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604. Tolstói, el maestro de Gandhi


Madrid, España. Apunten esta fecha: 7 de septiembre de 1910. Pocas semanas antes de morir en la estación de tren de Astapovo, Lev Tolstói escribe la última de sus cartas a Mahatma Gandhi. El futuro padre de la independencia de la India vivía entonces en Sudáfrica, controlada por las metrópolis europeas, donde luchaba por los derechos de los indios que trabajaban en ese país.
"Requerir que cese toda aplicación obligatoria de impuestos, así como la abolición de todas las instituciones legales y de la policía y, por encima de todo, de las instituciones militares". Esas eran algunas de las recetas del escritor ruso, pero no sólo para ese país africano, sino para todo el mundo. Para entendernos: Tolstói estaba echado al monte.
El autor de Guerra y paz se había radicalizado en los últimos años de su vida, como demuestra la lectura de El reino de Dios está en vosotros (1890-1893), ensayo casi inédito en España (la anterior traducción se hizo en 1902) que la editorial Kairos publica ahora. "Su lectura me abrumó. Me marcó para siempre", admitió Gandhi, cuya primera carta a Tolstói, recogida en la nueva edición del ensayo, data de 1901.
De la nobleza a la barricada
Lo curioso es que nada hacía presagiar que el novelista, descendiente de la más antigua nobleza rusa (su padre era conde y su madre princesa), pudiera acabar influyendo decisivamente en el pensamiento del célebre revolucionario indio.
Tras pasar por el Ejército y dedicarse con tremendo éxito a la literatura, Tolstói sufrió una "terrible crisis existencial y espiritual que lo sume en una profunda depresión, y que lo lleva al borde del suicidio", recuerda Joaquín Fernández-Valdés, traductor de El reino de Dios está en vosotros. "Siente un abismo y necesita encontrar un sentido a la vida. Busca frenéticamente respuestas en la ciencia y en la filosofía primero, y en la Iglesia ortodoxa después. Muy decepcionado por lo que halla en todas ellas, investiga entonces en la fuente original del cristianismo: las sagradas escrituras", apunta Fernández-Valdés.
Ahí surgió el chispazo en la cabeza del escritor. El autor de La muerte de Iván Ilich concluyó que las enseñanzas pacifistas que Cristo impartió en el Sermón de la Montaña fueron traicionadas por la Iglesia. Preso de ira, abandonó progresivamente la ficción y se centró en la publicación de panfletos de agitación político-religiosa. Su descomunal fama no evitó que El reino de Dios está en vosotros fuera censurado en Rusia "aunque corrió de mano en mano clandestinamente", apunta su traductor- y que se publicara con éxito en países como Inglaterra, Francia, Alemania y EEUU.
Tolstói arremetió en el libro contra la Iglesia, por conciliar violencia y religión, y el Estado, que sólo sirve para oprimir a la población en beneficio de unos pocos. "Ni la banda del malhechores más despiadada es tan terrible como una organización estatal", escribió sin tapujos.
Influido por el ensayo Henry David Thoreau La desobediencia civil, plasmó también su particular visión sobre la doctrina de la no violencia, convirtiéndose en una mezcla de filósofo anarcopacifista e ideólogo cristiano libertario. "El auténtico cristianismo la doctrina de la resignación, del perdón a las ofensas y el amor y el Estado con toda su pompa, su violencia, sus ejecuciones y sus guerras son dos conceptos irreconciliables. La profesión del auténtico cristianismo no sólo excluye la posibilidad de reconocer el Estado, sino que destruye sus cimientos", bramó el novelista ruso.
La lectura del libro inflamó el pensamiento de Gandhi. La correspondencia entre ambos se inició el 10 de noviembre de 1901. Gandhi le escribe desde Londres para hablarle sobre la lucha de los indios en la provincia sudafricana de Transvaal, donde ya se estaba cocinando el experimento sudafricano conocido posteriormente como Apartheid.
Y ya puestos pidió a Tolstói que utilizara "su influencia" para popularizar el movimiento de resistencia. "De tener éxito no sólo sería un triunfo de la religión, el amor y la verdad sobre la irreligión, el odio y la falsedad, sino que muy probablemente sirviera como ejemplo para los millones de seres que viven en la India, o para gentes en otras partes del mundo que pudieran estar oprimidas, y que ciertamente significaría un avance de cara a acabar con la violencia, al menos en la India. Si aguantáramos hasta el final, como creo que seremos capaces de hacer, tengo pocas dudas acerca del éxito final", escribe Gandhi sobre una lucha sin cuartel que desafiaba abiertamente las leyes racistas con actos de desobediencia pacífica reprimidos a lo bestia por las autoridades coloniales.
Vía revolucionaria
Lev Tolstói, que a lo largo de su vida escribió nada menos que 10.000 cartas a personajes tan variopintos como el zar Nicolás II, el poeta Rainer Maria Rilke y al escritor George Bernard Shaw, no tardó en responder a Gandhi. "¡Que Dios ayude a nuestros queridos hermanos y colegas del Transvaal! También entre nosotros se deja sentir intensamente esa lucha entre gentileza y brutalidad, entre humildad y amor, orgullo y violencia, sobre todo en el choque entre deber religioso y las leyes del Estado, expresado en la negación a prestar el servicio militar. Esas negaciones se producen cada vez con mayor asiduidad", escribió aludiendo a los rusos que se negaban a servir en el Ejército de su país.
En la larguísima carta que puso fin en septiembre de 1910 a la correspondencia entre los dos hombres, Lev Tolstói disertó a fondo sobre la táctica que popularizaría Gandhi años después en la India ocupada: la resistencia no violenta. "La vida de las naciones cristianas presenta una contradicción entre el amar, que debería prescribir la ley de conducta, y el uso de la fuerza, que puede reconocerse bajo diversas formas, como gobiernos, tribunales y ejércitos, que se aceptan como necesarios y apreciados", escribe. ¿Y contra las porras y la represión? Una buena dosis de amor, concluyó enfebrecido el novelista ruso: "Lo que denominamos la renuncia a toda oposición mediante la fuerza, simplemente implica la doctrina de la ley del amor no pervertida por sofismas la ley del amor deja de ser válida si se defiende por la fuerza".
Tolstói zanjó su incendiaria misiva profetizando que la no violencia acabará convirtiéndose en el arma revolucionaria que haría tambalear a los poderosos: "Los gobiernos saben de dónde procede la mayor de sus amenazas y permanecen en guardia y ojo avizor, no sólo para preservar sus intereses, sino también para proteger su propia existencia". Lo que sonaba a bravata y a idealización ingenua del amor y la resistencia pasiva, acabaría transformándose en un movimiento de masas que, liderado por Mahatma Gandhi, se llevaría por delante al todopoderoso Ejército británico que ocupaba la India. Quizás las autoridades británicas se arrepintieran a posteriori de no haber controlado la correspondencia de Gandhi.
Carlos Prieto. Público.es. 06/02/12

Para saber más:
Lev Tolstói. El reino de dios está en vosotros. Editorial Kairós. Barcelona. 2010
Contiene la correspondencia completa en español entre Tolstói y Gandhi

Leon Tolstoi, un hombre santo a más de 100 años de su muerte
Lima, Perú. Presentamos una breve lectura de la vida y obra del novelista y moralista ruso, Leon Tolstoi (1828-1910) a más de 100 años de su muerte. El libro "Todos los Santos" de Robert Elisberg nos muestra a Tolstoi, en su aspecto positivo, y donde enseña un cristianismo depurado basado en la creencia en un Dios interior "muy activo en el corazón de nuestro corazón", Dios interior que se manifiesta como espíritu de amor y que, como tal, está presente en el espíritu de cada ser humano.
El conde Leon Tolstoi nació en el año 1828 en el seno de una familia adinerada y aristocrática. A los dieciséis años abandonó su fe ortodoxa de la niñez. Según lo narró él mismo, pasó gran parte de su juventud en persecución del placer, la gratificación sensual y vanas distracciones. Luego de servir como oficial militar en la guerra de Crimea, y de viajar al extranjero, se estableció con su esposa, Sonia, en la propiedad de su familia, Yasnaya Polyana. Allí se dedicó a la escritura que habría de traerle tanta fama y aún mayor riqueza. Sus “La guerra y la paz” y “Ana Karenina” fueron aclamadas de inmediato como obras de un genio, entre las más grandes novelas escritas.
Y, sin embargo, a pesar de su éxito, Tolstoi estaba obsesionado por una enfermedad subyacente: el ansia por encontrar un sentido más profundo de la vida. Se hallaba afectado por la vieja sospecha de que estos sentimientos de vacío eran desconocidos entre los campesinos. Emulando sus vidas de pobreza, trabajo y simple fe, esperaba hallar el secreto de la felicidad que de otra manera parecía eludir a los miembros de la clase privilegiada.
Así, Tolstoi profesó en forma pública su retorno a la fe ortodoxa. Éste se reflejó de inmediato en la naturaleza de sus escritos. No sintió que fuese apropiado, ya, escribir novelas "vanas". Sus escritos futuros debían servir a sus convicciones religiosas. Pero se vio envuelto asimismo en tensiones personales y públicas y controversias, comenzado por su vida familiar, Sonia, la madre de sus trece hijos, que había servido fielmente como asistente literaria tanto como esposa devota, halló imposible simpatizar con sus obsesiones religiosas. Encontraba que Tolstoi estaba desatendiendo de manera imprudente el bienestar y los intereses de su propia familia.
Esta discordia era sólo un íntimo reflejo de la lucha interna del propio Tolstoi. Esta lucha por obtener coherencia entre sus ideales y su vida continuó sin disminución por el resto de sus días. Su estudio de los Evangelios lo llevó de manera creciente a la convicción de que la verdadera esencia del cristianismo se hallaba recubierta por una costra debido al dogmatismo, al ritual y la subordinación a la autoridad secular. El corazón del Evangelio, en su opinión, había que hallarlo en el Sermón de la Montaña, con temas tales como el de la presencia del Reino de Dios dentro de cada alma, el consejo de la pobreza voluntaria y la no resistencia al mal, y la "ley del amor". Atacó a la Iglesia ortodoxa por desatender estos principios y, como represalia, fue excomulgado en el año 1901.
Tolstoi donó su propiedad a sus hijos, renunció a los derechos de sus escritos religiosos, se vistió como un campesino y se dedicó a trabajar varias horas por día en el campo. En su obra ¿Qué debe hacerse? había enunciado en forma clara su filosofía de que era necesario ganarse la vida por medio del trabajo, la convicción de que cada persona debía llevar a cabo alguna labor física para mantener su existencia. La filantropía no era suficiente. Ésta podía compararse, dijo, a un hombre montado sobre un caballo sobrecargado, que intenta aligerar el peso del animal, sacando unas pocas monedas de su bolsa cuando lo esencial seria desmontar.
Tolstoi escribió de forma extensa sobre la filosofía de la no violencia y la desobediencia civil. Entre sus ávidos lectores se encontraba un joven abogado indio de Sudáfrica, Mohandas Gandhi, que se volvería, indiscutiblemente, su discípulo e intérprete más efectivo. En cuanto a sí mismo, Tolstoi permaneció obsesionado por la noción de que él estaba meramente actuando su papel como cristiano.
El 28 de octubre de 1910, a los ochenta y dos años, Tolstoi escapó de su hogar, acompañado sólo por el médico de la familia. En una nota a Sonia escribió: "Hago lo que la gente de mi edad hace a menudo: abandonar el mundo para pasar mis últimos días sólo y en silencio." Esta extraña huida hacia la soledad no lo condujo lejos. El 10 de noviembre cayó enfermo mientras viajaba en tren. Se detuvo en Astapova y fue llevado a la casa del jefe de estación. Allí se descubrió su identidad rápidamente. En pocos días una muchedumbre de discípulos, curiosos, periodistas y miembros de la familia habían convergido en este oscuro pueblo para estar presente a lado del lecho de muerte de un gran hombre. Sus últimas palabras fueron: "Buscar, siempre buscar." Murió el 20 de noviembre de 1910.
Blogpucp.edu. 19/11/10

La autoridad moral de Tolstói
Madrid, España. Las epopeyas y la literatura de nuestro mundo clásico fueron obras de auténticos maestros: hombres que poseían una «autoridad moral». No escribían para entretener a un pueblo ocioso y aburrido, sino para comunicar a sus lectores una experiencia de la vida.
Presentar un debate sobre el Escritor como Autoridad Moral sería un acontecimiento en este centenario de Tolstói, porque nadie parece saber ya lo que eso significa. Ahí estamos los escritores, orgullosos de nuestros premios o nuestras cifras de venta. ¿Qué significamos para la fe de los hombres? ¿Qué valores proponemos a la sociedad? ¿Qué somos más que vendedores de historias de papel?
El mundo occidental, falto de fe y de autoridad moral, va dejando inmensos desiertos de ideas y valores en el alma de los hombres. Y esas landas áridas de desengaño y aburrimiento son claramente visibles por cualquier enemigo que tenga un mínimo de inteligencia y de fuerza. Los desiertos morales son siempre «espacios conquistables». No es extraño que los fanáticos redoblen sus golpes y sus asaltos en esos vacíos donde ven la flaqueza de su enemigo. Hace muchos años, un camellero del Sahara me enseñó que los hombres del desierto transmiten a sus hijos una sabia y prudente cautela: si el jeque no construye una ciudadela en la roca más alta, la comarca será invadida, tarde o temprano, por una tribu de bandidos.
La no violencia
Cuando Gandhi inició la lucha por la independencia de la India y la fundamentó en la no violencia, eligió la vía de la «autoridad moral». Y Churchill y Mountbatten –sus adversarios políticos– se dieron cuenta pronto de que estaban perdidos ante aquel profeta que vestía como un paria pero que sabía ocupar las alturas de la ciudadela… Y así ocurrió que los propios británicos fueron conquistados por la autoridad moral de Gandhi. He tenido en mis manos los libros que Gandhi enviaba a su maestro Tolstói y que se conservan en la biblioteca de Iásnaia Poliana.
Los británicos perdieron el Imperio en esa batalla intelectual porque son un pueblo que entiende –o entendió siempre– el lenguaje de la «autoridad moral». Y no habrían perdido jamás la batalla en una guerra convencional. Hitler fue ajusticiado en una guerra con Inglaterra y Estados Unidos, pero Gandhi no perdió la suya.
Gandhi fue asesinado, sin embargo, por un fanático musulmán. Y hoy reaparece ese problema que nos afecta tanto a nosotros como a los propios musulmanes liberales. Hay unos fanáticos que se disfrazan de «autoridad moral» y seducen a las masas. ¿Qué tenemos nosotros para oponerles?
El materialismo nos destruye y nos arrastra en su caída por falta de valores. Y, al otro lado, en nuestro desierto moral sin ciudadelas, el fanatismo siempre encontrará supersticiones para exaltar a terroristas y kamikazes. No nos servirán las bonitas razones del «sereno ateísmo racionalista» para luchar contra esa barbarie.
Tolstói fue ya un precursor en esta batalla, cuando se rebeló contra la frialdad racionalista y la tibieza del relativismo moderno. Tenemos que responder con nuestro corazón y nuestra fe. Este es un reto que, en estas fechas del centenario de Tolstói, se plantea claramente a los jóvenes.
No sé si un contemporáneo puede presumir de conocer mejor a un maestro por haberlo tratado personalmente. Yo tuve que conformarme con leer pacientemente obras, biografías y cartas de Tolstói, buscando a sus amigos y discípulos, recorriendo su mundo y visitando muchas veces sus casas en Rusia.
La oscuridad de los siglos
Me dolía en el alma comprobar que mis coetáneos hablaban de Tolstói como si fuese un resto arqueológico perdido en la oscuridad de los siglos. Me apenaba ver cómo inculcaban a los jóvenes una imagen lejana y empolvada del maestro, creando una falsa distancia que los expertos del oscurantismo iban ahumando intencionadamente para crear un efecto tenebroso. Me daba cuenta de que, en el escaparate del mundo materialista moderno, hay expertos en ensombrecer y ocultar, igual que hay especialistas en iluminar. Es muy fácil dirigir un foco a un escenario para dar fuerza a un figurante y, por el contrario, oscurecer a una primera figura apagándole las luces. Ni comunistas ni capitalistas, ni piadosos ni ateos amaban la figura de Tolstói, el viejo profeta ruso que, leyendo el Evangelio de San Mateo, había fundamentado una filosofía de la no violencia. Y, al final de su vida, muchos le consideraban un viejo loco, más que un maestro; sobre todo desde que –a causa de sus ideas místicas pero rebeldes– había sido excomulgado por la Iglesia rusa.
Pero, a pesar de que el burdo materialismo del siglo XX quería apartarnos del pasado espiritual de Europa y pretendía entretenernos con fuegos artificiales, algunos nos dábamos cuenta de que Tolstói no estaba tan lejos y que sus diatribas contra la caída de los valores y la falta de fe eran apasionantes. Porque la «autoridad moral» no sólo es el fundamento de la política sino también la base conmovedora de la gran Literatura.
No todo el pasado se había hundido en las tinieblas y en la lejanía, como querían hacernos creer los vendedores de «novedades». Alexandra Lvovna Tolstaia –la hija de Tolstói– vivía en Valley Cottage en 1972, cuando pude conocer a esta fiel compañera de su última y desesperada fuga. Era ya casi nonagenaria, pero aún se ocupaba de los huérfanos y de los emigrantes y, en la Tolstoy Foundation, mantenía vivos los ideales pedagógicos, humanistas y morales de su padre. Fue ella quien ayudó a Nabokov y a Rachmaninoff a huir de los bolcheviques.
Me conmovió la presencia del «pensamiento» de Tolstói in partibus infidelium, porque allí, en Estados Unidos, estaban también los más fuertes y optimistas promotores de la nueva revolución capitalista y los apóstoles del olvido de los valores del Viejo Mundo. Occidente ha producido buena parte de la propaganda materialista e inmoral que hemos consumido con avidez; sobre todo desde que los títeres del Telón de Acero dejaron de representarse cuando se les derrumbó el teatro.
Los muertos están muy vivos
Y, sin embargo, los norteamericanos no han perdido sus símbolos de identidad cultural ni sus valores. Creen en sus precursores y en sus pioneros, mantienen su fe y defienden hasta el heroísmo a un país gobernado democráticamente para que la política no corrompa los ideales de la cultura…
«Grave and hesitating, grave y titubeando –leemos en Whitman– escribo estas palabras: Los muertos están vivos. Quizá son los únicos vivos, los únicos reales, y yo el aparecido, yo el fantasma.»
¿Sentiremos esa vergüenza los europeos al conmemorar el centenario de Tolstói? ¿Tendremos la valentía de proclamar que nuestros muertos también están vivos?
Quizá ya es tarde para Tolstói e, incluso, para Nietzsche, que sería más duro con ciertos filántropos de la política (ahora les llaman «buenistas»). Hemos perdido la idea del bien común que fue tan importante para el cristianismo y para Tolstói: «El reino de Dios está en vosotros». Pero el bien común implicaba deberes y derechos, mientras que el «buenismo filantrópico» consistió siempre en dar lo que nos pidan, sin responsabilidad ni criterio, para que nos dejen tranquilos…
No nos respetamos a nosotros mismos –diría Tolstói– y por eso no sabemos amar… Hemos creado un mundo capaz de globalizar una enorme riqueza material, pero somos incapaces de globalizar la infinita riqueza moral y espiritual que tenemos en nuestra ciencia y en nuestra cultura…
¿Esperamos acaso que la felicidad universal se parezca a la posesión espasmódica de la riqueza material?… ¿Nadie lee ya el Evangelio de San Juan?: «El conocimiento de la verdad es lo que os hará libres»… Medio mundo cree en verdades fanáticas sin libertad. Y el otro medio busca una experiencia de la libertad sin verdad.
No son los políticos los que pueden recuperar los valores de nuestra cultura, sino que se necesitan «autoridades morales»…
Mauricio Wiesenthal. Autor del libro: “El viejo León Tolstói. Un retrato literario”.
Mauricio Wiesenthal. abc.es. 19/11/10

554. “¡Basta!: una democracia diferente, un orden mundial distinto”. Nuevo libro de Federico Mayor Zaragoza


¡Basta!: una democracia diferente, un orden mundial distinto
Federico Mayor Zaragoza
Editorial Espasa
2012
"El verdadero rescate que el mundo necesita ha de ser moral y ético"
Una exposición del pensamiento de Federico Mayor Zaragoza, articulada a partir de los grandes temas alrededor de los cuales ha centrado su actividad en defensa de los derechos humanos: el rearme a partir de valores universales como la tolerancia y la solidaridad; la lucha frente a las imposiciones del mercado; la reivindicación de un mundo de todos; el balance de una globalización despiadada impuesta por los plutócratas de Occidente; la necesidad de una cultura de la paz. Constatado el fracaso del neoliberalismo, se hace necesario devolver el poder a las instituciones e impedir que el destino de millones de seres humanos continúe siendo gestionado por unos pocos que han santicado el poder de los mercados y siguen sus directrices. La protesta constructiva pero contundente es ahora, más que nunca, necesaria.

526. Moral, consciencia, ley y Paz

Opinión Invitada
Moral, consciencia, ley y Paz
Fernando H. Ferrara
Hoy en tiempos de problemas económicos de los países más ricos, porque los países pobres siempre tienen problemas económicos, es obvio pensar que estos países sustentables van a luchar por no perder su riqueza ni su modus vivendi al que están acostumbrados. La historia nos ha presentado que lo que sigue a estos actos casi siempre es la guerra y la violencia que genera la explotación de los más vulnerables, pues eso hace que sigan las economías funcionando, y mediante una explotación más severa se pueden revertir las tendencias económicas negativas. Ahora vemos que el tratar de mantener o mejorar el estándar de vida por medios violentos produce sufrimiento en la sociedad, la ambición del hombre como único fin individual produce la guerra.
Claro, la guerra es solo quizás una de las más grandes expresiones de violencia, pero hay otras igual de violentas enclavadas en nuestras culturas y esqueleto social, la pobreza, la desigualdad, el racismo, la explotación de mujeres, hombres de todas las edades y de la naturaleza, por los seres humanos. Sabemos pues que en los problemas económicos severos, el mundo pierde humanismo, pues el interés espiritual se pierde y evolucionamos hacia una conciencia más laxa, poniendo el valor económico por encima del valor Moral y esto genera que la paz deje de existir. Cuando los seres humanos ponemos nuestro bienestar individual por sobre la moral, o como quien dice cuando los medios de acciones negativas se justifican por fines egoístas, individualistas o simulaciones de acciones de bienestar colectivo, es cuando sucumbe el estado de Paz.
Hoy se ha demostrado parcialmente que la pobreza es mejor (la pobreza a cambiado) que hace 50 años, el movimiento humano, el  urbanismo ha producido bienestar a la pobreza, hoy la pobreza es menos pobre, en fin mejoramos, pero por otro lado se ha desatado la violencia, pues ahora todos tienen derechos y posibilidades de obtenerlo todo, el problema esta en que unos lo hacemos por explotación y otros lo hacemos  cometiendo crímenes o con acciones que laceran y hacen sufrir a la sociedad, robando, secuestrando, extorsionando, vendiendo droga…etc. Con estas formas o medios se puede conseguir todo, si mi vecino tiene un auto yo también lo merezco, ¿no es cierto que todos merecemos un auto? Si es cierto, si la respuesta es que si lo merecemos pues entonces es valido el tenerlo, ¿Por ello se justifica el obtenerlo de cualquier manera? Nuestra respuesta es no, de forma inadecuada no lo es. Si la meta de tener un auto es positivo y la forma de obtenerlo es negativo y lo hacemos tenemos una dualidad moral que nos confunde y a lo que Emile Durkheim llamo Anomia (sin norma o perversidad).
Cabe señalar que criminales hoy valoran la vida con el poder que dan las armas, con el vicio del alcohol, con conductas machistas, con hedonismo puro y con evasión de la realidad que da el consumo de drogas, y solo encuentran mas sufrimiento interno y así desean desquitarse y que los otros sufran mas que ellos a manera de justificación y así se llega a la malignidad y perversión máxima, al sin sentido de la conducta negativa humana. Esto es el fenómeno absurdo de violencia en que vivimos.
*En abril de este año tuve el privilegio de ser invitado a Birmingham Alabama USA por uno de los grandes maestros de la Noviolencia en el mundo de hoy, Narayan Desai, hombre de 87 años de edad y luchador incansable de las enseñanzas de Gandhi. Narayan fue único hijo del primer secretario de Gandhi,  Mahadev Desai y por ello tubo el privilegio de vivir hasta los 23 años de edad detrás de la casa de Mahatma Gandhi y  haber trabajado con el movimiento de independencia, aun más estuvo en huelga de hambre con Gandhi en la cárcel.
Después de las conferencias y ya entrada la noche, el maestro  Narayan y yo nos pusimos a platicar como suele hacer todo mundo después de la cena, como lo hacen los amigos, aunque yo me siento mas discípulo y después amigo que otra cosa. Por supuesto yo era el que preguntaba y el mi maestro me compartía su sabiduría.
En esta conversación la primera  pregunta fue:  ¿Qué tiene que ver las leyes  y su aplicación en la disminución de la violencia en el mundo y la búsqueda de la Paz?
Su respuesta fue inmediata y me dijo así:
“En realidad las leyes solo sirven para marcar limites a las conductas de las personas, pero eso no garantiza su eficacia. Las leyes son creadas cuando la moral falta en el individuo o en la sociedad, y pretenden al crear leyes mas complejas todos los días y equivocadamente, substituir esta moral perdida
Luego me pregunta: ¿Cuándo hemos visto que una ley fuera justo remplazo de una moral? ¿Las leyes pueden sustituir la moral?
Para mi sorpresa contesto el mismo su pregunta así:
"Yo nunca lo he visto que la moral se restablezca mediante la creación y aplicación de  leyes, ni a través de ella se garantice la Paz”.
Continuó y me dijo, “La moral es la mayor riqueza que un individuo o sociedad pueda tener y solo con ella se puede vivir en Paz y con menos violencia”
Estas respuestas de sus preguntas, para mi fueron suficientes para recapacitarlas por mucho tiempo, el entender y digerir bien esta visión sabia  me llevaría meses en asimilarla. Continuamos por largo rato en preguntas y respuestas, pero para ser sincero, mi mente ya no quiso escuchar nada mas, con esto mi tarea larga estaba garantizada para mucho tiempo.
Si bien Moral quiere decir costumbre, esto no quiere decir que todas las Morales o costumbres son buenas, pues existen acciones en la moral (costumbre) que son malas, por ende la palabra moral por si sola no define si es positiva o negativa. Al igual lo positivo o no de una moral, se debe de valuar a través del *tiempo pues lo que hoy es positivo quizás mañana no lo sea. Por ello la calificación de acciones morales, más que el simple calificativo de buena o mala debe de verse como dinámicas y evolutivas, estas se pueden dividir en virtuosa o constructiva de bieneidad, o perniciosa o destructiva  y maléficas.  A veces cuando hablamos o percibimos de una doble moral, nos enseña y nos da la razón que si existen diferentes morales. A la moral a que nos referiremos  en adelante es a las acciones de bieneidad, a lo inmoral a la acciones negativas o destructivas.
Observado de esta manera las acciones morales, las virtuosas son aquellas que construyen, ya sea a un mejor  individuo o a una mejor sociedad, sin embargo esto no garantiza que al final todo vaya a ser positivo.
Por ello debemos de  cambiar nuestra visión y entender que las acciones morales virtuosas contiene una potencialidad que nos lleva a tender a  la creación de un Statu quo de bieneidad futuro y las perniciosas o negativas nos llevan a la tendencia de la creación de un Statu quo de maldad y violencia futura. A este respecto podíamos usar la palabra retribución, o sea que las acciones pasadas mas inmediatas o mas lejanas retribuyen positiva o negativamente al Statu quo dinámico modificándolo perpetuamente.
En relación a una cronología las acciones las veríamos así : se pierde la moral, se ejecuta el delito y se aplica la ley. Aunque las leyes sean con intención de prevenir el delito, la ley siempre se aplica después del delito y nunca antes y si vemos y trabajamos la moral el delito jamás se cometería, por lo tanto solo la moral verdaderamente previene el delito.
Entendámoslo de esta manera, hoy en nuestra sociedad Mexicana hemos querido combatir con violencia al horripilante y violento crimen organizado, hoy vemos que nuestras acciones y energía se encaminan a una guerra frontal de violencia contra violencia, y vaya que tenemos siglos de saber que la lucha violenta contra la violencia solo crea mas violencia.
Para que una acción sea positiva, su fin y sus medios deben de justificarse por si solos y ser positivos los dos, un medio negativo jamás se justificara por si mismo, será siempre negativo.
Aunque la violencia usada contra la violencia del crimen organizado tiende a que a futuro tengamos menos violencia al verse disminuido el crimen este, esa misma violencia nos enseña que bajo esa visión podríamos  justificar la violencia como medio, para un fin positivo el combatir al crimen y eso a futuro creara una tendencia que nos retribuirá solo de violencia. Así pensemos e imaginemos un instante que en ves de violencia contra violencia, pudiéramos resolverlo con el perdón, o con amor, o con compasión, o con trabajo y ejemplo, entonces los medios serían positivos y la retribución a futuro sería una tendencia positiva de modificación del Statu quo de violencia.
El uso de la violencia contra la violencia, aun justificada, no modifica la moral de la comunidad pues quiere corregir los síntomas y no las causas, y como ya lo dijimos la perdida de moral es lo que genera violencia.
Hoy la balanza de energía gastada se inclina a resolver la violencia con la aplicación de lo legal y punitivo y no el cambio de la moral y conducta social. Me llama la atención que el juramento que nuestra constitución hace como requisito de únicos deberes para quien nos gobierna es “Protesto guardar y hacer guardar las leyes constitucionales”.  Lamento tener que aceptar que están cumpliendo bien con el juramento, pero lo que esta mal es el contenido del juramento,  pues esta mal enfocado como remedio de la violencia que vivimos actualmente, ya que el hacer cumplir las leyes no es lo que necesitamos como sociedad, como dijo Narayan Desai es nuestra transformación hacia una sociedad moral lo que en realidad nos beneficiara.
Hoy tenemos mas ejercito, mejor policía, más encarcelamientos, más jueces, mas “justicia” legal, construimos mas cárceles, matamos y encarcelamos a mas ciudadanos (criminales) dando una evidente y errónea percepción de que los  medios que utilizamos son buenos y no lo piensan o los van a cambiar, con la escusa que el fin  es bueno, erradicar la violencia. Necesitar menos cárceles y no construir mas es  lo más positivo, el necesitar menos policías y menos soldados son signos de menos violencia, necesitar menos jueces y leyes es el signo que la moral virtuosa existe en nuestra sociedad.
Abramos los ojos ya, con estos actos de aplicación de leyes punitivas no estamos mejorando,  la violencia con violencia y la creación de leyes mas severas nunca podrán sustituir a la moral  que perdimos, ya que por esa perdida hoy nuestro Statu quo es violento y de tendencia negativa para el desarrollo positivo de los individuos en la sociedad, no hemos visto que esto mejore y yo en lo personal no creo que mediante la aplicación de las leyes en sentido punitivo nos corrijamos. Aun mas allá todos sabemos que encarcelando más por aplicación de justicia solo crea una carga a la sociedad y en lugar de readaptar, alienta más a los encarcelados a continuar siendo criminales al no dejar otra alternativa de vida para ellos.
Hoy quizás en ves de enfocarnos a la aplicación de la ley, debíamos de comprometer a nuestros gobernantes a crea una mejor sociedad, a construir una moral positiva que nos lleve a un mejor estado de Paz y desarrollo humano. Debiéramos de cambiar el juramento a algo mejor que cambie las cosas, podría ser  “Prometo construir una sociedad mas moral donde se puedan desarrollar en una vida digna y en paz los Mexicanos”. Que simple seria cambiar de actitud.
La lástima también de nuestra realidad es que el enfoque de desarrollo se entiende solo por lo económico, tener mas educación para ser mas eficientes y productivos es lo necesario, mejorar el Producto Interno Bruto es desarrollarse. ¿Qué, acaso educación no quiere decir más democracia? ¿Qué, acaso educación quiere decir ampliar el espectro y las posibilidades de vida? ¿Qué, con mejor educación no podemos construir mejores seres humanos? ¿Qué desarrollarse no quiere decir ascender como seres humanos a un mundo de justicia, dignidad y valores? Yo veo que la promesa que se nos hace a todos en la política es una promesa material falsa y se abandona por completo la meta de elevar al ciudadano en el plano moral y espiritual.
Lo tengo que decir, la pobreza material y la desigualdad también crean violencia y se tienen que enfrentar y tratar de erradicar ambas, el pan es el Dios para quien tiene hambre, pero esa promesa de que solo lo material nos hará libres es falsa y contiene ilusiones como el “Canto de las sirenas” esa ilusión es irresistible.
En contra parte ¿Qué pasaría si, envés de canalizar nuestra energía hacia lo legal y punitivo, la canalizamos hacia la transformación moral de nosotros mismos y nuestra sociedad? A poner nuestro Statu quo  con la potencialidad del desarrollo integro como seres humanos y sociedad. Lo que Narayan Desai nos quiso decir es que no creamos en las falsas esperanzas de unas leyes, sino trabajemos siempre en la construcción de una moral  de acciones virtuosas que nos lleven a la formación de un mejor Statu quo que al fin le llamemos estado de Paz, o lo que es lo mismo construyamos la Paz.
Como nos dice Johan Galtung, esa Paz positiva se debe de construirse  a base de justicia (refiriéndose a la justicia como la satisfacción de las necesidades individuales y sociales), quedando entendido que cada uno tenemos necesidades diferentes. Trabajar por la igualdad, el respeto, la aceptación y la dignidad es construir Justicia y la Paz.
Para Gandhi la justicia se lograra en la forma en que nosotros trabajemos la noviolencia, entendiendo que Noviolencia esta dividida en dos vehículos motores como nuestras piernas que nos dan la posibilidad de avanzar y nos acercan a la Paz, la primera de nuestras acciones es vivir  ausentes de violencia y  la segunda el trabajo constructivo Social. El especial énfasis que da Gandhi en estos dos aspectos es que las acciones no-violentas y el trabajo constructivo se logran a partir del individuo hacia la sociedad (Swadeshi).
El trabajo constructivo debe de valorarse como el medio, acciones positivas, dentro del tejido social que nos lleven a un estado de noviolencia. Lo que hagamos positivo y constructivo es lo que cambiara nuestra sociedad.
Por tanto la Moral y Paz positiva que  son sinónimos, solo se construyen mediante acciones virtuosas de todas y todos o la mayoría de los integrantes de nuestra sociedad. Hoy debo también incluir que las acciones en contra de la violencia puedan ser violentas, pero estas violencias nunca deben de ser tomadas como actos de justicia y así justifiquemos toda nuestra violencia, que al final crean odio y deseos de venganza en nuestras conciencias, este medio se convertirá en moral perniciosa. (Recordemos las justificaciones del gobierno Estadounidense para invadir Irak, hoy Irak provee a USA de petróleo).
Con todo respeto quiero poner otro ejemplo reciente que ha pasado en nuestro país, un empresario y un escritor importante que lamentablemente tuvieron la pérdida de un hijo a  manos del crimen organizado hace más de dos años; tengo que decir que me duele el saber lo que sucedió, pero no puedo imaginarme el dolor que ellos tuvieron que sentir. El primero en vés de lamentarse se puso a trabajar y logro cambiar las leyes penales por sentencias más severas para los secuestradores, hoy la sentencias pueden llegar a 70 años de prisión, sentencia que es toda una muerte en vida. El segundo se dedico a crear nuevas leyes que les dieran derechos construccionales a las victimas de homicidios, secuestros y ejecuciones del crimen organizado. Yo estoy seguro de que ambos desean una mejor sociedad y sus acciones guardan algo de positivo y se debe valorar el esfuerzo que le han puesto para conseguir lo que creen es bueno para todos. Yo jamás podría criticar sus conciencias pues como ser humano no lo puedo hacer, ni tampoco puedo quitarles el beneficio de la duda de lo que ellos plantean y a largo plazo  pueda funcionar, pero si debo decir que veo las cárceles más llenas y cada día más victimas con derechos que deberían de reclamar. Al crimen organizado parece que estas acciones no lo han hecho disminuir, ni cambiar su proceder, hoy día vemos que los secuestros y homicidios  aumentan  a pesar de estas acciones y de lo disuasorio del aumento del castigo penal. Los derechos de las víctimas se satisfacen mejor ya no teniendo víctimas.
Quisiera volver a recalcar que lo que buscamos son menos secuestros, menos muertes, menos prisioneros y menos víctimas. Con esto quiero dar a entender que la creación de supuestas leyes buenas y prometedoras no han hecho hasta hoy lo que como necesidad requerimos, por ende no se esta haciendo justicia y me refiero a la justicia que Galtung describe como Paz positiva.
Repito, necesitamos acciones que hagan que haya menos criminales y secuestradores, por ende menos crímenes y menos secuestrados, menos violencia y menos culpas, pues solo así habrá menos cárceles y menos víctimas y esto se logra cambiando nuestras costumbres a morales virtuosas y esto se logra mediante el trabajo constructivo permanente que haga que tendamos a un estado de paz.
La Paz o resultado de una tendencia
Para mi la definición de Paz es diferente porque yo lo visualizo como una tendencia, ya que la maldad o bieneidad existen en todo momento y pueden hacer cambiar el Statu quo y con ello dejar de estar o percibir el estado de Paz.
Mi definición de Paz es la siguiente:
“Paz es la tendencia que nos dan las acciones Morales constructivas y que nos pueden retribuir en la formación de un Statu quo de tranquilidad, sosiego y  justicia que permiten el desarrollo positivo del ser humano, la sociedad en que vive y la naturaleza que nos rodea.
En contraposición de Paz es la Guerra o la violencia y su definición es:
“La Guerra es la tendencia que dan las acciones morales perniciosas que nos puede retribuir en la formación de un Statu quo de violencia, conflicto, destrucción e injusticia que detienen o limitan el desarrollo positivo del ser humano, su sociedad y la naturaleza que nos rodea.”
Como podemos ver solo las acciones constantes positivas nos pueden llevara ese estado de Paz tan buscado, y subrayo solo las permanentes acciones de moral virtuosa a la que me  he referido antes nos conducen a la Paz. También tenemos que entender que la naturaleza nos lleva a destinos diferentes a los que buscamos o trabajamos, la ausencia de violencia no es posible, existe la locura y los vicios internos del instinto animal que poseemos, odio, hedonismo, ambición, egoísmo, imperfección de las leyes, etc… estos nos llevan a perder la paz, por ello la Paz no esta garantizada, su búsqueda debe de ser perpetua, como dice Galtung “Tan pronto termine la guerra tenemos que construir la Paz”.
Por otra parte, tenemos que enfatizar que los medios o nuestras acciones en el presente es lo único que podemos hacer y lo que esperamos que al fin sea la Paz, pero debemos saber que entre más sea nuestro esfuerzo mas grande será la posibilidad de encontrar lo que buscamos, por ello debemos de concentrarnos en el esfuerzo más que en el resultado. Yo estoy seguro que el esfuerzo es suficiente para tender y ser retribuidos con más Paz pues las simples acciones y no los resultados crearan un estado moral positivo.
El que haya tenido experiencias suficientes en su vida, sabrá entender nuestra condición imperfecta  y nuestro sometimiento al destino incierto o a la  mano providencial, la cual le da sentido a nuestra existencia. Son las búsquedas de las soluciones a los conflictos las que nos dan las experiencias y el sentido de la vida.
Imaginemos que el Statu quo está contenido en una olla que representa nuestra sociedad, las obras de bieneidad se acumulan en dicha olla y suplantan las obras negativas y viceversa, en determinado momento le tomamos una fotografía al interior y veremos que probabilidad tenemos de ese estado de Paz a lo que le hemos llamado tendencia. Pues bien la probabilidad de Paz constituye nuestro Capital Moral o Capital de Paz. Como nuestras acciones se acumulan o se substituyen eso crea la tendencia y forma parte de nuestra riqueza social. (Cualquier semejanza a la definición Karma es mera coincidencia).
La moral Constructiva es perfectamente entendida en la pirámide de necesidades de Maslow, las acciones positivas encaminadas a cubrir las necesidades del hombre y sociedad en lo físico, seguridad, afiliación, reconocimiento y autorrealización, son la esencia de la Justicia que se persigue, aunado a la búsqueda de la igualdad y libertad.
Para mi, los Derechos Humanos son la consecuencia de todo esto. Las acciones negativas que pretenden cubrir las necesidades nos conducen a la violencia, no se puede usar medios negativos para obtener justicia, es como quitarle a otro su derecho para satisfacer mi derecho.
Quizás ahora ya me haya podido dar a entender, la ley y el castigo no nos encaminan a la Paz, solo nos dan la sensación ilusoria  de seguridad. Quisiera  hacer la gran pregunta:
¿Qué hemos dejado de hacer para tener las leyes que pretenden regir la armonía social?
Hace tiempo aprendí que las leyes son la suma de las conciencias de todas las personas que han vivido, y que no puede existir civilización sin conciencia (Van Tilburg) y con ello estoy de acuerdo. Es nuestra conciencia la que es capaz de entender lo que tenemos que hacer cada día pues tenemos la capacidad de escucharla, somos humanos. Van Tilburg también nos menciona algo muy preciado para los que creemos en una creación y es que “Solo a través de la conciencia es como podemos tocar a Dios” y esto nos indica que en el plano espiritual y material ella nuestra consciencia es capaz de llevarnos a la Paz en ambos mundos.
Las leyes cambian muy poco nuestras circunstancias ya que son solo recordatorios pasivos del mal proceder de nuestra vida pasada en nuestra sociedad y no son acciones de trabajo constructivo que si cambian nuestras circunstancias y nos retribuyen una tendencia hacia la Paz, pues solo la acciones y no la pasividad de las leyes, generan una mejor justicia para todos.
Abramos los ojos, la aplicación punitiva de la ley es posterior a la falta, delito o acción negativa, la parte preventiva no es medible, el ejemplo es que sabemos hoy que la pena capital no ha disminuido los crímenes mayores.
En síntesis:
“Las acciones de bieneidad nos retribuyen a una tendencia que nos acerca a un estado de Paz. Las acciones perniciosas nos retribuyen a una tendencia que nos aleja de un estado de Paz”  ¡Actuemos!
La garantía de Paz no es Posible aun con todo nuestro esfuerzo, así como no es posible que deje de existir la violencia, sin embargo la pasividad si garantiza la violencia.
El manejo de la moral colectiva
Desgraciadamente el término de Moral colectiva es un término muy complicado, el manejo colectivo de la moral tiene que ver con la creación de una Conciencia colectiva del capital humano que contenga esa moral  como fuerza de unión, y que las acciones de sus miembros en lo general sean con la base de la conducta moral deseada.
Gandhi insistía en que:
"Sólo un grupo de personas trabajando juntas con disciplina y persistencia podrá ser capaz de combatir la injusticia”.
Si podemos o tratamos de entender esto,  que solo colectivamente y unidos podremos cambiar las cosas. Que difícil es lograr esto, pues el manejo colectivo de nuestras circunstancias es difícil y muy lento. Alguien decía, “Toma mas de 20 años para ver una transformación social”.
Es cierto que la paz empieza por mis acciones que puedan crear la posibilidad de que exista esa Paz, bien decía Gandhi:
“Si pudiéramos cambiarnos a nosotros mismos, las tendencias en el mundo también podrían cambiar. Tal y como un hombre es capaz de transformar su propia naturaleza, también cambia la actitud del mundo hacia él. No necesitamos esperar a ver lo que hacen los demás.”
El comportamiento individual y el colectivo no son ni iguales, ni parecidos, el ser humano se comporta diferente solo, que en sociedad y si le ponemos variables culturales esto se vuelve el infinito de posibilidades. Yo no estoy de acuerdo con la visión del Individualismo que sugiere que entendamos el comportamiento individual para entender el colectivo, repito el individuo se comporta diferente individualmente que colectivamente.
Aquí en la ciudad donde vivimos, los trabajadores o activistas sociales nos preguntamos ¿porque la sociedad en lo colectivo no actúa en contra de la violencia brutal en la que vivimos? ¿Por qué si el pueblo tiene el poder de cambiar las cosas no lo hace? ¿Por qué el poder del pueblo no se ejerce y por ende el poder de la democracia se hace valer?
Las respuestas que menos me llaman la atención a estas preguntas son:  No actuamos por miedo, por desinterés, por ignorancia, por incapacidad…etc Aunque hay algo de cierto no creo que sean las únicas causas. El gran ejemplo se dio cuando en la Alemania  Nazi los ciudadanos sabían de lo que pasaba  con la exterminación Judía pero sin embargo no hicieron nada. Yo siento que las justificaciones de miedo, desinterés, ignorancia e incapacidad son solo eso escusas.
Hoy a mi alrededor escucho decir, si secuestran a mi hijo yo los mato, si me persiguen para robarme no me alcanzan…etc.,  puras acciones individualistas. En cambio porque no oímos decir vamos a juntarnos y luchar para que no haya secuestros ni robos. Nuestra mente puede  jugar mas en mono-variables individuales  que en multi-variables en colectividad, esto quizás porque  puedo manejar mis variables mejor que las de los demás. Mi consciencia me dice que debo hacer, pero la consciencia colectiva me manipula aun contrariamente a mi consciencia individual.
Mahatma Gandhi: “Lo más atroz de las cosas malas de la gente mala es el silencio de los buenos”.
Quiero enfatizar que el comportamiento colectivo social de los individuos esta regido  no solo por lo cognitivo sino por otras formas de conducta heredada en el que Carl Jung le llama Inconsciente Colectivo,  que no son mas que formas  prexistentes o arquetipos heredados de conducta que forman parte de nuestro psique inconsciente. Al igual son paradigmas.
Menciono algunos solamente:
Capital Social. (Robert Putman)  Es  la variable que mide la colaboración social entre los diferentes grupos de un colectivo humano, y el uso individual de las oportunidades surgidas a partir de ello, a partir de tres fuentes principales: la confianza mutua, las normas efectivas y las redes sociales. El grado de capital social en una comunidad determina el potencial de desarrollo de la misma y por ende su tendencia hacia la Paz.
Dilución de responsabilidad. Los individuos actúan diferente a una emergencia, actúan de forma rápida cuando es uno o pocos, pero cuando llegan a un cierto número colectivamente actúan muy lento. Síndrome Genovese
Pensamiento grupal. Jerry B. Harvey  (Irving Janis)  Mala toma de decisión en grupo. En una situación de pensamiento de grupo, cada miembro del grupo intenta conformar su opinión a la que creen que es el consenso del grupo. Paradoja de Abilene.
Influencia social. (Herbert Kelman) Es cuando se influencia la colectividad por medio de emociones, opiniones o conductas de otros. Estas influencias sociales pueden tomar formas que pueden ser vistas sus reacciones de diferentes maneras, conformidad, obediencia, presión grupal, persuasión, venta, socialización, promoción e influencia de un liderazgo. Al final cada individuo tiene tres formas de adherirse a la influencia que pretende estar sustentada:   1. Conformidad, aceptar sin participar  2. Identificación, cuando nos identificamos con un líder o celebridad  3. Internalización, cuando las personas creen y acepta las acciones privada y públicamente.
Cohesión social. Son los fenómenos sociales que hacen que un grupo de personas se unan o se separen.
Gemeinschaft  y  Gesellschaft : (Ferdinand Tönnies) Es cuando los intereses de asociación están por encima de interés personales del individuo o sociedad comunitaria (familia) y la asociación con fines personales, sociedad por asociación (negocio).
La tragedia de los comunes : Es un dilema descrito por Garrett Hardin en 1968, y publicado en la revista Science. [] Describe una situación en la cual varios individuos, motivados solo por el interés personal y actuando independiente pero racionalmente, terminan por destruir un recurso compartido limitado (el común) aunque a ninguno de ellos, ya sea como individuos o en conjunto, les convenga que tal destrucción suceda.
He aquí algunos  pocos ejemplos de  formas de conductas colectivas que debemos de seguir investigando y entender que el cambio en la conducta social es materia de más estudio y entendimiento.
Sin embargo hay algo que es importante poner en la mesa y es la importancia del liderazgo en la influencia social. Es normal que  hoy los líderes de tipos carismáticos o tradicionales  son lideres políticos,  en ellos esta la esperanza de cambiar las circunstancias a una sociedad. También existen los lideres Espirituales (religión) que cada ves tienen menos influencia en las personas en lo individual o colectivamente o son solo liderazgos pasajeros, pero no puedo descartar que existen. Sin embargo debemos de enfatizar que si lo que tenemos que cambiar y transformar es la Moral colectiva es entonces que lo que necesitamos son Lideres Morales.
Fernando Ferrara. Director de la Fundación Adelaida Lafón. Miembro de Mesa de Paz.

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