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1705. Vacunas contra la COVID-19: ¿Se puede conseguir la equidad en un contexto de desigualdad con millones de personas vulnerables?



Las máximas autoridades sanitarias coinciden en que acabar con el COVID-19 a nivel global no será posible hasta que todas las personas dispongan del mismo acceso a las vacunas. El coronavirus ya ha causado más de 4,6 millones de muertes desde principios de 2020 aunque se espera una disminución del número de fallecidos si se logra vacunar a más personas.
La probabilidad de que los países desarrollados vacunen a sus ciudadanos es mucho más alta que en los países en desarrollo, una situación que conlleva el riesgo de prolongar la pandemia y aumentar la desigualdad mundial. En paralelo a la celebración este lunes de un diálogo entre altos funcionarios de las Naciones Unidas, Noticias ONU explica la importancia de un acceso igualitario a las vacunas.
¿Qué es la distribución equitativa de vacunas?
En pocas palabras significa que todas las personas deben tener las mismas condiciones de acceso a una vacuna que ofrezca protección contra el coronavirus, independientemente de donde habiten.
La Organización Mundial de la Salud se ha fijado el objetivo de vacunar al 70% de la población mundial a mediados de 2022. Sin embargo, si se quiere alcanzar esta meta será necesario conseguir un acceso más equitativo a las vacunas
El director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), el doctor Tedros Adhanom Ghebreyesus, destaca que el acceso igualitario a las vacunas "no es ni ingeniería espacial, ni caridad. Se trata de salud pública inteligente y redunda en beneficio de todos".
¿Por qué es tan importante?
Aparte del argumento ético de que ningún país o ciudadano, por muy rico o pobre que sea, se merece la vacuna más que otro, una enfermedad infecciosa como el COVID-19 seguirá siendo una amenaza global, mientras exista en cualquier parte del mundo.
La distribución desigual de las vacunas no sólo deja a millones o miles de millones de personas en situación de vulnerabilidad frente a un virus letal, sino que también permite la aparición de variantes de la enfermedad todavía más mortíferas y que éstas se propaguen por todo el mundo.
Es más, una distribución desigual de las vacunas profundizará las desigualdades y aumentará la brecha entre ricos y pobres, y además revertirá décadas de progreso en materia de desarrollo humano que tanto ha costado conseguir.
La ONU indica que la desigualdad en el acceso a las vacunas tendrá un impacto duradero en la recuperación socioeconómica de los países de ingresos bajos y medios-bajos y que retrasará el progreso de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Organización.
Por ejemplo, el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) prevé que ocho de cada diez personas que hayan caído en la pobreza durante la pandemia del coronavirus vivirán en los países más pobres del mundo en 2030.
Las previsiones también sugieren que en los países de bajos ingresos los impactos económicos de la COVID-19 pueden durar hasta 2024, mientras que en los países de altos ingresos se podrían alcanzar tasas de crecimiento del PIB anteriores a la aparición del coronavirus a finales de este año.
¿Funciona este enfoque de lucha contra la pandemia?
No, lo advertía el pasado mes de abril el doctor Tedros cuando declaró que "la equidad de las vacunas es el reto de nuestro tiempo... y estamos fracasando".
Aunque en 2021 se producirán suficientes vacunas para cubrir al 70% de la población mundial compuesta por 7800 millones de personas, la mayoría de las vacunas se reservan para los países ricos, mientras que otras naciones productoras de vacunas restringen su exportación priorizando la vacunación de sus ciudadanos, un enfoque que se ha denominado una “actitud nacionalista con respecto a las vacunas”.
Un claro ejemplo de esta tendencia se produce en los países donde los ciudadanos ya inoculados reciben una vacuna de refuerzo, en lugar de priorizar las dosis sobrantes para las personas no vacunadas en los países más pobres.
Aun así, la buena noticia es que hasta el 15 de septiembre se han administrado más de 5500 millones de dosis en todo el mundo, aunque dado que la mayoría de las vacunas disponibles requieren dos dosis, el número de personas protegidas es mucho menor.
¿Qué países están recibiendo las vacunas?
Mientras que los países ricos reciben la mayoría de las vacunas, muchas de las naciones más pobres tienen dificultades para vacunar incluso a un pequeño número de ciudadanos.
Según el Tablero Mundial para la Equidad de las Vacunas (establecido por el PNUD, la OMS y la Universidad de Oxford) el 15 de septiembre, sólo el 3,07% de los habitantes de los países de bajos ingresos habían recibido la primera dosis en comparación con el 60,18% de los países de altos ingresos.
Así, cerca del 70,92% de las personas que viven en el Reino Unido fueron inoculados con la primera dosis de la vacuna, mientras que en Estados Unidos la cifra es del 65,2%.
Sin embargo, otras naciones de ingresos altos y medios no se encuentran en una situación tan favorable. En Nueva Zelanda sólo se ha vacunado al 31,97% de una población compuesta por unos cinco millones de habitantes, aunque en Brasil la tasa de vacunación está ahora en el 63,31%.
Estas cifras contrastan con las estadísticas de algunos de los países más pobres del mundo. En la República Democrática del Congo, sólo el 0,09% de la población ha recibido una dosis de la vacuna; en tanto que, en Papúa Nueva Guinea y Venezuela, la tasa es del 1,15% y del 20,45% respectivamente.
¿Cuánto cuesta una vacuna?
Los datos de UNICEF muestran que el coste medio de una vacuna COVID-19 es de 2 a 37 dólares (con 24 vacunas aprobadas por al menos una autoridad reguladora nacional) y el coste de distribución estimado por persona es de 3,70 dólares. Esto representa una importante carga financiera para los países de bajos ingresos, donde, según el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, el gasto sanitario medio anual per cápita asciende a 41 dólares.
El Tablero Mundial para la Equidad de las Vacunas muestra que, sin una ayuda financiera mundial inmediata, los países de bajos ingresos tendrían que aumentar su gasto sanitario a un 57% para cumplir el objetivo de vacunar al 70% de sus ciudadanos.
¿Qué ha hecho la ONU para promover un acceso más equitativo a las vacunas?
La Organización Mundial de la Salud y UNICEF han trabajado con otras organizaciones para establecer y gestionar el Mecanismo para un Acceso Mundial a las Vacunas COVID-19, conocido como COVAX. Lanzado en abril de 2020, la primera agencia de la ONU lo calificó como una "colaboración mundial innovadora para acelerar el desarrollo, la producción y el acceso equitativo a las pruebas, los tratamientos y las vacunas de COVID-19".
Su objetivo es garantizar un acceso justo y equitativo para todos los países del mundo en función de las necesidades y no del poder adquisitivo.
Según la Alianza Gavi, que cuenta con el apoyo de la ONU, COVAX cuenta actualmente con 141 participantes, pero esa no es la única forma en que los países pueden acceder a las vacunas ya que también pueden llegar a acuerdos bilaterales con los fabricantes.
¿Logrará la igualdad de acceso acabar con la pandemia?
Aunque obviamente es un paso crucial, y en muchos de los países más ricos la vida para muchas personas está volviendo a una especie de normalidad, la situación en los países menos desarrollados es más difícil.
Aunque la entrega de vacunas proporcionadas en el marco del Mecanismo COVAX está siendo bien recibida en todo el mundo, la debilidad de los sistemas sanitarios, que incluye la falta de personal sanitario, está contribuyendo a aumentar los problemas de acceso y distribución sobre el terreno.
Además, los problemas de equidad no desaparecen tras la entrega física de las vacunas en cada país; en algunas naciones, tanto en ricas como en pobres, pueden persistir las desigualdades en la distribución.
También vale la pena recordar que el requisito de facilitar un acceso equitativo a la atención sanitaria no es una cuestión nueva, sino que es fundamental en la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible. En concreto, para el Objetivo número 3 sobre la salud y el bienestar, que busca la cobertura sanitaria universal y medicamentos esenciales y vacunas asequibles para todos.
El doctor Tedros Adhanom Ghebreyesus, director general de la Organización Mundial de la Salud; Achim Steiner, administrador del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo; y Vera Songwe, que dirige la Comisión Económica de las Naciones Unidas para África participaron este lunes en la conversación sobre la equidad de las vacunas como parte de una serie de encuentros denominados “Momento para impulsar los Objetivos de Desarrollo Sostenible”.
ONU Noticias. Naciones Unidas. 20/09/2021
https://news.un.org/es/story/2021/09/1497022?utm_source=Noticias+ONU+-+Bolet%C3%ADn&utm_campaign=31a9f85152-EMAIL_CAMPAIGN_2021_09_21_12_00&utm_medium=email&utm_term=0_e7f6cb3d3c-31a9f85152-106929537

1422. Post-2015: Una nueva agenda de Desarrollo Sostenible

Voces de todo el mundo exigen liderazgo en relación con la pobreza, la desigualdad y el cambio climático.
Estos desafíos universales requieren acción global y este año presenta oportunidades sin precedentes para lograr el futuro que queremos. El 25 de septiembre, los líderes del mundo se reunirán en la sede de las Naciones Unidas, en Nueva York, para aprobar una agenda para el desarrollo sostenible.
Los nuevos Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), u Objetivos Globales, orientarán la política de desarrollo y financiamiento durante los próximos 15 años, comenzando con una promesa histórica de erradicar la pobreza extrema. En todas partes. Para siempre.
El Asesor de Políticas del PNUD, Paul Ladd, habla sobre 2015, año en que los países adoptarán una nueva agenda para el desarrollo y alcanzarán un acuerdo sobre el cambio climático.
Los Objetivos Globales reemplazan a los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM), los cuales en septiembre de 2000 reunieron al mundo en torno a un programa común: abordar la indignidad de la pobreza. 
Los ODM establecieron objetivos medibles, acordados universalmente, sobre la erradicación de la extrema pobreza y el hambre, la prevención de las enfermedades mortales pero tratables, y la ampliación de las oportunidades educacionales de todos los niños, entre otros imperativos del desarrollo.
Los ODM impulsaron el progreso en muchos ámbitos importantes:
• Pobreza económica
• Acceso a mejores fuentes de agua
• Matrícula en la enseñanza primaria
• Mortalidad infantil
Sin embargo, la tarea aún está inconclusa para millones de personas y es necesario hacer un último esfuerzo por poner fin al hambre, alcanzar la igualdad de género, mejorar los servicios de salud y lograr que todos los niños asistan a la escuela. Ahora debemos poner al mundo en una senda sostenible y los Objetivos Globales apuntan a eso, con 2030 como fecha límite.
La nueva agenda para el desarrollo incluye a todos los países, promueve sociedades pacíficas e inclusivas y mejores empleos, y responde a los desafíos ambientales de nuestra era, en particular el cambio climático. Este año se espera también que líderes mundiales alcancen un acuerdo mundial sobre cambio climático en la Conferencia de las Partes que se llevará a cabo en París.
Los Objetivos Globales deben terminar la labor que comenzaron los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM), sin que nadie quede rezagado.
Undp.org. 

Agenda de desarrollo post-2015

“Este año, los líderes mundiales tienen la oportunidad sin precedentes de poner el mundo en la senda del desarrollo incluyente, sostenible y resiliente"
-Helen Clark, Administradora del PNUD.


¿Qué es la agenda para el desarrollo post-2015?
La nueva agenda para el desarrollo post-2015 se basa en los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM), ocho objetivos contra la pobreza que el mundo se comprometió a alcanzar antes de 2015. Se han logrado enormes progresos en relación con el cumplimiento de estos, lo que demuestra el valor de una agenda unificadora basada en objetivos y metas. Sin embargo, pese a estos progresos, la indignidad de la pobreza no ha terminado para todos.
Los Estados Miembros de las Naciones Unidas ahora están en vías de definir los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) como parte de la nueva agenda que debe completar la labor de los ODM, sin que nadie quede excluido.
Los Estados Miembros aprobarán esta agenda en la Cumbre Mundial sobre el Desarrollo Sostenible que se llevará a cabo en septiembre de 2015.
¿Cuáles son los Objetivos de Desarrollo Sostenible propuestos?
Los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible están relacionados con áreas de intervención del Plan Estratégico del PNUD: desarrollo sostenible, gobernabilidad democrática y consolidación de la paz, y resiliencia ante el clima y los desastres naturales. El objetivo número 1 sobre pobreza, el número 10 sobre desigualdad y el número 16 sobre gobernanza son de particular importancia para el trabajo actual y los planes a largo plazo del PNUD.
Un enfoque integral que apoye los avances en los diversos objetivos es fundamental para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible, y el PNUD se encuentra en una posición privilegiada para respaldar ese proceso.
¿Qué rol desempeña el PNUD?
En los últimos tres años, el PNUD y el Grupo de las Naciones Unidas para el Desarrollo (GNUD) han facilitado un diálogo mundial sin precedentes con un conjunto diverso de interesados, incluidos grupos vulnerables, mujeres, jóvenes, personas con discapacidad y el sector privado, así como todos los niveles de gobierno.
Algunas cifras sobre el diálogo mundial:
- 7,3 millones de personas han establecido el orden de sus prioridades para el futuro por conducto de  laencuesta MI Mundo.
- Se realizaron consultas nacionales sobre el “mundo que la gente quiere” en casi 100 países.
- Se realizaron11 consultas temáticas mundiales a través del sitio web El mundo que queremos.
- Hubo más de 4 millones de consultas a la página El mundo que queremos y 7.000 visitantes por mes.
- Se realizaron 6 consultas sobre formas de implementación con más de 30.000 participantes.
- Se pusieron a prueba objetivos de gobernanza innovadores e ilustrativos en cinco países y objetivos piloto sobre la reducción del riesgo de desastres en cinco países.
- Se agregaron más de un millón de contribuciones cualitativas mediante el proyecto sobre la herramienta para la obtención de información Las voces de la gente.
Los principales mensajes de los dos informes, Un millón de voces e Implementación de la agenda para el desarrollo post-2015, que resumen las conclusiones del diálogo mundial son claros: la gente quiere ser parte de la implementación de esta nueva agenda y hacer que los gobiernos y las empresas rindan cuentas de las promesas y los compromisos contraídos. La gente destacó la importancia de la participación, la inclusión, así como de las capacidades y asociaciones fortalecidas.
Undp.org.

Cumbre sobre Desarrollo
A partir del próximo 25 y hasta el 27 de septiembre se llevará a cabo la Cumbre sobre Desarrollo Sostenible en la sede de la ONU en Nueva York.
Dicho evento se desarrolla en el marco del 70° Aniversario de las Naciones Unidas y en él se someterá a aprobación por parte de los Estados Miembros la Agenda de Desarrollo Sostenible, que incluye a los nuevos 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS's), mismos que darán continuidad a los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM's).
A continuación presentamos una serie de datos sobre las actividades que tomarán lugar en la Asamblea General durante la Cumbre sobre Desarrollo:
Hasta el 11 de septiembre, se tiene agendada la participación de 154 Jefes de Estado y Gobierno y de 30 Ministros en la Cumbre de Desarrollo Sostenible.
Para el Debate General, se espera la participación de 144 Jefes de Estado y Gobierno y 46 Ministros. Estos números pueden cambiar conforme se acerque el evento.
Entre el 31 de agosto y el 15 de septiembre se han acreditado a 8,915 delegados (esta cifra puede incrementarse al comienzo del Debate General).
Se han entregado cerca de 3,000 acreditaciones de prensa.
Se espera que se lleven a cabo 485 reuniones (incluyendo los eventos paralelos).
Para el desarrollo de los encuentros bilaterales se han instalado 40 cabinas en cuatro locaciones diferentes dentro del edificio de la ONU.
Se espera que este 2015 se lleven a cabo más de los 1,321 encuentros bilaterales que tomaron lugar el año pasado.
Por su parte, se espera que el Secretario General, Ban Ki-moon, participe en 230 compromisos durante la semana del Debate General, incluidas las conferencias de prensa, declaraciones, reuniones y encuentros bilaterales.
Cinu.mx. 17/09/15

1421. Presentan informe sobre balance de la Alianza mundial para el desarrollo

Fue presentado en conferencia de prensa el último Informe del Grupo de Tareas sobre el Desfase en el Logro de los Objetivos de Desarrollo del Milenio 2015: Balance de la Alianza Mundial para el Desarrollo.
El Secretario General de la ONU, Ban Ki-moon, en compañía del Secretario General Adjunto del Departamento de Asuntos Económicos y Sociales, Wu Hongbo; y la Administradora del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD),Helen Clark; comentó la función del Grupo de Tareas en el monitoreo del Objetivo de Desarrollo del Milenio número 8: Fomentar una Alianza Mundial para el Desarrollo.
Ban Ki-moon apuntó que este Informe se concentra en cinco áreas: asistencia oficial para el desarrollo, acceso a los mercados (intercambio comercial), sostenibilidad de la deuda, acceso a medicamentos esenciales a precios asequibles y acceso a las nuevas tecnologías.
Dijo que aún existen desfases en la reducción de las vulnerabilidades en los países menos desarrollados.
Asimismo, instó a la comunidad internacional a adoptar los nuevos Objetivos de Desarrollo Sostenible.
Añadió que el Grupo de Tareas brinda apoyo vital en el esfuerzo para promover las tres dimensiones del desarrollo sostenible: el área económica, social y ambiental.
Datos destacados
Entre los datos arrojados por este informe, se destaca que la reducción de deuda ha beneficiado a 36 de los 39 países pobres altamente endeudados. Eritrea, Somalia y Sudán están por comenzar un proceso de reducción de deuda.
Por otro lado el acceso a medicamentos esenciales sigue siendo bajo en países en vías de desarrollo; sin embargo, se han redoblado los esfuerzos por incrementar el acceso a tratamientos para enfermedades como el VIH, tubercolosis y malaria.
Por su parte, en cuanto el acceso a las nuevas tecnologías, se pone de relieve que en la actualidad, el 43% de la población mundial tiene acceso a internet. En los países en vías de desarrollo 32 de cada 100 habitantes utiliza internet, a diferencia del 80% de los países desarrollados; y más del 95% de la población mundial utiliza un teléfono celular.
Cinu.mx. 18/09/15

1410. Lograr la seguridad alimentaria para todos

Tras el entusiasmo de la última Conferencia Internacional sobre la Financiación para el Desarrollo, las cuestiones centrales y los muchos niveles de lo que está en juego están claros. De hecho, un asunto complejo como el hambre, que es una prioridad permanente en materia de desarrollo, sigue siendo motivo de lucha diaria para casi 795 millones de personas en el mundo.
Si bien ese número significa 216 millones de personas menos que en 1990-1992, según datos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), el hambre mata todos los días a más gente que la malaria (paludismo), el sida (síndrome de inmunodeficiencia adquirida) y la tuberculosis juntas.
La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) define al hambre como desnutrición crónica y la mide por el promedio nacional de a cuántas calorías accede cada persona a diario, así como la prevalencia de menores de cinco años con bajo peso.
En qué lugar estamos si la seguridad alimentaria y la nutrición están destinadas a ser un componente fundamental de la erradicación de la pobreza y del desarrollo sostenible.
De hecho, la alimentación es un derecho humano básico y vinculado al segundo de los futuros Objetivos de Desarrollo Sostenible, que incluyen la meta de erradicar el hambre y lograr la seguridad alimentaria (así como mejorar la nutrición y promover la agricultura sostenible) para 2030.
El Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo promueve prácticas agrícolas sostenibles para mejorar la vida de millones de agricultores a través del Green Commodities Programme (Programa de Productos Básicos Verdes)
Según el Programa Mundial de Alimentos, el mundo necesita un sistema de alimentación que cubra las necesidades de las 2.500 millones de personas más que poblarán la Tierra en 2050.
Erradicar el hambre y la extrema pobreza requerirá otros 267.000 millones de dólares al año en los próximos 15. En ese contexto preocupante, una duda asalta: ¿cómo lo lograremos?
De cara al futuro, el objetivo requiere mucho más que palabras, se necesitan acciones colectivas, incluso esfuerzos para duplicar la producción de alimentos a escala global, reducir el desperdicio y experimentar con alternativas alimentarias. En el marco de la misión del Fondo de Desarrollo Sostenible, trabajo para entender cómo atender mejor este asunto multifacético.
Consciente de que no existe una solución única para todos para mejorar la seguridad alimentaria, el Fondo para el Desarrollo Sostenible coordina con varios actores públicos y privados, así como con agencias de la ONU la implementación programas piloto innovadores en el terreno.
Por ejemplo, la institución trabaja para atender la seguridad alimentaria y la nutrición en Bolivia y El Salvador, donde campesinos se benefician de nuestro trabajo para fortalecer sistemas de producción agrícola locales.
Además, involucramos a mujeres y pequeños agricultores como parte de nuestros esfuerzos transversales para diseñar una respuesta más integrada a los desafíos del desarrollo. Reconocemos que varios factores también deben desempeñar un papel crítico para alcanzar la meta del hambre, a saber:
productividad agrícola mejorada, en especial pequeños agricultores y familiares, ayuda a mejorar la seguridad alimentaria;
un crecimiento económico inclusivo genera avances importantes en la reducción del hambre y la pobreza;
la expansión de la protección social contribuye directamente a la reducción del hambre y la malnutrición.
En la lucha contra el hambre, necesitamos crear sistemas de alimentación que ofrezcan mejores resultados nutricionales y que sean fundamentalmente más sostenibles, es decir que requiera menos tierras y que sean más resilientes al cambio climático.
Los desafíos son casi tan grandes como la creciente población que necesitará 70 por ciento más de alimentos para cubrir el cambio estimado en la demanda y las dietas.
Siempre y cuando no sigamos desperdiciando un tercio de lo que producimos, tendremos que reevaluar la producción agrícola y de alimentos en términos de la cadena de suministro y tratar de mejorar la calidad y los aspectos nutritivos en toda la cadena de valor.
La seguridad alimentaria y la nutrición deben ser un motivo de preocupación de todos, en especial si pretendemos erradicar el hambre y combatir la inseguridad alimentaria en todas sus dimensiones. Alimentar a la creciente población mundial debe, por lo tanto, ser un esfuerzo conjunto y que difícilmente vayan a lograr solos los gobiernos y las organizaciones internacionales.
En palabras de José Graziano da Silva, director general de la FAO: “Haber casi logrado el ODM del hambre nos muestra que podemos eliminar ese flagelo en nuestra vida. Debemos ser la generación Hambre Cero. Ese objetivo debe introducirse en todas las intervenciones políticas y debe ser el eje de la nueva agenda de desarrollo sostenible que se aprobará este año” .
Paula Durán. Directora del Fondo de Desarrollo Sostenible del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD)
Paula Durán. IpsNoticia.net.10/09/15

857. Informe Regional de Desarrollo Humano para América Latina 2013-2014. “Seguridad Ciudadana con Rostro Humano: Diagnostico y propuestas para América Latina”

"La inseguridad ciudadana frena el desarrollo de América Latina": PNUD
Nueva York, Estados Unidos. La inseguridad es un reto compartido y un obstáculo para el desarrollo social y económico en todos los países de América Latina según un nuevo informe del Programa de Desarrollo de la ONU (PNUD) lanzado hoy en su sede en Nueva York. Pero no basta sólo con medidas de control del delito; para una reducción duradera de la inseguridad en la región, el Informe Regional de Desarrollo Humano (IDH) 2013-2014 recomienda políticas orientadas hacia la mejora de la calidad de vida de la población, con prevención del delito y la violencia por medio de un crecimiento incluyente, instituciones de seguridad y justicia eficaces, además de medidas para estimular la convivencia social.
Ell IDH “Seguridad Ciudadana con rostro humano: diagnóstico y propuestas para América Latina” revela una paradoja: en la última década la región ha sido escenario de dos grandes expansiones, la económica pero también la delictiva. Pese a las mejoras sociales, la región sigue siendo la más desigual y la más insegura del mundo. Mientras los índices de homicidio disminuyen en otras regiones, el problema ha aumentado en América Latina, que registra más de 100 mil asesinatos cada año, llegando a superar un millón de asesinatos entre 2000-2010. Si bien la tasa de homicidios se ha estabilizado e incluso ha disminuido en algunos países, todavía es alta: en 11 de los 18 países, la tasa es mayor a los 10 asesinatos por cada 100,000 habitantes, nivel considerado epidémico. En todos los países analizados, la percepción de seguridad se ha deteriorado y el robo se ha triplicado en los últimos 25 años, convirtiéndose en el delito que más afecta a los latinoamericanos.
“La seguridad ciudadana es un tema delicado que preocupa a tomadores de decisión y repercute al calor de las campañas electorales,” dijo la Administradora del PNUD, Helen Clark. “Es un tema crucial para varias regiones, incluso América Latina y el Caribe, porque sin paz no puede haber desarrollo, y sin desarrollo no puede haber una paz duradera.”
“No hay una solución mágica para la inseguridad ciudadana en América Latina, pero este grave problema sí tiene remedio y requiere visión y voluntad política de largo plazo,” dijo el Subsecretario General de la ONU y Director del PNUD para América Latina y el Caribe, Heraldo Muñoz. “Se requiere, en cada país,  un Acuerdo Nacional por la Seguridad Ciudadana entre gobierno, partidos políticos y sociedad civil, de modo que la seguridad no se vea politizada y se transforme en una política de Estado.”
El estudio se concentra en seis amenazas principales que se entrecruzan e impactan negativamente a la región: el delito callejero;  la violencia y el delito ejercido en contra y por los jóvenes; la violencia de género; la corrupción (la apropiación indebida de los bienes públicos, cuya provisión es responsabilidad del Estado); la violencia por parte de actores estatales y la delincuencia organizada.
“Si bien algunas amenazas—como la delincuencia organizada, y especialmente el narcotráfico— suelen ser utilizadas para explicar la inseguridad, las dinámicas regionales, nacionales y locales son mucho más diversas”, explica el coordinador del IDH, Rafael Fernandez de Castro. “Incluso, muchas se originan y se manifiestan en el ámbito local.”
Una de las principales lecciones aprendidas en la región es que las políticas de "mano dura" no funcionan: la fuerte represión  policial y penal a menudo ha coincidido con altos índices de criminalidad, dice el informe. Las experiencias analizadas confirman que un enfoque que proteja los derechos a una vida digna y la integridad física y material es la base de la seguridad ciudadana, que es un bien público al cual todas las personas deben tener acceso y, como tal, su provisión es responsabilidad del Estado, resalta el IDH.
MAPA DE LA INSEGURIDAD
Mientras que en la mayoría de los países de América Latina la pobreza y la desigualdad disminuyeron en el periodo de 2004-2010, en más de la mitad de los países analizados la tasa de homicidio aumentó, incluso en aquellos países con menores niveles de pobreza. Además, uno de cada tres latinoamericanos señaló haber sido víctima de un delito con violencia en el año 2012, revela el informe del PNUD.
El aumento de las expectativas de consumo y relativa falta de movilidad social en la región impulsan lo que se denomina un “delito aspiracional”, dice el IDH. Además, las transformaciones causadas por el crecimiento urbano acelerado y desordenado, así como los cambios en la estructura familiar y deficiencias en el sistema escolar han generado condiciones que inciden en la criminalidad. El porte de armas de fuego, el consumo de alcohol y el tráfico de drogas, sin ser sus causales, también impulsan el delito según el estudio, que señala que “las capacidades de los Estados latinoamericanos no han estado a la altura del desafío de la inseguridad: la corrupción y la impunidad, así como la falta de proporcionalidad en las sanciones, han mermado su efectividad y legitimidad.”
La encuesta de cárceles que el PNUD realizó en Argentina, Brasil, Chile, El Salvador, México y Perú evidencia persistentes retos sociales. Uno de cada tres internos abandonó el hogar familiar antes de los 15 años (en Chile, uno de cada dos), y entre un 13% (Argentina) y un 27% (El Salvador) nunca conocieron a su padre o madre. La encuesta también reveló que un 40% de los internos en Chile no acabó la educación primaria. En todos los países, más de un 80% de los internos encuestados no completó 12 años de escolaridad.
El informe también revela una correlación directa entre el crecimiento urbano y el delito: la mayoría de los países que tuvieron un crecimiento de la población urbana superior al 2% anual (el crecimiento demográfico natural), también tuvieron incrementos en las tasas de homicidio, con la excepción de Colombia y Paraguay. “El problema no es el tamaño de la ciudad, sino la capacidad institucional para incorporar a los sectores que se encuentran en los barrios en condiciones de marginalidad”, señala el IDH.
Los jóvenes, principalmente los varones, son los más afectados por la criminalidad y la violencia y, a la vez, son los responsables más comunes de la violencia y los delitos, según el informe, que también hace un llamado para evitar la criminalización y estigmatización de los jóvenes, particularmente los de bajos ingresos. El Salvador (92.3), Colombia (73.4), Venezuela (64.2), Guatemala (55.4) y Brasil (51.6) tienen las cinco tasas de homicidio juvenil más altas del mundo (por 100,000 jovenes), según datos de la Organización Mundial de la Salud, del 2011.
El estudio del PNUD destaca la violencia de género como una amenaza persistente y un obstáculo para el desarrollo humano, la salud pública y los derechos humanos en la región. Los registros de violencia intrafamiliar, violaciones y asesinatos de mujeres (feminicidio) han aumentado en casi todos los países. De los internos que habían cometido delitos sexuales entre el 75% y el 90% declararon conocer a sus víctimas antes del delito y entre el 20% y el 40% eran sus familiares, según el informe.
PERCEPCION DE INSEGURIDAD
El IDH regional muestra que en todos los casos analizados es mayor la percepción de inseguridad que la victimización directa. Cinco de cada 10 latinoamericanos perciben que la seguridad en el país se ha deteriorado. Pero en Honduras, por ejemplo, que tiene la mayor tasa de homicidios del mundo (86.5 por 100,000 habitantes), ocho de cada 10 ciudadanos se sienten seguros en sus barrios, siguiendo el promedio regional. En contraste, en Chile, el país con menores tasas de homicidio de la región (2 por 100,000 habitantes) y niveles bajos de victimización por robo, la percepción de seguridad es menor que en Honduras: siete de cada 10 ciudadanos se sienten seguros en su barrio.
COSTOS DE LA INSEGURIDAD
El informe resalta que la inseguridad impacta en al menos tres dimensiones del desarrollo humano: a la persona, a la cohesión social y a las instituciones democráticas. También afecta el potencial económico de la región: sin el exceso de muertes por homicidios el Producto Interno Bruto (PIB) de la región hubiese sido superior en un 0,5%, lo que equivaldría a una ganancia potencial de más de US$24 mil millones de dólares en el 2009. Además, América Latina perdió 331 millones de años de vida en el año 2009 considerando la pérdida en la expectativa de vida, el tamaño de la población regional y teniendo en cuenta las tasas de homicidio para 15 países, señala el IDH.
Asimismo, un estudio del PNUD y del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) para el informe analizó los costos de la delincuencia y los niveles de  victimización en cinco países y reveló que Honduras experimenta los más altos costos con el delito y la violencia en porcentaje de su PIB en el 2010 (10.54%, equivalente a 1.669 millones de dólares), seguido de Paraguay (8,7%, lo que equivale a 1.742 millones de dólares), Chile (3.32%, es decir 7.215 millones de dólares) Uruguay (3%, o cerca de 1.165 millones de dólares) y Costa Rica (2.52%, 915 millones de dólares). En todos estos países los gastos públicos como consecuencia del delito (agentes de policía, jueces, prisiones) son más altos en todos los países, excepto en Uruguay, donde el costo antes de la delincuencia (medidas de seguridad, prevención) es mayor.
RESPUESTAS
El IDH resalta que reformar las instituciones básicas de la cadena de justicia—policía, jueces, ministerio público y cárceles—es esencial para responder a la inseguridad ciudadana, con énfasis en reestructurar los procesos de contratación, administración y profesionalización de los funcionarios para lograr una seguridad ciudadana efectiva y respetuosa de los derechos humanos. El estudio analizó la proporción de policías y de jueces en distintos países y realizó encuestas que revelaron bajos niveles de confianza de los ciudadanos en el sistema de justicia criminal. Excepto Nicaragua y Panamá, más de la mitad de los latinoamericanos expresaron poca o ninguna confianza en que los tribunales actuarían de manera confiable en el caso de ser víctimas de un robo o asalto.
Según el estudio del PNUD el sistema penitenciario está en crisis en prácticamente todos los países de la región, con distintas intensidades. Algunos factores como las deficiencias institucionales de las policías y los tribunales, la sobrepoblación y el abuso de la prisión preventiva son retos clave. Además, la función rehabilitadora de los sistemas penitenciarios no ha sido priorizada, según el informe, “las cárceles se han vuelto espacios que potencian la violencia, los abusos de los derechos humanos, las redes criminales y la reincidencia delictiva.” Asimismo, la percepción de los ciudadanos del encarcelamiento como solución a los problemas de seguridad ha limitado el avance de reformas para reducir la población carcelaria, adoptar medidas alternativas y fomentar la reinserción social, destaca el IDH.
MÁS ALLÁ DEL ESTADO 
El informe resalta la importancia de la respuesta de “actores no estatales”, incluso de los movimientos sociales, y de la cooperación internacional, a nivel regional y con organismos internacionales. Sin embargo, enfatiza que debido a la creciente percepción de inseguridad, a la expansión de las clases medias y al “adelgazamiento” del Estado, la contratación de vigilantes privados ha crecido en América Latina a una tasa estimada del 10% anual. La región tiene hoy casi 50% más vigilantes privados (3.811.302) que agentes de policía (2.616.753), siendo los agentes de seguridad privada de la región los más armados del mundo, con una tasa de posesión de armas por empleado diez veces mayor que la de Europa occidental. Este fenómeno aumenta la desigualdad de la población en términos de capacidad de lidiar con el delito, dice el IDH.
RECOMENDACIONES
El IDH regional subraya que los esfuerzos para mejorar la seguridad ciudadana  deben de tener en cuenta las necesidades y demandas específicas de los jóvenes y las mujeres. El estudio ofrece 10 recomendaciones  basadas en las lecciones aprendidas de la región: 1. Alinear los esfuerzos nacionales para reducir el delito y la violencia, incluyendo un Acuerdo Nacional por la Seguridad Ciudadana como política de Estado; 2. Generar políticas públicas orientadas a proteger a las personas más afectadas por la violencia y el delito; 3. Prevenir la delincuencia y la violencia impulsando un crecimiento incluyente, equitativo y con calidad; 4. Disminuir la impunidad fortaleciendo las instituciones de seguridad y justicia con apego a los derechos humanos; 5.  Potenciar la participación activa de la sociedad, especialmente las comunidades locales, en la construcción de la seguridad ciudadana; 6. Incrementar las oportunidades reales de desarrollo humano para los jóvenes; 7. Atender y prevenir de modo integral la violencia de género en el espacio doméstico-privado y en el ámbito público; 8; Salvaguardar activamente los derechos de las víctimas; 9. Regular y reducir los disparadores del delito, tales como alcohol, drogas y armas, desde una perspectiva integral y de salud pública y 10. Fortalecer los mecanismos de coordinación y evaluación de la cooperación internacional.
El IDH regional concentra su análisis en 18 países de la región: Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Honduras, México, Nicaragua, Panamá, Paraguay, Perú, República Dominicana, Uruguay y Venezuela.
Undp.org. 12/11/13
http://www.undp.org/content/undp/es/home/presscenter/pressreleases/2013/11/12/citizen-insecurity-thwarts-latin-america-s-development-says-undp/

Informe Regional de Desarrollo Humano 2013-2014
"Seguridad Ciudadana con rostro humano:diagnóstico y propuestas para América Latina"
Nueva York, Estados Unidos. A pesar de los avances sociales y económicos en las dos últimas décadas, América Latina sigue siendo la región más desigual y más insegura del mundo. El Informe de Desarrollo Humano para América Latina 2013-2014 del Programa de las Naciones Unidas Unidas para el Desarrollo (PNUD) revela nuevos datos sobre como la delincuencia y la violencia impactan la región y destaca una serie de recomendaciones políticas para la mejora efectiva en la seguridad ciudadana.

“Por la objetividad y solidez de su análisis, así como la pertinencia de sus propuestas de reformas institucionales y políticas públicas, este informe está llamado a ser una referencia obligada en la discusión y solución de la inseguridad ciudadana, el principal obstáculo para el desarrollo de América Latina y el Caribe." 
- ERNESTO ZEDILLO PONCE DE LEÓN
Ex-Presidente de México y Director del Centro de Estudios de la Globalización de la Universidad de Yale.

"Las políticas de seguridad ciudadana son importantes en el mundo entero, con características particulares en América Latina. Este informe es una contribución a la reflexión necesaria en el ámbito de seguridad que atañe al ciudadano de manera prioritaria. En materia de violencia contra la mujer, destaca la necesidad de prevenirla y combatirla en todas sus formas, desde el hogar hasta el ámbito público." 
- ANA PALACIO
Ex Ministra de Asuntos Exteriores de España; miembro del Consejo de Estado.

"Este informe será un referente obligado para entender la seguridad ciudadana en la región y contribuirá significantemente a los desafíos gubernamentales de mejorar las políticas públicas de seguridad ciudadana y evitar caer en la tentación fácil de la mano dura”.
- JOSE MIGUEL INSULZA
Secretario-General de la Organización de los Estados Americanos.

“Los hallazgos de este informe representan una carta de navegación para los Gobiernos que, entre otros, les permitirá orientar sus políticas públicas en la búsqueda de soluciones comunes al desafío de la inseguridad.  El BID contribuyó al estudio de costos de la violencia, para que los recursos invertidos promuevan sociedades más seguras e inclusivas”.  
- LUIS ALBERTO MORENO
Presidente del Banco Interamericano de Desarrollo.

Undp.prg. 12/11/13
http://www.latinamerica.undp.org/content/rblac/es/home/idh-regional/

Informe Regional de Desarrollo Humano para América Latina 2013-2014
“Seguridad Ciudadana con Rostro Humano: Diagnostico y propuestas para América Latina”
Nueva York, Estados Unidos. La región latinoamericana se ha establecido firmemente en el escenario internacional, y avanza en la reducción de la pobreza y la desigualdad, en el crecimiento económico y la estabilidad financiera. Sin embargo, algunos desafíos persisten: en su conjunto la región sufre la pesada carga de la violencia, con más de 100.000 homicidios registrados por año.
La mayoría de los países de la región tienen tasas de homicidio con niveles de epidemia, según la clasificación de la Organización Mundial de la Salud, con tasas mucho más altas que en otras regiones. Los costos humanos y sociales de esta violencia son demasiado altos.
Esta realidad llevó al PNUD a dedicar su Informe Regional de Desarrollo Humano para América Latina 2013-14 al desafío de garantizar la seguridad ciudadana. “Seguridad Ciudadana con Rostro Humano: Diagnóstico y propuestas para América Latina” evidencia los problemas de la delincuencia y la violencia en la región, y ofrece importantes recomendaciones para mejorar las políticas públicas sobre seguridad ciudadana. El informe tiene como antecedentes el Informe de Desarrollo Humano para Centroamérica del PNUD, “Abrir espacios para la seguridad ciudadana y el desarrollo humano“, lanzado en el 2009, y el Informe de Desarrollo Humano del Caribe, “Desarrollo Humano y el cambio hacia una mejor seguridad ciudadana”, del 2012.

856. Aumentan los homicidios en América Latina

AL es la región más insegura
Managua, Nicaragua. En los países de América Latina (AL), uno de cada tres ciudadanos ha limitado sus lugares de compras, y uno de cada tres ciudadanos ha restringido los lugares de recreación, ante la percepción general de inseguridad.
Esta proporción aumenta al tomar en cuenta solo a las personas que han sido víctimas de un delito. En este caso, uno de cada dos ha limitado sus lugares de compras y cuatro de cada diez, sus lugares de recreación.
Según el Informe Regional de Desarrollo Humano (IDH) 2013-2014 “Seguridad Ciudadana con rostro humano: diagnóstico y propuestas para América Latina”, del Programa de Desarrollo de la ONU (PNUD), el delito y la violencia constituyen obstáculos graves para el desarrollo humano pleno de América Latina.
Pese a las mejoras sociales, la región sigue siendo la más desigual y la más insegura del mundo. En todos los países analizados, la percepción de seguridad se ha deteriorado y el robo se ha triplicado en los últimos 25 años, convirtiéndose en el delito que más afecta a los latinoamericanos, revela el informe.
Tras referir que América Latina registra más de cien mil asesinatos cada año y en 11 de los 18 países la tasa es mayor a los 10 asesinatos por cada cien mil habitantes, nivel considerado epidémico.
La inseguridad tiene múltiples impactos negativos en el desarrollo humano: afecta profundamente las capacidades y las libertades de las personas, la manera cómo construyen la vida en sociedad y su relación con las instituciones del Estado.
Además, señala el estudio que la inseguridad genera importantes costos, desde el gasto público de las instituciones y los gastos privados de los ciudadanos para procurarse seguridad, hasta los costos irreparables en la vida y en la integridad física de las personas, cuando llega al homicidio.
Y es así que el IDH identifica seis tipos de delitos como amenazas a la seguridad ciudadana de los países de América Latina, debido al impacto en el desarrollo humano: delito callejero, delincuencia organizada, violencia en contra de los jóvenes, la violencia de género, violencia ilegal por parte de actores estatales y la corrupción.
Entre estas amenazas resalta el delito callejero, en el que incluye los hurtos y robos de pequeña cuantía, que son los que atentan con más frecuencia contra la seguridad de los ciudadanos.
Es por eso que señala que cuando se habla de una ciudad segura o de un barrio seguro, generalmente se alude a la poca ocurrencia de delitos callejeros, expone el informe. Y aunque en algunos países de América Latina destaca la incidencia del crimen organizado, el estudio también refiere que en casi todos los países las personas identifican el delito callejero como la principal amenaza a su seguridad.
Es así como un 48 por ciento de los latinoamericanos identifican a la delincuencia común como su principal amenaza.
Plantea el informe que para responder al desafío de la violencia y el delito, los gobiernos requieren establecer una política de Estado en materia de seguridad.
Casos más frecuentes: delitos de menos cuantía 
En Nicaragua no es la excepción. El vocero de la Policía Nacional, comisionado mayor Fernando Borge, corroboró que los delitos de mayor peligrosidad se registran en menor proporción.
Y la mayor cantidad de delitos que ocurren están relacionados con hurtos, carterismo en el interior de los autobuses de transporte colectivo o robos de menor cuantía, como bicicletas, la pieza de algún vehículo, cilindro de gas licuado, entre otros.
El combate de este tipo de delitos no es fácil, apuntó Borge, pero es al problema al cual la Policía se ha “volcado” a prevenir, pues “creemos que la percepción de inseguridad tiene que ver mucho con este tipo de delitos menores”.
Los planes en paradas de autobuses de transporte público y el llamado “Coraza Popular”, que desarrolla la Policía constantemente en los barrios, les ha dejado importantes resultados, expuso el vocero policial.
El IDH refiere que en los países de AL un porcentaje alto de delitos y actos violentos contra la ciudadanía no son investigados, procesados y, en su caso, castigados, por lo que se crea una sensación de vulnerabilidad.
Y en un énfasis muy particular con los países centroamericanos de Guatemala, El Salvador y Honduras, el IDH refiere que las políticas de mano dura, sobre todo en la lucha contra las maras, en esos países han tenido un impacto negativo y profundo en la convivencia democrática y en el respeto a los derechos humanos, que están en la base del desarrollo humano. En ese aspecto, la Policía Nacional de Nicaragua logra destacar en relación con el resto de países del istmo.
El vocero policial, comisionado mayor Fernando Borge, resalta que el logro obedece a que promueven el modelo preventivo comunitario. “En este caso, la fortaleza nuestra es el trabajo con la participación ciudadana”, sostuvo Borge.
Mano dura es un fracaso
Un punto muy particular que aborda el estudio es el fracaso de las políticas de mano dura adoptadas en la región para bajar el delito y los niveles de violencia.
Y en un énfasis muy particular con los países centroamericanos de Guatemala, El Salvador y Honduras, el IDH refiere que las políticas de mano dura, sobre todo en la lucha contra las maras, en esos países han tenido un impacto negativo y profundo en la convivencia democrática y en el respeto a los derechos humanos, que están en la base del desarrollo humano.
En ese aspecto, la Policía Nacional de Nicaragua logra destacar en relación con el resto de países del istmo.
El vocero policial, comisionado mayor Fernando Borge, resalta que el logro obedece a que promueven el modelo preventivo comunitario. “En este caso, la fortaleza nuestra es el trabajo con la participación ciudadana”, sostuvo Borge.
Recomendaciones
Para una América Latina segura, el IDH recomienda: Alinear los esfuerzos nacionales para reducir el delito y la violencia. Y generar políticas públicas orientadas a proteger a las personas más afectadas por la violencia y el delito.
Prevenir el delito y la violencia, impulsando un crecimiento incluyente, equitativo y con calidad. Así como disminuir la impunidad fortaleciendo las instituciones de seguridad y justicia, con respeto a los derechos humanos.
Potenciar la participación activa de la sociedad en la construcción de la seguridad ciudadana e incrementar las oportunidades reales de desarrollo humano para los jóvenes.
Atender y prevenir de modo integral la violencia de género, así como salvaguardar los derechos de las víctimas.
Regular y reducir los disparadores del delito, como alcohol, drogas y armas y fortalecer los mecanismos de coordinación y evaluación de la cooperación internacional.
Elízabeth Romero. La Prensa.com.ni. 15/11/13
http://www.laprensa.com.ni/2013/11/18/reportajes-especiales/170505-al-region-mas-insegura

América Latina, único lugar del mundo donde los homicidios aumentan
América Latina es la única región del mundo donde los homicidios se incrementaron entre el 2000 y el 2010, con 11 países con tasas consideradas como “epidemia”  por la OMS y un millón de víctimas de violencia criminal en una década, según un informe presentado este martes en Nueva York por Naciones Unidas.
Nueva York, Estados Unidos. “Entre 2000 y 2010 la tasa de homicidios de la región creció 11%, mientras que en la mayoría de las regiones del mundo descendió o se estabilizó. En una década han muerto más de 1 millón de personas en Latinoamérica y el Caribe por causa de la violencia criminal”, afirma el estudio del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo  (PNUD).
Esta “epidemia de violencia, acompañada por el crecimiento y difusión de los delitos, así como por el aumento del temor entre los ciudadanos”  tiene lugar a pesar de que América Latina “muestra hoy en día economías más fuertes e integradas, menos pobreza y democracias más consolidadas” , indica el informe.
“En la última década, América Latina ha sido el escenario de dos grandes expansiones: la económica y la delictiva”, resume el estudio de 285 páginas y que ofrece una visión regional de la seguridad ciudadana para 18 países, desde México hasta Argentina, sumando a República Dominicana.
Según las datos recabados, 11 países  (Brasil, Colombia, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Honduras, México, Panamá, Paraguay, República Dominicana y Venezuela) presentan un “alto nivel”  de homicidios, con tasas superiores a 10 por cada cien mil habitantes.
Esta porcentaje es considerado por la Organización Mundial de la Salud  (OMS) como un nivel de “epidemia”. Por debajo de él se encuentran los otros siete países analizados: Argentina, Bolivia, Chile, Costa Rica, Nicaragua, Perú y Uruguay.
El incremento del homicidio en América Latina afecta particularmente a “jóvenes de entre 15 y 25 años que no trabajan ni estudian” , dijo Carlos Loret de Mola, moderador de la presentación del informe en la que estuvieron presentes la titular del PNUD, Helen Clark, y el subsecretario general de la ONU y director regional del PNUD, Heraldo Muñoz.
A pesar de las alarmantes cifras, “en la mayoría de los países, la tasa se ha estabilizado en los últimos dos o tres años, e incluso hay un pequeño grupo de países que muestra una moderada disminución”, afirma el estudio.
Prensa Libre.com. 15/11/13
http://www.prensalibre.com/internacional/America_Latina-mundo-homicidios-creciendo_0_1028297322.html

Crece violencia en regiones ricas.
México, Distrito federal. Las tasas más altas de homicidios en México se registran en los municipios de menor pobreza, señala un reporte del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).
El patrón de violencia, según el Informe Regional de Desarrollo Humano 2013-2014. Seguridad Ciudadana con Rostro Humano, es totalmente opuesto al de Colombia, donde la violencia se concentra en las demarcaciones con mayores niveles de marginación.
"La relación entre bienestar e inseguridad puede transformarse radicalmente a lo largo del tiempo. Un ejercicio llevado a cabo en México muestra cómo entre los años 1990 y 2000 la mayor incidencia de homicidios se registraba en los municipios con mayor pobreza por ingresos", indica el estudio.
"En el 2005 y 2007, esta relación empezó a transformarse, y para el 2010 había cambiado drásticamente.
Para entonces, un mayor número de homicidios había comenzado a ocurrir en los municipios de menor pobreza por ingresos".
El estudio reconoce que no hay una relación clara entre pobreza y delito, pues en cada país y en cada época se observan comportamientos diferentes.
La educación en Latinoamérica, abunda el organismo, ha mejorado, pero los niveles de violencia no.
No obstante, sí hay una relación entre la deserción escolar y la delincuencia, pues los jóvenes con menor nivel educativo están más expuestos a ser víctimas de la violencia.
La tasa de homicidios de hombres de 18 a 40 años sin primaria es muy superior a la nacional, con 300 por cada 100 mil habitantes.
En contraste, indica, entre los varones de 26 a 40 años que lograron terminar estudios universitarios, la tasa de homicidios se ubica en 26 por cada 100 mil habitantes.
Algo semejante ocurre con las mujeres, donde el único grupo que tiene una tasa de homicidios superior al promedio nacional es el que se encuentra entre 18 y 25 años sin primaria terminada.
Otro dato sobre la relación educación y delincuencia es que el 51 por ciento de los presos declara no haber llegado ni a 9 años de escolaridad, mientras que el 85 por ciento tuvo menos de 12 años.
Victimizados
El PNUD indica que los jóvenes suelen ser el grupo más involucrado en la violencia, regularmente vistos como victimarios, pero también como víctimas.
En Colombia, la guerrilla y el paramilitarismo han provocado el ingreso forzado de jóvenes a sus filas; en países de Centroamérica conforman las pandillas o maras, y en México la estimación es de que 30 mil menores cooperan activamente con la delincuencia organizada desde la piratería hasta extorsión y narcotráfico.
Otro sector vulnerable son las mujeres, pues en México las agresiones sexuales contra ellas representan el 11 por ciento del total de delitos por los que hay condenas en las cárceles, mientras que en Perú llegan a ser el 22 por ciento.
En el caso mexicano, arriba del 70 por ciento de estos casos de violencia, el agresor conocía a la víctima.
Itxaro Arteta. El Norte.com. 15/11/13
http://www.elnorte.com/nacional/articulo/773/1545545/?Titulo=escala-violenciaen-regiones-ricas


América Latina: la paradoja del crecimiento con inseguridad
Durante los últimos años se ha producido un notable desarrollo económico-social, pero al mismo tiempo aumentan vertiginosamente los crímenes. Entre 2000 y 2010 se han producido más de un millón de asesinatos
Madrid, España. En años recientes, América Latina ha sido el escenario de dos grandes expansiones: la económico-social y la delictiva. Pese a los avances en crecimiento y las mejoras en salud, educación y reducción de pobreza y desigualdad, la región se ha tornado la más insegura del mundo.
Mientras los índices de homicidio disminuyen en otras regiones, el problema ha aumentado en América Latina, registrándose más de un millón de asesinatos entre 2000-2010. En 11 de 18 países, las tasas de homicidios superan la clasificación de “nivel epidémico”, con más de 10 homicidios por cada 100.000 habitantes. En tanto, el robo se ha triplicado en los últimos 25 años, convirtiéndose en el delito que más afecta a los latinoamericanos. Un promedio de seis en cada 10 latinoamericanos fueron víctima de un robo con violencia en el año 2012.
Estos son datos del Informe Regional de Desarrollo Humano Ciudadanía con Rostro Humano: Diagnóstico y Propuestas para América Latina, apoyado por la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID), que recién damos a conocer. La constatación de que la inseguridad es un reto compartido y un obstáculo para el desarrollo social y económico en todos los países de la región ha llevado al Programa de la ONU para el Desarrollo (PNUD), en el cual dirijo la división para América Latina y el Caribe, a dedicar dos años de investigación para diagnosticar el problema y aportar recomendaciones para mejorar las políticas públicas en la materia.
¿Cómo explicar el aumento en el crimen y la violencia si América Latina experimentó, entre el 2000-2010, el período de mayor crecimiento económico de las últimas cuatro décadas? ¿Cómo explicar la magnitud de la inseguridad ciudadana si esta bonanza económica, junto a la creación de empleos y algunas políticas innovadoras en materia social, elevaron más de un tercio de la población de la región a la clase media?
Por un lado, el crecimiento económico no se traduce automáticamente en una mejora en el desarrollo humano y tampoco implica que los ciudadanos estén más seguros. El informe destaca que en América Latina el crecimiento ha sido de baja calidad, basado en el consumo y con insuficiente movilidad social, lo cual ha impulsado una suerte de “delito aspiracional”. Los robos de celulares, laptops y ropa deportiva son una expresión de este fenómeno.
Por otro lado, el deterioro de la inseguridad ciudadana también se relaciona con las transformaciones demográficas causadas por el crecimiento urbano acelerado y desordenado, así como los cambios en la estructura familiar y fallas en el sistema escolar; es decir, se ha erosionado el tejido social, generándose condiciones que inciden en la criminalidad. Además, el porte de armas de fuego, el consumo de alcohol y el tráfico de drogas son factores que impulsan el crimen y el delito. Otro elemento fundamental es la escasa capacidad de los Estados latinoamericanos, así como la falta de profesionalización en el combate al delito y la carencia de proporcionalidad en las sanciones.
La encuesta de cárceles que el PNUD realizó en Argentina, Brasil, Chile, México y Perú evidencia persistentes retos sociales. Uno en cada tres internos abandonó su hogar antes de los 15 años (en Chile uno en cada dos), y entre un 13% (Argentina) y 27% (El Salvador) nunca conocieron a su padre o madre. La encuesta también reveló que un 40% de los internos en Chile no acabó la educación primaria. En todos los países, más de un 80% de los internos encuestados no completó 12 años de escolaridad.
Los jóvenes, principalmente los varones, son los más afectados por la criminalidad y la violencia, y a la vez son los responsables más comunes de la violencia y los delitos; el informe, también hace un llamado a evitar la estigmatización de los jóvenes, particularmente los de bajos ingresos.
La violencia de género también es una amenaza persistente y un obstáculo para el desarrollo humano, la salud pública y los derechos humanos en la región. Los registros de violencia intrafamiliar, violaciones y asesinatos de mujeres (feminicidios) han aumentado en casi todos los países. De los internos que habían cometido delitos sexuales, entre el 75 y el 90% declararon conocer a sus víctimas antes del delito y entre el 20 y el 40% eran sus familiares, según el informe.
La inseguridad ciudadana también afecta el potencial económico de la región: sin el exceso de muertes por homicidios el Producto Interno Bruto (PIB) de la región hubiese sido superior en un 0,5%, lo que equivaldría a una ganancia potencial de más de 24 mil millones de dólares en el 2009. Un estudio del PNUD y del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) elaborado para el informe analizó los costos de la delincuencia y los niveles de victimización en cinco países y reveló que Honduras sufre los más altos costos con el delito y la violencia en porcentaje de su PIB en el 2010 (10.54%, equivalente a 1.669 millones de dólares), seguido de Paraguay (8,7%, lo que equivale a 1.742 millones de dólares), Chile (3.32%, es decir 7.215 millones de dólares) Uruguay (3%, o cerca de 1.165 millones de dólares) y Costa Rica (2.52%, 915 millones de dólares).
La creciente percepción de inseguridad y el “adelgazamiento” del Estado han estimulado la contratación de vigilantes privados, que ha crecido en América Latina a una tasa estimada del 10% anual. La región tiene hoy casi 50% más vigilantes privados (3.811.302) que agentes de policía (2.616.753), siendo los agentes de seguridad privada de la región los más armados del mundo, con una tasa de posesión de armas por empleado 10 veces mayor que la de Europa occidental. Esta privatización de la seguridad agudiza la desigualdad que experimentan los latinoamericanos.
No hay una solución mágica para la inseguridad ciudadana en América Latina, pero el problema sí tiene remedio y requiere visión y voluntad política a largo plazo. América Latina cuenta con experiencias y lecciones aprendidas de gran valor, que se analizan en el informe. Una de las principales lecciones de la región es que las políticas de "mano dura" no funcionan: la fuerte represión policial y penal a menudo ha coincidido con espirales de violencia y altos índices de criminalidad.
Entre las 10 recomendaciones para una región más segura, destaco la conveniencia de evitar la politización del tema de la inseguridad, visualizándola como un desafío de todos que demanda construir en cada país un Acuerdo Nacional por la Seguridad Ciudadana como política de Estado, provista de medidas para el corto, mediano y largo plazo.
No hay otro camino sino el de elaborar políticas que se orienten hacia una estrategia integral de seguridad ciudadana, que incluya la actuación policial a partir de un trabajo por cuadrantes y cercano con las comunidades locales; la adaptación de nuevas tecnologías para ubicar puntos neurálgicos del crimen, enfatizando la prevención en las áreas de riesgo; la mejora de la calidad de vida de la población con especial atención en los grupos más vulnerables como jóvenes y mujeres; una justicia accesible, ágil y eficaz; y una educación que se base en valores de convivencia pacífica, tolerancia y respeto al estado de derecho.
Heraldo Muñoz. Subsecretario-General de las Naciones Unidas y director del Programa de la ONU para el Desarrollo (PNUD).
Heraldo Muñoz. Analítica.com. 15/11/13
http://www.analitica.com/va/internacionales/opinion/1760149.asp

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