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1694. "La Justicia Restitutiva es esencial para la reconciliación, la prevención de conflictos y la creación de sociedades basadas en la equidad, la igualdad, el respeto y la solidaridad”: António Guterres


Guterres: Los jóvenes representan la primera línea de lucha contra el racismo
El racismo "perpetúa la desigualdad, la opresión y la marginación" asegura el titular de la ONU en la jornada de la ONU dedicada a acabar con esta lacra. Por su parte, la responsable de velar por los derechos humanos en el mundo afirmó que es "imprescindible" acabar con la violencia policial en el marco de la discriminación racial.
El Secretario General de la ONU subrayó el destacado rol que juegan los jóvenes, cuyas actitudes y comportamientos “marcarán la forma y el aspecto futuros de nuestras sociedades”, en la lucha contra el racismo y les emplazó a enseñar a todo el mundo “que todas las personas nacen iguales”. “La supremacía racial es una mentira maligna. El racismo mata”, resaltó el titular de la ONU.
En su mensaje en conmemoración del Día Internacional de la Eliminación de la Discriminación Racial que se celebra cada 21 de marzo, António Guterres recordó que durante el año pasado, y tras el asesinato del ciudadano estadounidense George Floyd, se sucedieron múltiples movilizaciones antirracistas en todo el mundo que buscaban “protestar contra la cruel pandemia mundial del racismo”.
“Reconoció el racismo como lo que es. Peligroso, abominable, repulsivo y ubicuo. El racismo es un mal mundial profundamente arraigado. Trasciende generaciones y contamina sociedades. Perpetúa la desigualdad, la opresión y la marginación”, denunció.
El titular de la ONU llamó a condenarlo “sin reservas, sin vacilaciones y sin condicionamientos” dondequiera que lo veamos.
El racismo, una triste realidad vigente
Unas horas más tarde y ante los Estados miembros de la Asamblea General, Guterres retrocedió al pasado y recordó los orígenes de la celebración de este Día, cuando el 21 de marzo de 1960 la policía sudafricana mató a 69 personas que participaban en una manifestación pacífica contra las leyes racistas del apartheid.
"Hoy, el apartheid está muerto. Pero, lamentablemente, el racismo sigue vivo, en todas las regiones y en todas las sociedades”, alertó.
El Secretario General destacó que gran parte del racismo actual se asienta “en siglos de colonialismo y esclavitud” y que se traduce en la “omnipresente discriminación y exclusión” que padecen las personas afrodescendientes, o la “injusticia y opresión” que sufren los pueblos indígenas y otras minorías étnicas.
Añadió que el racismo y la discriminación también son patentes “en el antisemitismo, el odio antimusulmán, el maltrato a algunas comunidades cristianas minoritarias y otras formas de intolerancia y xenofobia”, o contra las personas de ascendencia asiática a las que se acusa de injustamente por la aparición del coronavirus.
La importancia de la justicia restitutiva en la reparación de los errores del pasado
Guterres aprovechó la efeméride para recordar que la celebración este año del vigésimo aniversario de la Declaración y el Programa de Acción de Durban nos dan la oportunidad de evaluar honestamente “dónde estamos y hacia dónde tenemos que ir”.
A continuación, recordó la necesidad de combatir el racismo a diario y a todos los niveles, especialmente en el reconocimiento de las injusticias históricas que han contribuido “a la pobreza, al subdesarrollo, a la marginación, a la exclusión social y a la inestabilidad de las personas y de los países”.
“Es hora de reconocer y reparar los errores de antaño y revertir sus consecuencias. La justicia restitutiva es esencial para la reconciliación, la prevención de conflictos y la creación de sociedades basadas en la equidad, la igualdad, el respeto y la solidaridad” y “puede ayudar a reparar el contrato social entre las personas y el Estado”.
Finalmente, destacó que, en un contexto de sociedades progresivamente más multiétnicas, multirreligiosas y multiculturales, es necesaria una mayor inversión política, cultural y económica en inclusión y cohesión.
“Tenemos que aprovechar los beneficios de la diversidad en lugar de percibirla como una amenaza”, resaltó.
Violencia policial: Hay que abordar el racismo dentro de todas las instituciones
Por su parte, la Alta Comisionada de la ONU para los derechos Humanos abordó el tema de la brutalidad policial y la discriminación racial contra los afrodescendientes durante una presentación ante el Consejo de derechos Humanos.
Michelle Bachelet calificó como “imprescindible” el hecho de acabar con la violencia policial, pero indicó que ésta no dejará de producirse a menos que tratemos la problemática del racismo dentro de cada institución.
“Sin embargo, no tendremos éxito en este empeño hasta que nos demos cuenta de que la impunidad de la violencia ejercida por la policía y otros funcionarios encargados de hacer cumplir la ley contra los afrodescendientes no surge en el vacío; que las autoridades policiales y judiciales son un reflejo de nuestras sociedades; y que, a menos que abordemos el racismo sistémico dentro de todas nuestras instituciones, nunca podremos "arreglar" a la policía por sí sola”.
Bachelet explicó que la semana pasada se reunió con familiares de víctimas asesinados por las fuerzas del orden.
“Su valor y sus descripciones del impacto y el trauma continuo de perder a su hijo o hermano de forma tan repentina y violenta me afectó profundamente”, dijo.
También indicó que cree que el juicio por el asesinato de George Floyd en Estados Unidos representa “una oportunidad crucial y definitoria para la justicia” que se ha denegado a muchas otras familias.
“Para terminar con las injusticias raciales entre las fuerzas del orden, no podemos ver simplemente la punta del iceberg, tenemos que abordar la masa que está bajo la superficie”, señaló.
Bachelet anunció que el próximo mes de junio presentará un informe al Consejo donde recomendará un “programa de cambios transformadores” que sirva para acabar con el racismo sistemático y la brutalidad policial contra africanos y afrodescendientes, y para promover la rendición de cuentas y la reparación de las víctimas.
También analizará las respuestas de los gobiernos a las recientes manifestaciones en favor de la justicia racial, e incluirá informes sobre el uso innecesario y desproporcionado de la fuerza contra los manifestantes, los transeúntes y los periodistas por parte de las autoridades, así como amenazas más generales a los afrodescendientes y a otras personas opuestas al racismo.
Naciones Unidas. (2021, 19 Marzo). Guterres: Los jóvenes representan la primera línea de lucha contra el racismo. Centro de Noticias de las Naciones Unidas. Recuperado el 21 de Marzo en 
https://news.un.org/es/story/2021/03/1489732

1501. "Hasta que la dignidad se haga costumbre"

Jacinta, Alberta y Teresa reciben las disculpas de la PGR; es una victoria "Hasta que la dignidad se haga costumbre"
Después de volver a relatar la aprehensión injusta, las acusaciones falsas, la violación a sus derechos, las humillaciones, las pérdidas y el dolor que les causó la fabricación de su caso por parte de la Procuraduría General de la República (PGR) -pero esta vez sí con la atención de funcionarios de alto nivel-, las mujeres hñähñú Teresa González Cornelio, Jacinta Francisco Marcial y Alberta Alcántara Juan escucharon el reconocimiento público de su inocencia y el ofrecimiento de disculpas por parte del titular de la PGR, Ricardo Cervantes, en un acto llevado en el Museo Nacional de Antropología de la Ciudad de México.
Ciudad de Mexico. 22/02/17


Discurso de Teresa González 
Buenas tardes, soy Teresa González Cornelio.
El 26 de marzo 2006 llegaron a mi comunidad de Santiago Mexquititlán Agentes
Federales a hacer destrozos al tianguis, y al no dejarnos es que nos hicieron
acusaciones falsas. Nos acusaron de delitos que no cometimos y nos llevaron detenidas
el 03 de agosto del mismo año, con engaños, sin saber por qué estábamos detenidas.
La PGR nos acusó con acusaciones falsas de secuestradoras y posesión de cocaína y
nos sacó ante los medios de comunicación. Nuestra familia sufrió mucho porque nos
cambió la vida por completo, porque no sabíamos cómo defendernos al no tener los
recursos económicos.
Hoy en día, estos once años de lucha nos han hecho tener las fuerzas para seguir
luchando con nuestra familia y amigos. Para mí esta disculpa pública es una gran
victoria porque cierra estos once años de lucha junto con el acompañamiento de
nuestros abogados. La organización Miguel Agustín Pro Juárez creyó en nuestra
inocencia, en nosotras, siendo mujeres indígenas.
Hoy quisiera darle un mensaje a mujeres víctimas como nosotras: que luchen, que no
se queden calladas hasta que las autoridades las escuchen y la sociedad sepa la
verdad. Sí se puede. A veces es por miedo que nos quedamos calladas.
Por último quisiera pedirle, señor Procurador, que se comprometa a que ya no va a
volver a suceder que las autoridades fabriquen pruebas, que más personas no vayan a
parar injustamente a la cárcel por delitos que no cometieron.
Muchas gracias.

Discurso de Alberta Alcántara 
26 de marzo 2006.
Llegaron unos agentes federales a Santiago Mexquitilán a hacer
un decomiso de discos, pero llegaron sin orden y sin
identificación. La gente se molestó por los hechos.
3 de agosto 2006.
Me detienen en mi trabajo. Me llevaron al Cereso femenil. Allí
pasé humillaciones por las custodias y compañeras, por ser
indígena y pobre. Viví cosas muy difíciles por estar separada de
mi familia.
Tocamos muchas puertas y no nos hacían caso, hasta que
encontramos al Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín
Pro Juárez. Allí empezó a cambiar nuestra situación, a ser
escuchadas, después de 3 años 8 meses en prisión.
Después de salir de prisión no fue fácil volver a la sociedad;
algunos no te comprenden.
No se queden callados. Hablen, busquen apoyo de las
organizaciones, siempre hay alguien que nos puede ayudar,
siempre hay una pequeña luz en el camino.
Señor Procurador: espero no sea la primera ni la última disculpa
pública. Hay muchas víctimas como nosotras. Espero que sus
colaboradores trabajen bien.
Con la disculpa no me devuelven el tiempo perdido.

Discurso de Esthela, hila de Jacinta 
Buenas tardes a todos y cada uno de ustedes pueblo de México y pueblos del mundo,
gracias por todavía acompañarnos, es lamentable, vergonzoso e increíble que a 6 meses
de cumplirse 11 años del caso 48/2006…hoy, por fin la Procuraduría General de la
República reconoce de manera forzada no por voluntad que el caso citado fue un error,
la disculpa es por funcionarios mediocres, ineptos, corruptos e inconscientes que
fabricaron el delito de secuestro e inventaron que Jacinta era delincuente, la evidenciaron
en los diarios locales de Querétaro, la demandaron por un delito federal que no alcanzaba
fianza, la investigaron los mismos policías demandantes, la encarcelaron con mentiras sin
decirle que tenía derecho a un abogado de oficio y a un traductor.
Jacinta Francisco Marcial, es mi querida madre, es una mujer Indígena ñhöñhó de
Santiago Mexquititlán. ella fue secuestrada legalmente el jueves 03 de agosto de 2006
acusada de privación ilegal de la libertad de seis agentes Federales de Investigación (Hoy
agentes ministeriales) con el expediente 48/2006, sentenciada a 21 años de cárcel y una
multa de dos mil días de salario mínimo un equivalente a 90 mil pesos. Ella fue liberada
gracias al apoyo del Centro de derechos Humanos Miguel Agustín Pro Juárez,
A.C.(Prodh), organismo no gubernamental de los padres jesuitas de México la noche del
15 de septiembre de 2009.
El caso 48/2006 es un simple ejemplo de tantas, de las muchas arbitrariedades ilegales
que cometen las autoridades que tienen título, nombramiento, reconocimiento oficial en
este nuestro país que es México.
Este largo proceso de desgaste económico, emocional, físico, psicológico dejo una gran
experiencia de la realidad. Hoy se sabe que en la cárcel no necesariamente están los
delincuentes, están los pobres que no tienen dinero, los indefensos de conocimiento, los
que poderosos someten voluntad ajena; Los delincuentes de mayor poder, de cuello
blanco no pisan la cárcel, no conocimos en Querétaro ningún rico que estuviera en la
cárcel.
Jacinta pudo ser liberada gracias al apoyo de su familia, gracias a la publicación que hizo
muchos seres humanos pensantes, pero sobre todo, gracias a la valiosa intervención de
todo el equipo de apoyo del Centro Prodh. De no haber sido por esta gran labor, Jacinta
hoy estaría pagando una sentencia de un delito que jamás existió. La pregunta es
¿cuántos inocentes están hoy en la cárcel por un delito no cometido o que no existe?
¿Cuántos secuestradores, delincuentes autorizados, con título, nombrados por la ley
andan sueltos, cobrando de nuestros impuestos, encarcelando, persiguiendo o acosando
con un delito fabricado?
Agentes federales como los que acusaron a Jacinta y sus cómplices (porque tuvieron
cómplices) son los que él estado contrata para garantizar la seguridad social, ¿Qué sería
la vida sin ellos?, ¿qué hay hoy de estos funcionarios públicos con título o nombramiento
(Agentes federales, ministerio Publico, juez y los cómplices de los policías demandantes)
espero equivocarme, pero, seguramente siguen trabajando y cobrando de nuestros
impuestos, siguen siendo nuestros empleados a pesar de demostrar con este caso su
ineficiencia e inutilidad.
Preguntaran que si es suficiente la disculpa pública y la aclaración de inocencia de Jacinta,
jamás lo será, no basta la reparación de daños para superar el dolor, la tristeza, la
preocupación y las lágrimas ocasionado a la familia. ¿Quién va devolver la de vida mi
hermano José Luis que no pudo estar tres años con su mamá? Y que hoy, a seis días de
cumplir siete años que falleció, seguimos recordando que estuvo solo cinco meses con mi
mamá después de recuperar su libertad.
A los que solo piensan en el dinero de reparación de daños, no se preocupen, no nacimos
con él, ni moriremos con él, nuestra riqueza no se basa en el dinero, pueden estar
tranquilos lo destinaremos y lo haremos llegar a donde tiene que llegar en su momento
justo.
A los abogados particulares que se dedican a robar a sus clientes, no sean mediocres de
conciencia y no abucen del dolor ajeno, tengan tantita dignidad y si no pueden tomar el
caso con éxito, no engañen a la gente, no coman ni beban a costa del sufrimiento.
Este caso cambio nuestra vida para ver, saber y sentir que las victimas nos necesitamos,
que, lo que al otro le afecta, tarde o temprano me afectara a mi, en este sentido nuestra
existencia hoy tiene que ver con nuestra solidaridad con los 43 estudiantes normalistas
que nos faltan, con los miles de muertos, desaparecidos y perseguidos, con nuestros
presos políticos, con mis compañeros maestros caídos, cesados por defender lo que por
derecho nos corresponde: mejores condiciones de vida y trabajo.
A todas las instituciones gubernamentales como CDI, CNDH, y otras de apoyo social,
pónganse a trabajar de verdad, no solo den recomendaciones cuando ya otras
instituciones no gubernamentales lo hacen por ustedes, no sean títeres ni solo sirvan para
acarrear gente para ver a un gobernador o político.
Alas victimas actuales, a mis hermanos luchadores sociales y maestros que estamos en
pie de lucha, a los caídos, desaparecidos, encarcelados, exiliados, perseguidos,
aterrorizados que defienden, luchan y están a favor de los derechos humanos…quiero
decirles que después de vivir este terrorismo de estado, asumimos el dolor, vencimos el
miedo para que la victoria fuera nuestra …la ignorancia, el miedo no puede estar ensima
de la vida…estamos orgullosos de ustedes…, hoy la historia la podemos escribir gracias
a las personas que nos atrevimos a levantar la voz, los que nos atrevimos hacer uso de la
palabra, los que todavía tenemos principios humanos, estamos orgullosos de que esta
historia aun cuando los tiempos actuales está de moda enaltecer la corrupción, la
estupidez, la ignorancia, no se la dejamos a la pudrición. Hoy nos queda solidarizarnos
con otras víctimas, nos queda saber que la conciencia, la sabiduría, la razón, la vida y la
libertad no se vende, no se negocia, ni tiene precio…
Al procurador General de la Republica, decimos que no estamos contentos ni felices por
este acto de disculpa, pedimos el cese a la represión, persecución y liberación de presos
políticos quienes su único delito es aspirar mejores condiciones de trabajo, vida, patria
digna y justa…, pedimos no sigan dándose este tipo de casos, hoy queda demostrado,
que, ser mujer, pobre e indígena, no vergüenza del pueblo, vergüenza hoy es de quien
supuestamente debería garantizar nuestros derechos como etnia, como indígenas, como
humanos,
Actualmente vemos autoridades ignorantes, corruptos y vendidos, no les damos las
gracias, exigimos que, por traidores a nuestra patria, renuncien a sus cargos si no tienen
dignidad, por vergüenza.
La familia Jacinta gradecemos infinitamente a todos(as) los(las) aquellos héroes anónimos
que nos apoyaron incondicionalmente en el caso, con sus cartas, con comida, con dinero
de manera directa o indirecta, “estamos seguros que la vida les recompensara el favor
realizado, sabemos que el éxito de este proceso es gracias a la participación de muchas
personas…este caso nos cambió la forma de ver la vida, hoy sabemos que no es necesario
cometer un delito para ser perseguido o estar en la cárcel.
Por los que seguimos en pie de lucha por la justicia, la libertad, la democracia y la
soberanía de México, para nuestra patria, por la vida, para la humanidad, quedamos de
ustedes por siempre y para siempre la familia Jacinta Francisco Marcial…hasta que la
dignidad se haga costumbre.

Discurso de Jacienta 
Buenas tardes a todos aquí presentes. Yo, como acaba de decir
Ricardo Rocha, soy Jacinta Francisco Marcial, hay muchos que ya
me conocen. A veces me voy por donde quiera y siempre digo gracias
a muchas gentes; a donde quiera que vaya, a veces cuando oigo
“doña Jacinta” y me volteo a verlos, y ni los conozco, digo “¿Quién
es?” y me dicen: “tú no me conoces, pero tú eres la señora de la tele,
tú eres la señora del periódico”.
Me dicen eso porque yo estuve en la cárcel injustamente, porque yo
no sabía defenderme, yo no sabía hablar, ni sabía por qué me
llevaban. Es igual que cuando tienes un animalito y lo llevas, y ni sabe
por dónde lo llevas. Me decían que era secuestradora, y me pongo a
pensar y digo que secuestradores eran ellos, porque me llevaban a
un lugar que yo no conocía, y nunca pensé que iba a llegar allí. A mí
me llevaron con engaño, a muchos de nosotros nos ha pasado eso.
Ese día yo estaba en una comunidad de la religión católica, no estaba
en mi casa. Agarré un taxi para llegar temprano a mi casa. Llegando,
había dos señores que llegaron preguntándome por un terreno,
cuando yo no conocía el terreno, ni de compras ni ventas de terreno,
pues yo no tengo nada. Y ya atravesaron el camino y me dijeron: “no
tengas miedo”, mientras me llevaban; “te vamos a llevar a declarar
por un árbol verde que tú cortaste, ¿no sabes que eso es un delito?”.
Les dije “No, yo no he cortado nada, pues por qué no me lo dijeron
antes para entrar en mi casa y ver que ahorita no tengo leña”. Y me
dijeron: “no, vamos, nomás vas a ir a declarar y te regresas. Hasta
nosotros vamos a regresar y dejarte en tu casa”, como burlándose de
nosotros. A mí en ese momento no me dio miedo, era mi esposo
quien iba un poco espantado porque decía: “se me hace que son
esos que llegaron el día de la piratería en Santiago”. Me decía “tú di
la verdad, lo que es y lo que tú viste. No digas otra cosa que no sean
verdades”. Entonces, por decir la verdad me llevaron 3 años y dos
meses a la cárcel, por decir la verdad. Así fue. Yo nunca pensé que
iba a estar 3 años, pensé que, si yo ni vendía ni estaba allí, ¿por qué
voy a estar?
Tuvimos una semana inicial con rejas abiertas, cuando uno nunca
conoce cómo es la cárcel: todo abierto y un frío que hacía ese día...
Estaba lloviznando. Y nos dice la custodia: “agarre una cobija cada
quien, nomás una”. Y ese lugar donde íbamos a dormir era una piedra
sin nada y con mucho frío. Yo lloré en ese momento, porque pensé:
“¿pues yo qué hice para estar en este lugar?”. Y pensé: “siempre se
habla del infierno y yo creo que en el infierno estoy ahorita en este
momento”; eso es lo que pensé, porque hacía mucho frío y yo no hice
nada.
Pero todavía, otro de los días que estuve allí, estuve contenta, porque
mi familia estaba luchando para que yo saliera fuera. Y ya cuando
me pasan a población me dicen las compañeras: “¿Por qué estás
aquí? Te vimos en la tele que vienes por secuestro. Pero eso nadie
te va a creer, ni nosotras que estamos aquí”. Me dijeron: “no tengas
miedo. Si tú dices la verdad, la luz del día algún día va a salir”. Yo
creo que en este momento lo estamos viendo, pero no por ello estoy
contenta, estaría yo contenta el día que se acabe la injusticia, estaría
contenta cuando seamos respetados como indígenas. Y mientras
que no, no estoy contenta.
Gracias a las compañeras que me apoyaron allá, que me decían “no
llores”, porque yo lloraba día y noche acordándome de mis hijos que
dejé en la primaria, que dejé en la secundaria y en bachilleres. Y en
su graduación no estuve, en ninguna de las tres. Eso es un dolor muy
grande cuando tienes hijos, cuando tienes familia y estás unida a ella.
En ese momento uno sufre mucho porque, si llega la familia a
visitarte, van llorando y salen con tristeza. Y gracias a Dios que la
directora, la contadora que estaba, era bien buena gente, y dijo:
“cuando llegue su familia, quiero que ustedes estén bañadas, que
estén arregladas. Recíbanlos con sonrisas y no llorando”. En ese
momento yo me ponía fuerte para no llorar y que me vieran bien. Y
ellos igual, salían bien y yo me quedaba llorando. En ese momento
entraba en la celda donde estaba y lloraba porque veía a mi familia.
Una vez, uno de mis nietos no se quería ir, se quería quedar conmigo.
Yo digo que seamos escuchadas y que se respete nuestro derecho
como indígenas, nada más. Que nos hablen y que nos digan:
“tenemos mucho apoyo para los pueblos indígenas”. A mí, aunque
no me den apoyo, aunque no me den un peso, con tal de que se haga
justicia con todo lo que hay en este momento, porque ahorita yo ya
la viví y me duele mucho escuchar a otras personas y verlo en otras
personas. Me duele porque me hace revivir y me hace recordar todas
las cosas que me pasaron a mí y a mi familia. Y, por ejemplo, como
dijo mi hija, mi hijo que falleció a los 5 meses y los 3 años de que me
quitaron de libertad, eso no se puede regresar. Nunca se puede
recuperar.
Yo le pediría en éste momento, a quien nos esté escuchando, como
el presidente de derechos humanos… porque recurrimos con mi
familia a diputados, a senadores, a gobernadores y decían que no
podían hacer nada porque era un delito muy grave. Y entonces
llegaban y me decían: “ya fuimos con éste, pero no nos atendió, no
nos dijo nada”, y en ese momento me ponía a llorar. Yo lloraba
mucho, y una compañera me decía: “no llores doña Jacinta, ya sabes
que nosotras aquí te apoyamos, te ayudamos”. Y las personas que
me apoyaron son las que llevaban un delito muy grave. A veces dicen
que son los malos, pero para mí son los que fueron mejores amigos
porque me apoyaron cuando yo no sabía hablar, cuando no entendía
bien las palabras, cuando no sabía qué decir... Ellos me dijeron qué
significaban las palabras que yo no entendía. Por eso no de daba
miedo, porque yo no sabía que era un secuestro, me dio miedo
cuando ya uno me dijo: “pues quién sabe si te vas o no te vas, porque
el delito por el que te están acusando es un delito grave. Yo vengo
por homicidio y es más fácil que me vaya yo que tú”. Y en ese
momento pensé: “¿Y ahora qué voy a hacer? ¿Quién me va a
ayudar? Más que pedirle a Dios que me ayudara. Mi esposo me
decía: “no llores ni tengas miedo, nosotros estamos luchando”. Y mis
compañeras me decían: “no llores, hay personas que están aquí y
salen y ya no están sus hijos. Tú sabes que tienes una familia bien
unida que te está esperando allá fuera: tus hijos, tus nietos... ellos no
te van a dejar sola”. Pero es muy difícil para quien está dentro y para
la familia que está fuera. Y me dijo mi esposo “te estamos apoyando
porque sabemos que no has hecho nada. Si hubieras hecho, yo creo
que es otra cosa”.
Y yo digo que no nada más los pueblos indígenas, indígenas y no
indígenas si no son culpables yo les pido a las autoridades que
chequen bien el expediente, que no esperen a mañana, hasta que se
muera su familia para dejarles salir; no esperen hasta que se
enfermen dentro de la cárcel para ver estos casos.
Yo, cuando llegué a la cárcel, supe que sí hay mucha gente
injustamente encarcelada; decía una compañera, discúlpenme por la
palabra, pero así lo dijo la compañera: “las cárceles se hicieron para
los pendejos, como nosotros que estamos aquí; no se hicieron para
otras personas”. Y eso me di cuenta que sí era cierto, porque ahí
conocí a personas pobres, a ninguna persona rica conocí.
Entonces les pediría que hicieran algo, que fueran a revisar los casos,
que no esperen a que se mueran sus familias. Pónganse en su lugar,
el de ellos y de nosotros; que ya sufrimos y vivimos, y es muy difícil
estar ahí y más cuando pierdes a un ser querido, un hijo, un familiar,
mamá y papá. Cuando nosotros no queremos dejar un niño, no
queremos dejar una mamá, un papá. Entonces sí, durante 3 o 4 años
te prohíben tu libertad. En este momento yo no estoy para estar
contenta sino para decirles que ojalá que otras personas sean
escuchadas y se haga justicia. Eso es lo que estamos esperando y,
al estar aquí, eso es lo que queremos que vean. Hay muchos que
está su familia esperando ahorita, pero ojalá que con esto, que es
algo importante y especial, recordemos tanto a los que salieron sin
pedirles disculpas ni perdón pero ojalá que de aquí en adelante, a
todos los que salen injustamente, les pidieran una disculpa y perdón;
yo creo que todo eso es lo que necesitamos.

CentroProdh.org.mx. Ciudad de México, 22/02/17
http://www.centroprodh.org.mx/index.php?option=com_content&view=article&id=2264:jacinta-alberta-y-teresa-reciben-las-disculpas-de-la-pgr-es-una-victoria-qhasta-que-la-dignidad-se-haga-costumbreq&catid=209:front-rokstories

Para Jacinta, Alberta y Teresa, una disculpa “cosmética”
El reconocimiento de inocencia en el caso de las indígenas hñähñu Jacinta Francisco Marcial, Alberta Alcántara Juan y Teresa González –presas durante tres años– y las disculpas públicas del titular de la Procuraduría General de la República, Raúl Cervantes, pusieron nuevamente en evidencia la incapacidad del Estado mexicano para impartir cabal justicia.
De los casos en que la Corte Interamericana de Derechos Humanos ordenó al Estado mexicano reparación a las víctimas, en ninguno ha cumplido de manera integral, sostiene Tania Reneaum Panszi, directora ejecutiva de Amnistía Internacional (AI) México.
Y cita como ejemplos los casos de Campo Algodonero, de Rosendo Radilla, de las indígenas me’phaa Inés Fernández Ortega y Valentina Rosendo Cantú.
¿En qué estado se encuentra el tema de la reparación integral a las víctimas por parte del gobierno en México? –se le pregunta.
–Hay que ver de dónde viene la tradición jurídica de la reparación. La reparación del daño está vinculada tradicionalmente a que un organismo internacional como la Corte Interamericana mandate al Estado realizar actos de reparación ante la violación a los derechos humanos. Una forma puede ser de índole económica, para devolver a las víctimas los gastos en que incurrieron debido a las situaciones de violación a sus derechos; una segunda, la restitución, la menos común por la dificultad que entraña que las cosas regresen al estado en que estaban antes de ser violentadas sus garantías; una tercera es de carácter moral y puede ser una disculpa pública o poner el nombre de la víctima a una calle emblemática; una cuarta son las manifestaciones o las formas que tienen que ver con la reparación física y psicológica de una persona, y la quinta es la garantía de no repetición.
La reparación tiene que comprender que los hechos no vuelvan a ocurrir: “Esto es muy importante. Tengo algunos años trabajando con víctimas y lo interesante es que todas tienen una frase común, todas piden que las cosas que vivieron no le ocurran a nadie más. Esa es la garantía de no repetición”.
La disculpa, un avance
Sostiene Reneaum: En México, las formas de reparación del daño han estado vinculadas al ámbito interamericano. La sentencia a Rosendo Radilla es un caso emblemático por la forma en que se constituyó después de una garantía de no repetición y reparación del daño. Se dio a través de una reforma constitucional que después devino en reconocer que todos los derechos humanos consagrados en las convenciones internacionales tenían un reconocimiento constitucional.
Para la representante de AI, es interesante que en el caso de las tres indígenas hñähñu que estuvieron más de tres años presas acusadas de secuestrar a seis agentes federales y de narcotráfico, por primera vez la reparación la mandató un tribunal federal, como es la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN).
Añade: “La disculpa pública en un acto solemne, público, por parte del titular de la PGR, Raúl Cervantes. Moralmente repara mucho a las víctimas, de alguna manera las reivindica y las reconstituye, pues es una forma de decir: ‘Yo no hice nada’… El Estado se equivocó”.
Comenta que la importancia de la reparación integral es que las formas de reparación no son aisladas. Lo adecuado es que coadyuve una con la otra, dice. “Por ejemplo, si a una persona le hacen una disculpa pública, que también le hagan una pecuniaria por el tiempo que estuvo presa y que no ganó dinero; pero también es interesante para las víctimas saber quiénes son los responsables; ponerles rostro, cara, voz, y sancionarlos”.
La representante de AI no cuenta con el número de recomendaciones emitidas por la Corte Interamericana que el Estado mexicano ha incumplido. Sin embargo, menciona que cifras de la CNDH muestran que hay incumplimiento hasta en 60% de los casos. De las emitidas por la Corte Interamericana, recuerda una que fue resuelta en 2007 en materia de derechos sexuales y reproductivos y que se concluyó con un acuerdo de solución amistosa:
“Se trata del Caso Paulina N., la menor que quedó embarazada al ser víctima de violación sexual. Las autoridades de Baja California obstaculizaron la interrupción de su embarazo. En el acuerdo (con la Corte) el Estado mexicano se comprometió a poner la pastilla del día siguiente como un medicamento de la canasta básica de medicamentos. Eso aún es un pendiente porque en algunas entidades la pastilla no se vende.”
Otros casos
La directora ejecutiva de AI México refiere que la sentencia del Campo Algodonero fue muy importante, pues también marcó la comprensión de la violencia contra las mujeres. Dice que de ésta se cumplieron las partes menos complicadas –entre ellas la de legislar–, pero aún se desconoce quiénes son los responsables o cómplices de los delitos.
“El Estado suele incumplir con frecuencia la conducción del proceso penal de manera eficaz y en la parte de hacer visibles a los responsables y sancionarlos, así como la rendición de cuentas cuando hay funcionarios involucrados en un proceso de irregularidad”, afirma.
–¿Cómo califica el que se cumpla con una parte y con la otra no?
–Es más fácil cumplir con las partes “cosméticas”, como una disculpa pública, una reforma legislativa o pagarle a las víctimas. Lo pendiente es que los hechos no se repitan. México tiene la sentencia del Campo Algodonero y al día de hoy tenemos alertas de género en Jalisco, Morelos, Edomex…
–¿Ninguna víctima ha sido reparada integralmente?
–No… Las víctimas de violaciones a derechos humanos nunca se sienten del todo reparadas. La hija de Jacinta Francisca lo ilustró totalmente cuando le dijo al titular de la PGR: “No estamos contentas de estar aquí, porque el tiempo perdido nadie lo recupera”. Y así es en su caso, pues un hijo de Jacinta murió al par de días de que ella quedó en libertad.
El caso de Jacinta, Alberta y Teresa, detenidas el 26 de marzo de 2006, fue atraído por la SCJN en 2010, después de que un juez les ratificó la sentencia de 21 años de cárcel. Meses antes, en septiembre de 2009, Jacinta quedó en libertad “no por ser inocente, sino porque no encontraron pruebas para inculparla”, argumentó la PGR.
Olga Sánchez Cordero, entonces ministra de la Primera Sala, comenta que ella propuso que la Corte atrajera el caso en apelación extraordinaria. Eso determinó la libertad de Alberta y Teresa.
–¿Hay otros casos tan evidentes de violaciones al proceso penal de las víctimas que la Corte pudo haber atraído en algún momento?
–En apelación extraordinaria podía haber, sí, pero nosotros revisamos en amparo directo, por ejemplo, el caso del acusado de los homicidios de Villas de Salvárcar, en Ciudad Juárez. Le decretamos la libertad, pero ya había pasado todas las instancias judiciales. Entonces, sí hay asuntos que la Corte ha atraído en amparo, no en apelación.
Acerca de si hay asuntos graves que pueda atraer la SCJN en apelación extraordinaria en este momento, Sánchez Cordero explica: “Integré la Primera Sala durante 21 años. Le puedo decir que la Corte no atrae apelaciones porque les resta instancia a los justiciables. Por los candados que hay en la propia Constitución, los casos que la Corte vea tienen que ser extraordinarios.
–¿En el caso del Campo Algodonero la Corte pudo atraerlo?
–No, porque ahí lo que se reclamó ante la Corte Interamericana es la falta de investigación de la PGR. Estos casos no llegan ni siquiera a tribunales; se quedan en la instancia de las procuradurías, que no investigan.
Habla también de la ciudadana francesa Florence Cassez, quien también agotó todas las instancias: “Nosotros resolvimos sobre un amparo directo en revisión, como una especie de cuarta instancia. Hubo violaciones flagrantes al debido proceso”.
Otro caso es el de Sebastiana, una indígena chiapaneca a quien se le decretó la libertad desde la Corte por falta de atención al debido proceso. Las de Rosendo Radilla, Atenco y Tlatlaya son investigaciones que aún están en la PGR.
–Uno de los objetivos de la reparación es la garantía de no repetición. ¿Por qué el Estado mexicano repite los mismos hechos? –se le pregunta a Sánchez Cordero.
–Ocurre en una responsabilidad internacional, o sea si el Estado mexicano tiene una actuación de repetición, la consecuencia sería esa.
–¿Por qué el Estado insiste en repetir los mismos hechos?
–En el caso de Jacinta, la disculpa pública es parte del reconocimiento del Estado mexicano de los errores judiciales y de los errores en que incurrió y de la no repetición; eso es clave. Por eso es trascendente este reconocimiento de inocencia y esta disculpa pública. (El Estado) está obligado a no repetir este tipo de acusaciones que no tienen sustento.
–Si no hay castigo para los culpables, ¿no hay una reparación completa?
–Después de esta disculpa pública y de este reconocimiento de inocencia, cuando menos tendrían que investigar a los agentes que denunciaron. Este es mi punto de vista: que se tiene que seguir la investigación sobre esto, darle vista al Ministerio Público para que continúe con las atribuciones, facultades y competencia que le son asignadas por la Constitución.
En el caso de Jacinta, Teresa y Alberta la reparación no llegó hasta conocer y sancionar a los responsables. De acuerdo con la oficina de Comunicación Social del Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro, el organismo no gubernamental que llevó su defensa, eso no formó parte del reclamo.
Patricia Dávila. Ciudad de México, 27/02/17 
http://www.proceso.com.mx/475933/jacinta-alberta-teresa-una-disculpa-cosmetica 

929. ¿Paz en el 2014?

Bogotá, Colombia. El desafío más grande de Colombia para el 2014 es continuar avanzando en la construcción de la paz, para lo cual se debe lograr la firma del acuerdo con la guerrilla que ponga fin al conflicto armado que ha asolado los campos y la ciudades colombianos desde hace más de 60 años.
Pero no hay que ilusionarse ni tener falsas expectativas. Si se firma ese acuerdo en La Habana y se logra que la guerrilla cambie los fusiles por los votos y la lucha armada por la contienda democrática como camino para cambiar la sociedad, se habrá dado un paso fundamental para acabar con la violencia; pero la paz no estallará al otro día, ni por arte de magia desaparecerán todas las causas que han alimentado el conflicto interno, ni se sanarán milagrosamente las heridas de tantos años de guerra.
Construir la paz es un proceso largo y complejo que requiere muchas acciones y políticas para lograr un manejo exitoso del post-conflicto. Dos de estas, muy interconectadas, son la búsqueda de la justicia y el desarme de los espíritus.
“Si vis pacem cole iustitiam”, decían los romanos. Si quieres la paz cultiva la justicia. Es la verdad y la reparación a las víctimas, es decir la justicia restaurativa que reconozca y compense las atrocidades de la guerra, pero también la justicia social, porque mientras subsistan las enormes desigualdades económicas que mantienen a millones de colombianos en la miseria no habrá garantías de una paz duradera.
La otra cara de la moneda de la restauración, como lo enseñó Mandela con su vida, es el perdón, es decir no solo dejar las armas sino desarmar los espíritus para romper la espiral del conflicto: actos violentos de venganza contra la violencia, que generan nuevos actos de revancha y así hasta que la regla del “ojo por ojo” nos deje a todos ciegos
Para fortuna del país tenemos muchos ejemplos de personas que han sido víctimas directas de las atrocidades de la guerrilla, pero que han tomado la decisión de perdonar y jugársela por la paz.
Un Alejandro Eder, cuyo abuelo fue uno de los primeros secuestrados y asesinados por la FARC y hoy dedica su vida a la reintegración a la sociedad de guerrilleros y paramilitares; un Juan Fernando Cristo, cuyo padre fue asesinado por el ELN y ha sido el gran impulsor de la reparación a las víctimas y el marco jurídico para la paz; un Aníbal Gaviria, hermano del gobernador de Antioquia asesinado por las FARC junto con Gilberto Echeverri quién dio hasta su vida luchando por la paz, y que sigue trabajando por la no violencia y la pacificación de su región.
Así como ellos, miles de víctimas exigen verdad y reparación, pero están dispuestas al borrón y cuenta nueva que permita, como en Sudáfrica, construir una patria en que todos puedan convivir. Pero también hay muchos que mantienen su dolor a flor de piel y quieren continuar la guerra hasta acabar con quienes lo causaron.
Mauricio Cabrera Galvis. Vanguardia.com. 29/12/13

567. “La Paz requiere amnistía”: Vincenç Fisas

El catalán Vincenç Fisas analiza el proceso que adelantan el Gobierno y las Farc. Mucha verdad, perdón y reparación son las claves.
Barcelona, España. Vincenç Fisas, director de la Escuela de Cultura de Paz de Barcelona, quien asesoró diplomáticamente diferentes procesos de paz en el mundo y en Colombia ha realizado gestiones y redactado documentos que han sido llevados a las partes del conflicto armado de manera confidencial, dice que la amnistía —ahora que las Farc buscan allanar ese camino— es el rumbo final de todos los procesos de paz. En entrevista, Fisas da puntadas de lo que viene en esta negociación, que tuvo un corto receso y se retoma el 5 de diciembre en La Habana.
¿Cuál cree que debe ser el lugar de las víctimas en el proceso?
Las víctimas son parte esencial, pero en ningún proceso de paz forman parte de la mesa de negociaciones. Cuando llegue el momento, las Farc tendrán que pedir perdón por sus crímenes. La discusión será complicada. Sin duda se planteará si el Gobierno procede a una amnistía general, un tema polémico. La guerrilla no deja las armas para ir a prisión. En todos los procesos de paz, cuando se termina un acuerdo, los actores armados quedan amnistiados; no creo que Colombia sea una excepción. Pero eso implica una contrapartida: mucha verdad, perdón y, en lo posible, reparación a las víctimas.
¿Cree que la sociedad civil aceptará la amnistía?
La sociedad civil podrá entenderlo si el Gobierno hace pedagogía: vamos a pagar este precio por poner punto final a la historia de violencia. Habrá sectores, inclusive defensores de derechos humanos, que lucharán por evitarlo, pero todos los procesos de paz en el mundo, en el pasado y en el presente, terminan así. Ha habido conflictos con muchos más muertos que en Colombia, muchas más violaciones de derechos humanos y, sin embargo, se pone punto final, hay amnistía y los grupos armados participan en la vida política del país.
¿Incluiría también a los militares que están presos por delitos en el marco del conflicto armado?
Esta situación no se ha planteado en el actual proceso, pero una amnistía los incluiría también.
¿Cómo abordar este proceso desde la sociedad civil, los medios de comunicación, los sectores sociales?
Hay que ser realistas con los aportes a la mesa técnica, no pedir lo imposible al proceso. A las Farc y al Gobierno les pediría que fueran sensibles y tengan en cuenta las iniciativas que surjan de la sociedad civil. Si logramos que sea un proceso muy participativo, será más fácil abordar los temas difíciles de la agenda.
¿Un año es suficiente para un proceso de paz?
Si se lleva un buen ritmo de encuentros, es un tiempo razonable para llegar a acuerdos y discutir los tiempos de la agenda.
¿Cómo se vislumbra la participación política de las Farc, si se llega a un acuerdo?
El Estado está obligado a dar garantías necesarias y suficientes para que las Farc puedan diseñar un escenario de participación política a corto plazo, una vez se haya completado la negociación, a través de un partido político nuevo o como lo decidan las Farc.
¿La participación del general Jorge Enrique Mora Rangel en la mesa negociadora es una garantía de seguridad?
La cuestión va más allá de su presencia en la mesa. Consiste en una política integral que no es solamente dar escoltas a las personas, se necesita también enviar mensajes a la sociedad sobre lo positivo que es tener a las Farc participando en política. En este proceso, los medios de comunicación tendrán un papel importante como valedores de esa conveniencia.
A estas alturas del proceso, ¿pueden participar otros grupos armados?
Aún sería un buen momento para hacer mesas paralelas con otras agrupaciones armadas, pero cada una en su sitio. Es imposible la vinculación al mismo proceso abierto con las Farc.
¿Proceso sin cese al fuego bilateral?
Yo hubiera preferido un alto al fuego bilateral al principio de la negociación: se ahorran víctimas y se evita la desconfianza. Pero el Gobierno no acepta esta posibilidad, se siente mucho más fuerte militarmente, prefiere mantener los combates y la persecución de las Farc mientras adelanta las negociaciones. Quiere debilitarlas aún más.
¿Hay un clima contrario al alto al fuego, ya sea por gasto militar o por grupos de presión?
El día que finalmente salga en los periódicos: “Las Farc dejan las armas y se desmovilizan”, será mágico, histórico, permitirá que el país sea muy generoso con las Farc. No estamos en ese momento, ese titular todavía no existe. Pero será en un ambiente diferente al que hay ahora. Uno de los resultados de un acuerdo de paz sería la retirada del Ejército en muchas regiones del país, el cierre de instalaciones militares que ya no serían necesarias...
Comparado con otros procesos de paz, ¿es optimista respecto al colombiano?
Hace poco tiempo se ha llegado a un acuerdo entre Sudán y Sudán del Sur, un conflicto que provocó un millón y medio de muertes y muchas barbaridades: asedio a ciudades, gente muriéndose de hambre, tres millones de personas desplazadas... Sin embargo, son capaces de firmar la paz y el líder de la guerrilla pasa a ser vicepresidente del país. En el mundo se han hecho cosas tan increíbles que me permiten suponer que en Colombia no tiene que ser diferente.
Luz M. Estupiñán Cardona. El Espectador.com. 02/12/2012

468. “Violencia en México tiene dimensión catastrófica”

México, Distrito Federal. Hace ya algunos años que Carlos Martín Beristain recorre los lugares en donde la violencia alcanza la clasificación de “catástrofe”.
En su travesía, este médico y doctor en sicología aprendió a reconocer las huellas físicas y sicológicas que deja la tortura, el desplazamiento, los muertos por racimos, la desaparición de un hijo o el asesinato de un padre.
Son cientos, quizá miles, las víctimas de la violencia con las que ha hablado y a las que les ha dado talleres para superar el miedo, buscar justicia y reparar un poco el daño. Lo ha hecho en países como Angola, El Salvador, Argentina, Guatemala, Colombia y, en años recientes, en México.
Si alguien conoce las “herencias” que deja la violencia en una sociedad es este español que es perito de la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CoIDH) y ha sido asesor de las Comisiones de la Verdad de Perú, Ecuador y Paraguay. Esa experiencia le permite decir que la violencia que vive hoy México provocará un impacto en, por lo menos, las próximas dos generaciones.
“Cuando la violencia tiene una dimensión de catástrofe, como la tiene en México, se crea un círculo de violencia-pobreza… Esto no es un polvo que se pueda esconder debajo del tapete. Hay impactos en el comportamiento colectivo, impacto en las víctimas que quedan en la marginación, en los hijos e hijas que tienen problemas del manejo de la rabia, el odio, el miedo. También hay una deshumanización que se insensibiliza ante la violencia. Se pierde capacidad de empatía”, dice en entrevista Carlos Beristaín, autor de varios libros sobre tratamiento de las víctimas y reparación.
El español que participó en la elaboración del informe “Guatemala Nunca más”, del proyecto de Reconstrucción de la Memoria Histórica de la Oficina de Derechos Humanos del Arzobispado de Guatemala, ha dado talleres a familiares de desaparecidos en México y en días pasados se reunió con senadores para presentar su opinión sobre lo que debe incluir la ley de víctimas que se busca aprobar.
¿Qué debe incluir una ley de víctimas para México?
Un reconocimiento de que la ley es la respuesta a un fenómeno dramático del país, sobre el cual, el Estado no ha tenido capacidad de acción. Debe tener una legitimidad. Una ley de víctimas no se puede hacer sin consenso, sin debate, sin participación de las víctimas, sin que se genere una legitimidad de los mecanismos que se pondrán en marcha. Debe tener mecanismos de rendición de cuentas de los funcionarios, al no existir, generan más impunidad. La ley debe prever la reparación para las víctimas, tiene que responder a necesidades de la gente.
¿Es posible hablar de “reparación” para las víctimas de la violencia?
Hay muchas cosas que no se pueden reparar. Pero no es posible quedarse en la impotencia de que no se puede hacer nada, hay que dar una respuesta para enfrentar las consecuencias de la violencia o de violaciones de derechos humanos. En la actualidad sabemos bastantes cosas sobre lo que es reparador o no. Hay una declaración de las Naciones Unidas que tiene que ver con el derecho a la reparación de las víctimas y habla de la restitución, la compensación, la justicia y la no repetición. Sabemos que la reparación es este conjunto de medidas, no una acción aislada.
“También sabemos que para las víctimas hay cierta jerarquía. Por ejemplo, cuando en Perú se le preguntó a una madre de un desaparecido ‘¿Para usted, qué es la reparación?’ Ella dijo: ‘Encontrar los restos de mi hijo y de ahí, lo que usted quiera’. La reparación tendrá más sentido si se enlaza con las necesidades de la víctima”.
¿Qué camino debe tomar México para atender a las víctimas de la violencia?
Una política de reparación debería empezar a reconocer las consecuencias de la violencia, para poder desarrollar una política de reconstrucción del tejido social. Porque si no se sabe ni dónde están las fracturas o los tamaños de las mismas, la respuesta será muy banal. México se enfrenta al desafío de pasar de la perplejidad y la denuncia a una propuesta que incluya a la reconstrucción del tejido social, prevención de la violencia y tener los mecanismos para hacerlo posible.
“Entre las cosas que se deben hacer es buscar a los desaparecidos. Identificar los mecanismos de impunidad, contar con peritos independientes en los procesos de identificación y búsqueda de restos, para que exista la confianza de la gente en los procesos de investigación. Esto también tiene que tomarse en cuenta en la ley. En Argentina y Perú tienen la figura de ausencia por desaparición forzada. México tendría que poner en marcha un mecanismo parecido”.
El gobierno federal creó la Procuraduría de Atención a las Víctimas. ¿Qué opina?
La respuesta institucional me parece débil. No se trata de generar una procuraduría que no tiene competencias reales ni presupuesto, ni una capacidad de acción frente a los interlocutores sobre los cuales debería tener poder. Se necesita una instancia que tenga poder para que haya un cumplimiento de la reparación, porque si no lo que existirá es una serie de recomendaciones o gestiones que hará la procuraduría, pero sin ninguna capacidad de ejecución de programas, sin ningún plan de reparación para las víctimas.
¿Qué tendría que existir?
México tiene la oportunidad de evaluar las cosas que han fallado... la investigación de los casos. Lo que ponga en marcha tiene que superar eso. Aquí hay un problema de fragmentación de responsabilidades. Al final, muchos familiares en la búsqueda de justicia van llamando a muchas puertas y en ninguna los atienden.
Thelma Gómez Durán. Noticias Yahoo.com. 14/04/12

243. Primera intervención completa de Javier Sicilia en el Diálogo por la Paz

México, Distrito Federal. "Buenos días señor Presidente, señora Primera Dama, señora Procuradora, señores secretarios de Estado y demás servidores públicos que lo acompañan, buenos días compañeros de viaje, buenos días a quien nos escuchan y ven, antes de empezar este diálogo quiero leerles unos versos de Jaime Sabines:
Queremos decirles que no somos enfermeros, padrotes de la muerte, oradores de panteones, alcahuetes, pinches de Dios, sacerdotes de penas, queremos decirles que a ustedes les sobra el aire y por ello, pido a todos los presentes guardar de pie un minuto de silencio por todas las víctimas de esta guerra atroz y sin sentido.
Lamento señor Presidente y funcionarios que lo acompañan que estemos aquí para dialogar en el primer ejercicio de varios que queremos tener con todos los poderes, gobiernos y partidos políticos, sobre un asunto que si la clase política hiciera lo que debe hacer no habría tenido lugar. Habernos movilizado para llegar a este castillo de Chapultepec, con historia de claroscuros es también la historia de México, en él recibió el imperio de quienes se equivocaron creyendo que con las armas extranjeras se resolverían los problemas de México, pero también en él se firmaron los tratados de paz de El Salvador, ojalá que hoy encontremos también un camino para la paz con nuestro querido México.
Habernos movilizado hasta aquí para recordarles su deber habla muy mal de las instituciones y del dinero que gastamos en ellas, contra las fundadas dudas de que el diálogo no servirá de nada, lo hemos aceptado porque estamos convencidos de que el diálogo es fundamental como un práctica de la democracia para construir los caminos de la paz que son los más difíciles de recorrer, si no somos capaces de construirlos lo que nos aguardará será esta espantosa violencia que ya vivimos pero multiplicada exponencialmente. Lo hemos aceptado también porque creemos que a menos que el corazón se haya oscurecido a grados demoníacos, un hombre puede escuchar todavía el latido humano de su corazón, por ello, lo que diremos aquí las víctimas de la guerra entre ustedes y los narcotraficantes una guerra que es nuestra, que no es nuestra pero que nosotros padecemos en carne viva no será grato pero sí verdadero, propositivo y firme.
En verdad señor Presidente que ustedes no son responsables del pudrimiento de las instituciones políticas del país que se formaron de manera mafiosa, aunque han participado de ese mismo pudrimiento. Les recuerdo la manera en que llegaron al poder, los compromisos que para lograrlo hicieron con fracciones que a lo largo del tiempo se han ido corrompiendo y que solo sirven a sus propios intereses, pero son responsables de haber tratado el problema de la droga no como un asunto de salud pública, sino de seguridad nacional, y por lo mismo, de haberse lanzado junto con esas instituciones que no responden a la seguridad de los ciudadanos, que en muchos sentidos están cooptadas y que en otros sentidos se hacen una con los criminales, a una guerra que tiene al país en una emergencia nacional.
El Estado mexicano está fallando en su obligación de proteger a su gente y defender sus derechos, por eso, señor Presidente en su función de estado ustedes son corresponsables junto con los gobiernos de los estados de 40 mil muertos, miles de desaparecidos y miles de huérfanos, es decir, son corresponsables, independientemente de los criminales, del dolor, de la muerte y del sufrimiento de miles de familias en nuestro país.
Más aún cuando ese mismo estado vuelve a victimizar a quienes buscan justicia los dejan en el abandono y el olvido. Ustedes señor Presidente, son responsables de haber declarado esta guerra contra un Ejército que además no existe porque está formado por criminales, sin haber hecho antes una profunda reforma política y un saneamiento de las instituciones.
Desde hace décadas en aras de disputar la riqueza material y el poder, este país y sus instituciones olvidamos el verdadero quehacer humano, construir las mejores formas sociales para compartir nuestra experiencia colectiva de vida. Este olvido no solo se ha vuelto trágico, sino sistémico, dejó que la impunidad se asentara en nuestro suelo y la convirtió en un factor funcional para la sobrevivencia y el quehacer político de los grupos que disputan el poder.
En ese suelo que ha dejado de estar bajo nuestros pies se han fortalecido, se ha fortalecido una concepción criminal del poder, aquí señor Presidente, nos encontramos 23 víctimas, una muestra emblemática de miles de víctimas inocentes de la delincuencia, del Ejército de la Policía, de los vínculos que hay entre algunos elementos de los aparatos de justicia con el crimen.
Hay también familiares de policías muertos en el cumplimiento de su deber y tratados con la misma impunidad, secuestrados y secuestradas, desaparecidos y desaparecidas, acribillados y acribilladas, torturadas y torturados, asesinados y asesinadas, violadas y destrozadas, ustedes nos dirán que muchas de esas víctimas son criminales, sin embargo, nosotros les decimos que aunque lo fueran, porque nadie nace criminal son también víctimas que hay que reconocer para saber de dónde provienen y qué no les dio el Estado y qué no les dimos la sociedad para haber fracturado sus vidas. Solo así podemos hacer la justicia que hemos perdido y rehacer el tejido social que día con día se desgarra hasta hacernos perder el suelo que debería de estar bajo nuestros pies.
Aquí señor Presidente, vean bien nuestros rostros, busquen bien nuestros nombres, escuchen bien nuestras palabras, estamos una representación de víctimas inocentes
¿Les parecemos bajas colaterales, números estadísticos? El 1% de los muertos de cara a esa justicia que reclamamos, venimos hasta aquí en primer lugar a que reconozcan la deuda que el estado mexicano tiene con las víctimas con sus familias, y la sociedad entera, por eso, en su calidad de representante del Estado, señor Presidente está obligado a pedir perdón a la Nación, en particular a las víctimas, en segundo lugar, hemos venido...aquí a que nos haga justicia.
En el primer punto del documento que leímos el 8 de mayo en el Zócalo de la Ciudad de México y que constituye el pacto nacional ciudadano exigíamos para empezar esa justicia la solución de los casos emblemáticos en los cuales, se ha ido resolviendo solo el de mi hijo y el de sus amigos asesinados en Morelos, en qué momento, ponga usted una fecha inminente y pronta se resolverán los otros, algunos de los cuales como el de la familia Le Barón, el de la familia Reyes Salazar o el de las familias de las guarderías ABC un crimen que lleva el sello de las complicidades delictivas que hay en funcionarios de gobierno en los partidos políticos llevan años sin resolverse.
En tercer lugar, a que juntos detengamos esta guerra y busquemos condiciones para la paz con justicia y dignidad. En este marco general, exigimos del Poder Ejecutivo federal uno, nuestro derecho a la verdad, a la justicia y a la no repetición, su base debe ser la visibilidad de las víctimas, la garantía de que los crímenes no vuelvan a suceder y la reparación por los daños generados por el Estado mexicano, reparación que debe incluir acciones para la memoria histórica, sin la memoria y la historia de nuestro horror seremos un pueblo sin dignidad ni futuro e indemnizaciones a las familias inocentes. Tenemos derecho a la verdad.
Para ello, exigimos que usted proponga la creación de un organismo ciudadano autónomo, puede una comisión de la Verdad, de la Justicia y de la Reconciliación o una fiscalía social de la Paz, su función deberá ser establecer y vigilar el cumplimiento del quehacer político en la visibilización de todas las víctimas sean inocentes o culpables, en el seguimiento de sus casos, o que incluye los resultados de las investigaciones y las sentencias, además de delitos que abarcan redes de complicidad de las autoridades con el crimen.
Tenemos derecho a la reparación de daños, es decir, a la justicia que se nos ha negado. Para ello necesitamos que el ejercicio de sus atribuciones proponga una ley de atención y protección a víctimas que debe ser aprobada lo más pronto posible por todos los poderes de todas las entidades y generar así una política pública, instituciones, normas y recursos especializada en la atención, el acompañamiento y la protección de las víctimas mediante un programa que obligue a las autoridades correspondientes a reparar lo que la guerra y la impunidad ha causado en miles de familias.
Adicionalmente es indispensable la puesta en marcha del mecanismo de protección a defensores de derechos humanos y periodistas, es vergonzoso mundialmente lo que sucede en México con los defensores de las víctimas, tenemos derecho a la garantía de la no repetición de los crímenes, para ello se debe junto con la ciudadanía establecer mecanismos para sancionar a los funcionarios involucrados en redes de complicidad o delitos de omisión.
Tenemos con nosotros un video de los dolores que recogimos durante la caravana del consuelo, le pedimos señor Presidente que se comprometa a pasarlo en todas las escuelas secundarias y preparatorias y se hagan mesas de discusión y análisis con los alumnos a fin de recuperar esta memoria y de ayudar a que esto no se repita nunca.
Dos, nuestro derecho como ciudadanos a una redefinición de la estrategia de seguridad, para ello es necesario terminar con el enfoque militarista de combate al crimen organizado mediante un enfoque más amplio y estructural que contenga:
A) El diseño de una estrategia que parta de los conceptos de seguridad humana y ciudadana y con un énfasis absoluto en los derechos humanos y no en la seguridad de las instituciones... como hasta ahora para nuestra desgracia se ha hecho.
B) La creación de estrategias alternativas y ciudadanas que con el apoyo del Estado y en acuerdo con las necesidades de cada lugar, apunten a la reconstrucción del tejido social y conduzcan al retiro paulatino del Ejército de las calles. En este sentido, es de suma importancia no solo tomar en cuenta las necesidades y exigencias de cada entidad federativa y erradicar el uso indebido del fuero militar, como lo han señalado organismos internacionales de derechos humanos, sino también rescatar las experiencias comunitarias y autogestivas de defensa ciudadana.
C) Abrir la discusión para la despenalización del consumo de ciertas drogas y la reducción de su demanda, de esa manera se abordará el problema de su consumo de manera integral.
D) Es urgente crear controles democráticos de nuestras policías, por ejemplo, un auditor policíaco independiente de la Policía Federal, un mecanismo que en relación con las pruebas de confianza haga un seguimiento de las actividades de todos aquellos que no la pasaron, no sabemos dónde están nuestros policías que no pasaron la confianza y eso es grave.
E) Darle a la educación de los jóvenes, son ellos la mayoría de los que están muriendo y de los que se vuelven el Ejército de Reserva de la delincuencia mayores posibilidades. Exigimos por lo tanto, recursos de la misma magnitud que se entregan a las fuerzas de seguridad para la educación de nuestros hijos y programas verdaderamente eficientes de educación.
No podemos aceptar que las opciones para nuestra juventud sean la migración, la miseria o la violencia, no podemos además señor Presidente seguir comprometiendo la educación y con ella el presente y el futuro de nuestros niños para mantener los privilegios de esa máquina electoral llamada el SNTE.
Tres, nuestro derecho a decidir y a ser tomados en cuenta, mediante un mecanismo de democracia participativa y de democracia efectiva, en este punto coincidimos con algunas de sus posiciones, señor Presidente exigimos a los partidos políticos y a nuestros representantes en el Congreso de la Unión generar las condiciones para contar con la revocación de mandato, el referéndum, la consulta y la iniciativa ciudadana, el plebiscito, el voto blanco, candidaturas ciudadanas, reelección y limitación del fuero. Exigimos una renovación profunda del sistema político mexicano, una renovación que permita empoderar a la ciudadanía en los asuntos del gobierno y permita así poner un coto a la partidocracia que tanto daño nos está haciendo y que provocará que nuestras próximas elecciones sean las elecciones de la ignominia.
Todo esto señor Presidente, dadas las condiciones de emergencia nacional en la que todos nos encontramos, es de la mayor urgencia y usted, en lo que concierne al Ejecutivo tiene la responsabilidad de dar respuestas claras y decisivas para esta justicia y esta paz que nos han arrancado.
Muchas gracias".
Milenio.com. 23/6/2011

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