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704. "La revolución móvil se va a convertir en la fuerza definitoria contra los regímenes autoritarios"


El presidente ejecutivo de Google asegura que es cada vez más difícil detener el intercambio de opiniones y el acceso a información en todo momento
Washington, Estados Unidos. El presidente ejecutivo de Google, Eric Schmidt, aseguró hoy en una conferencia sobre libertad de expresión e internet que "la revolución móvil se va a convertir en la fuerza definitoria" en los países con regímenes autoritarios.
Según Schmidt, "las autocracias de repente están viendo este impresionante cambio que da poder a la gente" y aseguró que pese a que esos gobiernos intenten hacer todo lo posible por parar esta "revolución" esto será cada vez más difícil gracias a la tecnología móvil e internet.
"La revolución móvil, de la que todo somos parte, será la historia definitoria para la mayoría de la gente en sistemas autoritarios en los próximos 5 a 10 años" , opinó Schmidt en una serie de conferencias organizadas hoy por Google y Bloomberg en Washington.
El presidente de Google indicó que esos gobiernos dictatoriales "se van a dar cuenta que es imposible detener" esa revolución tecnológica, que permite compartir opiniones y tener acceso a información en todo momento, algo que poco a poco está cambiando países como Somalia, Corea del Norte y Birmania.
Schmidt, que visitó recientemente Corea del Norte, aseguró que los internautas y empresas como la suya están obligados a luchar contra esta censura y la "tentación (de los gobiernos) de poner filtros a internet".
Servicios de Google como el portal de videos Youtube está bloqueado en países como Pakistán, Bangladesh, China e Irán y otros como Marruecos no permiten el acceso al servicio de mapas del Google Earth, algo por lo que Schmidt se mostró sorprendido.
El presidente del gigante de internet recordó también la cada vez mayor lucha de poderes en el mundo virtual de internet. "En el mundo real, Estados Unidos y China se llevan bastante bien, pero en el ciberespacio eso no es así" , indicó.
"Los países están dispuestos a hacer cosas en el ciberespacio que jamás harían en el mundo físico" , aseguró el ejecutivo y recordó que esa osadía puede tener importante consecuencias en el mundo real.
Schmidt consideró que China sigue siendo "el sospechoso habitual" en esta guerra cibernética, y señaló como ejemplo que "el día en el que se registra el nivel más bajo de ataques informáticos del año es el inicio del Año Nuevo chino".
No obstante, recordó los peligros de acusar directamente a China de ataques, ya que "en el mundo online la noción de atribución es mucho más complicada" y una tercera parte puede ser responsable.
El Universal.com.mx. 26/04/13

703. “En un mundo limitado, el reparto de riqueza es la única forma de Justicia”


“En un mundo limitado, el reparto de riqueza es la única forma de justicia”: Entrevista a Yayo Herrero, activa militante del movimiento ecofeminista
Vizcaya, España. El centro de investigación por la paz Gernika Gogoratuz organiza, sus XXIII Jornadas Internacionales de Cultura y Paz en Gernika, que tienen como plato fuerte la conferencia Poder y paz. Economía de paz. El poder de la paz, narrada a dos voces entre Santiago Alba Rico y Yayo Herrero. Aprovechamos la oportunidad para entrevistar a esta última, poseedora de un extenso currículum relacionado con la docencia y el activismo ecologista y feminista, en una inabarcable carrera que le ha llevado a coordinar desde Ecologistas en Acción hasta, más recientemente, FUHEM.
¿Qué podemos entender por economía de paz?
Yayo Herrero: Hay que partir de la consideración de que lo que vivimos en los países occidentales es un sistema económico que le ha declarado al guerra a las personas y a los territorios. Se ha construido de espaldas a la naturaleza, no conoce los límites físicos del planeta, es un sistema que se basa en la extracción creciente de materiales y la generación creciente de residuos. No sigue las pautas que rigen lo vivo. Además, es un sistema económico que está basado en la explotación del trabajo de las personas y que se apoya en una cantidad ingente de trabajo oculto que, de forma mayoritaria, realizan las mujeres en el ámbito privado de los hogares. Este sistema ha conducido, en muy pocas décadas, a una situación de previsible colapso físico. Por tanto, una economía de paz es una reconstrucción de los vínculos entre la economía, la naturaleza y las personas, poniendo el bienestar y el mantenimiento de la vida en el centro y sustituyendo al lucro como núcleo de la organización social.
Es curioso que señales que el sistema vigente da la espalda a la vida y al ser humano, porque no hay sistema económico que se mantenga sin personas, ¿no?
Y. H: Por una parte, hay mucha ignorancia en la construcción teórica de la ciencia económica, para la que sólo tiene valor aquello que puede expresarse en términos de precio, y para la que la tierra y el trabajo siempre pueden ser sustituibles por capital. Es una ciencia absolutamente analfabeta desde el punto de vista ecológico. Si además añadimos la desvinculación de la ciencia económica con la moral y la política, en el sentido de que se considera una ciencia neutral que elabora leyes y proposiciones universales, tenemos servido el conflicto entre la vida y la economía. Las políticas económicas privilegian el lucro a costa de recursos decrecientes. Nos encontramos con la paradoja de que, aunque la economía depende absolutamente de las personas, cada vez deja excluidas a más personas.
¿Esto es lo que lleva al colapso?
Y. H: Absolutamente. Es la única consecuencia inevitable que tiene no mirar el rumbo que tomamos. No será un colapso inmediato en los países del centro. Pero si le preguntas a un iraquí, probablemente te dirá que sí percibe esta situación de colapso. Irak ha pasado de tener uno de los consumos per cápita más altos de petróleo antes de la invasión, a tener uno de los consumos de energía más bajos después de ella. Sin transición, por la vía de las armas y de la destrucción de la vida comunitaria más atroz que se pueda imaginar.
Dices que los países del centro son los que tardarían más en percibir el colapso. Pero también son los más dependientes en cuanto a fuentes de energía y materias primas…
Y. H: Cualquier país desarrollado es totalmente deficitario en materias primas y excedentario en residuos. Son países que han sobrepasado los límites de lo que permiten sus propios territorios, economías caníbales que sobreviven devorando territorios y personas de otros lugares del mundo. Si se llegase a la situación de que los países periféricos se negasen a exportar sus materias primas en las condiciones en que lo hacen actualmente, se produciría un colapso material evidente en los países centrales. ¿Qué ocurre en el marco de la economía globalizada? Existen armas poderosas que permiten que los países del centro ejerzan esta hegemonía. Armas no sólo militares, que también, sino a partir de las reglas de la OMC, de las políticas de la UE… este marco de reglas injustas permiten la perpetuación de la economía del expolio.
¿Podrías dar algún ejemplo de este marco injusto?
Y. H: Toda la PAC (Política Agraria Común), donde se privilegia el modelo de agricultura industrial, penalizando a los pequeños campesinos y a los modos de producción relacionados con la agroecología. Estos grandes cultivos se suelen dar en áreas que están siendo deforestadas, potenciando procesos de acaparamiento de tierras, disminuyendo la capacidad de los sumideros del planeta… Es un caso claro.
¿Qué importancia debe tener el sector de la agricultura dentro del modelo de la economía de paz?
Y. H: La vida humana es absolutamente deudora de la fotosíntesis. Es la única forma de incorporar energía a la cadena alimentaria. A la humanidad siempre le separa una cosecha de la extinción total: un año sin cosecha, y no habría humanidad. Hasta que no se invente una forma de sobrevivir sin comer, el sector primario es esencial. Ahora se ha privilegiado este modelo de agricultura industrial, que hace que la producción de alimentos, algo esencial, se someta a las propias reglas del resto de mercancías. Por encima de satisfacer necesidades humanas, la producción de alimentos busca la generación de beneficios. Cuando hablamos de que los pequeños agricultores convencionales están en la ruina, tendríamos que mirar todo el modelo de producción, distribución y consumo. Ahí veríamos que unas pocas multinacionales controlan toda la distribución. Los campesinos reciben un pago por sus cosechas totalmente ruinoso. A veces ni les compensa. Esto no es una ley natural, las políticas de precio no caen del cielo. Es un ejercicio de poder desde quienes controlan la distribución, que a su vez condicionan qué se produce, cómo y dónde. En ese sentido, el movimiento del campesinado, desde el Movimiento Sin Tierra en Brasil hasta la Vía Campesina en Europa, se está articulando para romper la política de precios y que los campesinos, al vender directamente su producción, perciban unos precios justos, y rompiendo también la barrera cultural absurda entre la ciudad y el campo, dos estructuras que son interdependientes. No me sorprende que en el Estado español haya más de 100.000 personas implicadas en cooperativas de consumo autogestionadas. Algo autoorganizado y pequeño, que con el apoyo de políticas públicas podría tener un impacto mucho más grande, incluso en la creación de empleos.
¿Cómo se lograría convencer a la gente para cambiar de actitud?
Y. H: Ahí está el principal escollo. El discurso mayoritario de los medios de difusión no es éste, incluso la agenda política invisibiliza algunas iniciativas alternativas que están ganando peso. No obstante, a partir de la irrupción del 15-M estamos viviendo un momento en el que, de forma insuficiente pero creciente, hay mucha gente que sabe que por esta vía hay algo que no funciona. Están surgiendo muchos medios de comunicación alternativa, blogs de personas inquietas que permiten que fluya otra información… la duda es si este flujo es lo suficientemente interesante como para confrontarse con la apisonadora del ajuste estructural que estamos padeciendo. Este cambio de imaginario colectivo es central y muy atractivo para las personas. Un modelo social que no sea tan violento puede crear grandes cotas de felicidad. Pero hace falta dar un salto que por el momento no se ha dado.
Todavía no se ha alcanzado un grado de maduración.
Y. H: Vamos de camino, pero todavía no.
Antes has dicho que el sistema vigente no es político ni moral. Quizá habría que matizarlo, porque hay regímenes políticos que se llevan muy bien con el capitalismo…
Y. H: Sí, hablaba de la política como la moral de lo colectivo. Este sistema capitalista no funciona porque hay un poder político que legisla la desregulación.
¿Y podría, desde la gran política, darse el cambio requerido?
Y. H: Mi sensación es que no, si no hay una fuerte presión por parte de un movimiento político ciudadano. Los gobiernos nacionales no han querido darle la vuelta a esta situación. Están ahondando la crisis. Dan la sensación de ser gobiernos cautivos y presos de las políticas impuestas ante las que “no hay alternativa”. Un cambio de las dimensiones que necesitamos o viene exigido por un movimiento ciudadano o no se va a dar.
Entonces, la relación que ves entre movimientos sociales e instituciones es de presión.
Y. H: No solamente. Los movimientos sociales están trabajando para confrontar y presionar, pero también crean alternativa. No sólo hacen movimiento, también colaboran en la construcción de laboratorios y experiencias nuevas. Pero las instituciones actuales, salvo honrosas excepciones, no tienen como prioridad ni el bienestar de la gente ni salir de un sistema con un agujero cada vez más grande. Al no haber un discurso en esta línea desde las instituciones, da la sensación de que, o se construye desde abajo y se presiona para crear otro marco instituyente y constituyente, o va a ser difícil que salgamos de esta situación.
¿Está cerca el momento óptimo?
Y. H: Nunca he conocido un momento de tanta indignación entre la gente, ni de tanta construcción de iniciativas en los barrios. Es un momento idóneo para plantear estos debates y reflexiones. Es el momento ideal para hacerlo. No me da miedo movilizarme para impulsar los cambios, lo que me da miedo es que no se haga.
La historia está llena de oportunidades perdidas.
Y. H: Sí, pero la crisis energética y económica nos ponen en una situación en la que no podemos seguir de esta manera. Quizá a nivel macroeconómico haya mejoras, pero a costa de un número creciente de personas que van a quedarse fuera. Puede mejorar dentro de unos años la coyuntura, pero será para caer de nuevo al cabo de unos años si no se hacen las transiciones ecológicas necesarias. Incluso para hacer una transición a un modelo energético renovable hace falta energía. Si consumimos la que queda en profundizar en este modelo loco, podría llegar a ser físicamente inviable realizar estas transiciones.
Desde la perspectiva de la economía de paz, ¿qué otros sectores y actividades serían clave y tendrían que consolidarse? ¿Cuáles tendrían que desmantelarse por formar parte de la economía de la violencia?

Y. H: Creo que la clave está en hacerse tres preguntas: qué cosas son las que satisfacen necesidades humanas, qué hace falta para producirlas, y en qué sectores puede tener lugar esta producción. Hay cosas que se producen hoy y que no responden a necesidades, como todo lo relacionado con la industria militar. En buena medida, la industria del automóvil debe decrecer, porque no va a ser posible mantener el uso del coche privado sólo para una pequeña parte de la población del mundo.
Pero surgirían voces diciendo que es una medida impuesta, dictatorial.
Y. H: Claro, dirán que es dictatorial, que queremos volver a las cavernas… pero a poco que uno se ponga a sumar infraestructuras, coches y gasto de energía, verá que es inviable. Por otra parte, hay otros sectores que sí tienen que crecer y desarrollarse. Por ejemplo, la rehabilitación energética de edificios. Todo el parque de viviendas que se han hecho en el Estado español en los últimos años es totalmente ineficaz desde el punto de vista energético. Hay unas posibilidades tremendas de creación de empleos dentro de la utilización de las energías pasivas. El tránsito a las renovables también puede crecer, tal y como establece un estudio de la Complutense que habla de una posible evolución a un sistema basado en renovables para el año 2030. Todo lo relacionado con economía de cuidados (somos una población totalmente envejecida), la agroecología, la producción forestal, un modelo de transporte colectivo que llegue a todas partes… Cuando quieres reducir el consumo de energía fósil, necesitas más trabajo humano, más personas empleadas. ¿Qué problema hay? Pues que este modelo es incompatible con las tasas de ganancia que pretenden tener algunas empresas capitalistas. Y ahí es cuando nos encontramos con una tensión, que no es más que la vieja tensión de la lucha de clases.
Ese debate sigue actual, entonces.
Y. H: Es algo plenamente vigente. Si vivimos en un planeta con recursos naturales limitados, es evidente que el reparto de riqueza es la única forma de caminar hacia la justicia. Y el reparto de la riqueza supone que luchar contra la pobreza es, en realidad, luchar contra la riqueza excesiva.
Álvaro Ramírez Calvo. Speculorum.woedpress.com. 25/04/13

702. Condena ONU ataque contra centro de Derechos Humanos


Chihuahua, Chihuahua. El alto comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Javier Hernández Valencia, condenó el ataque contra las instalaciones del Centro de Derechos Humanos de las Mujeres (Cedehm), el pasado 4 de abril, porque a su juicio, tiene como objetivo “generar un ambiente de zozobra y desasosiego”.
Denunció que en Chihuahua prevalece un alto índice de agresiones contra activistas defensores de los derechos humanos, y de impunidad en las investigaciones
Hernández Valencia informó que la oficina del alto comisionado ha monitoreado al Estado mexicano, y unas de las principales preocupaciones son los constantes ataques a los defensores de derechos humanos, a periodistas y sindicalistas.
La situación de ataques constantes en que viven, los vulnera más, aseguró Hernández Valencia.
Se refirió al caso del Cedehm, que además alberga a El Barzón, como un ataque con clara intención de generar un ambiente de zozobra y desasosiego entre los defensores de derechos humanos, a quienes calificó como ciudadanos ejemplares y motores de luchas.
Expresó su solidaridad, no sólo por ese hecho individual, sino por otros ataques, como el asesinato de Ismael Solorio Urrutia y su esposa Manuela Solís Contreras, por lo que llamó a las autoridades encargadas a atenderlos con claridad, porque aún permanecen en la penumbra.
Javier Hernández recordó que en octubre, México tendrá que presentar su examen periódico universal, y que existe mucho interés por saber qué ha hecho en los tres años que se le dieron para atender 80 recomendaciones.
Hizo notar que Chihuahua tiene responsabilidades particulares por la trascendencia de casos de violaciones a los derechos humanos que se han registrados, por ejemplo, las que han llegado al Comité para la Eliminación de la Discriminación contra la Mujer (Cedaw), y es parte de las organizaciones que han llevado casos a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.
Destacó que por segundo año consecutivo la organización internacional Freedom House, declaró a México como un país no libre, por el número de agresiones y homicidios de periodistas, así como ataques a medios de comunicación.
Patricia Mayorga. Proceso.com.mx. 15/04/13

http://www.proceso.com.mx/?p=339134

701. Recuperando el lenguaje de la vida: cómo conseguir una comunicación no violenta


Madrid, España. Muchos de nosotros conocemos la historia bíblica que hace referencia a la Torre de Babel. Los hombres, hace muchos años, comenzaron a construir una torre que había de llegar hasta el mismo cielo. Cuando estaban sumidos en tan magna obra arquitectónica, algo asombroso les ocurrió. Todos ellos empezaron a hablar en lenguas tan distintas que les resultaba imposible entenderse. Por eso la Torre de Babel jamás se completó.
Este tipo de historias puede interpretarse al menos, de tres formas diferentes:
1º- Se trata de un relato verdadero desde el punto de vista histórico.
2º- Es una pura fantasía.
3º- Independiente de que sea un relato histórico o un relato fantástico, nos quiere transmitir una lección de gran valor.
La reflexión que me gustaría que usted, apreciado lector, y yo hiciéramos, está enfocada en la tercera forma de interpretar el relato.
La Torre de Babel está llena de símbolos. Cuando el ser humano aspira a ser un dios, se llena de arrogancia, soberbia y autosuficiencia. Además, lejos de ver a los demás como a otros dioses, les ve como utensilios para sus propios fines. De este ansia de poder hablaba mucho el filósofo alemán Nietzsche cuando decía: “El hombre es voluntad de poder”.
Cuando nos invade la soberbia, exigimos ser escuchados y perdemos el interés en escuchar para comprender. ¿Para qué escuchar a aquellos a quienes en esos momentos estamos viendo como simples utensilios?
Todos sabemos que cuando nos escondemos tras la armadura de nuestra autosuficiencia, también estamos escondiendo lo que de verdad sentimos y necesitamos. Nuestros sentimientos y nuestras necesidades nos convierten en seres vulnerables que necesitan de la ayuda de los demás. Sin embargo, es en el reconocimiento de esta vulnerabilidad y de esta menesterosidad donde radica nuestra verdadera fuerza. La fuerza de la unión, la fuerza de la cooperación y la fuerza de la visión compartida emanan de la comprensión profunda de que todos los seres humanos mientras sigamos vivos, tendremos sentimientos y tendremos necesidades.
Cuando nuestro corazón se endurece, nuestro lenguaje simplemente agrede y por eso acabamos recibiendo aquello mismo que emitimos. Quien siembra vientos, recoge tempestades. Esta es una conversación suicida, y es suicida porque nos va aniquilando poco a poco al condenarnos a la soledad y al aislamiento.
Hemos de volver a recuperar el lenguaje de la vida, un lenguaje de sentimientos y de necesidades y deshacernos de una vez por todas del lenguaje que se usa cuando se está detrás de la armadura. Todos sin distinción, queremos lo mismo, sufrir menos y ser más felices. Para poder conseguirlo, necesitamos equilibrar nuestros sentimientos y cubrir nuestras necesidades.
Hay una preciosa fábula de alguien al que se le permitió visitar el Cielo y también visitar el Infierno. A aquel invitado le sorprendió ver que en el Cielo a todos se les veía perfectamente nutridos, mientras que los habitantes del Infierno estaban todos escuálidos y demacrados. El invitado le preguntó al Guardián del Cielo por la razón de aquello:
–¿Es que acaso los habitantes del Cielo tienen todo lo que necesitan para comer y los habitantes del Infierno no tienen nada?
–En absoluto, contestó el Guardián del Cielo. Todos tienen la misma cantidad de alimentos.
–Entonces, no entiendo por qué los habitantes del Infierno están tan desnutridos.
–Ven a la hora de la comida y lo entenderás.
Aquel visitante, acudió a la hora de comer tanto al Cielo como al Infierno. Observó que los habitantes de ambos mundos, sólo podían comer utilizando unos palillos muy largos. Los habitantes del Cielo, los utilizaban para dar de comer a otras personas, mientras que los habitantes del Infierno, se empeñaban en usar los palillos para, alimentarse así mismos. Aquellos palillos eran tan largos, que la comida nunca llegaba a sus bocas.
Cuando no ayudamos a los demás a cubrir sus necesidades y no nos dejamos ayudar por otros para cubrir las nuestras, todo nuestro ser se debilita. Tal vez la armadura que ponemos ante los demás nos de una sensación de protección. Sin embargo, yo creo que lo que de verdad hace es separarnos, inmovilizarnos y hacernos enfermar.
Mario Alonso Puig. El Confidnecial.com. 02/04/2013

700. Poder Ciudadano

Por fin, desde hace 3 lustros, la voz del pueblo pudo despegar su vuelo, progresivamente alto, hasta alcanzar a ser escuchada, o al menos oída, por las instancias más elevadas y distantes del poder.
Por fin, el secular silencio concluido. 
Por fin, de espectadores impasibles a actores de su destino. 
Por fin, de democracias altivas y formales, alejadas de los ciudadanos a los que representan, a recibir, cada día con mayor empuje, la libre expresión de sus opiniones. 
Por fin, aún reticentes, aceptando los puntos de vista de los ayer súbditos, obedientes, callados. 
Por fin, ya no sólo contados en los comicios electorales sino tenidos en cuenta después. 
Por fin, clamor popular a raudales, que no puede soslayarse. 
Por fin, personas educadas, “libres y responsables”, que no aceptan permanecer distraídas, testigos absortos de incesantes acontecimientos deportivos y de otra naturaleza, de gran atracción mediática. 
Por fin, participación activa para una democracia genuina, sin imposiciones de mayorías absolutas, especialmente en temas que están por encima de cualquier geometría política. 
Todos debemos aplaudir y procurar esta irrupción presencial o virtual de “los pueblos” en los escenarios del poder. Incluidos, desde luego, los gobernantes inteligentes, que deben saber, deberían saber, que lo único que no es susceptible de “recortes” es la esperanza ciudadana, el “vale la pena, a pesar de los pesares” que muchos se repiten todavía en tantos amaneceres sombríos. 
Por ello hay que expresar gran satisfacción y premiar a quienes se han distinguido en la movilización pacífica y han conseguido pasos importantes… hasta la aprobación de una Iniciativa Legislativa Popular, que ahora no puede marginarse aplicando mayorías absolutas, sobre todo cuando son ya pretéritas. 
Escuchen al pueblo. El que avisa no es traidor…
Federico Mayor Zaragoza. Doctor en Farmacia por la Universidad Complutense de Madrid, Ex Director General Adjunto de la UNESCO y Ex Director General de dicha organización. Presidente de la Fundación para una Cultura de Paz.

699. “I have a Dream”: Empieza la celebración del medio siglo del discurso por los Derechos Civiles

Madrid, España. "Yo tengo un sueño: que mis cuatro hijos pequeños vivirán un día en una nación donde no serán juzgados por el color de su piel sino por el contenido de su carácter". Es sólo una de las frases que componían un discurso pronunciado hace casi 50 años, pero todavía es posible adivinar su elocuencia y la hondísima humanidad de su mensaje. El texto completo de aquella alocución, considerada como uno de los mejores y más elocuentes discursos de toda la historia, merece ser considerado patrimonio de todos y debiera ser estudiado en todas las escuelas del mundo.
I have a dream (tengo un sueño), como es conocida la alocución debido a la repetición retórica de la frase, fue el gran final de la Marcha sobre Wahington por el trabajo y la libertad, celebrada el 28 de agosto de 1963 en la capital federal de los EE UU para pedir derechos civiles plenos y libertad de voto para los ciudadanos negros del país. Las organizaciones religiosas y sindicales convocantes pactaron que la soflama final de la protesta pacífica, a la que asistieron entre 200 y 300.000 personas, estuviera a cargo del pastor religioso y activista Martin Luther King, que ocho meses más tarde sería asesinado por un francotirador.
Mes de la Historia de los Negros
El medio siglo de la marcha y el discurso —que jugaron un papel determinante en la aprobación de la Civil Rights Act (Ley de los Derechos Civiles, 1964) y la Voting Rights Act (Ley de Derecho al Voto, 1965)— serán celebrados a lo largo de todo este año en los EE UU, sobre todo durante febrero, señalado desde hace décadas como el Black History Month (Mes de la Historia de los Negros). Para amplificar los actos, este año se cumplen también 150 años de la Proclamación de Emancipación de 1863 que decretó el final de la esclavitud.
Uno de las primeras muestras de la pervivencia de la llama encendida en el país por el discurso de King es la presentación del libro This Is the Day: The March on Washington (Este es el día: la Marcha sobre Wahington), la colección casi completa de las fotos que tomó aquel día el mítico reportero Leonard Freed (1929-2006), uno de los fotoperiodistas más corajudos e implicados en la cobertura de asuntos relacionados con discriminación racial, económica o social.
Poderosos retratos
Las 75 fotos de Freed incluidas en el volumen, editado por Getty Books, revelan el impacto de la protesta, celebrada en un momento en que las desigualdades raciales eran dolorosamente expuestas. En las horas previas a la marcha, el reportero fotografió la llegada de de los manifestantes en autobuses y automóviles, algunos de ellos tras días de viaje. Durante el acto, celebrado entre los monumentos a Lincoln y Washington, retrató cómo la multitud aumentaba y realizó poderosos retratos de los asistentes, el 80% de los cuales eran negros.
El libro ha sido presentado el 5 de febrero en la Biblioteca del Congreso en un acto en el que han intervenido los autores de los ensayos y textos que acompañan a las fotos: Julian Bond, activista del movimiento de derechos civiles en 1967 y hoy profesor universitario de Historia, y el escritor Michael Eric Dyson.
Anxel Grove. 20 Minutos.es.

698. Martin Luther King Jr: 45 años de su muerte

«Yo tengo un sueño: que mis cuatro hijos vivirán un día en una nación donde no serán juzgados por el color de su piel sino por su carácter».
- Martin Luther King Jr., en Washington D.C. (28.08.1963)
 
El Mesías Negro
Madrid, España. El distrito de Sweet Auburn, en Atlanta (Georgia, EEUU) es hoy Lugar Histórico Nacional. Miles de visitantes pasean cada año por el barrio que vio nacer y crecer a Martin Luther King Jr., en torno al 501 de la Avenida Auburn, casa natal del reverendo baptista que lideró la lucha por los derechos civiles en EEUU, consciente de estar librando una batalla mundial por los Derechos Humanos. Los niños que, como King, vivían, jugaban y trasteaban por estas calles no imaginaron nunca que su país tendría un día un presidente negro. La segregación racial y la supremacía blanca avivaban el sueño de un mundo más justo, pero en sus mentes infantiles, la flamante residencia de Washington sólo tenía un color.
En 1964 el premio Nobel de la Paz ensalzaba la figura de Martin Luther King Jr. como «la primera persona del mundo occidental que ha demostrado que una batalla puede ser ganada sin violencia, la primera en haber hecho de su mensaje de amor fraternal una realidad a lo largo de esa lucha, y la que ha llevado ese mensaje a todos los hombres, a todas las naciones y a todas las razas». Su lucha le costó la cárcel. Y la vida..
El cine, el arte y la literatura han parido numerosas obras sobre el racismo, el apartheid, la injusticia racial, el sinsentido y la crueldad del Ku Klux Klan... Fueron años convulsos cargados de capítulos dramáticos, épicos, históricos, en Arkansas, Carolina del Norte, Tennessee, Georgia, Mississippi, Alabama... Como el asesinato del adolescente Emmett Till en Mississippi por silbar a una chica blanca; la valentía de Rosa Parks negándose a ceder su sito a un blanco en el autobús; el boicot a las compañías de autocares de Montgomery o Tallahassee; los insultos y agresiones a los primeros estudiantes negros en Little Rock o la entrada de James Meredith, escoltado por el Ejército, al campus de Mississippi; los asesinatos impunes, las sentadas pacíficas, las cargas policiales, las detenciones de manifestantes o la gran marcha sobre Washington por el empleo y la libertad. Quienes creyeron que la desobediencia civil y la no violencia eran el camino para combatir la discriminación racial, encontraron en el reverendo de Atlanta el pastor a seguir.
La Proclamación de Emancipación de Abraham Lincoln, en 1863, fue el punto de partida de un proceso que ha durado más de un siglo. Hubo que esperar al 17 de mayo de 1954 para que la Corte Suprema de EEUU declarara inconstitucional la segregación racial en las escuelas, y tuvieron que pasar casi 10 años más para que la Ley de Derechos Civiles fuera una realidad. Luther King lideró el movimiento social que demandaba la igualdad real de todos los ciudadanos establecida en la Constitución. Y si hoy el racismo sigue siendo una lacra social, nada tiene que ver con las desigualdades e injusticias que inspiraron su lucha, inmortalizada en su 'Carta desde una cárcel de Birmingham' o en el histórico discurso 'Yo tengo un sueño', un siglo después de la Emancipación:
«Cien años después, la vida del negro es todavía minada por los grilletes de la discriminación. Cien años después, el negro vive en una solitaria isla de pobreza en medio de un vasto océano de prosperidad material. Cien años después, el negro todavía languidece en los rincones de la sociedad estadounidense y se encuentra a sí mismo exiliado en su propia tierra».
Cuenta Taylor Branch en 'Martin Luther King y su tiempo' que la autopsia que le hicieron al reverendo de Atlanta tras su asesinato reveló el corazón de un hombre anciano en un cuerpo que aún no había cumplido los 40 años, interpretado como la evidencia del coste físico y personal de las mil y una batallas que libró. Sus restos descansan hoy junto a los de Coretta en el Centro King de Atlanta, muy cerca de la casita de la Avenida Auburn que le vio nacer.
Cronología
1863. Proclamación de Emancipación de Abraham Lincoln. 1865. Termina la Guerra de Secesión. Nace en Tennessee el Ku Klux Klan. La decimotercera enmienda deroga oficialmente la esclavitud. La decimoquinta enmienda prohíbe la discriminación al voto por motivos de raza.
15.01.1929. Martin Luther King Jr. Nace en Atlanta (Georgia, EEUU). En 1963 se casa con Coretta Scott.
1954. El Supremo declara inconstitucional la segregación racial en las escuelas de todo el país.
1955. Boicot contra la compañía de autobuses en Montgomery, tras el incidente de Rosa Parks.
20.12.1956. El Supremo declara ilegal la segregación racial en los autobuses.
1957. King viaja a La India, donde se acerca a la filosofía de Gandhi de la no violencia. La Guardia Nacional impide la entrada de 9 alumnos negros en la escuela de secundaria de Little Rock (Arkansas).
1960. 'Los 4 de Greensboro' (Carolina del Norte) se rebelan contra la segregación sentándose en la barra de una cafetería, reservada para blancos. La sentada se extiende como forma de protesta.
1963. King es arrestado durante una protesta pacífica y escribe su 'Carta desde una cárcel de Birmingham'. Acuerdo de Birmingham contra la segregación en escuelas, restaurantes y tiendas. Gran marcha sobre Washington: ante más de 250.000 personas, pronuncia su discurso 'Tengo un sueño'.
02.07.1964.
Asiste a la Casa Blanca a la firma de la Ley de Derechos Civiles. Ese mismo año obtiene el Premio Nobel de la Paz y es nombrado 'Hombre del Año' por la revista 'Time'.
1965. La Ley de Derechos Electorales acaba con las prácticas de coacción e intimidación para votar.
04.04.1968.
Martin Luther King Jr. es asesinado en Memphis (Tennessee, EEUU).
1983. Se establece el Día de Martin Luther King, cada año el tercer lunes de enero.
Octubre 2005. Obama da las gracias a Rosa Parks al ser elegido el tercer senador en la Historia de EEUU.
04.11.2008. Obama, primer presidente negro elegido en EEUU. Reelegido en 2012.
Sonia Aparicio. El Mundo.es.
 
La Ebullición de los 60´s: Eran tiempos de soñar.
Madrid, España. Eran los años del fracaso de EEUU en Vietnam, de la consolidación de la clase media, d ela contracultura y los movimientos estudiantiles; la experimientación y la Guerra Fría. Máxima ebullición. La lucha por los Derechos Civiles de Martin Luther King se enmarcó en un contexto apasionante. Todo estaba cambiando. Todo se cuestionaba. Del "I have a Dream" al "Sous les pavés, la plage". Y el hombre pisó la Luna. Eran tiempos de soñar. La supremacía económica de EEUU dominaba el mundo. La Segunda Guerra Mundial había dejado una Europa arrasada y los países del Este e incluso Japón aún trataban de reconstruirse. La industria norteamericana fue la única que salió fortalecida —su producto nacional bruto (PNB) aumentó de unos 200.000 millones de dólares en 1940 a más de 500.000 millones en 1960— y desplazó de su liderazgo a Francia, Inglaterra y Alemania. El capitalismo y su libre mercado se consolidaban en Norteamérica pero, al mismo tiempo, empezaban a definirse movimientos sociales que reclamaban otra forma de vivir, una nueva escala de valores. El hippismo, el feminismo, los ecologistas, la burguesía universitaria... Todos tenían algo que aportar.
El movimiento hippie tomó fuerza en San Francisco —acogió el Verano del Amor en 1967— con su mantra de la no violencia. Y se sumó a la lucha contra la segregación racial lideraba por Martin Luther King y a las protestas contra la intervención de Estados Unidos en Vietnam o contra la injerencia política en los 'países del Sur'. Al mismo tiempo, se empezó a tomar conciencia sobre la pobreza. En 1959, el Gobierno de EEUU comenzó a calcular las cifras y registró a un 22,4% de la población que vivía por debajo del umbral mínimo. Los suburbios de las ciudades se expandían y las campañas de asistencia social empezaron a tomar fuerza. El presidente Johnson —en el poder de 1963 a 1969—hizo de la 'Guerra contra la Pobreza' el elemento central de su programa y creó la Oficina de Oportunidades Económicas, que impartió formación a los más desfavorecidos y desarrolló agencias de vivienda, salud y educación. En 1965, la tasa había bajado hasta el 15,1%.
Los hippies no fueron los únicos que se asentaron en la contracultura. En los campus universitarios, movimientos juveniles abogaban por una convivencia pacifista y anticonsumista. Juntos dejaron decenas de símbolos. Como Woodstock, que en 1969 reunió a casi medio millón de personas en una granja del estado de Nueva York en un concierto programado para unas 40.000. Todo se desbordó bajo la música de Janis Joplin, Jimi Hendrix o Joan Baez. Un año antes, el gran símbolo fue París, con su Mayo del 68, que la joven burguesía propagó por ciudades como Praga o México D.F. La calle cuestionaba jerarquías y se miraba en movimientos revolucionarios como los de Latinoamérica, con su propio ídolo, el Che, asesinado en Bolivia en 1967.
Se vio también en Washington el 28 agosto de 1963, en la Marcha en la que sonó el mítico 'I have a Dream' ante más de 200.000 personas. Dos años después, los afroamericanos conseguían en la práctica el derecho al voto. Y es que junto a los defensores del idealismo, reclamaban su espacio grupos hasta entonces sometidos por las elites masculinas y blancas: los afroamericanos, los indios, los latinos, las mujeres —se incorporaban al mercado laboral pero, según datos oficiales, en 1963 su salario medio era sólo el 63% del de los varones—. Movimientos como la Conferencia del Liderazgo Cristiano del Sur, formado por sacerdotes afroestadounidenses, o el Comité Estudiantil de Coordinación de la No Violencia lideraban la lucha por la igualdad de forma pacífica. Tuvieron enfrente a extremistas como los que asesinaron a Malcom X en 1965 y a Luther King en el 68.
En el terreno político, otro asesinato, el del presidente Kennedy en noviembre de 1963, marcó uno de los momentos clave. Había sido elegido presidente en 1960 y se le veía como un símbolo de esperanza. Tras él, el vicepresidente Lyndon B. Johnson, fue elegido para la Casa Blanca y Richard Nixon le sustituyó en 1969. A todos les pesó Vietnam. La intervención norteamericana estalló en 1964 con 4.000 soldados. En 1967 ya eran casi 500.000 y un año después ya quedaba claro que no iban a salir bien parados de allí. Los bombardeos masivos, el uso de armas químicas y la violencia sobre la población civil se vieron por primera vez en los medios de comunicación, que retransmitieron la guerra. Y al final, la derrota, en 1975, con 58.000 americanos muertos y 300.000 heridos frente a cerca de un millón y medio de soldados vietnamitas y dos millones de civiles fallecidos.
Eran años en los que la tensa calma de la Guerra Fría sobrevolaba las cabezas, con EEUU liderando el enfrentamiento contra un bloque soviético que empezaba a mostrar fisuras. La tensión tocó techo en crisis como la de los misiles cubanos en octubre de 1962, cuando la URSS quiso instalar su armamento en la isla. Un año antes, en abril de 1961, la CIA había fracasado en un intento de invasión de Cuba en la Bahía de Cochinos. El miedo a una crisis nuclear atenazaba el ambiente. La persecución al comunista se había materializado ya en los 50 en EEUU en otro símbolo, la caza de brujas a la que el senador McCarthy sometió a los intelectuales de izquierdas desde el Comité de Actividades Antiamericanas.
Y mientras, la clase media se consolidaba y la explosión demográfica era imparable. Y Sartre y Marcuse construían teorías. Y sonaba The Beatles... El mundo crecía.
Raquel Quílez. El Mundo.es.
 
Su Herencia
El mayor logro de la era moderna
Madrid, España. Una de las canciones que siempre suena en los conciertos de la banda irlandesa U2 habla de un hombre que vino en el nombre del amor, un hombre del que nunca hubo uno igual y que fue finalmente libre cuando, un 4 de abril, resonó un disparo en el cielo de Memphis. El tema es 'Pride (In the name of love)' y el hombre es Martin Luther King. El reverendo bautista cuyo legado quiso hacer propio el primer presidente negro de EEUU en el juramento de su segundo mandato al frente de la Casa Blanca. En la misma capital, Washington, en la que el líder de los derechos civiles dijo en 1963 que había tenido un sueño.
Barack Hussein Obama, hijo de blanca y de negro, cuando los parejas interraciales no sólo eran tabú sino que en muchos lugares estaban prohibidas, juraba su cargo sobre la biblia de Luther King y la de Lincoln, y se proclamaba heredero de los principios de «quienes dejaron sus huellas en este parque para escuchar a un pastor decir que no podemos caminar solos, y para a oír a aquel King proclamar que nuestra libertad individual está unida a la libertad de cada alma sobre la Tierra». Era, lleno de simbolismo buscados, en el día de la fiesta nacional de Luther King.
Aunque, según un estudio publicado en 2010, en EEUU las familias blancas siguen siendo cinco veces más ricas que las negras, lo cierto es que en aquel discurso histórico de King no pudo haber ni el menor atisbo de que, un día, el hombre más poderoso de la Tierra sería de la misma raza que aquel que fue asesinado, ese 4 de abril. Aquel tiro ponía fin a una vida de lucha que le valió el Nobel de la Paz cuando sólo tenía 36 años, pero no pudo terminar con los avances que, finalmente, igualaron a blancos y negros.
El congresista John Lewis, uno de los colaboradores más estrechos de King, lo dijo en ese día de enero de 2013: «Si no hubiese habido un Martin Luther King Jr., no habría un Barack Obama como presidente». De la misma opinión es el profesor de la Universidad de Stanford Clayborne Carson, director del Instituto para la Investigación y la Educación Martin Luther King, y el hombre al que Coretta King, viuda del pastor, encargó poner en orden los papeles de su marido. «Entre los líderes actuales a los que ha inspirado King está el Dalai Lama, Aung San Suu Kyi y Barack Obama».
Carson, que lleva documentando la vida de Luther King durante los últimos 30 años, asistió cuando sólo tenía 19 a la marcha de Washington y fue un activista durante toda su etapa universitaria en UCLA, en Los Ángeles. Fue entonces cuando se percató de que la lucha de los negros iba más allá de conseguir una reforma que les reconociera los mismos derechos civiles que los blancos. Se dio cuenta de que su empeño y el de los suyos era parte de una batalla mayor para conseguir la justicia social, así como el respeto de los derechos humanos.
«King fue uno de los líderes que apreció las dimensiones globales de la lucha por la libertad», afirma este profesor, que opina que Rosa Parks, la mujer que se negó a levantarse del asiento del autobús, le marcó bien el camino. «Durante los últimos 250 años, la mayoría de la Humanidad ha superado sistemas enormes de opresión basados en la clase, la raza o el género. La transformación de un mundo de campesinos y sus descendientes en ciudadanos ha sido el mayor logro de la era moderna», asevera.
Junto a Mandela o Gandhi, Carson cree que King es uno de los grandes símbolos del siglo XX: «Aunque fue un líder de los derechos civiles, su visión fue mucho más allá de conseguir determinada legislación en EEUU. Como dijo en su discurso de Memphis, algo estaba pasando. Había masas de gente en Johanesburgo, Nairobi, Atlanta o Nueva York con el mismo grito: 'Queremos ser libres'». Luther King amplió sus exigencias cuando se fueron alcanzando logros: protestó por la guerra de Vietnam o apoyó la huelga de basureros de Memphis, lo que le llevó a la ciudad en la que finalmente perdió la vida.
En los últimos tiempos, según su propia familia, su postura se radicalizó, ya no era el mismo que dulcificó posturas por consejo de JFK y se ganó la enemistad de Malcolm X por ello. Mientras estaba en la habitación número 306 del motel Lorraine, preparaba un discurso que llevaba por título 'Por qué América podría ir al infierno'. Su viuda y sus hijos, que no creyeron que James Earl Ray fuese el asesino, apuntaron más arriba. King se proponía formar una coalición interracial para terminar con la guerra de Vietnam y obligar a que hubiera reformas económicas para luchar contra la pobreza. Parece que había un pacto con Robert Fitzgerald Kennedy (el hermano del presidente asesinado en 1963, muerto a tiros sólo dos meses después que King) para que fuese su vicepresidente si resultaba elegido en las urnas. «Quienes lo vigilaban lo sabían», dijo Dexter, su tercer hijo, a la revista 'Newsweek'. «Tenemos días difíciles por delante», aseguró King la noche previa a su muerte. Antes de que resonara un disparo en el cielo de Memphis.
Viriginia Hermandez. El Mundo.es.
 
Películas

MLK, una historia de cine imposible

Madrid, España. ¿Qué hace tan difícil que el predicador de Atlanta tenga su sitio en Hollywood? Quizá una vida 'demasiado' perfecta
La pregunta hasta duele. Por obvia. ¿Por qué no existe a fecha de hoy una película de referencia sobre Martin Luther King? Al fin y al cabo, y sobre el papel, pocas historias pueden presumir de tenerlo absolutamente todo (drama, sangre y épica) como la aventura existencial, y hasta equinoccial, de uno de los mejores y más efectivos oradores que ha dado el siglo, cualquiera de ellos. Y como todas las preguntas aparentemente fáciles caben dos posibles respuestas: la sencilla y la otra, siempre algo más imaginativa.
Fue en mayo de 2009 cuando el mundo recibió la buena nueva de que los tres celosísimos hijos del predicador cedían ante el poder de convencimiento del dinero (mucho) y, por fin, autorizaban a que su padre tuviera su lugar en Hollywood. El hombre elegido no era otro que, en efecto, Steven Spielberg. Poco se supo de los detalles del acuerdo que llevó a los herederos a permitir el uso y explotación de todos los escritos, discursos e imágenes de MLK. Lo único que alcanzó a saberse es cómo se sentía el más que probable director, entonces hasta arriba de deudas como consecuencia de la separación de su empresa Dreamworks de la casa madre Universal. Según el comunicado oficial, el cineasta se mostraba esperanzado en que «el poder creativo de la película y el impacto de la vida del Dr. King puedan traer al presente una historia de un incuestionable poder del que nos sintamos todos orgullosos». Bien, pero ¿cuánto? Lo que sigue es la respuesta fácil y habla de dinero.
Hasta la firma del acuerdo, se sabía que Bernice, Dexter y Martin Jr. habían conseguido que tanto el periódico 'USA Today' como la televisión CBS pagaran por emitir sin el debido permiso el célebre discurso 'I have a Dream'. No contentos con ello, y para escándalo de las mentes piadosas, se conoció que también habían cobrado (más de medio millón de dólares) por la utilización de la imagen de su padre en (atentos) el memorial de (efectivamente) su padre. Y lo más llamativo es que no actuaban de mutuo acuerdo. Fueron públicos su rifirrafes a cuenta del libro de memorias de Coretta, la madre. De otro modo, la memoria, como tantas otras cosas, puede ser insaciable.
Pues bien, han pasado cuatro años desde entonces, y a Spielberg le hemos visto embarcarse en dos guerras mundiales (en 'Pacific' como productor y en 'Caballo de batalla' en calidad de director), una aventura animada ('Tintín') y hasta relatar de forma pautada y brillante la vida del mayor de los iconos americanos con un innegable aire de familia con Luther King. Nos referimos a 'Lincoln'. ¿Alguien sabe qué ha pasado?
Quizá la respuesta (ahora viene la no obvia) se encuentre en las propias palabras del director cuando atendía al carácter del extraño 'biopic' de Abraham Lincoln. De repente, la figura absolutamente inmaculada del padre de la patria aparecía en la pantalla como un 'trilero' que no dudó en acudir al soborno por conseguir sus objetivos. «Tiempos desesperados exigen medidas desesperadas», decía el realizador comprensivo. «Lo que hizo Lincoln no fue en ningún caso ilegal. Si se quiere turbio, pero a la vez fue noble y grande. Intentar el retrato de un hombre de una moralidad intachable que sostiene sus principios inquebrantables por encima de todo, sinceramente, no me interesa. No hay drama en ello». Hemos llegado.
¿Cómo conseguir el drama que reclama Spielberg en la biografía perfecta de un hombre que hasta perdonó a la mujer negra que el 20 de septiembre de 1958 le apuñaló acusándole de comunista? La víctima llegó a decir incluso que la culpable de su herida (el filo pasó muy cerca de la aorta) era la sociedad de forma genérica y la violencia que reside en ella de manera delegada. Y, claro, pensarán algunos, así no hay drama.
De hecho, y por no moverse del sitio de los derechos civiles (pues de eso se trata), las mejores películas sobre el asunto siempre han jugado en las sombras, en la doble moral, en la necesidad de hacer saltar por los aires las normas de la buena educación. En 'Arde Mississippi', el rudo y siempre efectista (además de efectivo) Alan Parker dejaba que el foco de la cámara se desplazara hacia los modales hoscos, quizá brutales, de Gene Hackman. Y era ahí donde surgía la identificación con el patio de butacas, en el hombre que para conseguir sus objetivos (por muy buenos y santos que sean) obedece a los siempre bajos instintos del espectador.
Lo mismo sucede con el ejemplo más cercano a la futura, o futurible, película de MLK que hasta hoy ha dado Hollywood. 'Malcolm X', de Spike Lee, no es tanto una hagiografía como una llamada a las armas; es simplemente el reconocimiento de que la lucha de antaño aún es necesaria, y de que eso que suena tan mal como 'el mal necesario' todavía es perfectamente aplicable. O eso cree Lee. El director, lo dijo varias veces, nunca habría contado la historia de Luther King. Aunque hubiera podido. Por el drama, claro.
Desde su más tierna infancia, las películas que se han ocupado de una forma u otra de algo tan primariamente injusto como el racismo han introducido en sus argumentos algo tan dramáticamente elemental como la simple venganza. Eso o algo parecido. Eso o la piedad disfrazada de, otra vez, 'mal necesario'. Virgil Tibbs (Sidney Poitier) puede ser implacable cuando las cosas se ponen feas en 'En el calor de la noche', de Norman Jewison, de la misma manera que Atticus Finch, el mejor de todos, puede hacer trampa y presentar como un accidente lo que fue, quizá, homicidio. Todo sea por no 'Matar a un ruiseñor'. Cuando recientemente vimos 'Criadas y señoras', sólo el placer de ver comer a la odiosa y blanquísima señora de la casa una tarta de mierda (literal) compensó tanto drama rutinario. De nuevo, la venganza como la más resolutiva de las armas dramáticas. Y así hasta llegar a Shaft, el vengador por definición, el primer y único héroe perfectamente negro. Y sin remordimientos.
Las miniseries de televisión como 'King' (una hagiografía setentera protagonizada por Paul Winfiled) o 'Boycott' (a vueltas con el caso Rosa Parks de 1955) son de los pocos y contados ejemplos que se han acercado directamente al personaje, a MLK, y lo han hecho con una bondad y esmero que terminaron por resultar 'dramáticamente' (en la acepción de Spielberg) insulsas. Y lo mismo vale para, por ejemplo, la meritoria 'The Rosa Parks Story'. En definitiva, a la bondad, como al optimismo, les falta el suficiente brillo intelectual para resultar siquiera de buen gusto. Carecen de drama. Fue Gramsci, comunista e italiano, el que dijo que el pesimismo es asunto de la inteligencia y el optimismo de la voluntad. Pues eso. Hasta Spielberg, después de pagar lo suyo a los herederos del tótem, parece ser consciente de ello. 'Lincoln' salió adelante merced a un guión capaz de caminar entre las grietas de la mayor de las estatuas de Estados Unidos. ¿Cómo contar la historia del más perfecto de los hombres? Descartado Oliver Stone para la misión (lástima) toca seguir esperando.
Luis Martínez. El Mundo.es.
 
La fuerza de la desobediencia civil
Madrid, España. Si una ley es injusta, es lícito no acatarla. El principio de desobediencia civil de Thoreau ha llevado a numerosos líderes a rebelarse contra gobiernos que violaban Derechos Humanos. Y muchos han cambiado la Historia con sus campañas.
Henry David Thoreau
Este filósofo estadounidense (1817-1862) dotó de contenido al concepto de desobediencia civil en su obra 'On Civil Disobedience', publicada en 1849. Se oponía a pagar un impuesto que el gobierno destinaba a financiar una guerra entre Texas y México y, a partir de su negación, desarrolló una idea clave para todos los que siguieron su filosofía: que el gobierno no debe tener más poder que el que los ciudadanos estén dispuestos a concederle. Y a él, la guerra le parecía injusta, y también que su gobierno avalase la esclavitud. Así que se negó a cooperar con él y pasó una noche en prisión por su gesto. El texto influyó a figuras tan dispares como Tolstói, Gandhi o el propio Luther King, que lo describió así: «Fascinado por la idea de rechazar el cooperar con un sistema maléfico, releí el libro varias veces. He llegado a convencerme de que la no cooperación con el mal es tan obligación moral como la cooperación con el bien». Thoreau llegó a proponer la abolición de todos los gobiernos.
Otro intelectual que influyó en Luther King fue Howard Thurman (1899-1981), un teólogo que había coincidido con Ghandi en La India gracias a su trabajo como misionero. Era compañero de clase de su padre y se convirtió en su mentor.

Mahatma Gandhi

Es el rostro de la no violencia. Mahatma Gandhi (1869-1948) demostró que la resistencia pacífica es un instrumento válido para alcanzar objetivos políticos. Objetivos tan inmensos como la independencia de una nación, La India, en 1947. Ghandi abogó por el pacifismo en un contexto enmarcado en el periodo de entreguerras. Educado en Gran Bretaña, comenzó su carrera política en Sudáfrica, donde luchó, con éxito, contra la discriminación que sufría la comunidad india. Al regresar a su país, prosiguió la batalla, llamó a boicotear al gobierno colonial inglés violando su autoridad y fue encarcelado por ello. Movió masas y dejó símbolos como la 'Marcha de la Sal', una protesta pacífica por la independencia que encabezó en 1930. «La violencia es el miedo a los ideales de los demás», dijo.
Austero y enemigo de privilegios, cuestionó la sociedad de castas india poniéndose del lado de los 'intocables'. Recurrió al ayuno y a la espiritualidad como protesta y propugnó que la desobediencia civil era el arma más efectiva contra las leyes injustas. Sabía que los ingleses aplastarían cualquier intento de lucha armada. En 1948, a los 78 años, fue asesinado en Nueva Delhi por Nathuram Godse, un radical hindú. Y se convirtió en símbolo; en referente para los movimientos pacifistas futuros. El propio Luther King lo reconoció: «De mi formación cristiana he obtenido mis ideales y de Gandhi, la técnica de la acción». En una visita a La India en 1959, King pudo profundizar en su filosofía.
Bayard Rustin
La espiral de la no violencia se retroalimenta: en 1948, un entusiasta Bayard Rustin (Pennsylvania, 1910-Nueva York, 1987) viajaba a La India para aprender directamente de los principios de Gandhi. Rustin era un experimentado activista por los derechos civiles: un año antes había organizado en Carolina del Norte las primeras protestas contra la segregación en los autobuses, por las que fue arrestado y pasó varias semanas en prisión —no fueron las únicas; le detuvieron decenas de veces en toda su vida—. Entre 1947 y 1952 formó un comité de apoyo a la resistencia en Sudáfrica junto a líderes de Ghana y Nigeria y trabajó intensamente en el Movimiento por los Derechos Civiles de los años 60 en EEUU. Él fue el principal organizador de la Marcha sobre Washington de 1963 y quien asesoró a Martin Luther King sobre las técnicas de la resistencia no violenta para incumplir las leyes de segregación.
Pero la racial no fue su única lucha: Rustin era abiertamente homosexual —fue arrestado y atacado públicamente por ello. Incluso se afirmó que mantenía una relación con Luther King— y abogó por los derechos de gays y lesbianas hasta el final de su carrera.
Nelson Mandela
Nelson Mandela (Qunu, Sudáfrica, 1918) asumió la desobediencia civil como 'arma' para neutralizar el Apartheid. Y pasó 27 años en prisión por ello. En 1948, el Partido Nacional había ganado unas elecciones en las que sólo podían votar los blancos y había instalado un sistema de segregación racial. Enfrente tenía al Congreso Nacional Africano, formado en 1912 para luchar por los derechos de los negros y al que Mandela se unió en 1942. Se rebeló contra su destino en el clan familiar y se metió en política para combatir las prácticas xenófobas del régimen sudafricano promoviendo la desobediencia. Hasta que fue arrestado y acusado de alta traición. Como peaje, pasó casi tres décadas en una celda. En 1990 dio resultado la campaña internacional por su liberación y, ya en la calle, abogó por una solución política que no menoscabase los derechos de nadie. Tomó las riendas de la transición y se convirtió en presidente en las primeras elecciones democráticas. Siempre defendió la reconciliación.
Otro partidario de la no violencia en la lucha por los derechos de todos los sudafricanos fue Albert Luthuli (1898-1967), profesor y político galardonado con el Nobel de la Paz en 1960 por su oposición al Apartheid y su trabajo en favor de la integración. Luthuli pidió públicamente la desobediencia pacífica a las leyes decretadas desde el gobierno racista al considerar que atentaban contra la dignidad del hombre.
Jesse Jackson
Hasta que apareció Barack Obama, Jesse Jackson (Carolina del Sur, 1941) fue el gran líder negro del Partido Demócrata de EEUU. El reverendo, discípulo de Luther King, ha dedicado su vida a la lucha por los derechos civiles. Nació en un barrio pobre de Carolina del Sur, de madre soltera, estudió teología en Chicago y se ordenó pastor baptista en los sesenta, cuando aprendía de la lucha civil al lado de Luther King, al que acompañaba en el momento de su asesinato. Tras su muerte y la de Malcolm X, se convirtió en el principal cabecilla negro del país.
Preocupado por la integración real de los negros en la vida estadounidense, fundó organizaciones de vecinos en Chicago que impulsaran la educación y la actividad cultural y social de este colectivo al margen de guetos. Y en dos ocasiones —1984 y 1988— compitió sin éxito por convertirse en el candidato a la presidencia de EEUU por su partido, del que representaba el ala más a la izquierda. No lo consiguió, pero el simple hecho de que entrase en liza evidenciaba un paso adelante en el apoyo a una persona de su raza. Además, trabajó durante años como asesor en conflictos internacionales como el de Sudáfrica, Cuba u Oriente Próximo y fundó la asociación Rainbow/PUSH.
Dalai Lama
Estaba llamado a perpetuar el régimen feudal del Tíbet hasta que la China de Mao se cruzó en su camino. Cuando tenía sólo dos años, Tenzin Gyatso (Tíbet, 1935) fue identificado como la reencarnación del Dalai Lama y comenzó a prepararse para asumir su destino. Pero la Historia se precipitó: en 1950, la China comunista invadió el Tíbet y él tuvo que tomar las riendas: recibió el poder a los 16 años, dos antes de lo previsto, pidió ayuda a Naciones Unidas, que le ignoró, y se refugió en el sur del país mientras Mao imponía sus condiciones y los tibetanos eran sometidos. Hasta que, en 1959, la población de la capital, Lhasa, se sublevó en una insurrección fallida que terminó con el líder religioso huyendo a La India seguido de unas 150.000 personas. Se registraron cerca de 10.000 muertos.
Desde entonces, el Dalai Lama ha liderado una campaña de resistencia pacífica desde el exterior, en la ciudad de Dharamsala, cedida por La India al pie del Himalaya. Ha viajado por todo el mundo defendiendo la recuperación del territorio y no ha cesado de hacer pública la represión sangrienta y el «genocidio cultural» emprendido por los chinos, con los que, sin embargo, ha mantenido un espíritu negociador. Siempre ha apostado por la no violencia y los derechos humanos y su campaña le valió el Nobel de la Paz en 1989. En 2011 anunció que renunciaba a todos sus cargos políticos para quedar sólo como líder espiritual y religioso. Algo que ocurría por primera vez en tres siglos para un Dalai Lama.
Raquel Quílez. El Mundo.es.
http://www.elmundo.es/especiales/2013/internacional/martin-luther-king/otros-lideres.html

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