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608. "Las ideas ya no son motor de cambio"

Entrevista con el Nobel Mario Vargas Llosa, reflexiona sobre la banalización de la civilización, la religión y el periodismo.
Bogotá, Colombia. Mario Vargas Llosa siempre ha sido un polemista y su último libro, La civilización del espectáculo, no es la excepción. Poco después de que fuera publicado, en abril pasado, sus ideas sobre la banalización de la cultura, la política y la religión encendieron un debate en el mundo de las letras hispanoamericanas. De un lado, encabezados por el escritor mexicano Jorge Volpi, estaban quienes afirmaban que en su disertación Vargas Llosa defendía “una aristocracia” intelectual, “una élite cultural”. Del otro, escritores como el peruano Alonso Cueto, para quienes se trataba de “una de las protestas más inteligentes y hermosas a un tema esencial en nuestro tiempo”.
Intelectuales en ambas orillas de la discusión, sin embargo, siempre defendieron la forma como está escrito. El libro, escogido por el diario El País, de España, como uno de los mejores ensayos en lengua española publicados en el 2012, es una minuciosa descripción del cambio de valor de las ideas y de la figura del intelectual en la era de las comunicaciones, y una crítica a la industria del entretenimiento en los tiempos que corren.
Es la primera vez que el autor viene al país tras haber recibido el máximo galardón de las letras. A los 75 años, su presencia y sus argumentos son contundentes. Durante esta charla, una decena de mujeres se fue acercando, en silencio, a la mesa donde Vargas Llosa se encontraba para escucharlo. “Un auditorio, ¡qué se cree usted!”, exclamó él.
Su libro ‘La civilización del espectáculo’ ha generado mucho debate. Hay quienes dicen que usted se lamenta del fin de la figura del intelectual.
Bueno, que se estén acabando y que lo lamento muchísimo, es verdad. Y no solamente la desaparición del intelectual. Hoy, las ideas parecen no ser el motor de los cambios, de las transformaciones sociales o culturales. Los descubrimientos y avances tecnológicos se consideran el motor del progreso y de la vida cultural. Y creo que esa es una gravísima equivocación. Es convertir a los especialistas en el motor del desarrollo, pero el especialista no es un hombre de ideas. Es alguien que forma parte de un mecanismo, de un engranaje, y aunque es una pieza esencial de ese engranaje, lo fundamental es quién maneja al engranaje, qué orientación le da, qué piensa sacar de él. Y esa es la función de la cultura, salvo que se convierta en espectáculo. No estoy diciendo que la cultura vaya a desaparecer. Lo que digo es que se ha convertido en la preocupación de una minoría y con una influencia decreciente en la vida y el conjunto de la sociedad.
Y si han sido alienados del debate público, ¿por qué ha persistido usted?
Porque yo me formé así. Descubrí mi vocación en una época en la que la mayoría de jóvenes que descubrían la literatura, la cultura, las actividades creativas pensaban que cierta participación en la vida cívica era inseparable de una vocación literaria, creativa o artística. En mi época teníamos la sensación de que las ideas importaban, la cultura tenía una influencia muy grande, no solamente en el desarrollo de una sociedad, sino en sus valores sociales, culturales, políticos y espirituales. Eso hoy no se cree, ha pasado a ser una cosa obsoleta. Los jóvenes artistas y escritores piensan que su participación no puede ser decisiva para cambiar la historia y la vida. Se han confinado en especialidades de la cultura y, además, con una visión muy inmediatista.
Pero hoy los líderes de opinión están en las redes sociales. ¿Qué piensa de esto?
Los líderes de opinión hoy no proceden del mundo de las ideas ni de la cultura. La influencia que tienen los pensadores es muy indirecta, muy relativa y, en la mayoría de los casos, insignificante. ¿Cuáles son las figuras públicas hoy? Ciertos artistas, deportistas y gente del mundo mediático, cuyas opiniones tienen una repercusión enorme. Por ejemplo, las opiniones de Oprah Winfrey tienen un enorme efecto en la sociedad norteamericana. Los libros que entran a su programa ya tienen un auditorio ganado. Esa es la civilización del espectáculo: todo lo que es espectáculo ha pasado a ser un factor determinante, no solamente de la vida política y social, sino de la vida cultural.
Usted ha hablado sobre la función de leer ficción para crear un pensamiento crítico. ¿Qué cree que pasará con esta tradición en la cultura mediática actual?
Yo creo que uno de los efectos es que amodorra el espíritu crítico. Si los programas de televisión pasan a cumplir la función que tenía antes la cultura, lo que genera es un conformismo, una actitud de neutralidad, indiferencia o cinismo frente al statu quo. A corto y a largo plazo, esto tiene un efecto muy nocivo para la supervivencia del sistema democrático y sus instituciones, que defienden la coexistencia en la diversidad, la libertad, la renovación de los gobiernos por métodos pacíficos. En fin, todos los avances, las grandes conquistas de la civilización están amenazadas sobre su base con ese deterioro de la vida cultural en las sociedades.
Usted rompió su relación con el diario ‘El Comercio’, de Lima, por su línea editorial durante las últimas elecciones presidenciales en Perú. ¿Qué dice de la relación periodismo y política?
Tradicionalmente ha ocurrido, y va a seguir ocurriendo, que los políticos quieran llegar a un gran público a través de la prensa. Y si pueden manipularla, desde luego que lo van a hacer. Pero eso ya no depende de ellos, depende de la prensa, de si el periodismo es capaz de mantener su independencia. Pero para eso es fundamental que haya diversidad, que las ideas tengan órganos a través de los cuales expresarse y que el periodismo tenga valores éticos para darle a la libertad de expresión su verdadero sentido y contenido.
Ahora, no soy pesimista. Creo que la situación en América Latina es muchísimo mejor que en el pasado y que, incluso, en los países en los que hay problemas, todavía existe un margen de libertad muy grande. Incluso en Argentina y en Venezuela, y es muy admirable que haya órganos de prensa que han mantenido una actitud independiente, crítica, pese a las amenazas y a los quebrantos económicos que les infligen los gobiernos. Pero esos periódicos necesitan ese respaldo, porque cada vez que en un país la libertad de prensa desaparece todos los otros países están amenazados. Es un pésimo precedente y un pésimo ejemplo.
En este momento, Colombia vive un proceso de paz que ha generado un distanciamiento entre distintos sectores. ¿Cómo cree que la sociedad debería encararlo?
Creo que todo lo que conduzca a una paz verdadera es positivo y debe ser apoyado. La del Gobierno es una iniciativa audaz y arriesgada. En buena hora si llega a buen puerto. Si las Farc se desarman, si el Eln se desarma y aceptan pasar de ser grupos subversivos a partidos políticos y a respetar las reglas de juego de la legalidad y la libertad, en buena hora. Soy un poco escéptico. No va a ser fácil. Lo que representan esas minorías terroristas guerrilleras es una forma de fanatismo que no congenia con el espíritu democrático.
Usted era un crítico de la Iglesia y del catolicismo, en tanto que coartaban las libertades. Pero en el 2011 defendió la gran marcha de jóvenes por la visita del Papa a Madrid. ¿A qué se debe este cambio?
Fue una gran ingenuidad la de los liberales del siglo XIX creer que la religión iba a desaparecer con el progreso de la ciencia. La ciencia puede seguir avanzando hasta extremos absolutamente fantásticos, pero los seres humanos no pueden vivir sin cierta seguridad de que existe una trascendencia, de que no todo se termina aquí. Solo unas minorías (y unas minorías muy exiguas) pueden reemplazar la religión con la cultura, con el conocimiento. Esa es una realidad que nuestro tiempo nos ha demostrado de manera flagrante. Mire el rebrote religioso en los países de la Unión Soviética y en China.
Los grandes pensadores liberales, muchos de ellos agnósticos, siempre vieron la necesidad de una vida espiritual muy rica. Ellos temían que sin unos valores morales fuertes, el capitalismo, que trae enorme progreso, podía degenerarse. La gran crisis que estamos viviendo hoy viene, en buena parte, de la destrucción de esos valores que sostenían al capitalismo. Por eso, yo defiendo la existencia de una vida espiritual rica, pero al mismo tiempo creo que la religión no debe identificarse con el Estado, pues las religiones creen en verdades absolutas, no son tolerantes.
Después del Nobel
El ensayo ‘La civilización del espectáculo’ es el primer libro que publica el autor tras haber recibido el Nobel. Allí critica la excesiva importancia que se le da hoy al entretenimiento.
María Alejandra Pautassi. Eltiempo.com. 26/01/13

192. "La Tolerancia es mejor escudo contra la violencia"

Montevideo, Uruguay. El escritor peruano premio Nobel de Literatura Mario Vargas Llosa aseguró el viernes que la cultura de la tolerancia es el mejor escudo contra la violencia en Latinoamérica, al ser declarado Visitante Ilustre de Montevideo.
Vargas Llosa recibió la condecoración de manos de la intendenta de Montevideo, la comunista Ana Olivera, en un acto en el que tanto Olivera como el representante de la Junta Departamental manifestaron su respeto por la trayectoria del escritor y ex candidato presidencial peruano, aunque admitieron que tenían diferencias con algunas de sus ideas.
Según Vargas Llosa, el reconocimiento "es una muestra más de ese espíritu democrático, abierto, tolerante, que ha sido una de las mejores tradiciones del Uruguay, que es hoy día una realidad viviente y que está allí como un ejemplo para aquellos países latinoamericanos que todavía no han hecho suya esa cultura de la tolerancia, que es el mejor escudo que tenemos contra la violencia. Esa violencia que ha sembrado de sangre, de dolor, de sufrimiento, la historia de América Latina".
"Me llevo este título como un mandato de autenticidad, de rigor y sobre todo de ese espíritu amplio, tolerante y generoso del que soy hoy día beneficiario", aseguró.
El escritor recordó una divulgada polémica que mantuvo en la década de 1980 con el escritor uruguayo Mario Benedetti por ideas políticas, considerando que "fue un modelo de discrepancia en la amistad, de cotejo de ideas y argumentos dentro de un reconocimiento recíproco de respeto y de cordialidad, un sentimiento que nunca cesó".
"Incluso en los peores momentos de la discrepancia política esa amistad nunca cesó", aseguró.
El sábado el laureado escritor viajará a Argentina para participar de la Feria del Libro de Buenos Aires, una visita precedida por la polémica luego que intelectuales oficialistas de ese país intentaran impedir que el autor protagonizara la inauguración cultural de la exposición debido a sus posiciones políticas.
El Economista.com.mx. 15/4/2011

Elogio de la Lectura y la Ficción por Mario Vargas Llosa

Por Mario Vargas Llosa
Discurso en la ceremonia de entrega del premio Nobel de Literatura 2010
Estocolmo, Suecia.
10 de Diciembre de 2010

Reconoce la Academia, al 'creador de una obra contra los intolerantes'
México, Distrito Federal. El escritor peruano Mario Vargas Llosa ha recibido el Premio Nobel de manos del rey Carlos Gustavo de Suecia, y con él, obtuvo numerosos elogios a su prosa, "con la que transformó la literatura para crear una literatura difícil de clasificar".
El escritor sueco Per Wastberg ha descrito la obra del galardonado como una presentación de quien "nos ha llevado a través de un escenario poco familiar con una autoridad digna de la autenticidad de un explorador del siglo XIX. Él conecta la tradición narrativa de Balzac y Tolstói a los experimentos modernistas de William Faulkner”.
"El Nobel reconoce su trabajo, subraya los patrones étnicos de América Latina, dándole voz a los que no pueden hablar mediante sus actos éticos y estéticos. Presidentes y prostitutas aparecen en sus novelas. "La Fiesta del chivo" habla de Trujillo el tirano dictador de la República Dominicana. Ahí vemos el equilibrio entre la compasión y la humanidad, lo más importante de su obra", apuntó.
Al resumir el ideario de Vargas Llosa, el también presidente del Comité del Nobel sintetizó lo que las letras escritas por décadas manifiestan de su carácter: “Es un ciudadano del mundo, un marxista transformado por los errores de Castro en un liberal, un derrotado candidato presidencial que luego apareció en las estampillas de su país, un poeta épico e historiador, un satirista, un eroticista, un ensayista y columnista que opina sobre variados temas, incluidos el fútbol y el miedo a volar. Como reportero desde los puntos más importantes del mundo, recuerda a Graham Greene.
Al compararlo con Gauguin por su vertical enfrentamiento a las convenciones, diciendo que "Su rebelión contra un padre autoritario encendió su oposición contra la circunstancia que se extendió en un juvenil escape hacia la literatura y la imaginación. El rebelde sigue siendo su protagonista —también en las formas de Flora Tristán y su nieto Paul Gauguin, luchando contra las convenciones de sus tiempos, o el irlandés Roger Casement quien, en una nueva novela de Vargas Llosa, expone la esclavitud en el Congo de Leopoldo II. Nota bene, la revuelta es exitosa solo como narrativa; mientras existan padres tiránicos en nuestras vidas y sociedades, las rebeliones seguirán permanentemente".
“Vargas Llosa usa la ficción para penetrar los velos del poder y explorar las obsesiones de sus explotadores. Los pasillos de los internados y los corredores de las administraciones se oponen a los habitantes indómitos, a pesar del posterior y eventual triunfo en desafiar la regulación y la imposición. La historia destruye a los personajes de Vargas Llosa, pero no a sus conciencias”, destacó.
Sintetizando la aportación del laureado, Wastberg fue contundente: "Él cree en la fuerza de la literatura, sin ella no se podría llevar a cabo la naturaleza humana. Su obra es una obra contra el nacionalismo y contra los intoleracntes. No sólo en su país, sino en todo el mundo. Esto porque es más fácil someter a la gente que no lee mucho", manifestó.
"En América Latina, los escritores están cargados del deber moral de no colaborar con la injusticia. Pero la demanda por compromiso puede mellar el deseo y la imaginación. Las novelas de Vargas Llosa nunca se rinden ante un dictado; son polifónicas y abiertas a la interpretación, poniendo énfasis en la diversidad de patrones sociales y étnicos en Latinoamérica", bosquejó.
En palabras suscintas, alabó su creación a nombre de la Academia. "Escribe sobre el amor, la ausencia de amor, sobre la violencia, sobre la búsqueda de justicia, y sin miedo de reírse de sí mismo", elogió Wastberg.
"Estimado Mario, usted ha encapsulado la historia de la sociedad del siglo XX y su obra se ha mantenido flotando en el aire durante 50 años y todavía reluce. La Academia lo felicita, acérquese y reciba el premio Nobel de Literatura de este 2010 de la mano de su Majestad, el Rey", invitó Wastberg a su colega.
Excelsior.com.mx. 10/Dic/2010

Vargas Llosa: "Una novela puede cambiar el curso de la historia"
Estocolmo, Suecia. El escritor peruano reivindicó el papel de la ficción como un placer y una forma de lucha contra las dictaduras
La ficción nos hace mejores y más libres. «Sin ella seríamos menos conscientes de la importancia de la libertad». Lo dijo Mario Vargas Llosa en su brillante y emotivo discurso de aceptación del premio Nobel de Literatura ayer en Estocolmo, que celebra la Semana del Nobel y que se cerrará el viernes con la entrega del premio por parte del rey Carlos Gustavo de Suecia.
El galardonado escritor peruano-español de 74 años, repasó su peripecia personal, literaria y política. Condenó, ante una audiencia que la televisión hizo millonaria, la tiranía allá donde se halle y de cualquier color y forma. Rememoró este ciudadano del mundo su viaje del marxismo al liberalismo. Citó a las decenas de escritores, pensadores y dramaturgos que forjaron su vocación literaria y su ideología. Habló de su fascinación por la primera Cuba revolucionaria, pero fue para condenar el fanatismo como el gran peligro de nuestros días, a su juicio capaz de acabar con nuestra civilización mediante un cataclismo nuclear.
En la parte más literaria, agradeció las enseñanzas a sus maestros: «Al Flaubert, que me enseñó que el talento es una disciplina tenaz y una larga paciencia»; y al Faulkner que le mostró «que es la forma lo que engrandece o empobrece los temas». Elogió también a Martorell, Cervantes, Dickens, Balzac, Tosltoi, Thomas Mann, Sartre, Camus, Orwell o Malraux, solo unos cuantos de los muchos talentos con los que se sentía en deuda.
Y, ante todo, defendió el derecho, el vicio, y la pasión por la literatura y la ficción como motores del progreso. «Sin las ficciones seríamos peores de lo que somos, sin los buenos libros que leímos, más conformistas, menos inquietos e insumisos, y ese espíritu crítico, motor del progreso, ni siquiera existiría», dijo un Vargas Llosa convencido de que «una novela, una obra de teatro, un ensayo pueden cambiar el curso de la historia». «La literatura crea una fraternidad dentro de la diversidad humana y eclipsa las fronteras que erigen entre hombres y mujeres la ignorancia, las ideologías, las religiones, los idiomas y la estupidez», sostuvo.
Vargas Llosa erigió el arma de la literatura contra fanatismos, tiranías o dictaduras. «Quienes dudan de que la literatura, además de sumirnos en el sueño de la belleza y la felicidad, nos alerta contra toda forma de opresión, pregúntense por qué todos los regímenes empeñados en controlar la conducta de los ciudadanos de la cuna a la tumba la temen tanto que establecen sistemas de censura para reprimirla y vigilan con tanta suspicacia a los escritores independientes». «Saben el riego que corren dejando que la imaginación corra por los libros», dijo el nuevo nobel.
La Voz de Galicia.es. 10/Dic/2010

"Novelas de Vargas Llosa nunca se someten a la dictadura"
Estocolmo, Suecia. Mario Vargas Llosa es difícil de clasificar, poeta épico, historiador, satírico y erotizante dijo el escritor y miembro de la Academia Sueca, Per Wastberg, durante su discurso previo a la entrega del galardón Premio Nobel de Literatura.
Destacó que es un escritor que abarca todos los géneros literarios, y lo consideró un "ciudadano del mundo, un marxista transformado, un candidato presidencial derrotado que aparece después en los sellos postales".
Señaló que Vargas Llosa nos ha llevado a través de ambientes que desconocemos con autoridad que tiene la autenticidad de un explorador del siglo XIX que vincula la tradición narrativa de Balsac y Tolstoi a experimentos modernistas de Faulkner.
Agregó que la rebeldía contra un padre autoritario desató oposición a las circunstancias que se extendió a escapada a literatura. "El rebelde sigue siendo su protagonista".
"Las novelas de Vargas Llosa nunca se someten ante la dictadura, son polifónicas e interpretativas, hacen hincapié en la diversidad de los patrones sociales y étnicos de América Latina, da voz a silenciados y oprimidos", remarcó.
"En "La guerra del fin del mundo" está encandilado por los fanáticos, hace una confrontación del romanticismo revolucionario juvenil y en "La fiesta del chivo" retrata al tirano de República Dominicana, los errores equilibrados con pasión y humanidad", indicó.
Agregó que Vargas Llosa tiene la habilidad poco común para describir la amistad de los hombres, castigo sádico y vanidad jerárquica, prefiere el sentido común a utopías radicales.
"El escribe sobre el amor y su ausencia, sobre la seducción de la violencia y el raro triunfo de la justicia. En otras obras es un rufián lúdico sin miedo a burlarse de sí mismo", señaló
También dijo que es un baluarte contra los prejuicios del nacionalismo intolerante y el racismo.
"El ha luchado por la libertad de expresión y los derechos humanos independientemente de la geografía y con pasión por la libertad. Usted ha encapsulado la historia del s. XX en una burbuja de imaginación, ésta se ha mantenido flotante durante 50 años y todavía reluce", afirmó.
Radio Nacional.com.pe. 9/Dic/2010

Reprochan a Vargas Llosa su elogio a la Barcelona de los años setenta
Barcelona, España. El ex presidente de la Generalitat Jordi Pujol ha reprochado hoy al escritor peruano Mario Vargas Llosa que elogiara, en su discurso de recepción del Premio Nobel en Estocolmo, la Barcelona de los años setenta, donde vivió, sin mencionar la dictadura de Franco ni la persecución del catalán En un acto organizado por la fundación democristiana Persona i Democràcia-Joaquim Xicoy, en el Auditorio del IDEC-UPF de Barcelona, Pujol ha criticado el discurso de Vargas Llosa, en el que elogió la libertad de la Barcelona en la transición y cargó contra el nacionalismo.
Según Pujol, el escritor recuerda una Cataluña y una Barcelona "maravillosa" pero que a la vez era "la Cataluña de Franco, donde estaba perseguido el catalán y había un montón de gente en la cárcel", aunque de esto Vargas Llosa "no se había enterado".
"Con Vargas Llosa no hace falta que nos enfademos", ha dicho Pujol cuando ha visto que su comentario arrancaba los aplausos del auditorio.
Abc.es. 10/Dic/2010

México según Mario Vargas Llosa

"Vargas Llosa y Liu Xiaobo, una lucha no violenta por la libertad y la democracia."
Ciudad Victoria, Tamaulipas. Mi primer encuentro con Vargas Llosa fue en “La Guerra del Fin del Mundo”, 1981, cuando apenas tenía unos veinte años. Lectura de difícil comprensión para un joven, mas sin embargo entre la religión y el mesianismo, el autoritarismo y la revuelta sebastianista y la narración de hechos históricos del Brasil del siglo XIX me cautivó su lectura y encontré a un escritor que invitaba a leer otros de sus libros, encuentro que continuó con “La Casa Verde” y “Conversaciones en la Catedral”.
Político y Autor de una vasta obra, que tras negársele por años finalmente se le reconoció con el Premio Nobel de Literatura 2010, a pesar de la evidente molestia de Alan García, presidente del Perú, ya que Mario Vargas Llosa es un crítico sistemático e incómodo del gobierno, hoy con el máximo galardón que la humanidad otorga a lo más selecto entra al exclusivo grupo de ilustrados de las letras.
Al igual que Vargas Llosa, Liu Xiaobo ,no tuvo del gobierno chino la aceptación de su premio Nobel de la Paz, sin embargo la humanidad reconoce su lucha pacífica por dos décadas en contra del autoritarismo del gobierno Chino, así como contra la falta de garantías básicas como el respeto a la libertad de expresión y elecciones libres y democráticas.
Ambos coinciden con su congruencia en el tiempo por demandar , a pesar de la represión sufrida, el respeto que se merece todo ciudadano o país para expresarse en libertad , así como el derecho a criticar , cuestionar , demandar y exigir a su gobierno condiciones democráticas y el respeto por los derechos humanos.
Haciendo memoria, Vargas Llosa a principios de los noventas, en una conferencia de prensa donde también lo acompañaba otro Nobel de Literatura, Octavio Paz, apunto lo siguiente; "México es la dictadura perfecta. La dictadura perfecta no es el comunismo. No es la URSS. No es Fidel Castro. La dictadura perfecta es México", dijo un Vargas Llosa que a estas alturas ya parecía de nuevo el político intenso de hace unos meses. México, siguió, "es la dictadura carnuflada". "Tiene las características de la dictadura: la permanencia, no de un hombre, pero sí de un partido. Y de un partido que es inarnovible", como lo atestigua El País en una nota del primero de septiembre de 1990.
Y continua,"Yo no creo", refiriéndose al PRI, "que haya en América Latina ningún caso de sistema de dictadura que haya reclutado tan eficientemente al medio intelectual, sobornándole de una manera muy sutil".
“Los mazazos de Vargas Llosa parecían no terminar. Había asombro en la audiencia. Por un lado, es casi una regla no escrita del sistema político mexicano, léase el régimen priísta, que a los extranjeros les está vedado opinar en México sobre el país. Y peor de un latinoamericano, que por lo general, huyendo de exilios y persecuciones, acude a México, en busca de asilo”.
Tras estas contundentes palabras y el prurito que le causo a “El Innombrable” presidente en ese momento de México y de triste recuerdo para la mayoría y que el día de hoy es el mentor de Peña Nieto, lanzó toda la jauría de políticos, escribanos y medios cooptados por el sistema en contra del hoy laureado premio Nobel de Literatura, exiliándolo extraoficialmente.
La persistencia del pensamiento crítico y analítico del hacer del gobierno aún en varias entidades de nuestro país, tras 80 años de dictadura perfecta, genera persecución, asesinatos, marginación y amenazas a quienes cuestionan la falta de elecciones limpias, libertad de expresión, falta de transparencia y el respeto a los elementales derechos humanos, así como por señalar la corrupción, la demagogia y el mesianismo con el que se maneja el gobernador o rey en turno.
Así como Liu Xiaobo y Vargas Llosa han sufrido persecución de sus respectivos gobiernos, en México, en concreto en algunas entidades en donde el autoritarismo aún es evidente , hay decenas de ciudadanos que debieran recibir un reconocimiento por su pensamiento crítico y valor para expresar sus ideas , en las que en muchas ocasiones podremos no estar de acuerdo en ellas, pero como ciudadanos debemos defender su derecho a expresarlas, como lo menciono Voltaire durante La Ilustración en el Siglo XVIII.
Reconozcamos a quienes por nosotros alzan la voz, critican y proponen lo que posiblemente muchos no nos atrevamos a decir en voz alta.
Agradezcamos a quienes sin intereses de por medio defienden nuestros derechos a pesar de vivir en una sociedad codiciosa, avariciosa, egoísta y con mas miedos que nunca antes.
Pensado Robles, Jorge. "El PRI es la Dictadura Perfecta". La región de Tamaulipas. México. 10/Oct/2010

"La persistencia del pensamiento crítico y la novela"
México, Distrito Federal. Ahora que el PRI prepara su regreso a Los Pinos y el presidente Felipe Calderón asegura no tener problema en devolver a un miembro de ese partido la banda presidencial, convendría recordar la descripción que el ahora premio Nobel de Literatura Mario Vargas Llosa hizo de ese partido en 1990. Y vale la pena porque justamente la Academia Sueca destacó que ese galardón le fue concedido por la cartografía de las estructuras del poder y aceradas imágenes de la resistencia, la rebelión y la derrota del individuo presentes en su obra.
Hace 20 años durante el encuentro El siglo XX: La experiencia de la libertad organizado por el poeta Octavio Paz, Mario Vargas Llosa hizo una dura crítica a las dictaduras latinoamericanas pues impedían construir por su propia naturaleza, sociedades abiertas, democráticas.
Luego de hacer un recuento de ellas aseguró que el sistema político mexicano encajaba en esa tradición dictatorial con un matiz que es más bien un agravante:
Recuerdo haber pensado muchas veces sobre el caso mexicano con ésta fórmula dijo entonces Vargas Llosa: México es la dictadura perfecta. La dictadura perfecta no es el comunismo, no es la Unión Soviética. No es la Cuba de Fidel Castro: es México, porque es una dictadura de tal modo camuflada que llega a parecer lo que no es, pero que de hecho tiene, si uno le escarba, todas las características de una dictadura.
Y el autor de La fiesta del Chivo enumeró las características de lo que para él era una dictadura: En primer término, la permanencia, no de un hombre, pero sí de un partido; un partido que es inamovible, que concede espacio para la crítica en la medida en que esa crítica le sirve, es decir, que confirma que es un partido democrático; un partido que suprime por todos los medios, incluso los peores, aquella crítica que de alguna manera pone en peligro su permanencia. Una dictadura además, que ha creado una retórica que la justifica, una retórica de izquierda, y que para desarrollarla, a lo largo de su historia reclutó muy eficientemente a los intelectuales, a la inteligencia.
Según Vargas Llosa no existía ninguna dictadura que hubiera reclutado tan eficientemente al medio intelectual, sobornándolo de una manera muy sutil, a través de trabajos y nombramientos, a través de cargos públicos, y sin exigirle una adulación sistemática como hacen los dictadores vulgares, sino por el contrario, pidiéndole más bien una actitud crítica, porque esa es la mejor manera de garantizar la permanencia de ese partido en el poder.
Recordó entonces que el partido que se mantuvo 71 años en el poder se encargaba (incluso) de financiar a los partidos opositores. Otra muestra de ese carácter dictatorial del PRI fue para Vargas Llosa que había sido incapaz de traer a México justicia social. Las tremendas desigualdades existentes en nuestro país eran producto de esa injusticia social y la corrupción, consecuencias muy similares, según el escritor peruano, a las que han tenido los sistemas dictatoriales latinoamericanos.
En aras de la democratización en nuestro país de la que entonces se hablaba, el polémico Vargas Llosa quiso poner ese proceso a prueba al decir públicamente lo que pensaba sobre los usos y abusos del poder en México.
Años después, cuando el PRI había sido derrotado en las elecciones de 2000 el ahora Nobel de literatura aseguró que México vivía ya no una dictadura perfecta sino una democracia imperfecta y eso era un gran avance.
Por desgracia la injusticia social, la corrupción y la inequitativa distribución de la riqueza persisten y la actual clase política tan proclive a saltar de partido en partido parece que sólo busca permanecer en el poder en una especie de gatopardismo en el que todo cambia para que todo siga igual.
Los dueños de la verdad o la de aquellos que quieren imponer la suya a los demás; los que exterminan y persiguen a los opositores; la naturaleza del poder absoluto y sus mecanismos para perpetuarse se encuentran en libros como La guerra del fin del mundo, Conversación en la catedral y La fiesta del Chivo, novelas que aun retratan las estructuras del poder autoritario, sus costumbres y sus ondas expansivas que no se han podido erradicar de nuestras sociedades. La novedad de estas novelas es que esas estructuras siguen vivas con mecanismos más sutiles quizá y nos confirman que las prácticas democráticas son el único antídoto contra las tentaciones autoritarias.
Aranda Luna, Javier. "La persistencia del pensamiento crítico y la novela". La Jornada. México. 11/Oct/2010

"Vargas Llosa, el liberal"
Quito, Ecuador. A no pocos “intelectuales” les habrá contrariado el Nobel de literatura a Mario Vargas Llosa. Algunos estarán aún sumergidos en desconcierto, porque habituado como está la mayoría del gremio a hacer de las letras un folletín de propaganda en favor de utopías sanguinarias, la noticia no encaja en su vocación de servidumbre al poder, y Vargas es el más notable pensador liberal latinoamericano, crítico implacable de ese poder. El peruano fue el líder de la ruptura de los escritores de mayor prestigio del mundo con la dictadura cubana, en el ya lejano 1971, cuando el escándalo de la prisión del poeta Heberto Padilla, y su “confesión” obtenida en los calabozos de la dictadura, por los métodos más turbios del estalinismo tropical.
La obra de Vargas esperaba el reconocimiento del premio Nobel. Desde “La Ciudad y los perros”, hasta “La Fiesta del Chivo”, desde “La Casa Verde” hasta “Lituma en los Andes” o “La Conversación el la Catedral”, su obra es una meditación sobre el poder, un genial sarcasmo contra la soberbia, una exploración de la compleja sociedad latinoamericana, de sus secretos, angustias e hipocresías. En el ensayo y en la crónica, lo de Vargas Llosa es un infatigable alegato en favor de la libertad, y un duro y certero juicio sobre dictaduras y despotismos, que desde hace años cae como balde agua fría en un ambiente en que lo usual es la abdicación de las ideas en beneficio de caudillos y santones. Por eso, Vargas Llosa incomoda a muchos, pero, la tarea del escritor quizá sea esa: incomodar, romper los mitos, hacer cuestión de todo y poner de manifiesto la verdad. O la belleza, o la miseria, en todo caso, la dimensión concreta de la humanidad.
Zavalita, el personaje de “Conversación en la Catedral”, oscilando entre el cinismo y la frustración, se preguntaba “¿a qué horas se jodió el Perú?” Desde entonces, cuarenta años ya, el tema sigue pendiente, solo que ahora la pregunta es de todos y más acuciante y actual. Y la respuesta es, seguramente, la misma que se daba por entonces Zavalita “todos jodidos, no hay solución.” Cuando Vargas Llosa escribió ese diálogo, que puede discurrir, entre cervezas y cigarrillos, en cualquier picantería de Lima o de Quito, tocó las fibras de los países mestizos y, en esa frase sumaria y genial, encapsuló las historias, las visiones y las certezas de todos los Zavalitas que son los hombres comunes, los desempleados, los soñadores, los curiosos de la vida, los que, desde siempre, ven al poder como adversario.
Vargas Llosa hizo de la literatura un bastión de libertades, una herramienta, un arma contra los sables y las utopías. Las letras, en el más clásico sentido de la palabra, son su pasión. Su rigor, su constancia, la lealtad a una idea, su compromiso contra poderes y dictaduras son el mejor testimonio de un peruano universal.
Corral, Fabián. "Vargas Llosa, el liberal". El Comercio.com. Ecuador. 11/Oct/2010

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