Diciembre
es un mes hecho a imagen y semejanza de los encuentros, los abrazos y las
reflexiones. El año termina como lo indican los nuevos y viejos calendarios, el
tiempo es inexorable y camina sin reversa. Cada día es un regalo de la vida que
se solaza en el tiempo en cuyo lomo invisible se viaja en compañía de todos los
seres del mundo en el arca eterna de un planeta que realiza su vuelo temporal
por la ruta de las estrellas.
Desde
esta mirada al entorno llega el pensar sobre algo tan evidente y necesario en
una actividad de vida y de persistencia, una propuesta de conocimiento,
investigación y acción: la Cátedra de la Paz.
La
Cátedra es un quehacer académico institucionalizado para conservar y socializar
las propuestas de investigación en función del reconocimiento a la producción
cultural, literaria o científica, en todas las organizaciones y grupos
comprometidos en ello. Su objetivo terminal lleva a favorecer soluciones
inmediatas a los problemas locales para
beneficiar las organizaciones y las comunidades.
Muy a
nuestro pesar, todo parece evidenciar que “en el mundo se habla permanentemente
de la paz, pero pocos se comprometen”. Desde la Organización de las Naciones
Unidas hasta la más elemental reunión de vecinos, la no violencia, la justicia,
la solidaridad, la convivencia y la tolerancia son temas comunes de diálogos,
conversaciones y debates; sin embargo,
todo parece quedarse en la retórica, porque la paz en el mundo sigue
divagando en mares de utopía.
La
Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura
ha establecido en muchos países “La Cátedra Unesco de la Educación para la
Paz”: “proyecto interdisiciplinario y transdisciplinario desde la apropiación
de principios generadores de unas claras líneas de acción en la educación para
los Derechos Humanos, contra el desarraigo, la marginalidad, la cultura de la
guerra y a favor de la participación democrática, el respeto a la diferencia y
la no –discriminación, el cuidado del medio ambiente y la promoción del
desarrollo sostenible”. (Unesco: “Cátedra para la Paz”)
La
metodología de intervención en las fases teórica y práctica de la cátedra de la
paz, incluye: lecciones magistrales; conferencias, conversatorios; exposiciones
artísticas; énfasis en la formación y actualización de docentes y todas las
instancias de la comunidad educativa en aspectos de la didáctica, el currículo,
la investigación y las relaciones
interinstitucionales.
La paz
permanente se sustenta en los valores que orientan una cultura académica y
social, la justicia, la democracia y la vida sostenible. Es la manera de
abordar con efectividad la cultura de violencia e intolerancia desde el reflejo
de la realidad histórica, la especificidad cultural y las aspiraciones como
nación, construyendo modelos alternos de educación no violenta, servicios
comunitarios y convivencia pacífica. (Unesco: Cátedra para la Paz)
La ley
que regula “La Cátedra de la Paz para Colombia”, tiene como objeto formar la
población escolar del país “en un conjunto de valores, actitudes y conductas
que plasman y suscitan a la vez interacciones e intercambios sociales basados
en principios de libertad, justicia, democracia, tolerancia y solidaridad, que
rechazan la violencia y procuran prevenir los conflictos tratando de atacar las
causas y solucionar los problemas mediante el diálogo y la negociación,
garantizando a todas las personas el pleno ejercicio de todos los derechos”.
Todo se encuentra amparado bajo los principios constitucionales que consideran
la paz como un derecho y un deber de obligatorio cumplimiento para todos los
ciudadanos. (Proyecto de Ley 174).
La
Cátedra de la Paz, debate los asuntos más diversos en toda su extensión; abre
caminos para la solución de los conflictos fortaleciendo la inversión contra el
desequilibrio social, la injusticia y el desamparo. Para llegar a unos
resultados aceptables se posee la educación como uno de los pilares de la paz y
la escuela que a pesar de ser ajena a todo tipo de conflicto recibe a la
población objeto de violencia, intolerancia, marginalidad y abandono, porque
aunque se pretenda cuestionar su importancia, la paz anida en sus aulas.
Neverg
Londoño Arias. Eldiario.com.co. Pereira, Colombia. 23/12/14