Estados Unidos”, ha manifestado Mustafa Qadri.
El
derecho internacional prohíbe los homicidios arbitrarios y limita el uso
legítimo de fuerza letal intencionada a situaciones excepcionales. En casos de
conflicto armado, sólo los combatientes y las personas que participan
directamente en las hostilidades pueden ser blanco de un ataque directo. Fuera
del conflicto armado, la fuerza letal intencionada sólo es legítima cuando sea
estrictamente inevitable para proteger frente a una amenaza inminente para la
vida. En algunas circunstancias, los homicidios arbitrarios pueden constituir
crímenes de guerra o ejecuciones extrajudiciales, es decir, delitos de derecho
internacional.
Amnistía
Internacional también documentó casos de los denominados “ataques contra
rescatadores”, en los que quienes corren a auxiliar a las víctimas de un ataque
inicial con “drones” fueron a su vez víctimas de un rápido ataque de
seguimiento. Aunque pudiera suponerse que los rescatadores son miembros del
grupo al que se está atacando, resulta difícil entender cómo puede hacerse esa
distinción en los caóticos momentos inmediatamente posteriores a un ataque con
misiles.
Estados
Unidos sigue utilizando su doctrina de “guerra global” para tratar de
justificar una guerra sin fronteras contra Al Qaeda, los talibanes o aquellos a
los que considera aliados de éstos.
La
promesa estadounidense de aumentar la transparencia en torno a los ataques con
aviones no tripulados, subrayada por un gran discurso sobre política
pronunciado por el presidente Barack Obama en mayo de 2013, aún no se ha hecho
realidad, y Estados Unidos sigue negándose a divulgar incluso la información
más básica tanto jurídica como sobre los hechos acontecidos.
Este
secreto ha permitido a Estados Unidos actuar impunemente e impedir que las
víctimas reciban justicia o indemnización. Según la información de que dispone
Amnistía Internacional, ninguna autoridad ni agente estadounidense ha rendido
cuentas por los homicidios ilegítimos perpetrados con “drones” en Pakistán.
Además
de la amenaza de los aviones no tripulados estadounidenses, los habitantes de
Waziristán Septentrional se ven a menudo atrapados entre los ataques de grupos
armados y las fuerzas armadas de Pakistán. La población local vive con el temor
constante a la violencia ineludible a manos de ambos bandos.
El
programa estadounidense de “drones” ha agravado el sufrimiento local: ahora,
los habitantes de la zona viven además con miedo a morir por los “drones”
estadounidenses que surcan los cielos día y noche.
“Lo
trágico es que los aviones no tripulados desplegados por Estados Unidos sobre
Pakistán inspiran ahora a los habitantes de las zonas tribales el mismo miedo
que antes sentían únicamente ante Al Qaeda o los talibanes”, ha manifestado
Mustafa Qadri.
Tal
como documenta el informe, los hombres y mujeres que viven en la zona tienen
poco control sobre la presencia de grupos como los talibanes o Al Qaeda en sus
pueblos y distritos.
Los
grupos vinculados a Al Qaeda han matado a decenas de residentes locales a los
que acusaban de ser espías a causa de los ataques con “drones” estadounidenses.
Los residentes de Mir Ali dijeron a Amnistía Internacional que es habitual ver
cadáveres arrojados a un lado de la calle con mensajes que advierten de que
todos los acusados de espiar para Estados Unidos correrán la misma suerte.
Los
residentes dijeron también a Amnistía Internacional que el temor a represalias
les impedía denunciar ante las autoridades locales los abusos cometidos por los
grupos armados. Muchos residentes tenían también miedo de hablar a Amnistía
Internacional sobre los ataques de “drones”. Algunos de los que hablaron
abiertamente recibieron después amenazas.
Aunque
el gobierno de Pakistán afirma que se opone al programa de “drones”
estadounidense, Amnistía Internacional teme que algunas autoridades e
instituciones de Pakistán y otros países, como Australia, Alemania o Reino
Unido, puedan ayudar a Estados Unidos a lanzar ataques con “drones” que
constituyan violaciones de derechos humanos.
“Pakistán
debe proporcionar a las víctimas de ataques con ‘drones’ acceso a la justicia y
a otro tipo de reparación. Las autoridades de Pakistán, Australia, Alemania y
Reino Unido también deben investigar a todas las autoridades e instituciones
sospechosas de estar implicadas en ataques con ‘drones’ estadounidenses o en
otros abusos cometidos en las zonas tribales que puedan constituir violaciones
de derechos humanos”, ha manifestado Mustafa Qadri.
“Las
autoridades paquistaníes deben desvelar información sobre todos los ataques con
aviones no tripulados estadounidenses que hayan documentado, y deben revelar
qué medidas han tomado o van a tomar para ayudar a las víctimas de esos
ataques.”
El
informe documenta asimismo la falta de protección, por parte de Pakistán, de
los derechos humanos de la población de Waziristán Septentrional. Los abusos
sufridos van desde muertes, heridas y desplazamiento de residentes a causa de
bombardeos del ejército, hasta la ausencia de mecanismos de justicia y la falta
de asistencia médica adecuada.
Las
autoridades paquistaníes tienen un pésimo historial respecto a hacer que
miembros de Al Qaeda, talibanes y otros autores de abusos contra los derechos
humanos cometidos en la región comparezcan ante la justicia en juicios justos y
sin recurrir a la pena de muerte.
Amnistía
Internacional pide:
A las
autoridades estadounidenses que:
*
revelen públicamente los hechos y la base jurídica respecto a los ataques con
“drones” lanzados en Pakistán, e informen sobre cualquier posible investigación
sobre los homicidios causados por “drones” estadounidenses;
*
garanticen que se llevan a cabo investigaciones inmediatas, exhaustivas,
independientes e imparciales sobre todos los casos en los que existan motivos
razonables para creer que los ataques con “drones” han dado lugar a homicidios
ilegítimos;
*
lleven a los responsables de ataques ilegítimos con “drones” ante la justicia,
en juicios públicos y justos, sin recurrir a la pena de muerte;
*
garanticen que las víctimas de ataques ilegítimos con “drones”, incluidos los
familiares de las víctimas de homicidios ilegítimos, tienen acceso efectivo a
la justicia, la indemnización y otros tipos de reparación.
A las
autoridades paquistaníes que:
*
proporcionen acceso adecuado a la justicia y la reparación a las víctimas de
ataques de “drones” estadounidenses y ataques de las fuerzas paquistaníes, y
pidan a las autoridades estadounidenses reparación y otros remedios por los
ataques de “drones”;
* lleven
ante la justicia, en juicios justos y sin recurrir a la pena de muerte, a los
responsables de homicidios ilegítimos y otros abusos contra los derechos
humanos cometidos en Waziristán Septentrional. Esto debe incluir los ataques
con “drones” estadounidenses, los ataques de las fuerzas armadas paquistaníes y
los ataques de grupos como Al Qaeda o los talibanes;
* hagan
pública la información sobre todos los ataques con “drones” estadounidenses de
los que las autoridades paquistaníes tengan conocimiento, incluidas las bajas
causadas y toda la asistencia proporcionada a las víctimas.
A la
comunidad internacional que:
* se
oponga a los ataques con “drones” estadounidenses y otros homicidios que violen
el derecho internacional, e inste a Estados Unidos y a Pakistán a adoptar las
medidas antes expuestas. Los Estados deben formular protestas oficiales y pedir
la reparación establecida en el derecho internacional cuando Estados Unidos u
otros Estados hagan uso ilegítimo de fuerza letal;
* se
abstenga de participar de modo alguno –lo cual incluye compartir información o
permitir el uso de instalaciones– en ataques con “drones” estadounidenses que
violen el derecho internacional.
Amnistía
Internacional.com. 22/10/13
http://www.amnesty.org/es/for-media/press-releases/eeuu-rendir-cuentas-muertes-causadas-drones-pakistan-2013-10-22